Capítulo 1
Corría en medio del bosque huyendo de la lluvia que se avecinaba, ya casi llegaba al siguiente reino y allí tendría que buscar un refugio para pasar la noche.
La capucha ondeaba con el fuerte viento haciendo que la visión sea cada vez más nula. Al fin había llegado al siguiente reino, sólo tenía que resguardarse de la lluvia torrencial que caía.
Sin haberse percatado de sus alrededores terminó chocándose con una persona que al igual que ella estaba encapuchada.
- Lo lamentó - dijeron ambas al mismo tiempo con la cabeza gacha.
Las dos chicas subieron la cabeza para mirarse entre sí, se quedaron viendo sin decir ni una palabra hasta que el viento sopló y dejó al descubierto la cara de ambas chicas.
Ninguna de las dos se movía ni emitía palabra alguna. Estaban pasmadas, cada una veía el cabello de la otra. Ambos eran rojizos. La única diferencia era que una tenía el pelo largo en una trenza, y la otra tenía el pelo corto.
La chica de pelo largo reaccionó y tomó la mano de la otra chica dirigiéndose a un lugar seco.
— Discúlpame por eso — comenzó diciendo la de pelo largo con una sonrisa — Mi nombre es Maeri — hizo una leve reverencia.
— No te preocupes — decía la de pelo corto — Mi nombre es Shirayuki — se presento e hizo una pequeña reverencia imitando a la de pelo largo — Realmente me sorprendí mucho con tu pelo.
— Me lo dicen muy a menudo — dijo la de pelo largo — Aunque debería de ser lo mismo contigo, ¿Verdad?
— En realidad si — Shirayuki jugueteó con sus dedos — ¿Eres nueva aquí? — inquirió la de pelo corto ya que no había escuchado de otra pelirroja en Clarines.
— Acabó de llegar — afirmó
— Supongo que no tienes un lugar donde quedarte — espero la confirmación de la chica.
La de pelo largo asintió un poco apenada.
— Entonces ven conmigo — dijo alegre Shirayuki.
— ¿No será problema? — pregunto la chica de pelo largo.
— ¡Claro que no! — dijo soltando una pequeña risa — Me gustaría que fuéramos amigas — le extendió la mano.
Maeri se quedó mirando la mano de la chica, ella realmente quería una amiga y algo le decía que podía confiar en ella. Tomó la mano de su nueva amiga y corrieron a travez de la lluvia al departamento de Shirayuki.
— Pasa — dijo abriendo la puerta de su cuarto para su amiga.
— Con permiso
Las dos chicas se quitaron sus capuchas que estaban completamente empapadas y las dejaron a un lado de la puerta.
Shirayuki se sentó en su cama e invitó a que su amiga hiciera lo mismo.
— Jamás pensé encontrar a otra persona con este color de pelo — dijo Shirayuki un tanto alegre.
— Yo tampoco en realidad — dijo mirando al techo — ¿Por que tienes tu pelo tan corto? — le pregunto.
— Bueno.. — comenzó a contar su historia — Yo vengó de un pueblo llamado Tambarun en el cual está el segundo príncipe, pues él quería hacerme su concubina — se detuvo un momento — Así que decidí dejarle un trozo de mi cabello ya que sería como comprar una manzana en una tienda y yo no quería eso — finalizó.
Maeri se quedó pensando en lo que le había contado y no pudo aguantar la risa.
— Lo siento — dijo luego de parar de reír al ver la cara de confusión de la chica — pero realmente hiciste lo correcto — le dio unas palmadas en la espalda.
— No me trates como un bebé — reprocho por la forma en cómo la trata — Ya tengo 18 años.
— ¡No puede ser! — dijo incrédula al escuchar la edad de la chica — Yo tengo 19 — se señaló a sí misma llena de orgullo — Así que soy tu mayor — dijo con una sonrisa burlona.
Las dos chicas se pusieron a conversar de muchas más cosas hasta que cayeron rendidas debajo de las cobijas de la cama.
Ya había amanecido y Maeri se levantó con sueño buscando a su amiga pelirroja con la mirada.
— ¡Shirayuki! — gritó al no encontrar a su amiga.
— ¡Maeri! — le indicó que guarde silencio — Es muy temprano y las personas están durmiendo aun — Shirayuki se estaba cambiando en el baño.
— Entonces ¿Que haces despierta? — pregunto la de pelo largo aun con sueño.
— Tengo que buscar un trabajo si quiero quedarme aquí — le explicó.
— En ese caso te acompaño — dijo levantándose y poniéndose un vestido de su maleta.
— ¿En serio? Gracias — Shirayuki se veía contenta.
Las dos chicas comieron un pan y se pusieron sus capuchas para salir.
— ¿Que clase de trabajo buscas? — pregunto Maeri mientras salían del departamento.
— Me gustaría trabajar como herbolista — respondió mientras observaba una hoja.
— ¡Increíble! Ahora no voy a tener que preocuparme si me enfermo — Shirayuki se rio por el comentario.
Después de deambular por la ciudad encontraron una tienda de aspecto peculiar.
Shirayuki se quitó la capucha y entró en una tienda de plantas medicinales.
— Disculpe, me gustaría saber si hay trabajo disponible — dijo Shirayuki al que parecía ser el dueño de la tienda.
— Por el momento no necesitamos gente pero — el señor saco un papel y se lo entrego a Shirayuki — están haciendo pruebas para herbolista de la corte — le señaló el papel para que lo leyera.
— Gracias — dijeron ambas chicas para salir de aquel lugar
— ¿Vas a intentarlo? — pregunto la de pelo largo al salir de la tienda.
— ¡Si! Lo voy a hacer — dijo muy decidida — pero necesito estudiar las plantas de este país — dijo mientras pensaba en algo — ¿Me ayudarías? — le pregunto a Maeri.
— ¡Claro que si! Tu me diste un lugar para dormir y comida — recordó — Es lo menos que puedo hacer — le sonrió a su amiga.
— Muchas Gracias Maeri — Maeri casi se derrite con esa sonrisa — pero primero tengo que hacer algo, ven — le tomó de la mano y la condujo.
Las chicas caminaban por la ciudad hasta que Shirayuki se detuvo en frente del castillo.
— Shirayuki, ¿Que hacemos aquí? — pregunto Maeri extrañada a su amiga.
— ¡Oh! Se me olvidó decirte que le vengo a decir algo a un amigo — Shirayuki lo dijo con tal calma que hizo que su amiga se preocupara.
— ¡Shirayuki! — saludaron los guardias a la de pelo corto.
— Vengó a hablar con Zen — le dijo a los guardias.
En ese preciso momento un chico de cabellos plateados saltó por arriba del muro y se detuvo al ver a Shirayuki.
— ¡Alteza! — saludaron los guardias a aquel chico.
Shirayuki y Zen estaban conversando mientras que Maeri estaba digiriendo la palabra "alteza" y "amigo" que dijeron los guardias y Shirayuki respectivamente.
— Por cierto ¿Quien es? — Zen se quedó observando a Maeri solo que él no podía ver su rostro debido a la capucha.
— Es una amiga mía — Shirayuki le respondió a Zen.
— Es un placer su alteza — Maeri hizo una gran reverencia y se levantó tan rápido que su capucha se fue hacia atrás dejando al descubierto su pelo.
Tanto los guardias como Zen se quedaron sorprendidos por el pelo de la chica.
Maeri se dio cuenta de ello y se volvió a colocar la capucha.
— No te la coloques — dijo Zen — Tu cabello es muy lindo para que esté tapado — Maeri se destapó — Qué sorpresa que haya otra persona como Shirayuki — dijo rascándose la nuca.
— Zen ella es Maeri llegó aquí ayer — Zen veía con atención el cabello de la chica y también sus ojos los cuales eran plateados.
— Es un placer su alteza — hizo de nuevo una reverencia pero esta vez no tan exagerada.
— El placer es mío — dijo con una gran sonrisa — Por cierto Shirayuki ¿Por qué estás aquí?
— Dijiste que te diga cuando iba a salir — le recordó dándole a entender que se iría.
— Bien, te acompaño — dijo listo para salir corriendo de allí.
— ¡Zen! — se escuchó una voz que se dirigía hacia donde estaban.
— Será mejor que nos vayamos — dijo Zen apurado.
— ¡Ahí estas! — dijo un chico de pelo verde un tanto cansado y alterado — Hola Shirayuki — dijo con una sonrisa un poco más calmado.
— Zen, sabes que debes hacer tus tareas — dijo esta vez una chica rubia — Hola Shirayuki — saludó también.
— Hola Kiki, hola Mitsuhide — devolvió el saludo con una gran sonrisa.
Los chicos luego de haber saludado a Shirayuki se volteó a ver a Maeri y luego regreso a ver a Shirayuki.
— Ella es una amiga mía — dijo Shirayuki al ver como Kiki y Mitsuhide se quedaron un tanto sorprendidos.
— Es un placer — hizo una reverencia — Mi nombre es Maeri — dijo mientras se levantaba.
El chico llamado Mitsuhide se sorprendió al escuchar a hablar a Maeri y se acercó a ella.
— Un placer Maeri, yo soy Mitsuhide — se presento el chico de pelo verde.
— Yo soy Kiki — se presento también la chica rubia.
— Es increíble encontrar a otra chica pelirroja — comenzó diciendo Mitsuhide — Te pareces tanto a Shirayuki — dijo mientras la examinaba y luego regresó a ver a Shirayuki.
— Te puedo asegurar que no tenemos nada en común — dijo Maeri atrás de Mitsuhide.
Mitsuhide se asustó tanto al escuchar a Maeri susurrarle al oído a sus espaldas.
— ¡Ja! — se empezó a reír Maeri — Que asustadizo eres — Maeri se contrajo de tanta risa — Eres muy divertido Mitsuhide — dijo mientras se secaba las lágrimas producidas por tanta risa.
— No te burles — dijo Mitsuhide un tanto avergonzado — Shirayuki has algo — se dirigió a Shirayuki.
— No la conozco mucho — dijo Shirayuki — Pero presiento que no me hará caso — dijo con una leve sonrisa.
— ¡Exacto! — afirmó Maeri mientras miraba a Shirayuki — Espero que nos llevemos bien — se dirigió a Mitsuhide mientras extendía su mano.
— Presiento que me molestarás mucho — dijo un tanto triste mientras tomaba la mano de la chica — Un placer conocerte — dijo con una sonrisa.
— Un placer conocerte a ti también Kiki — extendió su mano a la chica rubia.
— Un placer — extendió su mano y dio una leve sonrisa.
— Ya nos tenemos que ir — mencionó Shirayuki llamando la atención de su amiga.
— ¡Si! — respondió a su amiga — Fue un gusto Kiki y espero poder molestarte de nuevo Mitsuhide — dijo con una sonrisa burlona.
Los tres se fueron hasta el puerto y mientras conversaban Maeri pudo sentir una atmósfera de romance entre Zen y Shirayuki por lo cual se avergonzó.
— Mamá, ¿Por que el cabello de esas dos chicas es rojo? — le preguntaba un niño a su mamá mientras miraba a Shirayuki y a Maeri.
— Parece una deliciosa manzana, ¿no? — dijo Maeri acercándose al niño.
— ¡Quiero una manzana! — dijo el niño muy feliz a su mamá mientras Shirayuki y Zen se reían.
Al salir del carruaje. Maeri se puso su capucha de nuevo y camino por detrás de Zen y Shirayuki.
— Bueno ya estamos aquí — dijo Zen al ver el gran barco.
— Mira esos cabellos rojos — decía una persona a su amigo — podríamos venderlo por mucho.
Zen iba directo a los tipos que dijeron eso pero Maeri fue más rápida y se paró en frente de ellos.
— Cuidado con tus palabras — dijo en un tono frío.
Zen se sorprendió por la agilidad de aquella chica, más Shirayuki parece que no lo había notado.
— ¿Nos vamos? — pregunto Maeri al regresar al lado de Shirayuki.
— ¿Tu también vas? — Zen podría estar más tranquilo si alguien la acompaña.
— Exacto — confirmó con una sonrisa dirigiéndose hacia el barco — Shirayuki vamos — dijo volteándose a ver a su amiga.
— ¡Ya! — dijo mientras veía como su amiga se marchaba al barco — Zen — se giró a ver a su amigo.
Los dos chicos se pusieron a conversar hasta que escucharon que ya llamaban a todos para subir al barco y Shirayuki se despidió de Zen.
— Ya era hora — dijo Maeri cuando vio como su amiga subía al barco.
Maeri estaba con los ojos cerrados pero los había abierto al escuchar como su amiga se acercaba a ella, también pudo divisar a alguien que miraba fijamente a su amiga, claro que el chico no notó que ella lo miraba ya que la capucha lo impedía.
— No me agrada ese tipo — dijo Maeri en un susurro.
— ¿Dijiste algo? — pregunto Shirayuki al ver como su amiga movía levemente sus labios.
— No, no dije nada — dijo Maeri disimulando sus sospechas con una sonrisa.
Las chicas llegaron a su destino y Shirayuki le pidió que fuera a buscar alguna flor medicinal de las que le había enseñado en un libro.
— ¿Puedes? — le pregunto Shirayuki con ojos de perrito.
— Por ti lo que sea — respondió su amiga con una gran sonrisa.
— Te espero aquí — dijo mientras veía algunas flores en el suelo.
Maeri se dirigió a otro lado para buscar alguna hierba que le sea de utilidad a su amiga.
— ¡Ah! Estas se ven similares a las de aquel libro — dijo tomando unas cuantas — ¡Y aquella también! — dijo dirigiéndose hacia otras — ¡Bien! Esto será suficiente.
Maeri pudo divisar como el sol ya se encontraba arriba de ella. Ya era un poco tarde, así que se dirigió donde Shirayuki dijo que la esperaría.
— Shirayuki — llamo a su amiga — ¿Shirayuki? — donde debía estar su amiga sólo estaba unas cuantas flores arrancadas del suelo y unos cuantos cabellos rojos.
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