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Experiencias

Especial Yoonmin
Nota de la autora: El capítulo narra el primer encuentro de Jimin y Yoongi, unos años antes cuando se conocen.



-¿Que haces aquí?

-Visitando a mi hermano ¿No tengo permitido hacerlo?

-Sabes que puedes, Jimin, pero no en este lugar.

-No le veo nada de malo, la verdad.

Jungkook rodeo la mesa, acercándose hasta su hermano menor y poniendo delicadamente sus manos sobre sus hombros antes de sonreírle de forma dulce.

-No es lugar para ti, Jeon Jimin - pronunció a modo de regaño.

Había algo en la forma de llamarlo por su nombre y apellido que le parecía divertido, sin contar que era una clara advertencia hacia su hermano, de que lo que estaba pensando hacer no era correcto.

-Ya tengo 21, puedo decidir cuál es el mejor lugar para mí, hermano, no soy un niño.

-Lo se, eres un adulto que recién está queriendo explorar, conocer lo que podría gustarle, aún así este no es el sitio - hablo tranquilo antes de separarse y tomar la mano de su hermano para llevarlo a tomar asiento en el sofá - no puedo privarte de experimentar, de conocer, solo puedo decirte que no aquí, no en este bar donde se claramente a qué nos dedicamos.

-¿No es más seguro aquí que estar buscando en otro sitio?

Sabía que lo era, Jungkook estaba seguro que la mejor opción era allí donde podría estar al tanto si algún idiota se pasaba de listo con Jimin, aún así, se resignaba a dejarlo entrar en ese mundo, al menos por sus puertas.

Si bien el bar siempre se había regido por el respeto y cuidado hacia los sumisos, aún habían algunos que se faltaban las reglas y en consecuencia a eso, no habían sido buenos tiempos para algunos chicos.

Era indiscutible, no quería arriesgarse a qué su hermano tuviera la mala suerte de encontrarse con un bastardo que podría lastimarlo, mataría a quien se atreviera a dañar a Jimin, no le importaría ir a la cárcel con tal de defender a su hermano, la única familia que tenía.

Estaba en sus planes protegerlo a toda costa, y eso no tenía discusión.

-Ve a casa, Jimin - dijo sin más poniéndose de pie para ir hasta su escritorio - eres joven, cuida de tu vida.
Hablaremos mañana.

Jimin lo observó algo molesto y suspiro rendido, sabía que no lograría convencerlo y tampoco estaba en sus planes perder el tiempo en hacerlo, tarde o temprano su hermano solo tendría que aceptar que el único que decidía en su vida era el mismo y debía dejarlo de ver cómo su hermano pequeño, aceptar que ya era un adulto.

- Está bien, nos vemos mañana - respondió saliendo de la oficina apresuradamente.

Pasó junto a Namjoon quien se encontraba fuera del lugar y no se detuvo a saludar, estaba molesto, solo quería ir a algún bar, que no fuera el de su hermano y beber una copa, tal vez dos y luego volver a casa.

Sus ánimos ya habían decaído y la idea de conocer a alguien o de explorar casi desaparecía, al menos por esa noche.

Subió a su auto y manejo por las calles de la ciudad, buscando algún lugar lo suficientemente alejado del Nirvana, dónde no corriera el riesgo de que alguno de los gorilas de su hermano estuviesen espiandolo.

Unos minutos más tarde encontró el lugar perfecto, al menos a simple vista.

Un pequeño bar escondido en un callejón, al que pudo visualizar por el cartel neón que invitaba a adentrarse en él.

Aparcó el automóvil y una vez se seguro que cerrar las puertas, caminó a paso seguro hasta llegar a la entrada del lugar, el cuál al contrario del bar de Jungkook, ni siquiera tenía guardias en esta y eso le decía de inmediato que lo que encontraría allí dentro podría no ser de su agrado al tener paso libre a quien sea que la noche trajera allí.

Entró inseguro por lo que encontraría, pero su molestia y frustración podían más que el miedo de tal vez, tener una mala experiencia en su momento de rebeldía, que para él estaba viviendo, cuando intentaba desafiar a su hermano, aún sin que él lo supiera, pero que le hacía sentirse victorioso, de alguna forma.

Una vez dentro pudo notar que no era tan malo como pensaba.

La gente estaba charlando y bebiendo tranquilamente mientras la música suave sonaba en los altavoces y creaba un ambiente tranquilo, muy contrario a lo alocado que pensó sería su primera salida nocturna.

Se sentó en la barra, y a los pocos segundos un chico guapo, de cabello negro se acercó a él con una sonrisa amable a tomar su pedido.

-Bienvenido al fantasía, ¿Eres nuevo verdad?- lo observó atento - en el bar, me refiero.

-Si - contesto algo dudoso- es la primera vez que vengo...

-No debes preocuparte, aquí es tranquilo, soy Hobi por cierto - se presentó estirando su mano - ¿Que te sirvo?

Jimin lo observó unos segundos antes de responder al saludo dando un suave apretón en la mano que le fue ofrecida.

-Soy Jimin - respondió- Una cerveza por favor.

Ese era el único trago del cual conocía su sabor y no iba a arriesgarse a probar algo nuevo, al menos no ahí solo, tal vez en otra ocasión cuando alguno de sus amigos lo acompañara.

Hobi sonrió hacia él tomando un vaso y vertiendo el líquido en él perfectamente, para luego extenderlo hacia el contrario.

-Disfrutalo, Jimin, si necesitas algo estaré por aquí- le dijo amable antes de alejarse a atender a los demás clientes.

El menor asintió hacia él mientras llevaba el vaso a sus labios y bebia un gran sorbo, casi de forma desesperada, como si quisiera que la travesura que hacía tuviera el efecto más rápido posible, lo suficiente para sentirse victorioso y salir de ahí de vuelta a la casa.

-Mas lento - escuchó a su lado.

Asustado giró su rostro para encarar al atrevido que se había acercado y que juzgaba sus habilidades de bebedor.

Frente a el, se encontraba un hombre que a simple vista era mayor que el, no tanto, solo unos años, tal vez tendría la edad de su hermano.
Su piel pálida y sus ojos gatunos que lo observaban atentos mientras una sonrisa ladina se posaba en su rostro, hicieron que un estremecimiento se posara en su cuerpo, y las palabras temblaran levemente, cuando intentaba mantenerse tranquilo y confiado.

-No molestes - dijo volviendo a su posición inicial, sin querer que el contrario viera el sonrojo en su rostro.

-Insolente- dijo divertido - deberías respetar a tus mayores - dijo con voz grave.

-No te conozco, no molestes - repitió.

-Eso se puede arreglar, encanto, puedo hacer que nos conozcamos mucho, ni te imaginas de cuántas formas - dijo sugestivo.

Jimin se ahogó levemente con la cerveza, sin duda alguna había entendido las insinuaciones, y le llamaban por completo la atención, pero sería descuidado al irse con el desconocido y había visto los suficientes programas de asesinatos como para saber que aceptar, no era una opción.

-No, gracias.

-Te invito un trago, belleza...

-¿Que es lo que realmente quieres?

-Conocerte, te vi entrar al bar y llamaste por completo mi atención, eres bellísimo- dijo tranquilo.

-Estoy seguro que solo lo dices para conseguir meterte entre mis piernas- bufó.

-Me encantaría estar entre tus piernas - respondió desvergonzado - y eventualmente pasará, solo que por ahora me gustaría que me dejaras invitarte un trago, charlar, darme tu número y dejar que juegue mis cartas como se debe.

-¿Eso te funciona siempre?

-De hecho es la primera vez que estoy ofreciendo algo más que follar, deberías sentirte halagado.

Eso sin duda alguna había sorprendido a Jimin, quien sin decir nada solo asintió hacia el hombre y extendió su mano.

-Me llamo Jimin.

-Un gusto - dijo recibiendo el saludo y acercándose a la tersa piel a dejar un casto beso sobre el dorso - Yoongi, ese es mi nombre, preciso.

Se mantuvieron en silencio unos segundos, observándose, hasta que fueron interrumpidos por el barman, a quien le pidieron un par de tragos más antes de moverse hasta una de las mesas buscando algo más de privacidad para charlar.

La noche estuvo llena de insinuaciones y de coqueteos, pero en ninguna circunstancia Yoongi intento sobrepasarse con el, mostró que a pesar de tener esa atracción, que era evidente entre ambos, era real lo que decía de jugar sus cartas, sin presionar en ningún momento al muchacho para llevarlo a la cama.

Intercambiaron números y desde ese día, comenzaron a tener contacto, llamadas, mensajes, salidas casuales en dónde Yoongi se mantenía respetuoso y galán con el menor, quien poco a poco caia rendido en las garras del pálido, quien no estaba muy distinto a él, completamente embobado, aunque aún faltaba un último paso, y ese llegaría cuando ambos pudieran estar juntos de forma carnal.

El estilo de vida del mayor tal vez sería un impedimento, pensó.

Estuvo muy equivocado.

Se complementaban tan bien que el juego, amo sumiso eventualmente comenzó en algún punto de su relación y sin quererlo, Jimin había conseguido lo que busco desde el principio, experimentar ese mundo, pero de una forma distinta, ya que Yoongi supo cómo ganar su corazón y hacer que todo lo que siguiera, fuese realmente perfecto para ambos.

Tiempo actual.

- Lo haremos aquí mismo, bebe- dijo girando el cuerpo de su novio y dejando su pecho sobre el escritorio.

Una fuerte nalgada retumbo en la habitación y un jadeo fue la respuesta precisa para que Yoongi sintiera que endurecía aún más y que el único alivio que podría sentir, sería estando tan profundo como fuese posible dentro de su chico.

Jimin balanceo sus caderas sugestivo, invitándolo a tomar de él lo que quería, lo que ambos ansiaban y necesitaban en ese momento.

-Solo hazlo, no me prepares, te extrañe mucho, necesito que me des dolor y placer...amo- dijo llamándolo de la forma en que sabía que el doctor enloquecería.

Los pantalones cayeron al piso de la forma más rápida que podrían haberlo hecho, dejando ambas pieles descubiertas y listas para el encuentro.

La mano de Yoongi acarició la tersa piel de las nalgas de Jimin y apretó a su antojo mientras lo veía separar sus piernas y esperar, pedir y aclamar que se internase en ellas.

-Gritaras fuerte por mi, me importa una mierda si alguien escucha, quiero sentir cuánto te gusta y que todos sepan que tienes dueño - dijo antes de sostenerlo con firmeza e ingresar en el de una sola estocada, azotando con fuerza el cuerpo cuando estuvo por completo en su interior.

-Eso es, amo, follame así, más fuerte - gritó - dame tu polla, es toda mía - declaró.

-Claro que lo es - salió por completo y volvió a embestir, está vez comenzando sus empujes descuidados y casi sádicos, haciendo que la habitación se sumiera en jadeos y en choques de pieles- me recibes muy bien, eres tan compatible a mi, estás tan húmedo y tan apretado- recitaba sin dejar de penetrarlo - ¿sientes mi polla palpitar en tu lindo agujero?

-Ah~~ Yoongi, que bien se siente - decía sin parar de gemir - vas a romperme, quiero que lo hagas - casi suplicaba por él.

El pálido jalo de los cabellos de Jimin, sin lastimar, solo haciendo que este enderezara su cuerpo y quedará con su espalda pegada a su pecho mientras él seguía arremetiendo en su interior y comenzaba a besar su cuello con desespero.

Mordió la piel levemente, dejando sus marcas en ella mientras sentía a su chico deshacerse entre sus brazos, implorar y gemir por él, tan exquisito que lo hacía querer ir cada vez más fuerte y más profundo.

No se contuvo, nunca lo hacían.

La lujuria y la pasión siempre tomaban el control y no se detenían hasta que estuviesen por completo satisfechos.

- Voy a correrme, amo, deja que me corra y luego llévame a tu casa y follame toda la noche - pidió.

-Hazlo, bebé- respondió aumentando la fuerza en que ingresaba y su pene golpeaba descarado el punto dulce de su novio, llevándolos a ambos al límite.

Los labios de Jimin estaban maltratados por sus dientes, y y su piel estaba llena de marcas de amor que el doctor había hecho con esmero.

Unos segundos bastaron para que el orgasmo los golpeara a ambos y dejarán ir sus esencias mientras gemían sus nombres y jadeaban alto, completamente perdidos en el placer.

Llegando a la cima del orgasmo y decendiendo de a poco mientras sus cuerpos temblaban y se sentían débiles por tal placer que habían experimentado.

-Debes subirle el sueldo a tu secretaria - dijo dejando caer su cabeza hacia atrás, sobre el pecho del contrario.

-Ella no pone objeciones, cada vez que te follo aquí recibe un bono por su silencio - río divertido- Le venía haciendo falta, fue un largo tiempo sin poder hacerte el amor - dijo saliendo lentamente de el sin dejar de sostenerlo.

-Vamos a casa, quiero disfrutar de nuestro reencuentro.

Ambos sonrieron cómplices mientras toman sus ropas y comenzaban a vestirse para salir del lugar con sonrisas satisfechas y un fuego que estaban seguros no se extinguiría hasta saciar por completo hasta sus más bajos instintos.

Gracias por la espera✨

Este capitulo también esta dedicado a mis ositas de la Bears House✨

Gracias por seguir leyendo

🌸ErLith_🌸

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