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Happy Meal.

Tal como había prometido, Bill Cipher se encontraba en la puerta de la casa de los mellizos Pines, importándole muy poco lo que Shooting Star pensara al verlo ahí, esperando por su hermano menor.

—¿Bill? —preguntó la castaña con una sonrisa—, es raro verte por aquí en sábado.

—Lo sé, pero ya sabes, vine por Pino —le contestó haciendo a la castaña abrir los ojos a tope, ¿en qué universo Bill Cipher aparecería en su casa para ver a Dipper?

—¿Por Dipper? —Preguntó dejando la impresión grabada en su voz, ¿era una broma, verdad?

—Sí —respondió con simpleza—, tenemos algo que hacer juntos —sonrió ampliamente.

—¿Qué cosa pueden hacer ustedes 2 sin matarse antes? —Bromeó la castaña, mientras Bill soltaba una pequeña risa.

—Vamos a ir a comer con Vanessa—le confesó.

—¿Con Vanessa? —Preguntó Mabel, con la curiosidad disparándose por todo su ser.

—Es un reto —dijo Bill con rapidez—, ella... nos retó a hacer algo, y bueno ya sabes, Pino y yo nunca rechazamos un reto entre nosotros —Mabel rió, eso era cierto.

De todo el tiempo en que ella se había llevado con Bill, no había habido ni un sólo reto que alguno de los chicos rechazará, siempre estaban compitiendo, discutiendo o haciendo cualquier otra cosa que demostrará que uno era mejor que el otro, inclusive si no tuviera sobre que pelear, la castaña solía pensar que, a veces sólo peleaban para ver quién gritaba más fuerte.

Mabel no podía entender porque, Bill era un muy buen amigo de ella (razón por la que Dipper y Bill tenían que soportarse a menudo), desde el primer momento que hablaron se llevaron bien, y Dipper, bueno Dipper era su gemelo y lo adoraba con todo su ser, por lo mismo no podía entender cómo podían odiarse tanto, aunque después de tanto tiempo ya no parecía importarle mucho el asunto, había aprendido a convivir con los dos después de un tiempo.

—Y... —preguntó la castaña levantando un ceja con picardía—, ¿puedo saber qué reto es esta vez? 

—No lo sé, Shooting Star —le dijo Bill metiendo sus manos dentro de sus bolsillos.

—Por favor —respondió haciendo un puchero—, sabes que no me pondré del lado de ninguno.

Bill soltó una pequeña risa al ver la expresión de la castaña. —Lo siento, pero esta vez no puedo decirte, es algo así como un secreto —Bill sonrió.

—Por favor —la chica rogó juntando sus manos y poniendo ojos de perrito.

—Ya estoy listo —una tercera voz interrumpió saliendo de la cabaña—, terminemos con esto de una vez —masculló el castaño, algo irritado.

—¿Tan pronto ya estás de malas? —preguntó el rubio con sorna.

—Sólo vayámonos —respondió Dipper, seguía pensando que era una estupidez pero por algún motivo no quería renunciar, el chico estaba determinado a ganar esto y quedarse con Vanessa.

—Como quieras, Pino —comentó Bill sonriendo, alejándose con el castaño a su lado.

Ambos chicos caminaron hacia el carro del rubio, mientras la castaña se reía de la actitud de su hermano, ambos podían ser tan infantiles cuando estaban juntos.

—¿De qué hablaban? —Le preguntó una vez que se subió al asiento del copiloto.

—¿Te bañaste por mí? —Dipper se sonrojó furiosamente.

Mientras el rubio, encendió el auto y empezaba a conducir hacia la casa de la rubia.

—¿Qué cosas dices? —desvió la mirada cruzando sus brazos, tratando de centrar su atención a cualquier cosa fuera del auto.

—Hueles a jabón y tienes el cabello mojado —dijo el rubio acercándose al castaño, simulando oler su cabello—, y lo hiciste por mí, ahora podemos decirle a Shooting Star que sí conoces el agua.

—Cállate imbécil —replicó Dipper—, y no es por ti estúpido, es por Vanessa —soltó un suspiró—, y mejor contesta mi pregunta.

—Awww lo hiciste por mí —respondió Bill ignorando la respuesta y el tono grosero de Dipper—, y respondiendo a tu pregunta, hablábamos de... —Bill hizo una pausa, simulando estar pensando—, bueno tu hermana quería saber en que clase de reto estamos metidos esta vez —Dipper lo miró serio.

—Nunca —dijo cruzándose de brazos—. Mabel no puede enterarse de esto, nunca de los nuncas, no puedes decirle nada.

—Y yo nunca le dije que lo haría —Bill soltó una risa con la reacción de Dipper—, relájate Pino.

—¿Y a dónde vamos? —preguntó el castaño—. ¿La vamos a ver ahí o vamos a pasar por ella?

—Bueno, Vanessa me envió un mensaje hace un rato pidiéndome que pasemos por ella para ir a comer —le dijo Bill—, así que ahora estamos yendo a su casa.

Dipper asintió ligeramente aburrido, después el auto se quedo en silencio, Bill conducía ignorando un poco al castaño, enfocándose en su música, por lo que el camino fue bastante tranquilo.

El castaño notó como Bill se estacionaba en frente de una casa bastante grande, el rubio se bajó portando sus típicos lentes de sol y tocó el timbre, mientras Dipper esperaba en el auto. Una chica rubia le abrió la puerta con una sonrisa en el rostro, le quito los lentes de sol para ponérselos ella y juntos se dirigieron al automóvil.

—Buenos días Dipper, ¿cómo estás? —saludó alegremente la chica mientras se subía y sentaba en el asiento de atrás.

—Buenos días —respondió nervioso y Bill solo atinó a rodar los ojos—, estoy bien, gracias por preguntar.

—Me alegro de escuchar eso —contestó la rubia con naturalidad—, Bill conduce rápido, que muero de hambre.

—¿Puedes calmarte? —contestó en broma Bill—. Existe algo llamado "límite de velocidad" —habló mirando a Vanessa de reojo, quien con simpleza rodó los ojos.

—¿Aquel "límite de velocidad" que recién acabas de descubrir que existe? Porque esas multas que tienes no las tienes por respetarlo que yo sepa —replicó la rubia con ingenio, y Bill solo rió—, así que, ¿vas a dejar de fingir que te interesan las leyes o voy a tener que decirle a Will sobre las multas que no has pagado? —preguntó mirando sus uñas distraídamente.

—Está bien —murmuró entre dientes antes de acelerar, Will probablemente se enojaría si se enteraba, y podría ser muy lindo y tranquilo cuando quería, pero molesto... Bueno, no era buena idea hacer enojar a Will.

—¿A ella sí le haces caso cuando te dice que aceleres? —Preguntó Dipper frunciendo levemente el ceño.

—Verás Pino, Vanessa es una bestia cuando tiene hambre —contestó, Dipper miró hacia la rubia quien soltó un gruñido, provocando que Dipper soltará una pequeña risa—, además de que no quiero que Will se enteré de mis multas.

—Deberías pagarlas —le dijo la rubia divertida—, te amenazarían menos.

—Eres la única que lo hace —respondió el rubio—, pero bueno ¿qué vas a querer? Ya llegamos.

—Lo de siempre —respondió la rubia y Bill sólo asintió.

Dipper no pudo evitar pensar que ambos chicos debían llevarse muy bien, al menos lo suficiente como para que ella supiera cosas como las multas de Bill y como para que Bill pudiera entender que es lo que quería la chica con un simple "lo de siempre". El castaño no pudo sentir su estomago estrujado, Bill le llevaba la ventaja en eso.

—Le tomo su orden —se escuchó por la bocina.

—3 cajitas felices, una Big Mac doble todas con Sprite y papás... —el rubio habló, y Dipper no pudo evitar pensar que era un demasiada comida para los tres—, y Pino... ¿vas a querer algo? —preguntó y Dipper levantó las cejas al escuchar lo que habían pedido, ¿eso era sólo para ellos dos?

—Eh... —murmuró algo confundido—, un helado de vainilla es suficiente para mí.

—Y un helado de vainilla —dijo Bill dirigiéndose a la chica de la bocina.

—Entendido —respondió la chica del otro lado de la bocina—, las cajitas felices ¿con qué juguete se les entrega?

—Mario Bros y la princesa Peach —respondió casi de inmediato el rubio—. ¿Y tú cuál vas a querer? —le preguntó a Vanessa.

—Yo quiero a Bowser —respondió emocionada.

—Correcto, pase por su pedido en la ventanilla —Bill manejo un poquito más al escuchar esto

Dipper le miró serio—. ¿Una princesa, en serio? Hasta Vanessa pidió algo más varonil —se burló el castaño.

—Es para que Mario y Peach tengan su historia de amor juntos —dijo el rubio haciendo un puchero—. Aparte, no te creí de masculinidad frágil.

—No es eso, es que no creí que a ti, Bill Cipher le gustará —respondió—. Eso es todo.

—Seguro —canturreó el mencionado, pero ambos dejaron el tema cuando llegaron a la ventanilla, la señora les entrego sus cajitas felices.

—Sus hijos estarán muy felices, señor —le dijo la empleada a Bill, provocando que Dipper soltara una carcajada.

—Sí, gracias —contestó recibiendo el pedido—, cállate Pino.

[...]

Dipper rodó los ojos mientras mordía lo último de su helado, sólo para observar como ambos rubios se distraían jugando con sus nuevos muñecos en el coche que ahora se encontraba estacionado frente a la casa de la rubia.

"A este paso terminará conquistándola con su princesa de juguete" pensó molesto mientras comía su helado.

—¿Y qué tal estuvo la película de ayer? —Preguntó la rubia mientras tomaba un gran bocado de su hamburguesa.

Bill se atragantó un poco con el refresco que tenía y Dipper se giró para verla con los ojos bien abiertos.

—¿Qué? ¿Cómo sabes eso? —preguntó Bill mirándola fijamente.

—Les dije que alguien iba a estar pendientes de que cumplieran su parte del trato, así que, respondan, ¿de qué hablaron? ¿Intentaron conocerse? ¿Ver si tenían cosas en común? ¿Hubo toqueteo? ¿Beso en la oscuridad? —Preguntó con una ceja alzada, sorbiendo de la pajilla fuertemente mientras los veía de manera expectante.

Dipper se sonrojó fuertemente—. ¡No! N-nosotros sólo vimos la película y ya —respondió tartamudeando un poco.

—Ya veo... —dijo desanimada—, que aburridos son, me esperaba más de ti Bill, te he visto coquetear con chicas antes y eres mejor que esto, mínimo, termina en besos.

Dipper rodó los ojos irritado por la personalidad de Bill, esa afirmación era cierta, él también lo había visto.

—Bueno, supongo que esperé de más para ser su primera cita —murmuró mientras continuaba comiendo.

—Nosotros... ¿lo sentimos? —susurró Dipper, sin realmente saber que hacer.

—¿Lo sienten? —Preguntó levantando la mirada mientras ambos chicos asentían con la cabeza —, me alegra oír eso.

—¿Y ya? —Preguntó Bill, preocupado, conocía demasiado a la rubia como para saber que estaba actuando... demasiado tranquila.

—¿Qué insinúas Cipher? —Interrogó la rubia, cada vez más irritada.

—Estás demasiado tranquila para haber sido decepcionada —dijo tomando un poco del refresco.

—¿¡Y cómo quieres que esté Cipher?! —La rubia gritó—. ¡Me acaban de romper el corazón! ¡MI CORAZÓN, BILL! ¡Se supone que es como si estuvieran saliendo conmigo y contrabajo intercambiaron palabras ayer! ¿¡Dónde quedo la pasión?! ¿¡Y el amor!? ¿¡DÓNDE DEMONIOS QUEDO EL AMOR?! —Gritó lanzando el vaso de refresco rellenable de las manos del rubio.

—¡Mi Bebé! —Gritó Bill alterado mientras el refresco caía sobre su auto.

—¡Ups! Creo que me pasé un poco —dijo la rubia algo avergonzada—, pero así de lastimada estoy, al saber que ni lo intentaron.

—Tendré que llevarlo a lavar —dijo Bill haciendo un puchero, sin contar que toda su ropa estaba empapada.

—¡Al menos eso tiene solución! ¡La desilusión de mi corazón no! —continuó la rubia—, pero como sí me siento mal por lo de tu coche, te daré dinero para que lo mandes a lavar luego, perdón —soltó una pequeña risa.

—Esta bien —respondió Bill—, debo admitir que por el efecto drámatico, lo valió.

Dipper sólo miraba la situación con terror, esos chicos estaban locos, ¿en que diablos se había metido?

Vanessa respiró fuertemente para tranquilizarse y finalmente sonrió, provocando un escalofrío en ambos chicos.

—Díganme que pondrán de su parte esta vez —murmuró sonriendo y ambos chicos asistieron velozmente, temiendo hacerla alterarse de nuevo—, que suerte saber aquello, espero escuchar mejores noticias la próxima semana chicos.

Y esas fueron sus últimas palabras antes de bajarse del coche para entrar a su casa, bajando su juguete y su comida con ella.

Ambos chicos intercambiaron una mirada de confusión, antes de soltar el aire que habían contenido, no tenían idea de en qué se metían cuando aceptaron el trato, esa chica en serio se iba a asegurar de todo.



ADVERTENCIA SÚPER IMPORTANTE: TODOS LOS CAPÍTULOS QUE APAREZCAN CON UN "NO ES CAPÍTULO" AL PRINCIPIO ES PORQUE TANIA LOS PÚBLICO POR ACCIDENTE. Si estos no lo dicen, pueden entrar tranquilamente a la actualización. Se están tomando medidas desesperadas hacía la pendejez de Tania, gracias.—T y K.


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