La miró sonriente, sin poder creerse lo que veía. Era su reflejo, su misma sonrisa. La tomó entre sus brazos con temor , pensando que en algún momento la rompería. Ella era pura, sin experiencias, sin traiciones, sin dolor ni agonía. Era ella misma solo que antes del caos interno que la consumía. Antes de que las paredes se cayeran sobre sí misma y le quitaran todo lo bueno que tenía. En ella solo quedaba oscuridad, pero en esa pequeña criatura había luz y tranquilidad. Pensó entonces que no era ella, que no podía serlo pues aunque tuvieran la misma sonrisa, aquella nena la tenía, pero ella ya no más.

La puso de nuevo sobre el suelo y se echó a llorar, la ignoró, no quiso abrazarla más. La pequeña criatura no entendió, se asustó al ver aquella figura igual a ella caminar lejos y sin mirar atrás. La hermosa sonrisa que tenía la pequeña se desvaneció, solo le quedó confusión.

Y así fue como todo empezó, así fue como la pequeña en un tiempo la igualó. Creció y el desamor le quitó la sonrisa, creció y pensó que si su madre no la quería nadie más lo haría. Creció y miró atrás para ver las heridas, cada vez se parecía más a ella, a veces se confundía. 

No sentía afecto hacia ella, pero de algo estaba segura, era exactamente igual a esa mujer que dejó de quererla un día.

#Fin#