Fecha de publicación:29/3/24

Sentí mi cuerpo pesado y mi garganta reseca. No se cuento tiempo había dormido pero mis musculos parecían entumecidos y frágiles. Me dolían partes del cuerpo que metafóricamente no sabía que tenía, con esto me refiero que me sentía como la mierda.

Mis oídos palpitaban por el sonido agudo de las máquinas reconociendo entonces que estaba en un hospital.

Creía eso.

-Está despertando-escuché a lo lejos una suave y vieja voz.

-Bien-una más ruda habló-, de seguro necesita agua o comida, darle lo que quiera-decretó, con la voz grave.

-Deberías esperar a que despierte por completo, verse así como esta de seguro la afectará.

<así como estoy, pues ¿como estoy?>

-Tengo asuntos urgentes en Rusia, ella ya no me necesita.

<¿Axel?>

<Será que al final si pudo salvarme>

Abrí los párpados encontrándome con una habitación demasiado luminosa ante mis ojos obligándome a arrugarlos por varios segundos y luego abrirlos nuevamente poco a poco para adaptarme.

Murmuré algo llamando la atención de los presentes en la habitación que al momento se callaron.

-Tranquila...estás a salvo-la voz vieja cobró rostro. Una señora de cabello canoso y ojos muy muy azules apareció. En su juventud debió ser hermosa.

Intenté hablar pero no escuché mi voz.

Noté mi garganta apretada y con demasiada molestia. Una sensación de ahogo me llegó y la misma me produjo desesperación por lo que llevé mis manos buscándo liberarme dándome cuenta que en estas habían cables conectados a algun lugar.

-¡Espera niña!-chillo la vieja-, te harás daño. ¡Arem!

<Arem, ¿quién era ese?>

-Basta niña -las manos de la vieja aguantaron las mías.

-Fiorella-la voz ruda de aquel hombre hizo eco en mi cabeza justo cuanto su sombra me cubrió completamente-, respira profundo por la nariz-, su mano tocó mi mentón estirando mi tráquea permitiendo que el tubo no fuera tan incómodo-, abre la boca.

Obedecí

Con un rápido movimiento sacó el tubo, una arqueada llegó y luego otra, mi saliva acumulándose, la sensación de ahogo nuevamente llegando.

El hombre de voz ruda quien ahora sé que se llamaba Arem me viró de un lado ayudándome a que la saliva saliese de mi boca.

Tosí varias veces hasta que la sensación de alivio me invadió por completo el cuerpo y pude respirar mejor

-Gracias al señor-musitó, con la voz temblorosa la señora-, pensé que se ahogaría.

-Estará bien

El hombre intentó levantarse pero lo detuve agarrando su muñeca.

-Axel-susurré.

-Solo descansa fiorella, volveré pronto.

Observé como abría un suero y muy pronto mi cuerpo se sintió pesado.

_Necesita saber que esta viva_

_No, si es posible que siga creyendo que murió en ese incendio_

_Pero Arem, él ha estado buscando por meses_

_Ella jamás volvera a su lado, me aseguraré de eso_.

Desperté dos días después, con el cuerpo menos adolorido y con la garganta refrescante. La claridad no me molestó tanto y los oídos no me sumbaban ya. Mi cabeza no palpitaba y la señora esta vez no estaba ahí, solo él.

Me observaba con esos ojos oscuros y esa cara perfectamente hermosa, sonríendo, aunque creo que esto último lo imaginé porque en cuanto abrí los ojos completamente una expresión fría lo cubrió.

-Estoy viva-afirmé

-Lo estás-confirmó, su mano tocó mi frente. -Ya no tienes fiebre

-Gracias por cuidarme estos días pero necesito-intenté incorporarme pero no pude, su mano me detuvo de seguir y fue entonces cuando lo noté.

Mis piernas no se movieron en ningún momento.

-¿Qué...qué pasa?-tembleé-, ¿por qué no muevo mis piernas?

Me forcé a levantarme pero no funcionó, nada, estaba dormida de mi cintura hacia abajo.

-¿Qué me sucede?...¿qué me pasa?.

-Lo siento fiorella.

Mis lágrimas comenzaron a salir descontroladamente al darme cuenta de lo que eso significaba. Con una mano retiré la sábana y las ví.

Tiesas

Al menos las tenía y eso me consoló un poco

Quemadas, pero conmigo.

-Soy un monstruo

Lloré más aún y más, hasta que me calmé y entonces volví a llorar hasta que me quedé dormida.

Creo que Arem nunca me dejó mientras me ponía en ridículo, incluso cuando le grité que se fuera solo se levantó de la cama y se sentó en el sofá.

Tres meses han pasado desde eso y ya acepté que no volveré a caminar aunque Arem me haya dicho que lo solucionará. Acepté también que Axel no vendrá y que por algún motivo esto es lo mejor. Nunca fuí buena para él y ahora que estoy sucia no podré serlo jamás.

Gracias a él se que mis hermanos están seguros en un orfanato por lo que despues de estsr completamente recuperada iré por ellos. Son mis hermanos y debían estar conmigo siempre.

-¿Estas lista?-Arem entró cargando mi bandeja con el almuerzo-, el médico estético vendrá hoy muevamente, no te niegues a verlo.

-Ya dije que no quiero.

-Fiorella, podrás volver a caminar, ¿por qué te niegas?.

-No sabes eso, tal ves aunque me arreglen la piel siga...

-No lo digas -me interrumpió de inmediato.

-Inválida, eso es lo que soy-destaqué-, por si no lo ves, estas cargando con una inválida.

-Fiorella

-¡Mi nombre es Ava!-estallé y entonces ahí lo sentí, el corrientaso que hizo mover mi pierna izquierda.

Me quedé inmóvil.

Las lágrimas se acumularon en mi rostro y bajaban por mis mejillas.

No estaba inválida.

-Ahí tienes tu prueba.

Hola, dejo esto por aquí para que en algún comentario me digan si les va gustando la historia. Como ustedes saben sus opiniones son las mas importantes para mí, esas personitas especiales que me piden actualización.

Sepan que hay maratón de capítulos, viernes que es este, sabado y domingo.

Besos de Luna😘😘😘😘