Carol.

La tristeza y el sufrimiento que te deja la pérdida de una persona que amas no pueden ser curadas con nada, no hay forma de sanar después de eso porque las heridas de un corazón no se curan.

Te das cuenta que el dolor es un como un río y todos los días vas a estar luchando contra la corriente. A veces vas a perder y el dolor ganará, te arrastrará por un largo tramo y no vas a poder salir del agua, no habrá nada de que sujetarte pero en cambio otros días tu ganarás y podrás ponerte de pie aunque sea por unos minutos antes de que la fuerza de la corriente te lleve de nuevo y te estrelle contra las rocas. Así pasarás tus días.

Van a decirte que todo estará bien pero la realidad es que no será así, la muerte es más dura para los vivos. Es demasiado difícil decir adiós. A veces incluso es imposible porque realmente nunca dejas de sentir la pérdida, las personas que amamos dejan en nosotros pequeños fragmentos de ellos y cosas que nos hacen recordarlos incluso cuando se han ido. La suma de todo esto hace imposible que superes su muerte. También te dirán que debes dejar ir a esa persona pero ¿cómo de deja ir a una parte de ti?, Al principio será complicado porque te aterra la idea de pensar que cuando la dejes ir entonces de verdad se habrá ido, te asustara la idea de pensar que podrías llegar a olvidar cómo se veía o como se escuchaba su risa pero en realidad está es la parte fácil, el seguir adelante es lo doloroso, lo complicado porque no sabes cómo hacerlo. Entonces, vas a a tratar de enfrentarlo y querrás mantener las cosas igual pero esto es imposible, nada puede ser igual por te falta esa persona en tu vida. Nada vuelve a ser igual. Tú no vuelves a ser el mismo y tendrás que aprender a vivir con ello.

Después de toda una lucha interna por aceptar que esa persona ha muerto y fracasar en el intento, te darás cuenta que simplemente nunca vas poder superar esa pérdida y entonces viene la parte en que creas la mentira del "estoy bien" porque entiendes que es más fácil engañar y vivir en esa mentira que explicar cómo te sientes y vivir en esa realidad llena de sufrimiento. Llegara el punto en qué vas a creer tu propia mentira y pensaras que al fin has llegado a estar bien pero el dolor va acumulándose a lo largo del tiempo y llegará un punto en qué el golpe de dolor más mínimo haga explotar todo eso que se acumuló y entonces estallará provocando un nivel de dolor tan grande que bloqueara todo lo demás en tu vida. Ese será tu golpe de realidad y al fin comprenderás que hay heridas que no pueden ser curadas, que existen heridas que jamás van a cicatrizar. Las heridas que deja la pérdida de alguien que amaste con toda tu alma no se curan nunca.