Fecha de publicación: 4/1/24

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Desperté con el cuerpo adolorido en una cama que no era la mía, con una ropa que no era mía y definitivamente no en mi habitación. De eso me dí cuenta al observar la habitación completamente en tonalidades gris y negro.

Salí de abajo de las sábanas de seda haciendo contacto de mis pies con el suelo sorprendentemente tibio y acogedor, caminé hasta la puerta por donde la iluminación se filtraba y entonces los escuché. Los estruendoso de algo rompiéndose.

Asustada pegué mi oreja a la puerta para entender algo de lo que pasaba pero fue en vano. Entonces decidí salir de ayí y descubrir lo que pasaba.

Jamás creí encontrarme el mismo infierno en la tierra.

Me acostó con suavidad nuevamente en la cama que ahora sabía que pertenecía a él y como no me dí cuenta si su olor estaba por toda la habitación.

-No debiste ver eso-señaló.

Me encogí de hombros.

-¿Quieres algo de comer?-me preguntó, con aquellos ojos oscuros puestos en las marcas de mi cuello.

Ni siquiera él lo había notado hasta que me cargó en brazos y débil aún mi cabeza se fue hacia atrás.

Negué con la cabeza.

Solo lo quería a él, a él y a la protección que emanaba hacia mí.

-Necesitas comer mariposa -sonreí ante el apodo.

-Lo único que necesito es a tí

-A mí me tienes-destacó, moviendo un mechón de mi cabello fuera de los ojos-, pero tú estómago no creo que se conforme-comentò divertido al sentir a igual que yo mi estómago rugir.

-Creo que puedo comer una pizza, mi favorita.

El sonrió

-¿Y cual es esa?-preguntó, pero después algo en su cabeza hizo un clic al recordar que me gustan las cosas raras-, déjame adivinar, alguna cosa rara de ¿piña, jamón y huevo?.

-¿Qué?-chillé-, no, que asco.

-Quiero una de jamón, doble queso y atún-informé-, esa es mi favorita.

Hizo un asentamiento con la cabeza y se levantó de la cama.

-Voy por tú pizza

-¡Axel!-lo llamé y el se detuvo, quería saber de mis hermanos, me preocupaban.

-Tus hermanos están bien-informó, como si hubiese leído mi mente-, me aseguré de que ellos estuviesen bien mientras yo te cuido a tí-argumentó.

-Gracias

Esperé por que dijera algo más pero solo asintió y salió de la habitación

-Arrodíllate. -Ordenó y obedecí inmediatamente, mis rodillas tocando la alfombra de felpa-. Chúpame la polla.

La incertidumbre cruzó mi expresión y tomó mi barbilla entre mis dedos.

-¿Qué pasa.

-Nunca lo he hecho-confesé

-A tu ritmo mariposa

Le bajé los bóxers y rodeé su duro miembro con una mano, acariciándola suavemente. Su polla se movió, necesitando más. Rodeó mi mano con la suya mostrándome como le gustaba.

Mi boca se abrió, mi respiración se entrecortó y juro por dios que me puse colorada.

Tiró de la piel con fuerza, hacia arriba y hacia abajo, con el pre-semen que ya brillaba en la punta de su miembro.

Me lamí los labios y lo miré. La verdad que llamarlo miembro o polla era para mí muy difícil y complicado.

-E-eres tan hermoso-murmuré, deleitándome como el líquido transparente hacía brillar su cosa y entonces tuve una idea, deslizé mi lengua por su polla y esta se estremeció en mi lengua.

Un calor se extendió por mi piel, algo nuevo y diferente, levanté mi mirada encontrándome con sus ojos más oscuros que antes así que supuse que lo estaba haciéndo bien, lamiendo su miembro como una piruleta.

-Lo estás haciendo bien, mariposa-dijo con voz ronca-. Demasiado bien, mierda-gruñó.

Su mano se acercó a mi cabello, sus dedos lo agarraron y jalaron.

-Necesito tomar el control-exgió-. ¿Me dejarás?

Parpadeé y él no perdió el tiempo.

-Chúpame profundamente, mariposa -exigió mientras empujaba profundamente dentro de mi boca.

Me apartó el cabello de la cara para que no me estorbara.

-Golpea mi muslo cuando necesites respirar-me imdicó y asentí.

Lo llevé más adentro, manteniendo el contacto visual con él. Nunca me hubiera imaginado que ella no ha hecho esto antes. Tuve arcadas, pero no toqué su muslo por el contrario me lo llevé más adentro chupándole hasta los huevos. Me felicité mentalmente al escuchar sus gemidos de satisfacción dándome a entender que lo estaba haciendo bien. Me volví deseosa de él y apreté con fuerza su miembro entre mis manos.

-Relájate -espetó-. Lo estás haciendo muy bien, amor. Tan malditamente bien.

Relajé mi garganta y me lo metí más profundi en mi boca, tomando cada centímetro de él.

-Mierda-siseó contrayéndose y entonces se corrió en mi boca. Cerre los ojos llenándome con su semen. Sabía salado y a la vez dulce por lo que me lo tragué todo sin dejar salir una gota de mi boca.

-Eso es mariposa, hasta la última gota -ordenó.

-Axel-gemí su nombre.

Abrí los ojos de golpe sentándome en la cama. Mi respiración era agitada y una capa de sudor cubría mi frente. Mi cuerpo se sentía caliente y entre mis muslos yacía algo pegajoso.

-¿Un buen sueño?-escuché su voz ronca inundando la habitación.

-¿Q...qué haces aquí?-balbucié, nerviosa.

-Es mi habitación -se levantó del mueble y caminó para que la luz lo alumbrara.

Mierda, era cierto.

-Entonces dime, ¿un buen sueño?-sonrió de medio lado-, imagino que sí, si mi nombre salió de tu boca-comentó-, casi en un gemido.

La vergüenza cubrió mi rostro, agarré la sábana negra y me cubrí. Debí haberme quedado dormida nuevamente cuando el fue a buscar la pizza. De pronto como si mi cerebro y mi estómago se hubiesen unido por el recuerdo, este último gruñó.

-Tú pizza favorita te espera mariposa.

-Gracias-agradecí. Una duda ocupó mis pensamientos -, ¿cuánto tiempo dormí?

-Una hora.

Dios solo una hora y ya se la había chupado en sueños.

Necesitaba salir de aquí cuanto antes, pero ¿como?.