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La boda será una maravilla-exclamó Emili, más emocionada que yo mientras revisaba los colores para el vestíbulo y la ceremonia -, ¿que color crees mejor para los manteles?,... ¿Ava?.

Sus palabras se escuchaban lejanas y en mi mente sonaban como una cueva con mucho eco. En mi mente solo había una idea...estaba haciendo bien en aceptar esta boda.

-¡Ava!

Pestañé y miré en su dirección específica con una cara de pocos amigos que la hizo emudecer.

-Creo que...regresaré más tarde-comentó, colocando los bordados sobre la mesa de prueba cosa que yo agradecí.

Medité mucho después de dar mi respuesta. Ella no tenía culpa de nada.

Yo sí. Me había apresurado a decir un si que ni siquiera puede pensar con claridad.

Y si...

La idea de que el regresase volvió a mi mente por un instante pero como tan pronto llegó la saqué.

Èl me había abandonado y ahora esto era mi vida, una que no había escogido por voluntad propia.

La puerta se abrió y mi futuro marido se asomó por ella.

-¿Todo bien?

Asentí

-Emili me dijo que estabas un poco distraída, ¿algo que te preocupa?

Caminó hacia mí y luego se inclinó para darme un beso en la frente.

-¿Estas dudando de casarte conmigo?-preguntó, con la curiosidad y el miedo en su voz.

<si>

-No

-¿Entonces que pasa?

-A veces siento que no encajo en todo esto.

Su ceja se levantó ligeramente dándome a entender que mi comentario era absurdo.

-¿Te refieres a la boda o a algo más específico?

Llenándome de valor y bajo su atenta mirada le pregunté:

-¿Por qué quieres casarte conmigo?

Se acomodó más cerca de mí, mis manos a cada lado de mi cuerpo y con suave voz murmuró.

-Porque te amo Fiorella.

Su respuesta es sincera pero no me causa el efecto que debería pasar cuando alguién te dice que te ama.

<porque estas enamorada de otro>

-¿Entonces, todo bien?

Fingiendo una sonrisa besé sus labios.

-Si, no hay vuelta atrás.

UNOS DÍAS DESPUÉS

-Todos los preparativos estan listos-murmuró Sam, colgando los nuevos vestidos que Arem había encargado para mí.

Despues de terminar mi rehabilitación Sam se había quedado como mi pequeña compañía personal, iba a donde yo iba y nunca se quejaba así pronto se convirtió en mi mejor amigo.

-Algo pasa, lo noto.

Se sentó a mi lado y suspiré.

-Amo a Arem, una parte de mí, en mi cabeza siente que casarme con él es lo correcto...

-Pero...

-No puedo sacarme a Axel del corazón y eso me esta matando.

-Ava, Axel siempre va a estar ahí solo debes aprender a lidiar con ello-lo miré con angustia-, aprende a separar el corazón de la razón y ya nada podrá lastimarte.

-Gracias por el consejo.

-¿Qué te parece si salimos hoy?

Su pregunta me tomó por sorpresa pero sabiendo que Arem no estaba en casa esta noche, tendría un poco de libertad.

Dos horas después entrábamos al mejor club de Manhattan

La música más alta de lo normal, las luces que parpadeaban sin cesar y el alcohol por mi sistema había sido suficiente para olvidar hasta mi propio nombre.

Varios hombres chocaban conmigo a propósito para luego proponerme cosas sucias pero Sam con su metro sesenta y siete los ahuyentaba. La verdad no se como.

Un hombre y juraría que el más alto de todos los que habían chocado se detuvo justo detrás de mí. Su boca a mi oído y sentí el aire volverse frío a mi alrededor.

-Hola, mariposa.

Me congelé en el piso, como si me hubiesen clavado con tornillos, el aire abandonó mis pulmones por un segundo.

-Axel-murmuré

Pero no, no era su olor y eso lo comprobé al minuto siguiente.

-Se que lo estás buscando, lo llevaré hacia tí.

-¿De que hablas?-intenté voltearme para verle el rostro pero sus manos en mis hombros me detuvieron de cualquier movimiento.

-Nos volveremos a ver.

Dejé de sentir sus manos en mi piel y cuando agarre la valentía para moverme el aire volvió a como estaba.

Ya se había ido.

MESES DESPUÉS

<Es hoy>

Observé como me veo frente al espejo de cuerpo entero.

Cualquier mujer se sentiría como en un cuento de hadas, yo, yo no estaba tan segura.

Sam entró com el hermoso ramo blanco y al verme una sonrisa se dibujó en su cara.

-Estas bellísima.

Asentí

-Aunque parece que vas a un funeral y eso que vas de blanco.

-Sigo pensando....

-¿En lo que te dijo ese desconocido?, tal vez fue una broma.

Negué con la cabeza

-Solo una persona me llamaba mariposa, no fue una broma.

Sam me entregó el ramo y al tomarlo en mis manos volví a mirarme.

-Te dejo más tiempo a solas. Por favor no te escapes.

Sonreí y negué con la cabeza.

Minutos más tarde alguién tocó.

-¿Quién?.

Escuché un silencio inquieto y luego a dos hombres discutir.

-Qué escondes Arem?-escuché detrás de la puerta y su nombrr se me escapa en voz alta.

-¿Arem?

Me acerqué más a la puerta para entender lo que hablaban y mi cuerpo se paralizó cuando reconocí la voz son duda alguna.

-Si abres esa puerta te vuelo los sesos-amenazó Arem a quien ya conocía.

Había vuelto por mí.

El pensamiento irracional cruzó por mi mente y estuve tentada a abrir pero unas manos me detuvieron y un pañuelo fue a mi boca.

-¿De verdad?....., intentalo.

-Axel-con su nombre en mi boca caí en un estado de sueño profundo.

Abrí los ojos de golpe y al observar la habitación me dí cuenta que era desconocida.

<Mierda me secuestraron el día de mi boda>

La televisión frente a mí se encendió y un hombre aunque no se le veía la cabeza supe por su complexión que lo era.

-¿Quién eres?, ¿qué quieres de mí?

-Hola Mariposa

La voz fue la misma que escuche aquel día en el club.

-¿Tú?

-Te dije que nos volveríamos a ver, aquí estoy cumpliendo.

-¿Qué quieres?...

-Tan impaciente como siempre.

De pronto la pantalla se volvió negra y al segundo siguente un video salió reproduciendo lo que parecia una escena porno.

Mi mente hizo corto circuito, mis ojos se agrandaron de tal forma que parecía irreal mientras las lágrimas salían. Mi cuerpo comenzó a temblar y una rabia contenida explotó en un grito desgarrador.

Nadie me preparó para recibir el impacto de la traición