Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

O21. I'm Sorry || Joel Miller (ESPECIAL)

La discusión entre Ellie y Joel ante cuál era el camino correcto hacia Kansas se vio interrumpida por unos disparos que obligaron a Joel maniobrar el auto, sin querer, chocando contra lo que parecía ser un almacén.

—Al suelo, rápido. —Nos ordenó Joel de inmediato. Las balas llovían por doquier. Salí de la camioneta y me cercioré de cubrir el cuerpo de Ellie cuando esta salió del auto. Nos agazapamos detrás del éste, cubriendo nuestros oídos ante el sinfín de disparos que nos proporcionaban.

Me asomé con cuidado por el borde del auto, divisando a dos personas con armas. Me escondí de inmediato cuando vi que uno de ellos me había visto. La bala rozó la parte trasera del auto.

—Veo a dos. —Le dije a Joel. Este miró hacia todos lados, para finalmente, dirigirse a Ellie.

—¿Ves ese espacio de allí? —Le indicó a la muchacha. Ellie asintió rápidamente. —Nosotros no podemos entrar, es muy pequeño. Tú si puedes. Cuando te indique, te arrastras hacia allá y te escondes.

—Pero...

—Confía en nosotros. —Le dijo Joel. Ellie volvió a asentir, poco convencida, con miedo. Joel dio un vistazo rápido sobre el capó del auto y se agachó antes de que una bala impactara sobre su rostro. Joel gruñó. — ______________, el de la izquierda, preocúpate de él. Yo me preocuparé del que está cerca de mí.

Asentí. Tomé mi arma y en cuanto me dio la orden, ambos nos levantamos y abrigos fuego contra el enemigo. Ellie se arrastró sobre el suelo tal como se lo había ordenado Joel. Miré a la muchacha quien rápidamente logró escabullirse tras la pared. Le hice una seña a Joel, y éste volvió a disparar.

Recargué mi arma y me levanté, disparando al ultimo que quedaba en pie. Las balas cesaron al fin.

—¿Ellie, estás bien? —Grité hacia el escondrijo.

—S-si, estoy bien. —Respondió. —¿Puedo salir?

—No es seguro aún. —Le respondió Joel. Sin previo aviso, un disparo se escuchó en el lugar, dándome de lleno en una de mis piernas. Caí sobre el suelo quejándome tras el dolor penetrante que recorría parte de mi pierna derecha. Como pude, traté de levantarme, pero el dolor se apoderaba de mi cuerpo, dejándome tumbada en el suelo, escuchando cómo Joel abría fuego contra el intruso.

—¿Joel? —Pregunté una vez los disparos habían cesaron. Me incliné como pude, observando a Ellie frente a mí, de pie ante un muchacho quien clamaba perdón. —¿Ellie?

Gemí, tomando mi pierna. La bala estaba incrustada en mi muslo. La sangre brotaba rápido, empapando mi pantalón.

—No, por favor. —Decía el chico, asustado, casi llorando. —No me maten, si quieren podemos ser amigos. No son malos, ya capté el mensaje. —Decía el muchacho.

—Ellie, el arma. —Le dijo Joel. No lograba comprender qué sucedía pues, el dolor inundaba mis sentidos y, por ende, la comprensión de lo que estaba aconteciendo. —Espera dentro.

Ellie caminó hacia el escondrijo, su expresión denotaba susto, pero también arrepentimiento. Logró darme una mirada fugaz y un "lo siento" salió de sus labios en un susurro.

—No, hermano, por favor. —Pedía el muchacho. Logré ponerme en pie y pude ver que era sólo un joven de quizás unos veinte años. Miré a Joel, quien no dejaba de mirarlo con una mezcla de pena y rabia. —Señorita, dígale... dígale que no lo haga. Miren, dejaré mi arma fuera. No quiero causar más problemas. Pueden hablar con Kathleen, ella...ella lo entenderá. Sólo nos equivocamos de persona. —Chilló, desesperado.

—Joel. —Le llamé. El hombre me miró serio, sin dejar de apunta su arma contra el joven. Asentí en modo de aprobación. Pese a que Joel no expresaba palabra alguna, bien podía descifrar lo que pensaba con tan solo mirarlo. —Con la navaja.

Lo gritos del muchacho fueron ahogados por la navaja que Joel enterró en su cráneo. Una muerte rápida e indolora.

—Mierda, _____________. —Maldijo Joel tras ver mi pierna. —Subiremos el edificio y alojaremos esta noche allí.

—¿Qué pasó con Ellie? ¿Por qué portaba un arma? —Pregunté rápidamente. Joel tragó saliva.

—Me salvó, ___________. No sé de donde sacó esa arma, pero ella le disparó al idiota por la espalda. Me pilló desprevenido, me estaba ahogando.

Suspiré abrumada.

—Seguro la encontró en la casa de Bill y Frank. —Le dije, recordando la casa de quienes pensábamos estaban vivos. Dentro del hogar, un sinfín de armas yacían escondidas. Tomamos las necesarias y nos largamos de allí.

Joel no respondió. Rasgó parte de su camisa y puso el genero en mi pierna para vendarla. Me quejé cuando apretó el torniquete. Me tendió el brazo y me apoyé en él. Ese día, no podríamos seguir nuestro rumbo.

Subimos un par de pisos del edificio en el que nos encontrábamos. Tomamos un descanso al sentir que camiones blindados comenzaban a invadir las calles del lugar. Joel miró por una ventana cubierta de papeles, y bufó.

—Están allanando. —Murmuró, sin dejar de mirar por la ventana, a través de un pequeño espacio libre. —Seguramente nos están buscando. Mierda, debimos a ver tomado el otro camino.

—Joel, tranquilo. Podemos seguir caminando un poco más, puedo moverme.

—No, nos quedaremos aquí un momento. Hasta verificar que se retiren. —Se retiró de la ventana y se sentó en el suelo. —Ellie, ¿estás bien?

—Perfectamente bien. —Contestó de inmediato, sin mirarlo. Movía sus dedos, inquieta. Miré a Joel, quien miró el cielo raso y respiró hondo.

—¿Es tu primera vez? —Le preguntó. Ellie levantó la mirada y lo miró sin entender a qué se refería con la pregunta. —Disparando. —Le aclaró Joel. Ellie asintió luego de unos segundos. —Si vas a tener esto contigo, debes aprender lo básico.

Joel le dio indicaciones básicas de cómo tomar el arma. Ellie aprendió rápido el mecanismo de uso. La muchacha se veía feliz.

—Guárdala en tu mochila, sino te volaras el trasero. —Le dijo Joel. Ellie rio por lo bajo. —Al parecer ya no hay mas movimiento. —Dijo y se levantó del suelo, acercándose al mismo espacio donde observaba con anterioridad.

—En tu bolsillo. —Le susurré a Ellie al ver que guardaba el arma en su mochila. —Nos será útil si estamos en apuros.

Elli sonrió, guardando rápidamente el arma en el bolsillo de su chaqueta, antes de que Joel se diese cuenta.

Nos levantamos de nuestros lugares y emprendimos nuevamente el viaje subiendo el resto de escalones que nos quedaban. Llegamos a una especie de oficina, la que nos permitió observar, a través de un gran ventanal, el panorama fuera de esta. Ellie se acercó rápidamente y observó en silencio. Joel por otro lado recolectaba los pedazos de vidrios del suelo, para esparcirlos por todos lados alrededor de nosotros.

Comenzaba a oscurecer. La luna en lo alto se podía ver bastante nítida, no había nube ni contaminación que nos privara de aquella vista. Joel se situó a mi lado y sacó la venda de mi pierna.

—Esto te dolerá. —Me advirtió. Sacó de su bolso una botella de wiski y desinfectó con ella el cuchillo y sus manos. —______________, soporta, ¿sí?

—Haré lo posible. —Respiré hondo y asentí, dispuesta a soportar el dolor. Ellie se acercó a nosotros y ayudó a sostener mi pierna, la cual movía por inercia tras sentir el contacto de la navaja contra mi carne. Chillé por lo bajo, enterrando las uñas de mis dedos contra las palmas de mis manos. El cuchillo se incrustaba aún más dentro de mi pierna, y yo más dolor no podía sentir. Cerré los ojos y me dejé llevar, esta vez, por la anestesia que el sufrimiento me llevó a experimentar.

Soñé escenarios indescifrables. Realmente no entendía qué sucedía; si esa era la realidad o no. Sólo veía infectados, una ciudad bajo el sol y finalmente a Ellie a lo lejos, llamándome por mi nombre y haciéndome señas con su mano para que avanzara. Mi nombre se escuchó cada vez más fuerte, hasta retumbar en mis oídos. El escenario cambió, esta vez, a una habitación alumbrada por una luz tenue. Parpadeé un par de veces antes de enfocar bien mi alrededor.

Frete a mí, Ellie permanecía de rodillas y con sus manos en la nuca. Tras ella, un muchacho apuntándole con un arma en la cabeza. Me incliné rápidamente, pero chillé tras volver a sentir el dolor latente en mi pierna.

—Está herida. —Dijo la voz de Joel, serio. —Baja esa maldita arma.

—No, he visto lo que han hecho fuera. No son de fiar, al menos en estos momentos. —Argumentó el moreno. Miró a Joel, y pude percibir la silueta de alguien más pequeño a los pies de Joel. Un muchacho de ocho años, con un arma en sus manos. Su rostro estaba pintando de color naranja, simulando un antifaz alrededor de sus ojos.

—Debe ser una broma. —Espeté. —¿Cómo nos entraron? Se supone que deberíamos haber sentido sus pasos.

—Si, por cierto, fuimos muy sigilosos con pisar los vidrios. —Dijo el muchacho. —Les tenemos una propuesta. —Dijo y sonrió. —Por dios, dile a ese hombre que cambie la cara.

—Lo siento, es así. —Explicó Ellie. —Joel, coopera por favor.

Joel sólo observó con seriedad.

—Claro. —Dijo. —¿Puedo siquiera sentarme?

El moreno le hizo señas al muchacho que apuntaba el arma contra Joel. Se alejó unos centímetros y permitió que Joel se acomodara sobre su cama improvisada.

—Los hemos visto allí fuera. Han derribado a esos idiotas sin ningún problema. —Felicitó el muchacho. —Claro, excepto el disparo en tu pierna. —Me miró. —De todas formas, no queremos hacerles daños. Les indicaré cómo salir de aquí.

—¿A sí? ¿A punta de arma? —Gruñí.

—No, no. —Negó el muchacho varias veces. —¿Si bajo el arma, me prometen que no nos harán daño? —Inquirió el moreno. Rodeé los ojos, molesta. Miré a Joel quien, nuevamente no dijo nada. En su lugar, asentí. El joven bajó el arma y le indicó al pequeño que hiciera lo mismo.

—¿Tienen hambre? —Le preguntó Ellie. Ambos junto a Joel le fulminamos con la mirada. —¿Qué? Ya nos hubiese matado. —Nos dijo la pequeña, sacando de su mochila unas pequeñas envolturas donde guardaba pedazos de carne seca. Lo único que teníamos como provisiones para comer.

—Me llamo Henry, y él Sam, mi hermano. —Se presentó el joven. El pequeño movió su mano, saludándonos. —Sé como salir de aquí y los podemos ayudar, ahora que vi que pasé a ser la segunda persona más buscada...—Dijo y miró a Joel.

—¿A qué te refieres? —Le preguntó Joel irritado. Henry sonrió.

—Lo que viste allá fuera, son soldados. Los comanda una mujer. Kathleen. Acabas de matar a uno de sus hombres y quien sabe cuánto se obsesionará por encontrar al culpable. Eso, te hace ser la primera persona más buscada por ella.

Y volvió a sonreír. Mi pierna dolió y me quejé en silencio.

Bien sabíamos que ahora, las cosas podrían salir bastante mal si nos enfrentábamos a estos hombres quien bien se encontraban armados y decididos a dar con nuestro paradero. 











✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩

Mis queridas bípedas, esto tiene segunda parte, obviamente. Los OS dedicados a Joel yo creo que serán dos más. Luego, seguiremos con Pedrito *-*. 

Cambio y fuera. 

PD: Quien quiera un OS especial, me puede decir. Incluso, la idea de lo que quiere, obviamente yo la desarrollo y le doy créditos a quien me haya dado la idea. 

Las quieroooo! 

✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩▬✩

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro