Locura de Amor en Las Vegas.
El bar Kalita era el favorito de Xólotl y no era porque perteneciera a su familia, sino porque Bill y él solían pasar casi todo su tiempo libre en el, incluso si no fuera precisamente legal, eso era algo que nunca les importo realmente.
Dicho bar se encontraba frente al parque, lugar dónde Bill y Xólotl se encontraban en esos momentos, debido a que era demasiado temprano para estar en el bar, y el parque era el lugar perfecto para hablar.
—¿Entonces el sábado por la noche? —El rubio hizo una mueca desanimada y negó.
Ambos chicos habían decido sentarse en una de las bancas, una que estaba situada bajo un árbol, protegiéndose así del ardiente sol.
—Tengo una cita con una chica molesta y un chico amargado este sábado —contestó aburrido—, y no se cuanto vayamos a tardar.
—¿Trío? —Preguntó y Bill rió suavemente.
—Ojalá, pero son sólo Pino y Vanessa —respondió Bill—, o sea que jamás va a pasar.
—Cierto, por un momento había olvidado tú extraña apuesta con Dipper y Vanessa —dijo el chico—, no entiendo porque aceptaste si lo "odias" tanto, solo te pierdes de tanto tiempo de diversión conmigo.
La pregunta hizo al rubio sonreír, realmente disfrutaba responder a eso.
—Eso lo hace interesante, Xólotl —contestó—. Además, no hay nada que me divierta más que ganarle en algo a Dipper Pines, incluso si el proceso sea bastante tedioso.
—Acabas de lastimar mi orgullo —el chico fingió estar ofendido, pero continuó hablando—. Y sin ánimos de ofender, pero su apuesta, es la apuesta más estúpida que visto en toda mi vida, y paso la mitad de mi vida metido en un bar lleno de borrachos con ganas de hacer estupideces —Bill soltó una pequeña risa ante tal declaración, porque era cierto—, digo pasas todo tu tiempo con una chica y un chico, que por cierto están muy bien y no hay ni siquiera manoseo. Es una perdida de tiempo y te necesito como apoyo... y como transporte.
—Lo siento —el rubio contesto entre risas—, te lo compensaré después.
—Pero yo te necesito en ésta.
—Pero no puedo —se quejó el rubio—, sabes que si fuera por mí, iría, pero no puedo faltar a una sola cita porque contaría como que no pongo de mi parte y perdería.
—Mmm —el chico de cabello oscuro se quedó unos segundos pensando—, ¿qué tanto aplica en "no poner de tu parte"?
—No lo sé —el rubio se encogió de hombros—, supongo que todo... ya sabes, no ir a las citas, tener mala actitud en ellas, no cumplir algún capricho de Vanessa, cosas de ese estilo —contestó rodando los ojos.
—¿Y qué más?
—Supongo que no tratar al otro románticamente —el rubio se encogió de hombros.
—¿Cómo crees que clasifique golpear al otro? —Preguntó Xólotl y Bill lo miró seriamente unos segundos.
—No creo que sería una buena idea, idiota —murmuró el rubio frunciendo el ceño—. Vanessa se enojaría mucho si golpeo a Dipper, creo que prácticamente me descalificaría por eso.
—¡Exacto!
—Creo que no estoy entendiendo a dónde quieres llegar.
—Bill... —Xólotl le llamó—, ¿qué tanto quieres ganar?
—Lo normal supongo —respondió antes de reír.
—¡Perfecto! —Exclamó levantándose del asiento—, ¿alguna vez has visto Locura de Amor en Las Vegas?
—¿Dequé estás hablando?
—Déjame pegarte
—¿Qué?
—Sí —le dijo el de cabello oscuro—, como en la pelicula, finges que te golpeó Dipper y ¡boom! Queda descalificado.
—¡Que buena idea!
—A ver ponte — le dijo entre risas—, será un golpecito y ya.
Xólotl agarró impulso y sin dudarlo le metió un buen puñetazo en el ojo a Bill.
—¡Estúpido! —se quejó el rubio—. ¡Me dolió!
—¿Quieres que se vea realista o no? —Contestó burlón.
Después de todo había una parte de él que había disfrutando aquello.
—¡Sí estúpido, pero tampoco quiero que arruines mi bello rostro! —soltó empujandolo—. No puedo perder uno de mis mejores atributos para atraer a las minitas.
—Tienes un punto, pero ya es demasiado tarde —le dijo agarrando impulso para darle otro golpe—, si no seguimos Vanessa no se lo va a creer.
—Ugh, no sé como deje que me convencieras para esto.
Xólotl rió antes de seguir con trabajo, el cuál estaba haciendo muy bien para hacerlo ver realista, pero tras unos golpes más el rubio ya no soportó la situación.
—¡Basta! —Dijo, metiéndole un puñetazo de regreso.
—¡Oye! —gritó Xólotl sosteniéndose el rostro—, yo no estaba jugando.
—Es que eres un aprovechado —dijo dándole otro golpe, sólo que esa vez al brazo.
—¡Auch! —Xólotl se quejó—, ¿qué te pasa? ¡Tengo una cita importante!
—¿Ya no es tan gracioso o sí? —contestó con bastante burla en su voz.
—Eres un violento, Bill, tal vez deberías cuestionarte tus conductas violentas —le dijo sacándole la lengua.
—¡Tú eres el que empezó con su estúpido plan de imitar una pelicula!
—Puede ser... pero yo soy el que tiene una cita de verdad con alguien muy guapo.
—¿Con quién? —cuestionó el rubio—, aparte dudo mucho que le importe, menos si es lo suficientemente tonto como para aceptar salir contigo.
—Mira quien lo dice.
—Lo dice alguien muy guapo y encantador.
—Pues ya no tanto, fijate —se burló—, suerte ligando con sólo un ojo.
—No necesito tu suerte, gracias —respondió—, encontraré la manera de hacerlo encantador.
Al decir lo último el rubio le saco la lengua a su amigo.
—Ya quisieras —le respondió ignorandolo antes de fijarse que su bar favorito finalmente había abierto—. ¿Entramos?
—Claro que sí —dijo sonriendo.
Era hora de divertirse un poco.
[...]
El rubio se bajaba del coche con unos lentes de sol dispuesto a entrar al restaurante dónde se encontraría con sus "citas", se encontraba un poco avergonzado de lo que había hecho pero ya era demasiado tarde para no seguir y tenía que aferrarse a su versión de historia.
Ahí lo esperaban ambos chicos riendo animadamente entre ellos, hasta que Bill se sentó al lado del castaño y por un rato el chico permaneció en silencio y serio.
—¡Hey! ¿Qué te pasó? Ya empezaba a creer que no vendrías —bromeó la rubia a lo que Bill sólo asintió.
El castaño miraba con extrañeza a al otro chico, Bill estaba actuando demasiado extraño... incluso para él.
—¿Eso pasó? ¿No querías poner de tu parte? —Preguntó burlona la rubia—. Supongo que tendré que bajarte puntos.
—Sí quieres... —contestó el rubio en un tono neutro, evitando ver al castaño.
—¡No ha salido ni una sola estupidez de tu boca y ya llevamos como 10 minutos, Cipher! ¿Qué demonios te ocurre? —Preguntó Vanessa, alzando ligeramente la voz, algo preocupada por su amigo.
Dipper estaba bastante confundido por la situación, la rubia tenía un muy buen punto, 10 minutos era demasiado tiempo para que Bill no soltará una estupidez.
—N-nada —su voz tembló falsamente y Vanessa le arrebató los lentes, esperaba verlo drogado o algo, pero no esperaba ver el ojo morado de Bill.
—Oh por Dios Bill —la chica se tapó la boca con sus manos—, ¿qué te pasó?
El castaño se detuvo a mirar el ojo morado del rubio y una parte de su labio partido, ¿acaso se había metido en una pelea? Muy a su pesar pudo notar cierta preocupación en su cabeza, pero no tardo demasiado en descartarla, de seguro Bill había hecho algo estupido que no merecía esa preocupación.
—No importa —el rubio le sonrió—, no es nada, en serio.
—Bill... —Vanessa le insistió—. Sabes perfectamente que no puedes mentirme.
—Lo que pasa es que... —empezó a hablar el rubio con la voz temblorosa, pero al mirar a Dipper, se detuvo abruptamente bajando la mirada—, nada.
—Mira Bill, tú no quieres que me enoje —habló la chica, ignorando por completo el gesto del rubio—, así que vas a decirme que te pasó en este instante ahora, ¿quedó claro?
Vanessa se quedó unos segundos en silencio viendo con seriedad al rubio hasta que finalmente suspiró, preparandose para soltar una actuación digna de un premio.
—Es sólo que... —Bill miró al castaño fugazmente—. Ayer discutimos... P-porque él pensó que estaba hablando de mujeres cuando en realidad hablaba sobre las galletas que hacía una compañera de la escuela.
—¿De qué hablas?
—Y y-yo sólo estaba hablando con Xólotl, y —el rubio hizo un puchero—. Me aporreó la cara múltiples veces con la puerta de mi bebé.
—¿Quién? —Preguntó la rubia.
Bill bajó la mirada y señaló lentamente a Dipper.
—¡No me pegues más Pino! —gritó Bill sobreactuando cubriéndose del castaño—. ¡Si quieres ya no te llamaré Pino pero no me golpees!
La chica estalló en carcajadas sin poder creerse lo que oía, simplemente le parecía impresionante lo tonto que podía a llegar a ser su amigo. El castaño abrió la boca completamente incrédulo ante tal acusación, ¿qué estaba mal con el rubio? ¿En serio Bill estaba diciendo que él lo había golpeado? ¿Por qué?
—¿Qué? —soltó Dipper confundido, estaba perplejo ante aquello.
—Permiteme Dipper —le dijo la chica antes de tomar aire y seguir—. Bill, Bill, Bill... ¿Estás consciente de que fui YO quién te enseño la película de "Locura de Amor en Las Vegas"? ¿Verdad?
La chica preguntó cruzándose de brazos, cambiando totalmente su expresión a una de molestia pura... Vanessa detestaba muchas cosas, pero si había algo que no soportaba era que intentarán engañarla.
—Además —la rubia continuó—, he visto a Dipper golpear y él jamás podría hacerte eso —le dijo rodando los ojos.
—¡Oye! —contestó Dipper, sonrojandose hasta las orejas—. ¿Yo que culpa me tengo?
—Perdón, pero mira tus manos —le dijo encogiendose de hombros apenada—, no tienes ninguna marca de golpes, es más, parecen de bebé.
El color aumentó en sus mejillas y fue Bill quién soltó una carcajada esta vez, tal vez no había funcionado, pero empezaba a verle el lado divertido a todo.
—¿De qué te ríes estúpido? ¿Acaso intentaste verme la cara de estúpida? —preguntó Vanessa molesta.
Bill rió con más fuerza haciendo a Dipper sonreír, la risa de Bill Cipher era ciertamente contagiosa, pero trato rapidamente que desapareciera.
—¿Por qué creíste que funcionaria si en la película tampoco funciona? —preguntó la rubia.
—Fue idea de Xólotl —se justificó el rubio.
—Peor aún, por todo esto mereces ser descalificado y algo peor que la muerte por osarte a intentar engañarme —habló evidentemente enojada—, pero como me causo gracia y la verdad no me la esperaba, sólo te pondré un castigo.
—Eso no es justo —masculló el castaño.
—Yo soy quién pone las reglas aquí, además desde aquí puedo ver qué no es maquillaje, Xólotl te metió un buen puñetazo, ¿verdad? —Bill asintió algo avergonzado—, yo creo que el castigo ya lo tiene, desspués de todo tiene que vivir con su estupidez todo el tiempo, ¿tienes alguna objeción con eso, Dipper?
El castaño negó con la cabeza riendo ligeramente.
—Tienes un buen punto —le dijo divertido.
—Perfecto, a lo que iba... como castigo por intentar mentirme —le dijo con dramatismo—, a partir de este momento, pagarás todas las comidas que tengamos... y cualquier otro capricho y/o antojo que tenga... —Dipper la miró—, que tengamos, porque Dipper también fue una víctima en esto.
—De todas maneras siempre lo hago —le contestó riendo y le saco la lengua, haciendo que la rubia le devolviera el gesto.
—¡Y me llevarás a mi casa todos los días sin falta! —agregó y Bill asintió divertido.
—¿Qué remedio me queda? —el rubio se encogió de hombros—, esto me pasa por escuchar a Xólotl.
Vanessa se sentó de nuevo, la chica revisó su teléfono que hacía unos segundos atrás había sonado brevemente.
—Sólo tú le haces caso a ese idio- —la chica empezó, pero se interrumpió a la mitad soltando un pequeño grito emocionada.
—¿Qué pasó? —preguntó Bill, pero la rubia solo levanto la mirada y les enseño su celular sin poder decir nada.
—No entiendo —murmuró Dipper.
—¡ACTUALIZARON El FIC! —Gritó llamando la atención de todos—, creo que voy a llorar, el ultimo capítulo terminó demasiado intenso.
—No, esto otra vez no —susurró Bill para sí mismo, llamando la atención del castaño.
—Sigo sin entender —dijo Dipper mirando al otro chico en busca de una explicación.
Muy a su pesar, sabía que si alguien sabía que le pasaba sería el rubio.
—Ella lee historias sobre parejas... gays —explicó por lo bajo, tratando de agregar drama a lo que decía—, extraño, lo sé.
Dipper lo miró confundido, pero no tardo en recordar que eso era exactamente lo que hacía su hermana, pero prefería olvidar el tema.
—También leo sobre parejas hetero, pendejo, ahora "shhh" mientras terminó de leer esto, por favor y gracias —contestó la rubia algo alterada.
—Te advierto de una vez —Bill le dijo al castaño en voz baja—, que si quieres vivir jamás te atrevas a decir algo en contra de sus bebés, especialmente que no son el uno para el otro... nunca te perdona la vida —Dipper levantó una ceja—. Créeme, lo he visto... ¡Con mi propio ojo! Porque creo que este ya no ve.
Dipper quería reír ante lo que le decía, pero no lo haría.
—Eres un tonto —le respondió de la misma manera.
—No tienes idea de lo mucho que me costó salir vivo de ahí —dijo el rubio, con excesivo dramatismo, y a Dipper le estaba costando algo de trabajo contener su diversión—. De hecho ese día... morí.
El castaño rodó los ojos al escuchar aquello, apartando la vista de Bill y sonriendo ligeramente, mientras la chica se quejaba y le gritaba al aire un par de cosas.
—¡Pero sobreviví! —Dipper rió sutilmente sin poder evitarlo más—, sólo para darle la advertencia a los pobres incautos que desconocen... a la verdadera bestia salvaje que es esa chica.
—No puedo creer que en serio citaras "La era de hielo" para esto —le respondió divertido y el rubio se encogió de hombros.
Bill le lanzó una mirada a Vanessa que seguía gritándole al aire, llamando más y más la atención de lo que debía.
—¿No crees que con esto y lo de hace rato estamos llamando de mas la atención? —preguntó el rubio.
—ES QUE BILL ¡SON PERFECTOS! ¡MALDITA SEA PERFECTOS! —exclamó bebiendo de su refresco antes de seguir—, ¡MI BEBÉ ES HIJO DE HADES Y MI OTRO BEBÉ ES HIJO DE APOLO! ¿Entiendes que pasa ahí? ¡SE COMPLEMENTAN! ¡WILL AYUDA A NICO A SALIR DE SU ZONA DE COMFORT Y NICO A WILL A ENTENDER QUE ESTA BIEN SENTIRSE MAL A VECES! ¡DIOSES! ¡SE COMPLEMENTAN! Y ¡SON PERFECTOS! Y ESA ES MI ÚLTIMA PALABRA. Y lo siento mucho por los demás pero no voy a contener mi emoción solo por las malas miradas.
—Te lo dije —le dijo Bill divertido al ver la cara asustada de Dipper cuando la rubia les gritó a ambos—. Está loca.
Vanessa rodó los ojos.
—Dipper, tú lo entiendes ¿verdad? —le preguntó la rubia con una sonrisa y ojitos de cachorro.
—Seguro —el castaño sonrió incómodo antes de lanzarle una mirada de terror al rubio.
Vanessa soltó una pequeña risita notando aquello antes de continuar leyendo en su celular mientras el mesero venía a tomar la orden de los chicos, mirando aterrado a la chica que lo ignoraba.
—Te acostumbras con el tiempo —aclaró Bill leyendo el menú buscando que comer—, el lado bueno para nosotros es que casi nunca actualizan esas cosas, lo cual supongo es un lado malo para ella.
Tras decir eso el rubio le sonrió y Dipper rodó los ojos simplemente al ver su ojo morado, ¿cómo podía ser tan idiota, pero conocer tan bien a Vanessa?
La competencia se le hacía injusta por primera vez.
Solangelo es vida, Solangelo es amor y me alegra el corazón. ❤
Actualización sorpresa a las tres de la mañana... ¡Yei!
Y díganle a Will que coma su sopita... Ya ni yo me acuerdo de donde chingados salió eso, pero díganle.
PD: ¿Alguien ya vio Dear Evan Hansen con el que pueda hablar de mis Tree Bros? Kalita se niega a verlo... Aún.
Atte: CinemaSins.
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NOTA ACTUAL: Lo unico que espero es que hayan disfrutado de este capítulo, que sorprendentemente tiene algunos detalles y partes extra.
BTW, es increíble como Nico y Will tendrán su propio libro pronto, o creo ya salió... no sé la verdad jaja, pero no creo que Vanessa pudiera creerse aquello.
En fin, espero tengan un día maravilloso cuando lean esto y esperamos actualizar de nuevo pronto.
Les queremos y agradeecemos infinitamente su apoyo.
Atte. GirlsWithTheBlueSoul.
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