Prefacio
Deje que la adrenalina pasara por mi cuerpo hasta que mis músculos se pusieron tensos, quería echar a correr pero no podía.
Las ataduras no permitían que mi cuerpo se moviera. Miré el suelo, mareada por lo que sea que había respirado y me había dejado inconsciente.
—Hola, querida—. Era la voz de un hombre que sonaba cerca de mí, me asustó y mi cuerpo tembló mientras miraba al hombre frente a mí, sentado al reverso de una silla con la mirada fija en mi cuerpo.
Me asusté mientras lo encontraba con dificultad, tenía un trago de whisky y en la otra una navaja con la cual jugaba moviéndola de un lado a otro
—¿Qué pasa, acaso no hablas?—Lo miré asustada y me aclaré la garganta mientras intentaba decir mi nombre.
Un pequeño recuerdo me dejó claro por qué mi garganta dolía y no me ayudaba a hablar. Había gritado por horas mientras estaba amordazada, pero igual ninguno de mis gritos sirvieron de algo.
Lo miré aterrada mientras se levantó de la silla y con su navaja. Rompía las ataduras que me atrapaban en la silla.
Cuando estuve libre, miré a mi alrededor llena de dudas y trataba de acomodar mis ideas.
Él me miró de una forma extraña y luego agarró mi muñeca haciendo que me levantara y casi me golpeara en el suelo.
Me llevo con él, arrastras hasta llegar a una habitación casi acogedora, me tiro hasta hacer que callera al suelo y me golpeara.
No podía mantenerme estable, las piernas me temblaban, haciendo que caiga directo al suelo. La puerta se cerró de golpe dejándome atrás
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro