5
20 de agosto de 2012
Matt
Salí de casa a las 4:00 pm para conducir hasta la casa de Carol. El vecindario donde ella vivía se ubica en una de las zonas exclusivas de West Chester, conduje por varios minutos hasta que finalmente llegué a su casa. Me quedé en el auto observando la casa antes de bajar; sin duda la familia de Carol tenía que tener una buena posición económica. Lo cierto es que no conozco demasiado de ella pues solo compartimos tres clases y nunca hablábamos incluso podría jurar que desconocía mi existencia hasta hace unos días, ella se junta con el grupo de chicos populares aunque siempre parece que los aborrece pero por alguna razón sigue ahí con ellos.
Baje del auto y caminé hasta la entrada, toque el timbre y espere a que alguien abriera la puerta. Cuando ésta se abrió miré a Carol y había algo distinto en su rostro, como si algo en ella se hubiera apagado pero no tuve el valor de preguntar nada, no en ese momento.
—Pasa— una sonrisa apareció en su rostro pero esta vez se veía distinta, era el tipo de sonrisa que pones para disimular algo.
Asentí y entre a la casa. Por fuera era muy grande, de color blanco, elegante y parecía acogedora. Una vez dentro confirmé que era elegante aunque sencilla de cierta forma pues no había nada extravagante, Carol noto que observaba sorprendido y soltó una pequeña risa mientras cerraba la puerta.
—Linda, ¿No crees?— se paró a mi lado y su exquisito perfume con olor a flores entro por mi naríz.
—Claro— asentí— ¿Qué debí estudiar para tener una casa así?
La pregunta salió de mis labios sin poder evitarlo, Carol me observo y me indico que la siguiera hacía un jardín trasero en el que había una linda mesa con una enorme sombrilla, más allá había una alberca y varias camas para tomar el sol.
—Pues mi padre es empresario y mi madre es una escritora— explico mientras caminábamos.
—No lo sabía— confesé— ¿Qué escribe tu mamá?
Llegamos a la mesita y nos sentamos. Observé que Carol ya tenía todo listo para que trabajáramos.
—Ella escribe best sellers, ha recibido varios premios y sus libros se venden bien pero también escribe poesía y me atrevo a decir que prefiere está última.
—Entonces debo leer algo de ella.
—Supongo, bueno si quieres— no parecía muy emocionada de hablar del trabajo de su mamá así que pensé rápido como cambiar el tema.
—¿Alguna vez leíste los libros de poesía del Profesor William?— le pregunté.
El Profesor William nos había impartido la materia de literatura desde el primer semestre hasta hace un año que ocurrió una tragedia y el profesor falleció en un accidente automovilístico; a todos nos dolió porque era realmente bueno y apasionado en su materia, amaba su clase al igual que todos mis compañeros y sus libros de poesía eran increíbles, en especial el último.
—Tal vez leí alguno— el tono en su voz era desinteresado y continúo hojeando varios papeles que tenía sobre la mesa.
Comenzamos a trabajar en el proyecto y verla ahí hablando con tanta pasión sobre escribir y la lluvia de ideas que le había llegado mientras se preparaba un snack me causó emoción y alegría, ella era ese tipo de persona que te impresiona sin hacer esfuerzo. He pasado dos años admirando su belleza sin tener el valor de acercarme a ella y ahora es como si el destino me quisiera a su lado y no pienso desaprovechar esa oportunidad.
09 de septiembre de 2012
Carol
Es viernes y todos hablan de la fiesta que dará alguno de los idiotas amigos de Jess por el inicio del curso y toda la semana estuve evitando a Liam porque sigue insistiendo en que vayamos juntos. Camino por el largo pasillo donde están las oficinas de los profesores hasta llegar a la del profesor Miller. Como siempre toque la puerta y pregunté si podía pasar.
—Hola Derek— lo salude mientras me sentaba en la silla frente a su escritorio.
Él levanto la mirada de su computadora para verme y me dio una sonrisa encantadora.
—Hola de nuevo.
—Bien, ¿Qué haremos hoy?— puse mis manos sobre el escritorio y apoye mi rostro en una de ellas.
—¿Por donde prefieres empezar hoy, Sheppard?
Lo miré pensativa, él era la única persona que realmente me hacía sentir bien en los últimos meses y se había convertido en mi lugar seguro. Con él no necesitaba ningún filtro y podía hablar libremente sin tener que reprimir mis sentimientos, él me escuchaba y me daba eso que tanto necesitaba... Esperaba con ansias nuestras reuniones y las disfrutaba tanto que el tiempo parecía irse volando. Ambos necesitábamos esto, tal vez para los demás estaba mal pero para nosotros era reconfortante aunque sí, en el fondo sabíamos que esto no era la mejor opción pero ninguno quería dejar de hacerlo y se estaba convirtiendo en nuestra droga.
—¿Por qué no comenzamos con eso que dejamos pendiente?— cuestioné, realmente quería comenzar con eso aunque en el fondo sabía que no era la mejor decisión.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro