Bienvenida
— ¿Salió bien verdad?
— Mejor de lo que esperaba — reconoció justo en el momento en que su teléfono avisaba una llamada.
—¿No vas a contestar?
—Es un número desconocido, estoy casi seguro que debe ser esa mujer, mi madre, no se cansará, si averiguó que tienes dinero no lo hará, pero la vamos a ignorar— dijo.
—Puedo hacer que se mantenga lejos, te lo dije.
—No le darás dinero, también te lo dije, Jungkook, no está en discusión.
El pelinegro se acercó a él sonriendo, amando esa forma demandante en que Taehyung le hablaba.
Retiró el teléfono de las manos de su novio y lo arrojó sobre el sofá antes de tomarlo entre sus brazos al estilo princesa y llevarlo directo a la habitación, escuchando las pequeñas risitas que escapaban de los labios del menor.
Una vez en aquel espacio íntimo, que desde ese día solo les pertenecía a los dos, lo dejó caer con suavidad sobre la cama y sin perder tiempo posó su cuerpo sobre el contrario, internándose entre sus piernas y pegando sus cuerpos lo máximo posible, aún sosteniéndose con su brazo en un costado del rostro de Taehyung para no aplastar su abdomen.
—¿Vas a follarme, amo?— pregunto coqueto.
—No, bebé.
Taehyung hizo un leve puchero, que a ojos del mayor había sido la acción más tierna que sus ojos ya habían visto, como si le hubiera negado su dulce favorito y el pequeño niño le estuviera haciendo un berrinche.
—Pero quiero…
—Claro que quieres — dijo divertido — eres mío, amas que tú Dom te de la atención que mereces, que te folle sin descanso y que te haga gritar mi nombre sin reparos— dijo cerca de su rostro, casi rozando sus labios — eres mi pequeña cosita pervertida y adicta al sexo, al maldito sexo que te da el único hombre que puede complacerte como es debido — aseguró altanero.
— No puedo negarlo, eres tan delicioso que solo puedo pensar en cosas obscenas, en querer que hagas de mí lo que más te plazca y me vuelvas un desastre.
— ¿Un desastre, en serio eso te encanta?
—Por su puesto, porque se que luego de que el placer, la lujuria terminan y ambos estamos satisfechos del todo, tendre al novio más cuidadoso y amoroso con el que podría soñar— habló en tono bajo, tentando al contrario — Eres todo lo que quiero y necesito, eres perfecto JungKook — reconoció.
Sin esperar más tiempo, el mayor unió sus labios en un beso profundo, disfrutando de los carnosos belfos que adoraba, saboreando y lamiendo a su antojo, antes de introducir su lengua entre ellos y comenzar a explorar la cavidad.
Los jadeos de Taehyung no se hicieron esperar, estaba siendo besado de una forma deliciosa y la cercanía y calor del cuerpo ajeno solo hacía que se sintiera por completo complacido, anhelando tener más de aquel contacto.
Sus piernas rodearon la cadera de Jungkook, abrazándola con ellas y acercándose aún más a su íntimad para comenzar a restregarse contra él, creando una fricción exquisita que hizo a ambos gemir placenteramente.
Jungkook llevó su mano hasta el trasero de Taehyung acercándolo aún más a su pelvis, como si nunca fuese suficiente cercanía, queriendo dominar, poseer aún cuando recién comenzaban los juegos previos.
Sus labios descendieron por el cuello de Taehyung e hicieron un camino húmedo, dónde su lengua fue una activa participante, recorriendo sus clavículas y bajando cada vez más por su torso, mientras el menor se retorcía bajo su cuerpo, feliz por las atenciones que estaba recibiendo.
Uno de sus pezones fue atrapado entre los labios de Jungkook, quien mordió levemente, haciendo quejarse solo un poco antes de aliviar con su lengua la zona, rodeándolo y endureciendo con su toque mientras sonidos de satisfacción salían de sus labios por estar degustando de ese maravilloso buffet que se posaba ante sus ojos.
Una vez satisfecho atacó el pezón restante para darle la misma atención, dejándolos sensibles y enrojecidos por su toque antes de deslizarse aún más abajo, rodeando el ombligo y mordiendo su abdomen bajo, marcando la piel con sus besos, dejando rastro de su pertenencia en cada paso, lamida y mordida que era otorgada.
—Amo~— gimió alto, creando la música perfecta para el encuentro.
JungKook rió satisfecho, estaba complaciendo a su chico y eso solo le hacía sentirse orgulloso de él mismo, de la forma en que podía enloquecer a Taehyung, de dejarle claro que nadie más podría tocarlo, besarlo o amarlo como él.
—Tranquilo, bebé, haré que te sientas bien — afirmó antes de descender aún más y abrir los pantalones de Taehyung para liberar su intimidad.
Observó hacia arriba, viendo los ojos del menor atentos a sus movimientos y sin apartar la mirada de él, abrió su boca y engulló por completo su falo, haciéndolo desaparecer entre sus labios.
Taehyung gimió alto mientras cerraba sus ojos, abrumado por la exquisita sensación que le estaba dando su hombre, su pareja, tan experto en hacerle ver las estrellas con cada toque y cada beso.
— Abre tus ojos Taehyung, mira lo que haré por ti— ordenó frenando su acción y dejando ver el miembro humedecido por su saliva — me detendré si no mantienes tus ojos en mi— amenazó.
El menor acató la orden de inmediato, necesitaba sentir más de los labios del experto azabache que parecía ser todo un profesional.
Jungkook sonrió por la obediencia antes de volver a engullir el falo ajeno, está vez sacándolo por completo y volviendo a hacer que este desapareciera entre sus labios, atento a cada reacción que le otorgaba su novio.
Llevó sus manos bajo el trasero de Taehyung y lo acercó aún más a su rostro, como si no tuviera suficiente, necesitaba asegurarse de comerlo por completo, de hacerlo delirar de placer.
Taehyung puso sus ojos en blanco al mismo tiempo que llevaba su mano hasta su boca y mordía el dorso de esta, tratando de controlar, aunque fuera solo un poco, la excitación y el desespero que sentía por el gran trabajo que hacía su chico entre sus piernas.
—Jungkook~ lo haces tan bien —Halago.
El pecho del pelinegro se infló de orgullo, sabiéndose siempre el mejor en cada cosa que hacía.
No detuvo sus movimientos, al contrario, se volvieron aún más rápidos, más descontrolados y más voraces en el ataque que estaba efectuando.
Uno de sus dedos tanteo la entrada y se atrevió descarado a ingresar en ella haciendo que la estimulación fuera doble y que Taehyung no pudiera contener el orgasmo que estaba inundando su boca, llenándola de la exquisita esencia que ahora tragaba diligente y completamente complacido por el delicioso órgasmo del que había sido el culpable.
Taehyung gemía y jadeaba agotado, sonriente por el placer, se sentía tan vulnerable, tan expuesto, y tan a gusto en partes iguales, una maldita sensación que le encantaba.
Sin darle tiempo a que se recuperara, Jungkook subió sobre su cuerpo hasta estar con su pelvis a la altura de su trasero y tomando su propia longitud la alineó en la entrada, para luego acercarse a los labios de Taehyung y besarlo suciamente, haciéndole sentir su propio sabor entre sus labios, mientras el ingresaba de golpe, y comenzaba a embestir de forma fuerte y profunda, sin darle tiempo a bajar de la cúspide del primer orgasmo.
En respuesta el menor mordió sus labios suavemente, de forma erótica y los gemidos comenzaron entre el beso, siendo sostenido desde sus hombros y sintiendo las uñas de Taehyung enterrarse en su piel.
—Me perteneces, puedo follarte tanto como quiera y tú siempre me vas a recibir así, con tus hermosas piernas abiertas, tu culo goteante y dispuesto para ser profanado por mi polla— dijo descarado para luego lamer la mandíbula del canela.
El contrario no podía negar aquellas palabras, eran ciertas, amaba ser follado por su novio, estaría dispuesto a él siempre, en cualquier momento, porque sabía que el placer y la necesidad le pertenecían a ambos.
—Amo que me tomes, amo sentirte fuerte en mi interior, toma lo que te corresponde, lo que te pertenece — dijo subiendo el mismo una de sus piernas al hombro de Jungkook, quien elevó su cuerpo y poniendo sus manos en puños se sostuvo del colchón y comenzó arremeter sin contemplación en su interior.
—Eso es, eres tan perfecto, me aprietas tan bien, me recibes tan a gusto que me hace endurecer cada vez más, como si eso fuera posible, estoy como una roca solo por ti, Taehyung.
El menor llevó sus manos sobre su cabeza y se sostuvo del respaldo de la cama, mientras su cuerpo estaba siendo azotado brutalmente, delicioso, excitante tan experto que no podía dejar de pedir por más, de querer aún más fuerza por parte de su Dom.
—Mas fuerte — imploró.
No tuvo que pedirlo dos veces, al igual que el, Jungkook llevo su mando hasta el espaldar de la cama y se sostuvo con fuerza, haciendo que el cuerpo de Taehyung se curvara aún más por la posición y su miembro llegará dolorosamente más dentro de lo que hacía, golpeando directo la próstata del menor y volviéndose loco por los gemidos entre placer y dolor que salían de sus labios.
— Dime si es demasiado — avisó antes de elevarse y comenzar a dejarse caer con fuerza sobre el, haciendo cada penetración certera y profunda.
Un grito de placer salió de los labios de Taehyung, encantado por lo sucio y salvaje que estaba siendo penetrado, le encantaba que Jungkook no tuviera contemplación al momento de entrar en el, lo necesitaba asi, el maldito dios del sexo que le encantaba y que lo volvia loco.
Los gruñidos roncos y sensuales que JungKook soltaba cada vez que la punta de su pene tocaba fondo, hacían que una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo y lo estuviera llevando al borde del abismo, seguro de que no duraría mucho más por la sobre-estimulación, pero dejándose hacer sin reparos.
Supo que el orgasmo de Jungkook estaba cerca por la expresión tan magnífica que portaba en su rostro y por la rapidez que estaba empleando para entrar y salir de su interior, sin detenerse, gimiendo su nombre y sintiendo el temblor de su cuerpo, el cuál vibró con descontrol cuando un gemido casi animal salió de sus labios y la tibia esencia comenzaba a llenarlo abundantemente, haciendo la imagen más erótica y más placentera ante sus ojos, y bastando solo eso para acompañar a su novio en el orgasmo mientras manchaba entre sus cuerpos con su propia esencia que salía disparada al tiempo que ambos se observaban a los ojos y sonreían embobados por lo que acababan de hacer.
El cuerpo de Jungkook cayó hacia un costado de la cama rendido, complacido y satisfecho, mientras Taehyung dejaba caer su propio cuerpo sobre el colchón, boca arriba sintiendo la semilla de su hombre escurrir desde su interior y manchar todo a su paso.
— Creo que me volviste a embarazar —bromeó.
Una mueca de preocupación se posó en el rostro de Jungkook, quien se sintió algo culpable por haber sido tan duro en el encuentro.
—¿Te lastimé?— pregunto preocupado.
— Calla, estoy bien, feliz, perfectamente.
—El bebé…
—Está feliz, siente a su padre feliz y él también lo está, no nos lastimaste, a ninguno, no te preocupes, solo disfruta el momento.
— ¿Me dirás si estoy siendo muy bruto? no logro controlarme si se trata de ti y no quiero dañar a ninguno.
—Estamos bien, amo que seas así, que me hagas el amor como quieres, soy tuyo, mi cuerpo fue creado para ti, siempre va a recibirte a la perfección — aclaró.
—Eres una perdición, estoy tan adicto a ti que no logro pensar en nadie más que no seas tu, el dueño de mi corazón y de todo mi ser — dijo atrayendo el cuerpo de Taehyung hacia él y abrazándolo de forma cariñosa— vamos a dormir, tienes clases mañana y yo trabajo que hacer, aunque amaría quedarme en esta cama una semana por lo menos y tomarte sin descanso.
—Amaria eso, pero tenemos responsabilidades, aunque siempre puedes tomarme por las noches, vivo aquí desde ahora, me tienes en cualquier momento a tu lado.
—Amo como suena eso de que vives en nuestra casa, me encanta que estés aquí, te amo, Taehyung.
—También te amo, Jungkook, más que a nadie en el mundo— reconoció.
Sin decir más el pelinegro lo atrajo hasta su pecho y acarició sus cabellos lentamente, mientras su corazón bombeaba con fuerza dentro de su pecho y la emoción por todo lo que pasaba comenzaba a embargarlo.
Taehyung lo notó, pero aún así no dijo nada, no quería abrumarlo y lo dejaría vivir esa emoción tranquilamente, de todas formas él siempre estaría ahí, junto a él, tendrían mucho tiempo para hablar de sus emociones pero ahora mismo necesitaban descansar.
—Buenas noches, amor, descansa — dijo elevando su rostro y besando fugazmente la barbilla del mayor.
JungKook sonrió por la acción y devolvió el gesto besando sobre sus cabellos.
— Descansa, bebé, te amo.
Capítulo dedicado a mía chicas bellas de la Bear House 🌸
Espero les guste, y gracias a quienes siguen por aquí.
🌸ErLith_🌸
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