Episodio 5. Joyas en un paraíso mexicano: Avaricia.
Las opciones para resolver el extraño caso de impotencia sexual del dios más importante de todos parecían escurrirse entre los dedos del Benefactor, sin que este pudiera sacar provecho de ninguna. Desde la Antártida hasta el Sahara, sus Aves recorrieron el mundo buscando respuestas (y muchos de ellos regresaron desplumados, con más suerte que aquellos que no volvieron nunca). Sabiduría, quien poseía una resaca de dos meses, dedicó tiempo completo a leer todos los libros de su amplia colección, a fin de encontrar algún indicio que le pudiera guiar hacia una solución concreta.
Durante ese tiempo, en el salón Barroco fueron celebradas varias reuniones, pero siempre se remarcaba la ausencia de Vida o de Muerte, respectivamente. Parecía que ambos se evitaban de manera inconsciente, ya fuera que Muerte tuviera demasiado trabajo en la Tierra o que Vida se quedara dormido en casa de Sabiduría, puesto que su problema viril comenzaba a mermarle la salud y el ánimo de forma preocupante. Médico permanecía en su modalidad masculina, a consecuencia del exceso de esencia cerebral invertida en sí misma, pero de todos en la mesa, era la única feliz al respecto. Pero la preocupación era general, y en la última reunión, en ausencia del primer y segundo dios, tenían que tomar decisiones importantes.
—Este problema se está saliendo de las manos. Sin Vida creando, las especies están amenazadas, los partos cada vez son menos exitosos y eso conllevará a la extinción prematura. Incluso Tiempo se ha visto en la necesidad de modificar sus manuscritos ante el cambio del futuro más cercano— aseguró Musa, mientras agitaba sus manos con algo de exageración.
—¿Qué tiene que ver el problemita con el hecho de que Vida no otorgue sus bendiciones? ¿Acaso golpeaba a los recién nacidos con el pene?— preguntó Locura con gran confusión en su mente, mismo que recibió una enciclopedia de tres kilos contra el rostro, un arma más efectiva que la sandalia de una madre, si provenía de las manos del dios sabio, quien hervía de coraje cada vez que Locura comentaba una pavada.
—¡No es tiempo de hablar estupideces, maldición!—
—Lo siento cariño, lo siento, ya me callo... ugh...Médico, estoy sangrando—
—Vivirás— espetó el azabache, manteniendo sus brazos cruzados mientras observaba de reojo como Locura se apretaba ambas manos contra la nariz, tiñiendo de escarlata sus ropas blancas, muy rápido— Ahhh... ¿Qué hay de la búsqueda de Muerte? ¿Tuvo éxito?—
—El único pecado capital que conocía la respuesta fue asesinado por otro dios del Nim, estoy es absurdo, si no encontramos una solución rápida, no se cuanto más podrá resistir Vida— comentó Sabiduría, cargando un agotamiento mental que ya se reflejaba físicamente, empezando por las enormes ojeras dibujadas en su rostro —esos malditos dioses falsos son demasiado escurridizos, su marca está presente en cada rincón del mundo pero encontrarlos físicamente es como buscar una aguja en un pajar— recalcó Sabiduría, dejándose caer con fastidio sobre su silla respectiva, para retirarse los lentes un instante y frotarse la parte media de sus ojos, a fin de buscar un respiro a la marea de pensamientos que se acumulaban en su cabeza.
—¿Alguien ha revisado entre los dioses muertos?— se escuchó la voz de Angustia, quien permanecía de espaldas a la mesa de juntas, con el cuerpo en posición fetal y hundido contra una esquina, algo típico de el en todas las reuniones.
—Genio, por algo se les llama "muertos" y los muertos no hablan— respondió Locura en tono burlón, y no tardó en recibir un segundo golpe, esta vez con un directorio telefónico que logró dejarlo inconsciente. Médico tan solo le dio un empujón para que se fuera de costado directo al suelo, acto que irritó mucho a Sabiduría. Después de todo, solo él podía golpear o maltratar al dios de la demencia.
—Tiene razón, mi lord, tal vez entre los dioses muertos se encuentren el resto de los pecados capitales— comentó Musa con emoción, y su entusiasmo era suficiente para que su poder natural se extendiera y ayudara a que el sabio pudiera dibujar en su cabeza un camino a seguir.
—Los dioses muertos son aquellos que fueron despojados de sus poderes destructivos, en su mayoría, los que fueron alabados por los primeros humanos. No lo había pensado, después de todo, los pecados capitales existen desde siempre, como no pensé en eso antes, ¿Cuáles eran los más conocidos, alguna idea?—
—México estaba plagado de ellos mi lord, desde la frontera norte hasta sus límites en el sur, e incluso sus fundadores se extendieron mucho más abajo, llegando a territorio de lo que ahora es América del Sur. Existen monumentos por todo el territorio mexicano, vestigios de los humanos que montaron sitios dedicados a la adoración de esos dioses falsos— Musa recordaba bien esos tiempos, cuando el hombre de piel de bronce, salvaje y feroz, se valía del poder del dios de la inspiración para crear una serie de imágenes y códices de inmensa belleza, que perduraron en el tiempo y que aún cautivaban al hombre del siglo XXI. Todos los presentes asintieron, dialogaron y llegaron a un mutuo acuerdo. Pero visitar a un dios "muerto" no era tan sencillo. El hecho de que no poseyeran el poder destructivo de las divinidades oscuras comunes, no les restaba un índice de peligrosidad. Aunado a eso, nadie los visitaba en siglos, y podían esperar cualquier reacción, buena o mala.
—Iré contigo, Sabiduría. Vale la pena arriesgar el pellejo si de esa manera podemos lograr que Vida recupere la capacidad de perforarle el orto a Muerte y así nos olvidemos de esta estupidez—
—Médico...definitivamente no quiero que vayas conmigo— espetó Sabiduría, con un aura oscura cubriéndole la expresión.
—¿Por qué no?— comentó de forma inocente el galeno, quien ya tenía listo un kit de tortura en un maletín improvisado, y estaba dispuesto a recopilar toda la información posible que el nuevo viaje le ofreciera . Eso sin mencionar que sentía una atracción especial por los métodos de tortura prehispánicos que hacían de la vida antigua mexicana, una suculencia del dolor.
Sin más candidatos en la lista, Sabiduría no tuvo otro remedio que aceptar lo que consideraba la compañía más desagradable posible para una misión. De hecho, se podía pensar que Médico podía ser mil veces más peligrosa que cualquier mounstro que los esperara en las profundidades de las selvas mexicanas, y eso ya era mucho decir.
Para sorpresa de los viajeros divinos, no fue en un altar mexica o maya donde se toparon con aquellos a quienes buscaban. Después de un par de semanas de investigación breve y de revisar los códices y libros llenos de información al respecto, se encontraron de pie ante un hotel de lujo, ubicado en la Isla de Cozumel, en el Caribe mexicano. Las bibliotecas locales hablaban de cientos de representaciones de la cultura maya, misma que gobernó la zona durante varios siglos antes de continuar su camino hacia el sur del continente. Para Sabiduría era un martirio tener que deambular por el ambiente tropical cálido-húmedo, pero para Médico resultaba una experiencia extraordinaria. Y es que para probar sus dotes masculinas incluía la oportunidad de pasearse vistiendo shorts y camisas abiertas por el frente, sandalias y lentes de sol que le daban un aspecto galante y muy atractivo, sintiéndose orgulloso de tener tanto miradas femeninas como masculinas sobre la espalda.
Sabiduría poseía luz propia tratándose de belleza, pero su mente estaba sumida en encontrar la valiosa cura para Vida. Una vez que se registraron en el lobby, se vieron en la necesidad de usar el elevador para acudir a su cita en el décimo piso del inmueble.
—Estamos buscando dioses muertos, ¿Qué demonios hacemos aquí?—
—Encontrando respuestas, genio. Deja de quejarte o te enterraré un bisturí en el vientre, me estreso si no descuartizo algo cada hora— respondió Médico, provocando que el sabio tragara saliva al escuchar el tono serio con el que era reprendido — la información era clara, si estas personas son las únicas en todo México que conocen la historia de los dioses muertos, es porque tienen una conexión con el pasado. Probablemente son herederos de los nativos de la época, o estudiaron al respecto. Existen muchos cultos a los dioses muertos en todo el mundo, no me sorprendería que los dioses prehispánicos tuvieran seguidores aún. No tenemos otra alternativa, así que déjame hablar a mí y tendremos todo en orden—
Las palabras de Médico no reconfortaban ni un poco a Sabiduría. De inmediato pudo percibir varios blights presentes, mismos que huyeron en el momento que sintieron la presencia de ambas divinidades, por lo que el sabio estaba alerta todo el tiempo. Al llegar al piso indicado, se toparon con gran cantidad de escenarios y materiales para fotografía profesional, los cuales se conglomeraban en el pasillo central junto con los humanos que corrían de un lado para otro para acomodarlos. Una joven los recibió con gran amabilidad, y Sabiduría pudo notar que la mujer hablaba claramente el maya prehispánico, una lengua que se creía perdida y que compartía con otras personas a las que les daba indicaciones mientras la seguían.
Pero cuando llegaron a la sala de juntas acordada, se quedaron perplejos.
En el fondo del lugar, con un panel decorativo que aludía al cielo y a los ángeles, tres damas de gran belleza posaban para una serie de cámaras, en una clara sesión fotográfica. Cuando ambos dioses pusieron un pie dentro de la enorme habitación, todos los presentes se alertaron, alejándose hasta quedarse de pie contra las paredes, incluyendo a la chica que los estuvo guiando, pero las tres damas en el escenario no parecían inmutadas, al contrario, sonreían coquetamente, en especial al mirar a Médico.
—Estos humanos están bajo el control de un blight...—susurró el dios sabio, al percibir en las miradas de fotógrafos y personal restante, un brillo inusualmente rojizo y lleno de furia. Una de las jóvenes, que poseía un cabello de color azul claro, elevó una mano, y ese gesto fue suficiente para que los presentes se relajaran y retiraran a toda prisa.
—Sería una lástima que terminaran muertos mis preciosos tesoros por culpa de un malentendido, así que agradeceré enteramente que no destrocen el edificio, queridos dioses de Ithis—
—¿C-cómo...que has dicho?— balbuceó el sabio, pero Médico enseguida interpuso un brazo, evitando que su contraparte diera un paso más.
—Así que los rumores eran ciertos. Al final, terminaste dividido, Avaricia— confesó el galeno con una amplia sonrisa, provocando que las chicas le observaran con un gesto de desprecio. La de cabellos rosas pronto cruzó los brazos, apretando las mejillas y apartando la mirada en completo desapruebo. La tercera y más alta, una dama de cabellos dorados, observaba con gran interés a Sabiduría, pero sabían bien que los problemas provenían de Médico, quien en un parpadeo se perdió de vista, para luego aparecer ante la líder del grupo, la chica de cabellos azules, misma que fue atrapada por el cuello y elevada sin ningún cuidado, provocando que las otras dos se apartaran de un salto.
—¡Ixchel! ¡S-Suéltalo, maldito!— exclamaron ambas, sin atreverse a intervenir.
—Llegué buscando obsidiana y resulta que encontré el penacho de las joyas más valiosas, en una sola exhibición jajajaja...¡esto es perfecto!— exclamó el azabache, mientras Sabiduría se acercaba a toda prisa al ver que la chica atrapada trataba de safarse, muy asustada y con apenas una pizca de aire en sus pulmones.
—¡Médico! Maldición, tienes que controlarte, ¡vas a matarla!—
—Matarlo, querrás decir. Estos tres son más maricones que tú, Muerte y Vida juntos— comentó la diosa, soltando a su presa, quien cayó al suelo en un golpe seco y tan fuerte, que se lastimó un brazo, no atreviéndose a poner en pie de momento— Ixchel, dios maya del amor, la gestación y la medicina— susurró mirando fijamente al caído, para luego observar a la "dama" de cabello rosado —Tlazoltéotl , dios huasteco de la degeneración, responsable de las desviaciones sexuales y el exceso de lujuria en el corazón humano de este país, y por último y no menos importante...— los orbes de Médico se posaron en el último, quien ya se había retirado la peluca, aunque su cabello dorado era igualmente largo, y ya mostraba hostilidad en sus orbes completamente negros —Xochiquetzalli, el dios del amor mexica, responsable de la fertilidad ,de la belleza y el placer sexual por medio del amor, se dice que la flor de cempasúchil nació de los deseos en su corazón. En el pasado, los tres eran uno solo, el pecado capital de la Avaricia que logró la muerte de miles de nativos del territorio mexicano debido a la gran libertad sexual que provocó, todo para que el oro cultivado por siglos fuera entregado a los conquistadores. Con la llegada de España, las enfermedades se expandieron a velocidades preocupantes por culpa de esa deidad, y Vida dividió su alma. Sin embargo, no contentos con ese pequeño tope, continuaron por su cuenta. Fue entonces que Vida nuevamente los castigó, convirtiéndolos en dioses muertos—
—Dioses mortales, capaces de vivir por siempre si protegen sus cuerpos, y con una influencia y poder de apenas el 1% de su capacidad original... el peor castigo que podría tener una deidad, existir solo para sobrevivir— comentó Sabiduría, advirtiendo que sus palabras herían profundamente a las "chicas"— si sabías todo eso, ¿Por qué no me dijiste desde el principio, Médico?—
—Sinceramente pensé que Avaricia había muerto hace mucho tiempo, este solo fue un golpe de suerte. Pero el tiempo sigue corriendo y estas basuras aún no me dicen lo que quiero saber— masculló el galeno, ocupándose de hundir su pie en el cuello de su presa inicial, quien estaba distraído— todos los dioses del Nim saben por qué estamos aquí, así que hablen ahora o callaré a Ixchel para siempre—
—¡Basta! Ese traje cuesta millones y lo estas ensuciando!— exclamó Xochiquetzalli, apretando sus puños con impotencia, mientras el dios de cabellos rosas se irritaba aún más ante la estupidez de su compañero.
—Eres tan idiota Xochi, ¿Qué importa el ridículo vestido? Además, ¿desde cuándo Médico es hombre? ¿Cómo es eso posible? ¡Nosotros hemos tratado de ser las diosas que el hombre mexicano querían desde siempre!—
—Esto tiene que ser una broma— Sabiduría se retiró los lentes para frotarse los ojos un poco, completamente estresado— para empezar, ¿Por qué están metidos dentro de un hotel y no junto a sus altares en lo profundo de la selva? ¿Por qué se visten como mujeres? ¡¿Por qué carajos tienen una sesión fotográfica?! Y lo no menos importante... ¡¿QUE PASA CON ESAS PIELES BLANCAS?! ¡La historia claramente dice que todos los dioses prehispánicos aludían a seres de piel morena!—
—¡Todos los dioses del Nim tenemos la piel tan blanca como Muerte, idiota!— reclamó Tlazoltéotl, quien se arrancó la peluca de rizos color rosa pastel, arto del outfit femenino— ¡y ahora dile a este salvaje que suelte a Ixchel! ¡No queremos morir hoy!— exclamó desesperado, pero a pesar de que sus manos se aferraron al brazo de Médico para apartarlo, solo consiguió que este lo atrapara con una mano por el cuello, aferrándolo con fuerza. Xochiquetzalli apretaba la quijada, mostrando sus dientes perfectos y pulidos, pero retrocediendo con las piernas temblando violentamente.
—Habla— ordenó la diosa, con una voz tan imponente que el dios muerto cayó de rodillas sobre los volantes de su falda, asintiendo sumisamente— eso es, hasta que por fin veo una actitud inteligente aquí. De todos los dioses yo soy el menos piadoso, así que no quieras hacerte el gracioso. Ahora mismo ninguno de ustedes es rival para mí. Sus días de gloria residen solo en su memoria, y tengan por seguro que jamás tendrán el perdón de nuestro Benefactor, pero podrían aspirar a una muerte menos miserable que la que mis manos les ofrecen. Habla mariquita, ¿Qué sabes del problema con Vida?—
—No puede existir tanta crueldad en una diosa de Ithis. Nos obligas a darte el remedio, sabiendo que lo odiamos tanto, ¡no sabes cuánto tuvimos que pasar para llegar a este punto! Y todo por culpa del caprichoso príncipe ¡eres tan cruel!— reclamó el rubio, a quien los cabellos le arrastraban hasta el suelo al inclinarse— sabemos bien lo que pasó, pero no el porqué. Existe un remedio inmediato, pero no va a gustarles, ¿por qué simplemente no nos dejan en paz?— comentó impotente, para luego quedarse boquiabierto al ver que con esas simples palabras, Médico retiró su pie, dejando que por fin Ixchel recuperara el aliento y liberando a Xochiquetzalli, quien también terminó en el suelo. El galeno se bajó del escenario para tomar asiento en una pequeña mesa con sillas que estaba dispuesto, y bastó un movimiento de sus dedos para que todos se trasladaran en un parpadeo. Reaparecieron en el templo de Ixchel, ubicado en el corazón de la selva de Isla Mujeres, muy cerca de la Península de Yucatán y a varios kilómetros de su posición original. El templo de la Luna poseía grabados que simulaban las vestimentas de su dios regente, mismas que distaban mucho de la ropa que ahora portaba. Para el joven de cabellos azules, el ser llevado a su propio sitio de sacrificios, era un insulto. Los tres dioses muertos se acercaron hasta encontrar lugar en rocas alrededor del altar, mientras que Sabiduría prefirió sentarse en el borde de una estatua quebrada, para vigilarlos por la espalda.
—Jamás pensé que tus métodos funcionaran de forma positiva, estoy impresionado— dijo con sinceridad el sabio, quien se acomodaba los lentes con un leve empujón en la parte central, completamente a la expectativa— aunque diría que es un abuso, tratándose de dioses insignificantes, débiles y mortales—
—Aún seguimos escuchando, estúpidos—reclamó Ixchel, quien dejó la peluca tirada en alguna parte y terminó despojándose del pomposo vestido, hasta quedar tan solo en camiseta interior y un pantalón deportivo que traía debajo. El maquillaje se desvaneció en un parpadeo, como si su piel lo devorara hasta no dejar rastro. La marca del zapato de Médico no solo estaba roja, había escocido la piel en el cuello, por lo que el blight se frotaba un poco de forma dolorosa.
—Tienen la lengua demasiado larga, tal vez convendría rebajárselas un poco—advirtió la diosa, provocando que los tres crisparan al mismo tiempo. Ixchel respiró profundo y se sometió nuevamente. La sonrisa de Médico le provocaba escalofríos a Sabiduría— mientras más información me ofrezcan, más dudas tendré respecto de dejarlos con vida, matar a dos y respetar a uno o deshacerme de los tres. Ustedes deciden—
—Si tuvieron que recurrir a "seres insignificantes" como nosotros... es porque están desesperados— interrumpió el anfitrión— ¿Qué me garantiza que no terminaremos como Gula e Ira?—
—El simple hecho de que sigas hablando ya es bastante garantía— aseguró Sabiduría, quien ya sentía una migraña aproximándose. Podía notar que Avaricia no era tonto, a pesar de estar divido. Sabía bien que en su mesa, la muerte estaba cómodamente esperando lo que necesitaba para después cortarle la cabeza — dolerá menos si satisfaces su ansiedad, tenlo por seguro. Después de todo, si mueres, el pecado capital que representas será heredado a cualquier infortunado que sea tan avaricioso como tú, alguien que esté dispuesto a destruir otro país por oro y piedras preciosas, como tanto te gustaba—
—Sólo queríamos llevar una vida normal y continua, no hemos hecho nada malo, permanecimos en México todo este tiempo, construimos esta empresa sin nada más que el equipo que vieron hace poco, ¿Qué los humanos aunados a nosotros no les importan un poco— Xochiquetzalli ya sudaba, pero su compañero de cabellos rosados le colocó una mano en el hombro, negando con la cabeza, invitándolo a guardar silencio. Fue entonces que Ixchel extendió su mano, y sobre la mesa de sacrificios aparecieron tres raíces frescas de buen tamaño. Tlazoltéotl también tenía un obsequio, y de la misma manera extendió su mano, para traer a la vista una botella de pulque de alta calidad, tan fermentado y exquisito que su aroma alcohólico endulzaba la nariz fácilmente. Al verlo, Sabiduría se retiró los lentes, frotándose el rostro con el claro gesto dibujado del "no, otra vez". Por último, Xochiquetzalli ofrendó un puñado de flores de cempasúchil y un collar de jade muy antiguo.
—Raíz del diablo, para espesar los efectos del pulque y darle fertilidad— explicó Ixchel, acercando a ojos de Médico el tubérculo mencionado— azafrán, para la impotencia y también sirve para alargar la duración del acto sexual... ajo, mucho ajo, mejora la circulación en la sangre, tu sabes— sonrió un momento, al notar que los ojos del galeno cada vez parecían más interesados— pero...tengo una duda respecto de la cantidad necesaria. No me han dicho aún el tamaño del "cliente" a tratar—
—Aquí lo tienes— dijo de inmediato la diosa, quien sacó un teléfono móvil y mostró una foto de Vida, donde solo se le veía tendido, con el cuerpo cubierto del vientre para arriba, y con las piernas tan abiertas, que se le podía ver hasta el alma, ya que la fotografía era de una calidad increíble. Los tres dioses muertos se amontonaron para observar con sus propios ojos el tamaño imposible de la virilidad dormida, emocionándose tanto que casi se olvidan de la situación en la que se encontraban.
—Por todos los dioses, ¿en verdad es tan grande? ¿No es un efecto de la luz o algo así?— susurró el rubio, que parecía salivar al observar a detalle tan preciado tesoro íntimo.
—La mitad de ese pene podría alimentar al continente Africano por años— se sonrojo Tlazoltéotl, quien se frotaba ambas mejillas imaginando cuán grande crecía cuando estaba erecto.
—Una noche con semejante rabo habría sido suficiente para perdonar al príncipe, ya no sé si Gula realmente está muerto o en realidad el verdadero goloso es Muerte, apaga esa pantalla, siento que me picará un ojo ese mounstro si lo sigo mirando— refunfuñó Ixchel, claramente lleno de envidia.
—¡Cómo te atreves a exhibir a Vida de esa manera!— reclamó Sabiduría, poniéndose de pie de inmediato para intentar retener el teléfono, sin lograrlo — ¡es una falta de respeto! ¡Sufrirás las consecuencias cuando volvamos, Médico!—
—Si te calmas, te enviaré una copia. No solo de esta fotografía, si no de las otras veinte—
—E-Estas enferma...¿q-quien quiere una copia? ¡Bórralas!—
—En la última foto se puede ver el lunar en el testículo derecho del que tanto hablaba Muerte....¿umm? ¿Qué dices?....—
—¿El....el lunar?—
—Aja....—
—Bueno...yo...tal vez no es necesario que las borres...—balbuceó acalorado, retomando su sitio, aún con la indignación en el rostro— hablaremos al respecto al volver, ¡pero te prohíbo que lo sigas exhibiendo!—
—Por eso me encantas, cariño...pero retomemos lo nuestro. No me has dicho para que son las flores, y esta planta con púas ¿Cuál es su función?— preguntó con curiosidad la diosa, observando a detalle los últimos dos componentes pendientes sobre la mesa.
—A esto nos referíamos cuando te dijimos que no les gustaría el remedio— comentó Tlazoltéotl, quien acercó la extraña planta con "púas" a las manos de Médico— se llama Toloache, es un narcótico natural, es necesario para que el resto de la fórmula funcione. Pero tiene un efecto contraproducente...—
Sabiduría tragó saliva, estaba seguro de que nada bueno se podía esperar de un grupo de blights.
—Beber toloache en condiciones normales, como en un té, provoca un efecto "de enamoramiento" en una persona común. Pero un dios necesita una dosis infinitamente más grande, y combinada con las raíces, provocará que el padre de todo pierda la memoria, de forma indefinida— explicó Xochiquetzalli, quien acarició los pétalos de las flores doradas entre sus dedos— y por eso quiero agregar flor de cempasúchitl a la mezcla—
—La flor de cempasúchitl es la más preciada y ofrecida para los muertos en este país... se dice que incluso poseen una conexión con Muerte, tan fuerte, que de esa manera jamás olvidarás a tus seres queridos que fueron perdidos, aunque pasen los años— susurró Sabiduría, quien entendió claramente lo que pretendía el chico rubio al ofrecer esa flor— sería muy útil que recordara a Muerte, por lo menos. Eso nos haría el trabajo más sencillo, creo que es una buena idea, ¿tú qué opinas, Médico?
—Están omitiendo información— masculló de pronto el azabache, y tan sólo bastó un movimiento certero de su bisturí, para que las cabezas del rubio y del dios de cabellos rosados rodaran sobre la mesa, dejando que sus cuerpos convulsionaran unos minutos ante lo sorpresivo del ataque. Sabiduría se quedó boquiabieto, pero Ixchel parecía extrañamente relajado, a pesar de que la sangre de sus extensiones le escurría por todo el cuerpo, debido a la cercanía. Tragó saliva al ver que Médico se ponía en pie, apartando los cuerpos decapitados de un golpe y colocándose frente a frente con el último de los tres dioses muertos— dolerá menos si hablas ahora, porque un "calla para siempre" no vendrá en este instante... te llevaré a Ithis, y te arrancaré la piel con un palillo de cocina, mientras me observas. Usaré tu cuero cabelludo para confeccionarme un bolso, y tu carne servirá para alimentar a los blights que tengo en mis mazmorras, pero seguirás vivo hasta que yo lo desee...—
—Fue Nim quien maldijo a Vida— respondió con seguridad Ixchel, a quien ya se le rodaban las lágrimas por el terror infundido. Las manos le temblaban violentamente, por lo que las apretó lo mejor que pudo contra su pantalón, tratando de no voltear a mirar las cabezas de sus compañeros— fue la mordida de su serpiente, ese bicho rastrero trabaja siempre de noche y aprovecha momentos específicos...d-debe haberlo mordido en alguna noche de copas, puede trasladarse por medio de la energía de cualquier ser del Nim, como Muerte; tal vez usó su sombra, pero sólo puede morder una vez cada cien años. Todo lo que te ofrecimos es suficiente para contrarrestar el veneno, pero Vida perderá la memoria irremediablemente, puede que lo olvide todo, que sea solo una fracción o que se regrese en el tiempo hasta una época específica, nadie puede asegurarlo. Dependerá de la cantidad de infusión que le preparen. Todo tiene un precio tratándose de Avaricia. No es un efecto permanente, sin embargo, no puedo garantizar que recuerde todo lo que vaya a perder, y eso incluye sentimientos, vivencias específicas e incluso su propia esencia. Puedes hacer lo que quieras, diosa Médico, no importa si me destrozas o no, es lo que hay—
Muerte había llegado, atraído por el deceso repentino de dos almas que se desvanecieron en el viento, y escuchó atentamente las palabas de Ixchel, para después ser testigo de cómo Médico le ultimaba de la misma manera que al resto de sus fracciones. Sabiduría se percató de su presencia, pero se quedó mudo ante las acciones del galeno, que consideraba innecesarias. La diosa tomó los ingredientes obtenidos, para después entregarlos al sabio, mientras observaba de reojo al juez.
— ¿Están dispuestos a correr el riesgo? Literalmente la solución está en nuestras manos, con algo tan simple como raíces y flores. No me juzguen por acabar con el, Avaricia ya estaba muerto desde que Vida le quitó sus poderes— se encogió de hombros un instante para luego adelantar el paso— nunca estuvimos más cerca de la cura para el problema de nuestro querido líder, pero el riesgo me obliga a preguntarles... ¿aun sabiendo que podrían borrarle la memoria al dios más importante de todos los tiempos, quieren seguir adelante?—
—Resulta de mal gusto que un dios de Ithis recurra a métodos bárbaros en contra de un ser que fue perdonado por Vida— aseguró Muerte, que estaba bastante irritado, valiéndose de sus poderes para hacer huecos en la tierra y depositar los tres cuerpos, antes de que emprendieran la retirada. Médico se reservó sus comentarios desde ese instante, pero estuvo atento al proceso de preparación que Sabiduría aplicó para el botín obtenido, aunque seguía renuente a ofrecerle más alcohol "mágico" al pequeño creador. Se necesitaron siete días más para que la fórmula estuviera bien integrada, misma que tomó un color turquesa tan hermoso, que parecía jade líquido. El collar obsequiado por uno de los dioses muertos fue reservado, ya que el dios sabio temía que poseyera una maldición, aunque ya estaba tan inspeccionado que la roca se quebró en algún momento, convirtiéndose en una joya hermosa, pero inservible.
Vida fue informado a detalle, y en el momento que se convocó una nueva reunión en casa del Benefactor, el juez por fin podía estar cara a cara con el Benefactor. Parecían siglos los que habían transcurrido desde la última vez que se vieron, y al verlo sentado con la espalda descansando contra el respaldo de la cama, se sintió tan responsable que los ojos se le humedecieron de inmediato. Pero el Benefactor extendió su mano, invitándolo a acercarse, y con un leve empujón de parte de Locura, Muerte por fin dio el primer paso.
—Lo siento tanto...—susurró Muerte apenas estuvo junto a la cama y sintió los dedos cálidos de su pareja, pero el joven de piel turquesa negó con la cabeza, frotando los dedos largos y fríos del juez, para luego besarle la mano con tanta benevolencia, que el resto de los presentes se conmovió ante la escena.
—Cuando todo esto termine, quiero hablar contigo... quiero verte a los ojos y decirte todo lo que mi corazón guarda para ti. Muerte, no debes llorar ahora, estoy bien y estaré mucho mejor. Sabiduría consiguió una cura, y junto enfrentaremos al Gran Padre Destructor, para exigirle una explicación al respecto— dijo con seguridad el príncipe, esbozando una sonrisa tan llena de energía como le caracterizaba.
—Sigues diciendo locuras— afirmó Muerte, más relajado, asintiendo suavemente— sabes bien que mi padre no tiene razón para sus caprichos... es una broma de mal gusto que afortunadamente tiene solución...hablaremos todo lo que desees, te lo prometo— comentó el oscuro, inclinando su cuerpo para besar dulcemente la frente del primer dios, antes de alejarse de la cama. En el momento que sus manos se separaron, sentía que le faltaba el aire, y las mejillas se tiñeron de un carmesí adorable. Muerte estaba tan enamorado del pequeño creador, que ansiaba ser él quien padeciera todo ese desastre.
Fue entonces que Médico ingresó, llevando en sus manos un cáliz dorado, dentro del cual flotaban algunos trozos muy pequeños de flor de cempasúchil. Todos se quedaron en silencio en el momento que el príncipe acarició el recipiente con sus dedos, pero antes de que Sabiduría le diera alguna recomendación, el dios se llevó la copa a los labios, bebiendo su amargo contenido de golpe. Amor ahogó su reacción entre los dedos al apretarlos contra su boca, y Musa sentía que desmayaría al ver la forma temeraria en que Vida procedía. Por supuesto, Angustia sería el primero en desmayarse al ver como el Benefactor comenzaba a retorcerse en la cama, siendo necesario que tanto Locura como Sabiduría y Médico le sostuvieran brazos y piernas, hasta que el dolor se acabara.
En el último instante, el príncipe emitió un grito desgarrador, y de su boca emergió una nube semitraslúcida de energía del Nim, misma que se desvaneció apenas salió al exterior. Los ojos del Benefactor permanecieron abiertos largo rato, y en el momento que fue capaz de parpadear, tomó asiento de nuevo, completamente renovado. El silencio en la recámara era abrumador. Todos lo observaban, angustiados, y el corazón de Muerte latía con tanta fuerza que parecía buscar una salida.
— ¿Vida?— rompió el silencio Locura, llamando la atención del dios, mismo que se llevó una mano a la cabeza, pues se ganó una migraña inmediata apenas escuchó su nombre— ¿sabes quién soy?—
—Claro que se quién eres...la pregunta es ¿Qué hacen todos en mi habitación? ¿De qué me perdí?—
—¡Jajajaja! Maldita sea Vida, nos hiciste pasar tantos problemas— exclamó Sabiduría completamente aliviado, quien se acercó para darle un fuerte abrazo al primer dios, y de esa manera, lograr liberar un poco la presión mental que le venía taladrando tantos días— no importa que pasó, lo importante es que estas bien y seguramente tu salud es excelente, tenemos que celebrarlo. Muerte, tú te encargarás de ayudarle a vestirse, el resto, nos vamos a mi hogar, esta noche habrá bebidas gratis para todos—
—¿Por qué tiene que ser precisamente Muerte quien me asista? ¿Es una maldita broma?— dijo de pronto el príncipe, provocando que todos se sorprendieran, y que el juez se quedara sin habla. Podía notar como la expresión en la mirada de Vida había cambiado, reconociendo ese gesto de inmediato: desprecio absoluto— no quiero que alguien como él me toque...—
—Por Ithis... Vida... pero tú mismo acabas de decir que...— Amor intentaba intervenir, pero Muerte al instante extendió su mano, solicitando que se detuviera.
—Lo lamento mi señor— comentó el oscuro, inclinándose en una reverencia —fuimos llamados para atender un raro padecimiento que lo aquejó por meses, me alegro que ahora se encuentre mucho mejor. Enseguida me retiro, si ya no se me requiere aquí—
—¿Tanta es tu urgencia por matar a mis pequeños?— insistió el príncipe, provocando que las lágrimas del juez se acumularan de nuevo, pero Muerte resistió bien, intentando no verlo a los ojos. Recordaba esas palabras crueles muy bien, por lo que se alejó a toda prisa una vez que se despidió, soportando la mirada fría de su pareja, quien le siguió hasta que estuvo fuera de su alcance visual. Médico le alcanzó en el recibidor del sitio, deteniéndolo por un brazo, pero para ese punto, el segundo dios ya se ahogaba en llanto.
—Es una regresión en el tiempo, Muerte, tienes que ser fuerte—
—¡¿Y tenía que volver justamente en el momento que me odiaba con todo su ser?!— Exclamó el juez con el dolor de un corazón que conocía en cuerpo y alma el desprecio de Vida, y los días terribles en el que su trabajo era malinterpretado por el príncipe —es el punto en el que perdió la memoria por primera vez y no me recordaba. Pero esta vez es peor, esta vez no solo sabe quién soy, si no que me aborrece genuinamente... no puedo creer que esto me esté pasando—
—La flor de cempasúchil...¿pero cómo no se me ocurrió antes?— el galeno se dio un par de golpes en el rostro, al sentir que todo tenía un sentido ahora.
—¿De que estas hablando, que tiene que ver la flor en esto?—
—Esa flor no era para que Vida te recordara. Esa flor esta fuera de época, no debería haber estado disponible en el momento que los dedos del dios muerto la entregó tan gentilmente. El sabía que no era auténtica y que tenia una carga negativa; estaba conciente de que su efecto sería en tu contra. Maldita sea... ¡malditos blights de mierda!—
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:3 ¡Hello! Giorgio lo hace de nuevo, esta vez con deidades mexicanas. Los chicos que las representan pertenecen a la serie Princess Princess. Agradezco enteramente sus comentarios, me encanta conocer las reacciones que mis historias les regalan :) ¡Gracias por seguir mis lecturas, saludos desde México!
P.D. Hace un calor infernal :Q___
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