Veía las noticias sin dar crédito a lo que podía escuchar,era algo intolerable.Trasladar a uno de los criminales más peligrosos de California quizás del país entero a una cárcel que posiblemente no tuviera la misma seguridad era la idea más estúpida del mundo.

Christopher Gabin,acusado de varios crímenes graves como el asesinato de un fiscal y del gobernador de un pequeño pueblo no muy lejos de aquí.Dicen también,que no esta mentalmente estable por lo que aprovecharían para hacerle algunos estudios.
Torturó a todas sus víctimas a morir,era un monstruo,recuerdo que mi madre no me dejaba salir ni a la esquina claro que en momentos en los que él seguía suelto,estaba preocupada había veces incluso en las que hablaba como si lo conociera,siempre me dije que era cosas mías ¿Pero y si no era así?

—Amor ¿Estás bien?

Salí de mi transe y giré a ver a mi prometido,Robbie él cual se encontraba preocupado.

—si,es que me parece muy mal lo que harán —señalé la televisión con las noticias más relevantes.
La imagen de Christopher salió en directo con sus ojos azules tan vacíos y espeluznantes casi que te escudriñaban con la mirada,se metía en lo más recóndito de tu alma.

—si pienso igual pero así se tiene que quedar,en un simple pensamiento. —fregó mi brazo con su mano en un intento por calmarme —Nosotros no podemos hacer que eso cambie.

—lo sé —suspiré—mi madre solía sobre protegerme demasiado cuando él estaba aún prófugo y siento que quizás tenía una razón para hacerlo,una que solo ella sabe.

—yo te sobre protegeré ahora, si eso te hace sentir mejor —quitó un mechón de mi rostro que estorbaba y lo acomodó con delicadeza tras mi oreja.

—te amo —acerqué mi rostro al suyo.

—y yo también,como no tienes idea —unió nuestros labios en un beso.

La cuestión aquí era el lugar donde trasladarían a Christopher,porque yo trabajo en ese establecimiento como administradora y el solo hecho de pensar que me lo puedo cruzar,ver su mirada fría sobre mi...¡Me daba escalofríos!

Algo a destacar sobre su persona y de lo que todos teníamos constacia era su apodo,le llaman "El Faraón",dado que si lo mirabas a los ojos él podía llegar a matarte,por alguna extraña razón no le gustaba que lo mirasen,quizás el saber que lo pueden juzgar lo desquicia.

Suspiré intentando calmarme,tenía mucho trabajo y lo único en lo que podía pensar era en ese hombre que iban a traer en cuestión de minutos.
Mi pierna no dejaba de moverse de arriba a abajo en lo que parecía ser un tic nervioso,la mesa temblaba pero no era algo que importara como al aparecer,tampoco lo hacia mi trabajo y el papeleo que se me juntaría sin no lo terminaba en unas horas.

—¿Estás bien? —Barry,mi compañero y buen amigo se sentó frente a mi escritorio dejando en la mesa un té de frutillas para mi —sé lo mucho que te gusta,así que te traje un poco para que pudieras relajarte. —agregó señalando la infusión.

—no,realmente no lo estoy —tomé el pequeño vaso de polipropileno y lo llevé a mis labios dándole un pequeño sorbo.

—puedo saber ¿Por qué?

—uh...es complicado —miré la infusión,la cual se movía en espiral.

—me gusta lo complicado —sonrió encogiéndose de hombros.

—es por el convicto que traerán hoy —murmuré

—¡oh! No tienes que tener miedo,Oliver no dejará que nos pase nada —aseguró

Oliver era nuestro jefe y amigo,nos conocíamos desde la preparatoria,estudiamos juntos hasta el final,al parecer.

—Robbie se pondrá celoso —bromeé.

—¿Tú crees?

—¿La verdad? No,el confía en mi y yo en él. —admití pensando en él.

—¡Oigan! Ustedes dos dejen de socializar —dijo Oliver con diversión mientras se posaba junto a nosotros. —¿Todo bien?

—si —hablamos al unísono.

—¿Y tú? —pregunté curiosa

—bueno no te voy a mentir,estoy nervioso —rió

—ya somos dos —murmuré desviando la mirada —¡Oh Dios! Tengo papeleo y aún no empiezo —caí en cuenta cuando vi el claro desorden en mi escritorio —hoy no saldré a almorzar con ustedes.

—nos quedaremos contigo y almorzaremos aquí ¿Verdad Oliver?

—si,nos quedaremos contigo.

Luego de esa amena conversación,me puse a trabajar como era debido,en menos de tres horas tenía la mitad hecho,la verdad no quería quedarme hasta pasada la hora de salida por lo que me obligué a hacer las cosas mas rápido.

—¡Ay! —tomé mi muñeca al sentir un tirón,creo que tanto escribir de corrido y sin descanso termino por lastimarme.

Hice unos ejercicios para ayudar a los músculos de mi mano y seguí con lo que estaba,por lo menos ya no pensaba en Christopher.

—¿Vamos? —Barry llegó con su morral colgado del hombro y se apoyó en mi escritorio.

—en un minuto,adelantante si quieres —levanté apenas la mirada para sonreirle.

—no te tardes —me señaló divertido y se fue.

Luego de unos quince minutos terminé el último documento y apagué todo,tomé el bolso para terminar saliendo.
Iba concentrada en mi celular hablando con Robbie cuando cruzo la puerta y veo cierto camión de seguridad,no podía pasarme esto a mi y lo peor es que me había quedado petrificada enfrente.

Como en cámara lenta los oficiales de policía abren las puertas traseras y una sombra se hace paso para luego dejar ver a la persona a la que le pertenecía.Juro que intenté no mirarlo a los ojos pero no pude,fui la primer persona que vio y no me gustó.
Sus ojos se clavaron en mi como dos pares de dagas heladas,su mirada azul era fría como el mismísimo océano atlántico y trasmitían terror puro pero,extrañamente se ablandó por un segundo literal haciendo que de cierta forma se me hiciera familiar.

—¡Ellie! —Barry llegó hasta mi y jaló mi brazo para sacarme del camino por donde los oficiales se encargaban de escoltar a Christopher el cual naturalmente estaba esposado de pies y manos.
Su aspecto por otro lado era deplorable,su pelo rubio todo desgreñado y seco al igual que su barba daban a entender el poco cuidado que se le había dado en la prisión de máxima seguridad.Aún así podía ver que bajo todo ese descuido había un hombre atractivo que lamentablemente solo se quedaba en eso.

—¡Vamos! —Oliver nos empujó ligeramente para que nos movieramos —¿Por qué demonios lo miraste a los ojos?

—no lo sé,creo que sentía curiosidad —me encogí de hombros.

—no lo vuelvas a hacer —ordenó

—tranquilo,con suerte no habrá segunda vez. —miré de reojo a Christopher el cual se volteó a verme de soslayo y todo lo fuerte que había sido hasta ahora se desvaneció,sentí miedo haciendo que lo único que se me ocurrió,correr dentro del edificio y bajar rápidamente las escaleras que conducían al sótano,quería escapar de esa mirada.