No escuchaba nada más que el el líquido moviéndose dentro de la botella. Tirado en el piso llorando sobre su desgracia y sintiendo sus músculos entumecidos sonrió ante el recuerdo del amor de su vida.

La oscuridad lo llamaba, estaba seguro de que en cualquier momento la muerte le haría una agradable visita, sin Yoongi no quería seguir, trato por mucho tiempo de engañarse pero la realidad era que estaba perdido. Su egoísmo lo llevo a ese momento, donde el alcohol lejos de ser su enemigo le proporcionaba las armas para poder dormir el punzante dolor de su corazón.

Lo negativo de ser un alcohólico en recuperación es que la mínima gota del líquido amarillento envenena el sistema, haciendo que pareciera ser un día mucho más melancólico de lo que en verdad era, deseo con fuerzas acabar con su vida pero estaba tan borracho que no podía moverse del suelo.

Llevo la botella nuevamente a sus labios, sintiendo el fuerte aroma y sabor de su dulce droga, eran mejores los labios de Yoongi, los prefería por sobre todas las cosas y daría lo que fuera por volver a tenerlo en frente. Extrañaba hasta el más pequeño de sus gestos. Estaba enamorado, y el amor te hace débil.

No escuchó la puerta siendo abierta y mucho menos los pasos que se acercaban, pensó que estaba solo hasta que se le fue arrebatada su mejor amiga, la botella quedó fuera de su mano, busco con la mirada otra con que reemplazarla pero se encontró con un montón  de vidrio roto y vacío. Soltó una carcajada, las persianas fueron corridas dejando entrar el luminoso sol que de inmediato quemó sus pupilas.

-¡Carajo!-exclamó mientras trataba de cubrir sus ojos con el dorso de la mano

Los pasos se acercaron nuevamente a él y lo levantaron, su cabeza daba vueltas así que se dejó caer nuevamente de lado. Un gruñido ajeno lo hizo soltar una risita

-Eres la muerte, sólo tienes que tener paciencia, moriré lentamente

-Paciencia es lo que no tengo Park-escuchó- Apestas

-Lo sé- Susurró

La Muerte se sentó a su lado, le observó o no, de eso no estaba seguro ya que tenía los ojos cerrados aún incómodos por la luz exterior. Sintió unas tenues caricias en sus cabellos

-Puedes hacer que el dolor se termine-sollozo-Porque duele tanto que estoy seguro de querer saltar por esa ventana

-Dudo que te puedas levantar, maldito borracho -soltó una risa ahogada, la misma muerte se burlaba de él- Hay mucho que hacer

Se estaba quedando dormido cuando sintió que era levantado. Quien lo tuvo en brazos gruño al sentir el horrible mareo y el martilleo de dolor en su cabeza.

Olisqueo el cuello de Yoongi, se embriagó de ese dulce aroma que le hizo darse cuenta que los ebrios alucinan con fuerza. Fue dejado en el inodoro cerrado, aún con los ojos cerrados escuchó claramente como la llave de la tina era abierta.

Se sintió observado, no tenía náuseas pero si la necesidad impetuosa de seguir bebiendo.

-Dame la botellass

-No-respondió con dureza- ¿No aprendiste nada en tus sesiones de AA? debemos quitarte está borrachera y espero que sufras mucho por la mañana

-¿Qué haces aquí?

-Velo por ti -se hinco frente a él y le tomó de las mejillas, Jimin pudo abrir los ojos, su cuerpo parecía no querer responder pero sonrió-Saldremos de esta, lo prometo

-¿Te irás? -las lágrimas comenzaron a aparecer

-No, no me iré

Llevo sus manos hasta la camisa del otro, tenía la misma ropa del día anterior, la desabotono con cuidado mirando en su torso las marcas aún visibles de su último encuentro.  Cerró la llave de la tina y lo levantó. Al no tener buen equilibrio casi cae pero se sostuvo de sis hombros. Lo dejo desnudo y listo para entrar a la caliente agua. Jimin cerró los ojos al sentir el calor del líquido, no paraba de llorar, era como un niño pequeño. La presión de los años cobró la factura. Vivió pensando que todo estaba bien que no se detuvo en ningún  momento a analizar sus verdaderos sentimientos en torno a todo, la pérdida de Yoongi, su nueva vida, la muerte de su padre, su alcoholismo y el dolor de estar separado de la persona que amaba.

Yoongi le acariciaba las mejillas con cariño, lavando su cuerpo y tareando una dulce melodía.

-No.....no...pu...puedo-sollozo-Ya....ya ....no....puedo

Eso le partió el alma al pelinegro, no le importó que estuviera mojado, le abrazo con todas sus fuerzas

-Si puedes, ambos podemos mi amor, Jimin no te dejaré, no lo haré lo prometo, no puedo vivir sin ti.

Le miro a los ojos -¿Algún día podrás perdonarme por lo que nos hice?

Acarició con su pulgar los carnosos labios y sonrió. Se acercó lo suficiente como para probar el delicioso néctar de su boca. Delineo con su lengua cada extremo de su labio inferior antes de meterla a su boca y comenzar con un profundo beso, las manos de Jimin viajaron hasta su nuca donde se asentaron y lo acercaron con parsimonia.

Llegó a un momento en donde la ropa se pegaba a su cuerpo luego de haberse metido a la tina con el rubio. Los besos eran diferentes, ya no cargados de simple lujuria sino de amor puro.

¿Cómo llegaron a la cama?  Ni siquiera ellos lo sabían, una vez en el cómodo colchón  se devolvieron en caricias y besos lascivos.

Recordando los viejos tiempos hicieron el amor, reconociendo sus cuerpos y sentimientos. No podían fingir, se amaban. Con cada beso y abrazo entregaban una parte de sus corazones. El infierno de hace diez años por fin acababa.

-Ahora que eres mi esposo-susurro mientras besaba su sien-Nada de estúpidos pálidos

Jungkook río ante los celos de su ahora esposo, después de subir a ese avión y viajar a las Vegas contrajeron matrimonio en una capilla cercana, fue divertido y legal. Suspiro al sentir como si desnuda espalda era acariciada

-Hecho -Le beso el pecho -¿No tienes miedo?

-¿A?-le miro consternado

-A que las cosas no funcionen y terminemos separados

Era una posibilidad realista si tomaba en cuenta que el mayor huía a cualquier tipo de compromiso

-Llevará tiempo para que confíes pero te aseguro que estaré a tu lado-dijo mientras le besaba ambas mejillas -Te amo Kim Jungkook

-También te amo Kim Taehyung.