ACLARACIÓN IMPORTANTE

Ya aqui comenzamos cuando Ava tiene 25 años. Han pasado los 10 años en total desde que tenía 15.

PRESENTE DE AVA

NEW YORK 10 AÑOS DESPUÉS

_Respira Ava. Un paso tras otro. Un giro completo y terminarás. Mi pie se tuerce. Caigo al suelo. Todos se ríen. Final._

-¿Ava?

Parpadeo

-¿Estás bien?

-¿Eh?, si, claro que sí-bebo un sorbo de mi café.

Dirijo mi mirada nuevamente al auto negro que esta estacionado en la otra calle.

-Ese auto-mi compañera me mira confundida-, no crees que es raro que siga ahí sin moverse ni nada.

La verdad es que no le he prestado atención pero por alguna extraña razón ahora me pone nerviosa al verlo tan grande ahí, todos los días.

-¿Auto?-señalo con los labios la dirección. Jesse voltea.- La verdad es que es un gran coche, de algún millonario tal vez pero no, no me parece raro. ¿Por qué a tí si?.

-No lo sé, es como si estuviera vigilándo algo o a alguién?

-Son paranoias tuyas Ava-me dice bromeando- . Mejor termina el café que llegamos tarde.

-Tienes razón -agito levemente la cabeza disipando esos pensamientos. Instantáneamente mi mano derecha se mueve hacia mi muñeca izquierda buscando el lugar en donde marqué mi piel con tinta para recordar que soy valiente.

De pronto él auto se pone en marcha, da la vuelta y obligatoriamente pasa por nuestro lado ya que la mesa en donde estamos sentadas dá para la calle. Este es negro completamente y aunque no soy una profesional juro que es de cristales polarizados.

Mientras más se acerca noto los detalles que me hacen deducir la marca. Es un Rolls Royce Wraith del año. Solo un millonario tendría un auto así.

Termina por pasar por nuestro lado y, aunque la ventanilla esta totalmente arriba mi piel se eriza completamente al sentir una mirada pesada en mí.

-Ava-la mano de Jesse va a la mía, la miro-, el café -señala.

-Ah sí, perdona.

Me termino el café de una sola vez y hago una mueca al notar que ya esta frío.

-Odio cuando pasa eso.

-Pero es que te pierdes-bromea, burlándose de mí-, siempre te pasa lo mismo.

-Es imposible no hacerlo cuando saco mi cabeza de los libros.

-Es lo que yo te digo, deberías disfrutar más de la vida-abre las manos para abarcar espacio-, el mundo ahí fuera está esperando por tí.

Me río

-¿Y eso te lo ha dicho tu ojo periodista?

-Eres toda una profesional, guapa, talentosa, solo te hace falta...

-Tener trabajo-me lamento al ser una profesional casi desempleada. El trabajo que conseguí la empresa quebró y pues ahora estoy casi desempleada. Tampoco he querido pedir favores y eso lo edta volviendo mas difícil.

Aquí en New York es donde se me ha hecho más dificil.

-No-niega-, creértelo-específica.

-Ay Jesse, para eso me falta mucho.

-Si solo fueras un poco más segura de tí.

-Si, si, como digas-recojo mi bolso del espaldar de la silla y me lo coloco en el hombro derecho. Debajo del izquierdo la carpeta con algunos papeles del trabajo.- ¿Nos vamos?.

Ambas nos levantamos dejando las tazas vacías y el dinero, caminamos hacia la puerta giratoria para salir pero antes de pasar yo Jesse se adelanta sacándome la lengua por tomar la delantera. Sonrío.

Cuando empiezo a pasar yo, me fijo que del otro lado entra alguién. Un hombre bien corpulento vestido completamente de negro. Su cabello es castaño tirando a miel y esta alborotado un poco hacia adelante. El rostro es duro remarcando un mentón cuadrado acompañando a dos hermosos ojos oscuros como la noche y una nariz perfectamente simétrica. Lo que más llama mi atención es la cicatriz que destaca en su ojo izquiero. Me recuerda mucho a Scar del rey león.

Nuestras miradas se encuentran y literalmente por un segundo dejo de respirar cuando sus labios se curvan en una pequeña sonrisa ladina.

<Más pronto de lo que creía>-me digo mentalmente.

La puerta termina por sacarme e instantáneamente giro mi cabeza hacia atrás esperando verle al menos de espalda. La sorpresa me llega de golpe cuando veo que se encuentra detrás de el cristal frente a mí con los brazos cruzados sobre su pecho.

La misma sonrisa de antes adorna su rostro duro y en un intento de no dejarme ver como idiota cambio la vista.

<Yo te conozco, por supuesto que sí>

-¡¿Ava?!

-Mierda-chillo-, me asustaste.

Automáticamente mi mirada regresa hacia donde él estaba, él, ya no es un desconcido. Decepcionada por completo porque ya no está ahí me centro en Jesse que me jala del brazo.

-Cuidado con esa boca niña, eres una profesional.

-Una profesional sin trabajo fijo.

-Ya verás que la vida te va a sonreír en algún momento, a las personas buenas le pasa eso.

-No lo creo-musito, decepcionada-. He tenido demasiadas trabas en vida.

-No seas conformista Ava, eres una profesional que muy pronto será reconocida.

-Me gusta tanto tu entusiasmo -remarco-, eres de la pocas personas que han llegado a mi vida y han sido sinceras.

-¿Lo dices por Arem?-menciona y, el recuerdo de mi ex prometido llega punzante a mi pecho.

Minutos carajo, minutos antes de casarnos decidió dejarme plantada.

Ese día me juré tres cosas, nunca màs confiaría en un hombre, jamás pisaría un altar y nunca me vestiría de blanco nuevamente. Odio el blanco.