☰FINAL; TERCERA PARTE!
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FINAL
TERCERA PARTE
Un licuado de cereza ya no muy frío se encontraba frente a la hija mayor de los Freyer. La chica mantenía su cabeza recostada en su mano, mientras repasaba una y otra vez lo que iba a decir.
Se sentó correctamente y miró su muñeca, el reloj rojo marcaba las cinco y veinte.
-Veinte minutos tarde, Cinco-susurró la pelirroja arreglando las mangas de su saco rojizo del colegio.
La campanilla de Griddy's resonó por todo el lugar, indicando que alguien había llegado. Willow levantó la cabeza y vio que el recién llegado era nada más y nada menos que Cinco, el cual se encontraba limpiándose sangre de la cara con una servilleta.
La boca de la chica se entreabrió. El pelinegro se acercó hasta la mesa con una sonrisa incómoda en su lastimado rostro.
-Hola, pelirroja-la saludó en un casi susurro, tratando de que ella pase por alto la sangre que escurría de una herida que tenía cerca del ojo.
-Hola, Cinco-ella lo saludó sin salir de su pequeño trance.
-¿Cómo estuviste, linda?-le preguntó presionando la servilleta contra su herida.
-¿Qué te sucedió?-inquirió ella, viendo con horror como una parte de la servilleta se teñía de rojo.
-Estaba jugando a las cartas con Diego y algo salió mal-mintió el pelinegro. Willo frunció el ceño.
-Es mentira. Conozco a Diego, no sería capáz de lastimarte-acotó Willow. Acto seguido tomó a su novio de la cara y se acercó un poco a el, examinando esa herida-. Dime la verdad.
-De camino aquí tuve una emergencia, ¿si? Otra misión. Pero no pasa nada, ya todo terminó-respondió el soltando un suspiro-¿No me tardé demasiado, verdad?
-No, solo veinte minutos-respondió la pelirroja, quien se encontraba cruzada de brazos.
Cinco hizo una mueca-Lo lamento, Lowie. No tenía idea.
-No importa... -murmuró la ojiazul. Tomó el sorbete del licuado y le dio un sorbo. Cinco bajó la mirada a sus dedos, estaba muy nervioso.
La pelirroja se alejó del licuado y se recostó por el respaldo del asiento, otra vez cruzada de brazos-Vinimos aquí por una razón, ¿de qué quieres hablar?
El corazón del ojiverde se aceleró un poco. Luego de estar unos segundos buscando las palabras correctas, habló-Quiero que hablemos sobre lo nuestro, Willow.
La antes mencionada sintió una pequeña presión en su pecho-¿De verdad crees que sigue habiendo un "nosotros", Cinco?
-Willow...
-No parecemos novios sino... dos niños tratando de entender qué es el amor.
-Willow, para mí jamás fue eso. Me tomé esta relación en serio desde el primer momento.
-¿Sabes que faltaste a casi todas nuestras citas, verdad?
-Lo sé, y en serio lo lamento. Pero estoy muy ocupado, los problemas surgen de la nada, Lowie-trató de hacerle entender, pero ella entendía muy bien todo aquello.
-Te lo dije-musitó la de ojos azules. Cinco la miró confundido-. Te dije que estás demasiado ocupado, te dije que yo solo sería una distracción. De no ser por mí ahora mismo estarías en tu casa, reponiéndote después de esa misión en lugar de estar aquí, perdiendo el tiempo tomando licuados-la pelirroja levantó el recipiente y luego lo colocó sobre la mesa de nuevo.
-Willow, no es así...
-Si es así Cinco. Tus hermanos de seguro te lo dijeron. Cualquiera te lo diría...
-Ellos están más que contentos con nuestra relación, pero eso no viene al caso, Willow.
-Te diré algo que si viene al caso; creo que deberíamos terminar.
La voz de la pelirroja se quebró al decir esto último. Cinco se quedó helado. Todo en lo que estaba pensando fue interrumpido por esas seis palabras. Sin darse cuenta, sus manos empezaron a temblar, sus piernas flaquearon y su mandíbula cayó hasta el suelo.
-¿Qué?-articuló como pudo, casi sin voz.
-Ya me oíste-murmuró ella, mirándolo fijamente.
-Willow, ¿te estás escuchando? ¿Quieres que mandemos esto-los señaló a ambos-a la mierda, solo porque no vengo a nuestras citas?
-No es por eso, de hecho es lo de menos. Entiendo lo de las citas, pero no pues vivir tranquila sabiendo que estoy demás en tu vida.
-Definitavamente perdiste la cabeza.
-¿Perdón?-ella enarcó una ceja.
-Eres todo lo que está bien, Willow. Te aprecio, te quiero, te necesito en mi vida pase lo que pase. ¿No te das cuenta de que siempre que estoy contigo, me siento feliz?-a estas alturas, los ojos de ambos ya estaban cristalizados-. Te amo Willow, y ya no sé como demostrártelo.
El pelinegro tomó la mano de su novia sobre la mesa, entrelazando la con la suya. La pelirroja lo miró con una sonrisa temblorosa. Lágrimas resbalaban por sus mejillas sonrojadas, nunca nadie le había dicho que la amaba de la manera en que Cinco lo hacia.
-Yo también te amo-admitió la pelirroja. Se levantó rápidamente de su asiento. Hargreeves hizo lo mismo.
-No vuelvas a decir que estás demás en mi vida, porque nunca será así-le dijo el chico mirándola a los ojos. Ella asintió repetidas veces.
El pelinegro la tomó del mentón y se acercó lentamente al rostro húmedo de la chica.
Cerraron sus ojos cuando sus narices rozaron. Sus labios entraron en contacto con la mayor delicadeza posible. No tenían prisa, ese momento era solo de ellos dos, y nadie lo iba a arruinar.
-¡HOLA NARICES!
Los dos adolescentes se separon lentamente, Willow con una sonrisa y Cinco con expresión seria.
-Lamento eso-murmuró Cinco contra los labios de su novia.
-¿Y bien? Si no van a aparearse haganse a un lado, hay gente que necesita sentarse-Klaus se acercó a ellos.
Willow rió ante ese comentario. Cinco la tomó de la mano y los dos se sentaron juntos. Los demás llegaron hablando entre ellos, casi ignorando a la pareja.
-Más te vale no haber olvidado el dinero, Luther-Allison lo señaló mientras se sentaba junto a Vanya.
Willow recostó su cabeza sobre el hombro de Cinco, quien pasó su brazo por el hombro de la pelirroja.
Vanya miró a la pareja con algo de incomodidad.
Freyer besó la mejilla de su novio y después miró al resto de la familia Hargreeves.
-Necesito vacaciones de estas malditas misiones, ¿Batman no puede hacerse cargo de una maldita vez?-se quejó Klaus.
-Batman no existe Klaus-Ben rodó los ojos.
-¡Claro que existe! ¿Quién crees que le da su merecido a los ladrones?-chilló él castaño.
-¿Ustedes?-respondió Willow.
-Escucha a la cuñada, Klaus. T-tiene más cerebro que t-tú-bromeó Diego.
-Al menos ella no tartamudea, ¿o si D-diego?-se burló Cinco.
-Hey, no sean as-sí-el chico que Willow apodaba "ninja" miró mal a sus hermanos.
-¡Quiere llorar, quiere llorar!-Klaus apuntó a Diego con su dedo mientras sonreía.
-¿No quieres ir a otro lado? Este tipo de salidas siempre terminan con alguien llamando a la policía-susurró Cinco en el oído de la pelirroja.
-¿Adónde iremos?-preguntó ella.
-A mi casa.
-Pero tu papá no sabe sobre mi, ¿no sería extraño si me llevas de la nada?
-No va a verte, Pogo nos va a encubrir.
-¿Y qué vamos a hacer?
-Mmh... ¿ver películas?-sugirió el ojiverde. Ella sonrió ampliamente.
-De acuerdo.
Cinco se puso de pie sobre el asiento y saltó, quedando del otro lado.
Willow se puso de pie también y Cinco la ayudó a saltar. Los demás comenzaron a quejarse.
-¡Oye, no se abandona a la familia!-exclamó Luther.
Los dos, ignorando las quejas de los hermanos Hargreeves, salieron de Griddy's de la mano y con una sonrisa en sus rostros, dispuestos a olvidar el mal momento que vivieron segundos atrás.
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¿Pensaron que iba a terminar?
Te la creíste chingüengüencha xd ahre
Posta que por un segundo pensé en hacer que Cinco y Willow terminen pero dije "nel". Voy a dejar el drama para más adelante.
¿Sugerencias?
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