☰FINAL; PRIMERA PARTE!
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FINAL!
PRIMERA PARTE
Otra aburrida jornada escolar había acabado para esa pelirroja, la cual estaba abatida por los exámenes. Sosteniendo un paraguas rojo con detalles dorados, avanzaba por la acera, mirando hacia el frente sin prisa. Vivía tan solo a cinco cuadras del colegio, pero siempre tardaba en llegar debido a que caminaba muy despacio, admirando el lugar que la rodeaba. A pesar de todo eso, Willow Freyer jamás se dio cuenta de que alguien, específicamente un niño un año mayor, la espiaba desde su ventana casi todos los días.
A solo unos metros estaban dos hermanos, observando con detenimiento los movimientos de esa pelirroja que había ocupado la cabeza del quinto Hargreeves por más de dos semanas.
El castaño estaba embelezado, de cerca la parecía diez veces más bonita. Vanya lo empuñó despacio y el chico regresó a la realidad.
—Recuerda el plan, chocaré por accidente con ella, se dará la vuelta, dejarás las cartas frente a ella y desaparecerás como siempre lo haces cuando hay que sacar la mesa—recordó Vanya en un susurro.
Cinco asintió seguro. Vanya le dio unas palmaditas en el hombro y salió de su escondito no sin antes hacerle un ademán a su hermano.
La castaña caminó "distraídamente" hasta donde Willow estaba. La pelirroja, quien iba sumida totalmente en sus pensamientos, sintió un golpe en la espalda. Soltó el paraguas rápidamente y sintió como miles de gotas cayeron sobre ella. La lluvia la estaba empapando y ella no se daba cuenta.
Vanya hizo una mueca. La pelirroja se había caído al suelo, mojando su uniforme. La castaña miró a su hermano, asintió una vez y regresó su mirada a la chica de ojos turquesas.
—Cuanto lo siento, me resbalé—se disculpó Hargreeves extendiendo su mano derecha a la niña.
La pelirroja no dijo nada, tomó la mano de esa desconocida chica y se puso de pie—No te preocupes, yo iba muy distraída—sonrió levemente, aguantando las ganas de gritar insultos en cinco idiomas diferentes.
Vanya vio como Cinco apareció detrás de la pelirroja, quien trataba de acomodar su cabello. El castaño dejó las cartas en el suelo, admiró el cabello de la chica y luego desapareció.
—¿No quieres pasar y secarte en nuestra casa?—le preguntó Vanya en un intento por ser caritativa.
Willow frunció el ceño—¿Nuestra?
Vanya se dio un golpe mental—Mi, quise decir mi casa. A veces me pasa. Tengo seis hermanos, es la costumbre —el nerviosismo de Hargreeves se notaba a metros, pero Freyer jamás lo notaría.
—¿Seis hermanos?—la cara de la pelirroja fue de asombro—. Yo soy hija única, compartir cosas con más personas debe ser increíble.
—Si, lo es—la voz de Vanya salió apagada. Casi nunca estaba con sus hermanos, solo cuando su padre quería someterlos a una tonta prueba y ella quedaba como la secuaz-secretaria del tipo que les estaba arruinando la infancia.
Empezó a llover más fuerte, los ojos turquesas de la chica se abrieron de par en par y se agachó para tomar su paraguas. Lo extendió hacia Vanya.
—Ten—le dijo. Vanya levantó una ceja confundida, luego entendió todo.
—No, no puedo. Es tu paraguas—se negó totalmente.
—Vamos—Willow sonrió—, vivo muy cerca. A lo sumo solo me queda una cuadra. Además, esto servirá como excusa para que me lleven a casa en auto—rió ella.
Vanya también lo hizo, luego recordó a Cinco—¡No!—exclamó—. Caminar es muy bueno, no dejes de hacerlo solo porque está lloviendo.
—No iba a hacerlo, solo es broma. Mientras más lejos esté de mis padres, mejor—suspiró—. Me llamo Willow Freyer,un gusto.
Vanya sonrió ampliamente—Vanya Hargreeves, un gusto también.
Las dos estrecharon sus manos y se sonrieron. Cinco observaba todo esto desde su escondite—Vamos Vanya, date prisa—murmuró.
Sus ojos claros se detuvieron en el rostro de la pelirroja. Tan angelical, tan delicado, tan bonito. O al menos así lo consideraba Cinco.
Un trueno resonó por toda la ciudad, Willow tembló y miró a Vanya.
—Debo irme a casa, te veo otro día Vanya. Fue un gusto conocerte—se despidió Freyer.
—Hasta luego, Willow—la castaña se despidió con la mano.
Vanya salió corriendo de la acera y cruzó la calle. Fue al callejón cercano donde Cinco estaba escondido y se puso junto a el.
Willow solo dio pasos cuando sintió algo extraño en zuela superior de sus zapatos. Bajó la vista y se sorprendió al ver que estaba pisando una caja roja de madera. La chica frunció el ceño y se agachó para tomar la caja.
La acercó más a ella y leyó lo que la tapa decía. Para la Bonita Pelirroja. ¿Por qué debes ser tan linda?
Willo se sonrojó automáticamente luego de leer aquello.
Cinco sonrió entusiasmado y Vanya chilló levemente. El plan había salido bien. Ahora Willow tenia cartas, Vanya tenía-probablemente-una amiga y Cinco había podido conocer el nombre y la cara de esa pelirroja que espió durante dos semanas enteras.
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