—no puede ser —solté la foto y me arrodillé en el piso tapando mi cara con mis manos.

—tranquila amor —Robbie se acomodó a mi lado envolviendome en un abrazo.

—no puedo,digo ...¿Quién es el para mi?

—yo creo que es muy obvio,él es tu...—negué evitando que terminara la frase.

—no,no lo digas —sentí unas lágrimas resbalar por mi mejilla —no puede ser posible,¿Por qué mi madre estaría con un monstruo como él?

—porque no siempre fue así —levanté la mirada encontrándola en la puerta con una bandeja que contenía un plato de galletas y dos vasos con jugo de naranja,la cual dejó sobre el escritorio para luego sentarse junto a nosotros pero en la cama.

—no entiendo nada,¿Entonces él...? —asintió

—cuando lo conocí era un hombre maravilloso,era como un ángel caído del cielo —sonrió con tristeza —pero algo o más bien alguien lo metió a un mundo oscuro ¿Conoces el síndrome de Estocolmo?

—espera...¿Él te secuestro?

—pues si pero a pedido de su padre,Christopher me cuidó aunque no lo creas y al final nos enamoramos. —suspiró inclinándose para tomar la fotografía —me dejaron libre y no lo volví a ver,hasta el día en que saqué esta foto.

—¿Por qué me lo dices ahora?¿Por qué no antes? —pregunté dolida

—no tenía la fuerza para decirle a un niña que su padre era el convicto más peligroso del país y además me sentía tan avergonzada —se limpió las mejillas empapadas en lágrimas —porque me había enamorado de alguien como él.

—el corazón elije a quién amar —miré por instinto a Robbie quién me apretó un poco más contra su cuerpo con una pequeña sonrisa en su rostro. —así que debiste decírmelo,ahora entiendo aquella mirada que me dio,él me reconoció.

—¿Lo viste? —mi madre lucía muy sorprendida

—fue cuando lo trasladaron a la cárcel en el departamento de policía,la segunda mirada me causo miedo y terminé con un ataque de pánico pero por suerte lo tengo a él —tomé el rostro de mi prometido con ambas manos —mi ángel de la guarda.

—amor,me avergüenzas —murmuró

—pero cariño,es la verdad —me encogí de hombros.

—cariño,lo siento tanto —dijo mi madre afligida

—está bien,creo —me puse en pie con Robbie por detrás —ya es hora de irnos

—comprendo —intentó sonreír pero falló terriblemente

Durante el trayecto de vuelta a casa,el silencio inundó el auto pues ninguno de los dos tenía palabras para lo recientemente revelado,por mi parte temía que Robbie me viera de otra manera y no como soy realmente,no quería que me dejara no iba a soportarlo.A lo largo de estos años juntos me he dado cuenta que él es todo lo que yo necesitaba lo que me hacia bien y sin el en mi vida recaería.

—¿Estás bien? —para cuando me di cuenta estábamos en casa,yo sentada en la barra con un té de frutilla recién hecho en mis manos.

—si —murmuré acercando la taza a mis labios para dar un sorbo a la infusión.

—¿Sabes que puedes decirme lo que sea,verdad? —estiró su mano por sobre la barra y entrelazó nuestros dedos.

—no quiero que me veas de otra forma —admití —soy la misma Ellie de siempre y mi padre no va a cambiar eso.

—lo sé —asintió —no te veo de otra forma —rodeó la barra y se puso frente a mi ya que me encontraba sentada en un taburete. —eres la misma mujer de la que me enamoré.

—¿No vas a dejarme? —él negó con la cabeza y me abrazó siendo correspondido al instante.

—jamás —murmuró —jamás vuelvas a pensar algo así,tu padre no va a definir lo que tú eres porque Ellie es un persona y Christopher otra ¿Ok?

—¡Ok! —sonrió —por esto digo que eres mi ángel de la guarda ¿Qué haría sin ti? —tomé su rostro con ambas manos y lo acerqué al mío hasta unir nuestros labios en un beso.

—¿Estás mejor? —preguntó al separarnos.

—si...¿Recuerdas la foto? —el asintió —he estado recordando,en ese entonces tenía seis años ...

Estaba en mi habitación jugando con mi muñeca nueva,mientras tarareaba la canción de la Bella y la Bestia,era mi película favorita de princesas.Tarareaba porque en el piso de abajo podía oír a mi madre discutir con otra persona.

Al ver que no paraban,dejé mis juguetes y me asomé por la puerta para escuchar mejor.

—Rose tengo el derecho de verla,es mi hija —dijo un hombre

—no dejaré que un monstruo como tú se acerque a ella —replicó mi madre

—quiero conocerla,solo te pido verla unos minutos no le haré daño.

—diez minutos,no más —abrí mis ojos como platos y me apresuré a meterme a mi habitación,tomé mi muñeca fingiendo que estaba jugando.

Entonces entra ese hombre a mi habitación,era alto con el cabello rubio y ojos azules como los míos.

—Hola —me saludó y luego se acercó lentamente

—Hola —musite un poco asustada

—¿Elizabeth,cierto? —se sentó junto a mi y tomó a Barbie Ken.

—Ellie,mi familia me llama así —me encogí de hombros —¿Y tú cómo te llamas?

—Christopher pero puedes decirme pa...Chris —sonrió

—¿Eres amigo de mi mamá? —peiné a mi Barbie

—algo así,si —suspiró —tengo algo para ti. —metió una mano en su bolsillo y sacó una cadenita con un dije de mariposa lila.

—es hermosa,gracias —la admiré una vez que me la puso

En eso volteó a la puerta y veo a mi mamá con la cámara,Christopher lo nota y también voltea justo para la foto.

—¿Amor? —parpadie varias veces hasta que regresé a la realidad encontrando el rostro preocupado de Robbie frente a mi.—¿Te encuentras bien?

—si sólo...debo buscar algo —corrí hacia la habitación con mi prometido pisándome los talones.

Fui directo al aparador y revolví mi alajero hasta dar con el collar de mis recuerdos,aún lo conservaba.

—¿Ese es el collar? —asentí

—si este es —fruncí el ceño dejandolo donde estaba —tengo que verlo.

—no voy a dejar que vayas sola,no mejor dicho no dejaré que vayas en este estado —me hizo sentar en la cama —tienes que relajarte ¿Sí? Deja de pensar en Christopher por un minuto.

—lo intentaré pero no prometo nada —sonreí apenas para tranquilizarlo.