—No, no y definitivamente no —dijo rápidamente Dipper olvidando un poco su pudor—, y menos con ese imbécil.

Bill frunció el ceño jalando del brazo al castaño, alejándolo de la chica.

—Pino, ¿por qué no? —Le sonrió pícaro el rubio, con una esas típicas sonrisas que le lanzaba a cualquier persona y de inmediato aceptaba hacer lo que el quisiera—, ¿tanto miedo tienes de caer por mí?

Cualquiera, menos Dipper. Quien sólo frunció el ceño molesto.

—No —replicó, tomando su distancia del rubio—, lo digo porque el trato es estúpido —y se cruzo de brazos.

—Oh-oh —Bill habló, recordando que es lo que funcionaba para hacer que Dipper hiciera lo que él quisiera, retarlo—, el pequeño Pino tiene miedo de caer en los en los encantos de Bill Cipher —el rubio canturreó.

—Claro que no, Bill —le respondió irritado—. No puedo caer en unos encantos que no existen.

—Entonces si tan imposible es —Bill preguntó de vuelta—, ¿por qué no aceptas? —y se cruzó de brazos también, retándolo un poco más.

—Porque ya te dije que es estúpido —contestó más irritado que antes.

Y realmente lo era, era la idea más estúpida que Dipper Pines jamás había oído, y Bill debía admitir, que también le parecía bastante estúpida a él, claro que el jamás reconocería que Dipper tenía razón y Bill jamás rechazaría un buen reto, tampoco.

—Alguien aquí es una gallina —Bill dijo antes de imitar el sonido de una, sólo para provocarlo un poco más, estaba seguro que sólo necesitaba un poco más de presión para que aceptará—. ¡Clo clo clo!

—¡Está bien! —soltó el castaño, esperando que Bill cerrará el pico—. Acepto Cipher —murmuró viéndolo seriamente —, vas a perder, te vas a enamorar de mí y yo saldré con Vanessa.

Bill sonrió irónico—. Estás jugando con el demonio Pines, soy Bill Cipher y eventualmente todos caen por mí —su sonrisa se ensanchó aun más—, y tú no serás la excepción —le advirtió el rubio con un aire de autosuficiencia.

—Entonces tenemos un trato Cipher —le contestó Dipper cruzándose de brazos nuevamente, no podía creer que había aceptado hacer algo tan estúpido.

—¡Bien! —Exclamó Bill frotando sus manos —, ¡Vanessa!

La chica los miró con una ceja levantada, antes de acercarse lentamente a los chicos, ella realmente sólo quería irse a su casa.

—¿Tomaron una decisión? —Preguntó con una sonrisa.

—Aceptamos el trato, pon las condiciones —contestó Bill con rapidez sorprendiendo a la chica.

—Wow... ¿en serio aceptaron a eso? Pues supongo que eso es genial —Dijo con una sonrisa, algo confundida al hecho de que aceptarán un trato así—, empecemos. Esto consistirá de 3 principales condiciones —la rubia alzó la mano para empezar a enumerar—. Condición número uno: pasarán unas 2 horas diarias totalmente solos o una cita, lo que ustedes prefieran, las cuales serán cercioradas por alguien que conseguiré por ahí, persona que ustedes no sabrán su identidad —Vanessa sonrió con amplitud, a pesar de que esas reglas se las estaba inventando en el momento, ya tenía a una en mente—. Condición número dos: cada fin de semana nos reuniremos en mi casa para ver los avances en su relación y por último pero no menos importante al contrario, es la más importante de todas: si alguno no pone de su parte al intentar enamorar al otro, esta descalificado. El que se enamoré primero por obvias razones pierde, y el otro que quede sin enamorarse saldrá conmigo y así no tendré que escoger —la rubia alzó una ceja estando segura de que ninguno iba a durar lo suficiente y ambos cancelarían el trato pensando en que no valía la pena salir con ella—. ¿Todo claro?

Dios, ese plan era demasiado estúpido, ¿por qué habían aceptado? Pensó la rubia.

Bill sonrió, lo tenía fácil, sólo tenía que enamorar a Dipper Pines y no había nadie en la universidad que lo rechazará, ni que pudiera resistirse a él.

—Sí —asintió el castaño, sin estar muy seguro de lo que acababa de hacer.

—Agradezco que me pongas atención Dipper, pero la pregunta era para el imbécil de ahí —señaló al rubio.

—Que linda —murmuró sarcástico—, claro que entendí —la rubia le lanzó una mirada seria de incredulidad—. Bueno, en realidad sí tengo una duda, si ninguno se enamora, ¿qué pasa?

—Bueno, en ese caso sería quién se retiré primero —contestó con facilidad—, ¿algo más?

Ambos negaron con la cabeza.

—Excelente, empezamos hoy —les dijo la rubia con una sonrisa—, al ser viernes les tocan dos horas juntos o una cita, lo que quieran, mañana nos vemos en mi casa. Ahora si me disculpan ya es demasiado tarde para mí, tengo mucha tarea que hacer.

Y tal como dijo, la chica se despidió dejando a ambos chicos solos con una sonrisa amable.

Al alejarse un poco de ellos la sonrisa desapareció dejando un rostro de incredulidad.

Era una estúpida, ella lo sabía, pero, ¿por qué dos chicos que prejuraban odiarse estaban dispuestos a pasar 2 horas juntos por una chica? O de verdad querían salir con ella (decisión muy tonta por parte de ellos) o había algo más ahí que trataban de ocultar.

Honestamente Vanessa sólo quería que ambos pensaran en lo tonto que era salir con ella, que notaran lo estúpida que podía llegar a ser al salir con un plan así de ridículo y que en ese momento se dieran cuenta de que no valía la pena salir con alguien así.

Pero como había mencionado antes, había algo más que ambos trataban de ocultar, a lo mejor, muy dentro de ellos ambos querían empezar a llevarse bien.

[...]

—Y bien Pino, ¿nos besamos para romper la tensión o algo por el estilo? —Bill preguntó coquetamente mirando al castaño quien solo rodó los ojos.

—Nunca —le dijo caminando hacia la salida, tratando de alejarse lo más que pudiera de aquel idiota de cabello rubio.

—¡Hey! —Bill le llamó y Dipper se giró para verlo con una ceja levantada —. No puedes irte, ¿qué hay del trato?

—No voy a pasar dos horas diarias contigo, suficiente tengo con verte todas las mañanas en mi casa por culpa de Mabel —Dipper le contestó fastidiado.

Bill sonrió antes de acercarse a él y suspirar.

—Parece que alguien quedará descalificado más rápido de lo que pensé —murmuró suavemente en el oído del castaño —, que fácil fue ganarte Pino.

Un bufido salió de los labios del castaño mientras se cruzaba de brazos.

—Bien —Dipper dijo mirando al rubio con el ceño fruncido—, ¿qué tienes en mente, Cipher?

Una cínica sonrisa se extendió por los labios del rubio, haciendo que un escalofrío recorriera el cuerpo de Dipper.

[...]

Dipper debía reconocerle al rubio que supo muy bien a dónde llevarlo donde podían perder 2 horas sin querer matarse el uno al otro y que los expulsaran del lugar, y ese era el cine.

Pero era Bill y no podía no ser y comportarse como un idiota, haber escogido esa película infantil estaba hecho con el único fin de molestar al castaño y Dipper lo sabía.

Aunque Bill debía admitir que quería verla, de todos modos, pero molestar a Dipper con ella, era un incentivo extra.

El lado bueno es que la función había acabado y ahora se encontraba fuera del cine, el lado malo era que se encontraba de copiloto en el auto de Bill, a quien no lo importaba que él estuviera presente para cantar tan fuertemente como sus pulmones se lo permitían mientras conducía.

Se encontraba recostado en la ventana viendo aburrido al rubio.

—¿Quieres ir a comer algo, cariño? —Le preguntó divertido, al sentir la mirada sobre de él.

—Mira Bill —Dipper empezó—, sé que a veces no puedes evitar ser un idiota y todo eso, pero evita con toda la fuerza de voluntad que tengas, hacer una estupidez como llamarme cariño —le rogó irónicamente el castaño.

—Lo que tu digas, cielo —Bill le contestó provocando que Dipper rodará los ojos—, ¿a dónde te llevo?

—A mi casa, y por favor conduce rápido —le respondió viendo el camino por la ventana.

—No, no, no —Bill negó exagerando su voz—, primero la seguridad de mi bebé.

—¿Primero cariño, luego cielo y ahora bebé? —Preguntó Dipper irritado y Bill soltó una pequeña carcajada.

—En realidad hablaba de mi automóvil —le sonrió—, pero créeme que podría seguir con los apodos un buen rato —le dijo el rubio soltando una pequeña risa, haciendo sonrojar al castaño por la impotencia.

—Eres de lo peor —masculló irritado.

—Eso no es lo que me dicen las chicas en la cama —le contestó guiñándole un ojo, haciendo al castaño rodar los ojos con fastidio—. Ni lo que dirás cuando lleguemos a eso.

—Y aparte, un asco, puntos extra Cipher —dijo Dipper sarcástico.

—Gracias pastelito —le respondió Bill riéndose de la expresión del menor, no podía evitarlo.

Era inevitable, Bill adoraba molestar al castaño.

—¿Sabes qué?—Dipper soltó de repente—. Mejor me bajo aquí —habló con rapidez dispuesto a abrir la puerta.

—No seas así, Pino —le dijo Bill haciendo un pequeño puchero.

—Pides demasiado contigo como compañero —comentó el castaño con ironía.

—Siempre tan bueno conmigo —habló Bill sarcástico—, empiezo a creer que no tendré que seducirte.

Dipper miró al rubio con una ceja levantada, mirando por la ventana notó que estaba bastante cerca de su casa.

—Tú solito te llevarás a la ruina al no poner de tu parte.

—Puedes dejarme aquí —dijo Dipper ignorando a Bill, quien lo miró—, lo digo en serio, Mabel empezará a armar teorías extrañas respecto a esto.

—¿Qué puede ser más extraño que intentar seducir al otro para ganarse una cita? —Le preguntó Bill irónicamente.

—Bueno sí, eso es bastante extraño, por eso no lo sabrá Mabel —Dipper se quitó el cinturón al momento en el que sintió el auto detenerse—, tienes prohibido decirle algo.

—¿Y mentirle a mi querida Shooting Star? —Dipper lo miró bastante molesto—. Está bien, está bien, no le diré nada.

—Me alegró, por fin decides no hacer una estupidez —tomó su mochila colgándosela en el hombro.

—Pasaré por ti mañana amor, como a esta hora, e iremos con Vanessa a comer.

Le dijo divertido antes de ver al castaño rodar los ojos mientras le hacía una seña obscena a través del cristal, levantándole el dedo de en medio al rubio, quien con una sonrisa hizo un círculo con sus dedos mientras le guiñaba un ojo, logrando sonrojar al menor.

¿Cómo esos dos chicos iban a soportarse dos horas diarias? 

Si tan sólo el primer día ya había sido bastante malo.

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AHHHHHHH NUEVA HISTORIA BILLDIP PARA LA CUENTA.

EL título traducido sería: Un trato por una cita. 

Espero mi portada oficial pero más que nada espero que les guste, los amo.

Atte. Tania, el pan de Dios y Kalita.

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Vamos a dejar las notas originales y todo, así que si se les hacen raras es por eso jaja