
🦋2-Palomitas con chocolate🦋
Fecha de publicación:29/12/23
●▬▬▬▬๑۩۩๑▬▬▬▬▬●
Continuamos con el pasado de Ava y Axel
Debí ver la banderas rojas, aquel mismo día que me descubrió recorriendo su cuerpo mojado, pero no, para ese entonces una niña de 15 años era solo eso, una niña.
Me había estado viendo con él a escondidas de madre, nunca nada indecente, más bien nuestros encuentros eran entorno a comer helado, ver una película o pasear por el parque. Tacha eso. Nunca más volvió a suceder porque el día que lo confundieron con mi padre sentenció jamás salir conmigo a la calle nuevamente. Entonces ahora solo nos dedicábamos a jugar cartas, narrar anécdotas y a comer mucho paster de limón.
Èl sabía todo de mi vida, donde trabajaba, que no estudiaba, sobre mis hermanos, sabía incluso cuando bajaba mi período porque estando un día en su casa me bajo sin avisar y él tuvo que hacerse cargo.
Era lindo verlo así, tan detallista, aunque solo fuese por fuera. Por dentro estaba vacío, su mirada desolada lo decía. Escondía un gran dolor dentro de un oscuro secreto y yo quería descubrirlo.
Esa era mi meta.
Había hablado con madre según él y esta me había permitido estudiar. Fue entonces cuando un día que me fue a recoger a la escuela también lo confundieron pero esta vez con mi hermano mayor.
Era divertido ver su cara en ese momento cuando le decían así.
-¿Te divierte?-me preguntó arrugando el seño.
-¿Qué, verte ceder ante una chiquilla como yo?, si, obvio que si.
-Esto es asqueroso-miró una vez más el recipiente-, ¿a quién puede gustarle esto?
Encarné una ceja
-A tí por supuesto-reafirmó
-Me ofende señor Wade-dramaticé, llevándome una mano al pecho fingiendo dolor.
-Axel-me corrigió-, llámame Axel
-¿Entonces, vas a probarlo?-le pregunté con curiosidad y él solo se encogió de hombros. Al parecer las palomitas de maíz con chocolate no eran sus favoritas.
-¿En serio debo probar eso?
Asentí
-Bien-aceptó, resignado y refunfuñando. Metió la mano en el pote y sacó un puñado de palomitas. Sus dedos se embarraron de chocolate y una mueca de asco se dibujó en su rostro.- Nunca me ha gustado el chocolate-mencionó y se metió las palomitas en la boca.
Comenzó a masticar pero sin tragar, al instante le llegaron las arqueadas y muy pronto escupió las palomitas masticadas al suelo.
-Dios, que asco-se quejó escupiéndo.
Mi carcajada no se demoró en salir ganándome una mirada de reproche.
-Supongo que no te gusta-mencioné con picardía.
-¿De verdad, no me digas?.
-Ay ya, no te quejes. De seguro has probado cosas peores.
-No te pases mariposa.
-¿Mariposa?-le pregunté con curiosidad ante el apodo.
-Si, mariposa-reafirmó.
-¿Por qué me apodas así?-me preguntó y en ese intante no supe que decir.
Que le diría, que ella era una niña cautiva en un bando de lobos hambrientos, que era la presa perfecta para muchos.
Ella era mía, así lo había decidido desde el momento en el que sus ojos color miel me estudiaron. Ella era mía, mía para cuidar, mía para proteger, mía y punto.
Quería follármela, si, la deseaba porque a pesar de tener solo 15 años su cuerpo era un escándalo terrenal.
-¿Vas a decirme o no?-cuestionó, con curiosidad.
Sus ojitos brillaron ante mí lanzando una honda de calor que llegó directo a mi miembro.
-Porque-respiré calmando la energía que ya estaba elevando el mismo-, ellas son libres y tú deberías ser libre como una, volar a donde quieras.
-Pero-se acercó más a mí y juro que casi sentía su aliento de limón -, yo podría ser libre, tú puedes liberarme-murmuró esto último tan bajito que pensé que había sido solo un susurro.
-No aún, eres menor de edad, tú madre tiene tu custodia.
-Tú puedes tenerla también-sugirió y ya sabía lo que venía detrás-, como mi padre.
-Yo no quiero liberarte para ser tu padre-repliqué-, creérme Ava, yo no te quiero como un padre.
-Oh, vale-musitó alejándose de mí.
-Vamos, te llevaré a casa-comemcé a caminar hacia la casa.
-¿Te has enfadado?-preguntó entonces caminando a mi lado.
Era pequeña así que la observé por encima de mi hombro.
-No -negué la verdad
<por supuesto que sí>-pensé
-¿Entonces por qué estás así?
-Por nada-mascullé tragándome lo que en verdad quería decir.
<porque quiero enterrarme en tí y solo tienes 15 años>
Ese día no ví las banderas rojas, debí alejarla de mí y cortar todo por lo sano, pero no, ahí estaba yo babeando por una chiquilla.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro