Nueva experiencia
Había perdido la noción del tiempo, había estado tan inmerso en las caricias y besos de aquel hombre que ni siquiera había notado que el automóvil se había movido hasta llegar a un estacionamiento subterráneo, de lo que parecía ser un hotel y no cualquier hotel, el lugar daba a entender que solo alguien con dinero podría darse el lujo de estar ahí.
—¿Donde estamos?
—En el Signiel, te va a encantar bebé...
—Pero...
—No te preocupes por nada, yo invito — dijo bajandolo de su regazo y saliendo del automóvil.
Una vez llegó hasta el lado de Taehyung, abrió su puerta y extendió su mano para ayudarle a salir.
Con su cuerpo temblando, aún incapaz de reponerse por todo el contacto que tuvo con ese hombre dentro del automóvil, bajó tratando de verse tranquilo, sosteniendo con firmeza la blanquecina mano que se posaba ante el.
El pelinegro sonrió ladino, al fin ese pequeño tigre sería suyo.
Caminó con el, dentro del lugar, sosteniendo su mano y llevándolo directo hasta el ascensor, dónde sin perder tiempo, entró y presionó el botón que lo llevaría directo al último piso.
—¿No- no necesitas una reserva?
—Eso no rige para mí, presioso— Se acercó y acorralo el pequeño cuerpo en la pared, sobre los espejos, disfrutando de la vista, de verse enjaulando al inocente y puro chico, al cual corromperia, cuando esa puertas se abrieran.
Tomó sus labios en un beso húmedo, metiendo su lengua descaradamente, explorando por completo la cavidad, robándole el aire, siendo posesivo y dominante, mientras una de sus piernas se colaba entre las contrarias y presionaba divinamente la endurecida intimidad.
El clásico sonido del asesor avisando que habían llegado a su destino lo hizo separarse y observar el pequeño desastre que había provocado.
—Te follaria aquí mismo si me dejaras, te cogería duro, sin detenerme, haciendo que grites mi nombre mientras te corres viendo tu bonita imagen destruida en los espejos— habló sobre sus labios.
—Yo-
—No tienes que decir nada bebé, solo encargate de que de esa bonita boca salgan todos los gemidos posibles, de gritar mi nombre tanto como quieras y de abrir bien esas piernas para mi— dijo con voz ronca.
Sin darle tiempo a una respuesta lo levantó sin ninguna dificultad para ponerlo sobre su hombro, escuchando un gritito de sorpresa del contrario mientras era llevado dentro de la habitación.
En esa posición podía ver perfectamente el trasero del hombre, el que parecía endurecer en cada paso que daba, haciendo que la tela del pantalón se apegara por completo a el y le permitiera ver cada músculo marcarse entre esta perfectamente.
Se imaginó a el mismo sosteniendo aquel montículo, mientras era embestido con rudeza, porque si una cosa estaba clara es que ese sujeto no era un romántico para nada y eso en vez de asustarle, hacerle dudar ya que se trataba de su primera vez, solo hacia que su cuerpo se sintiera en llamas.
Fue arrojado a la cama con la fuerza justa para hacerlo hundirse levemente en el suave edredón mientras el lobo que estaba a punto de comerlo separaba sus piernas y se interna a entre ellas.
Las levantó hasta llevarlas a sus hombros, para acercar peligrosamente su pelvis a la contraria, rozando las intimidades fuertemente, presionando sobre el cuerpo contrario mientras hacía círculos y simulaba embestidas duras, sin apartar sus ojos de los contrarios, para no perderse ningina reacción.
—¿Que edad tienes cariño?
—Vein- veintiuno, tengo veintiuno — dijo jadeante.
—Completamente legal... — hablo dominante— Completamente perfecto— Embistió de nueva cuenta, empujando el cuerpo contrario, viendo cómo el menor llevaba el dorso de su mano hasta su boca para morder el lugar y contener los gemidos.
—¿Que- que edad tienes tu?— preguntó.
—El diablo no tiene edad bebé, no necesitas saberlo — respondió sonriendo ladino— Es hora de jugar— demandó.
Sin dejarle decir nada sus manos fueron hasta sus pantalones, desabotonado y arrancandolo de su cuerpo de un solo tirón, dejándolo expuesto ante el, mientras se separaba solo unos centímetros para comenzar a quitar su propia ropa, dejando al descubierto su torso, marcado con tinta y perfecto ante los ojos del menor.
—¿Te gusta lo que ves? Taehyung asintió efusivamente, ni el mismo entendía su actitud.
Guk infló su pecho orgulloso, le encantaba tener esas reacciones, más si aquellas venian del pequeño chico que lo había tenido obsesionado durante un largo tiempo, porque si, nada de ese encuentro habia sido casual, todo estaba premeditado, el lobo había estado asechando a su presa y el pequeño cervatillo habia caído en sus manos al fin, y no iba a desaprovechar la oportunidad de enredarlo en sus redes.
Del bolsillo de su pantalón sacó una delgada pañoleta roja y la puso frente a los ojos del chico, quien observaba sin entender cuales eran las intenciones del pelinegro, buscando en su inexperto ser, que podría ser lo que quería aquel hombre.
—Voy a vendar tus lindos ojitos y amarrar tus manos, aún estás a tiempo de huir, Pero si te quedas te voy a follar duro, sin pausa, haré que tu primera vez sea la experiencia más nueva e inolvidable que podrías experimentar.
Taehyung sintió temor, quería hacerlo, estaba ansioso por ver de lo que era capaz ese hombre, pero no dejaba de asustarle estar a un paso de perder el tesoro por el que el maldito idiota de su ex habia apostado.
—Necesito palabras Vante, dame tu aprobacion y dejame hacerte experimentar los más oscuros placeres, dame la libertad de enseñarte de lo que te estabas perdiendo, dejame hacerte adicto a lo que voy a hacerte.
—Hazlo— dijo sin pensar.
Guk se levantó de la cama y camino hasta un armario que se encontraba en una esquina, abriéndolo y dejando ver todo el arsenal que tenía oculto en aquella habitación.
—¿No- no es primera vez que vienes aquí cierto?— preguntó el menor mientras mordía su labio inferior completamente conciente de cada uno de los artefactos que se dejaban ver.
—No encanto, pero es la primera vez que voy a probar algunos juguetes con alguien, sientete afortunado de ser tu quien va disfrutar de aquello.
—¿Afortunado?
—Creeme bebé, el mundo al que estás a punto de ingresar, es un regalo divino que no muchos tienen acceso y tu estás a punto de experimentarlo con el maldito dios de los juegos, no tienes idea en lo que acabas de meterte, espero puedas caminar luego de que termine contigo — habló burlesco, mientras sacaba una barra que tenia en sus extremos algunas correas.
—¿Que es eso?— preguntó con su voz temblorosa y sus ojos brillantes.
—Una barra separadora ¿Quieres que te enseñe?
Taehyung asintió sin pensarlo.
Guk se acercó a él dejando su anatomía por completo ante sus ojos, mientras despojaba el cuerpo contrario de las prendas restantes.
—Sientate en el borde de la cama — demandó viendo cómo la orden era acatada de inmediato, deleitándose con la sumisión que estaba saliendo a flote— obedeceras cada orden, serás un bonito chico y serás obediente — dijo acariciando su mandibula antes de darse la vuelta por el pañuelo rojo.
Volvió a su lugar frente al menor pero está vez sus ojos estaban oscurecidos, tenía una mirada diferente, una que haría poner de rodillas al pequeño virgen en cosa de segundos.
—Y Vante... Desde este momento soy tu amo, harás todo lo que te diga y te entregaras a mi sin reproches — demandó.
¿Que les va pareciendo?
Gracias por leer esta nueva historia y ya saben que si Wattpad de vuelve loco, pueden encontrarme en inskpired e inkiit ❤️
🌸 ErLith_ 🌸
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