04 de agosto de 2012

Carol

Tomo mi mochila y me miró por última vez en el espejo, observo cuidadosamente mi reflejo y de nuevo aparece esa parte de mí que me hace querer cambiarme, que me grita hasta aturdirme y lo único que hago es cerrar mis ojos como si eso fuera a callarla. Sonrió a mi reflejo y me digo internamente “Hoy no pienso escucharte, querida”, salgo de la habitación y bajo las escaleras para encontrarme a mí nerviosa hermana dando vueltas por la estancia esperando a que yo bajé.

—Estoy lista, Jess— sonrió burlesca y ella me da una mirada de querer matarme.

Jess es mi hermana mayor aunque en realidad solo es un año de diferencia pero nosotras somos polos completamente opuestos. Ella es solo unos centímetros más alta que yo, su cabello a diferencia del mío es completamente lacio y castaño muy oscuro que da la impresión de ser negro, sus ojos son miel como los míos y es realmente hermosa. Está llena de buenas cualidades, es muy inteligente y hace deporte, su círculo de amigos es muy extenso y siempre tiene un chico detrás de ella, es según mamá la chica perfecta. Nuestra relación se podría decir que es buena, tal vez no somos como las hermanas de las películas o series que se platican todo, hablan de chicos y se prestan la ropa pero cuando nos necesitamos estamos ahí la una para la otra y es lo que importa.

—Te ves bien— comenta mientras enciende la camioneta para ir a la universidad.

—Gracias— le dedico una sonrisa a boca cerrada.

—Escuche que Liam te invito a la fiesta de inicio de curso— su voz parece emocionada.

—Si, lo hizo— volteo a verla mientras conduce— pero no iré.

—Vamos, Carol— pone su mano derecha en mi hombro con intención de animarme— todos estarán ahí y necesitas salir a divertirte.

—Estaré ocupada— me limito a decir.

—No te creo.

—Lo estaré, sabes que los viernes ayudo al Profesor Miller a editar su libro y realmente termino algo cansada.

Jess me dirige una mirada rápida y de nuevo se concentra en el camino mientras un pequeño silencio incómodo y sofocante invade el interior de la camioneta.

—¿Debo preocuparme?— su voz suena casi en susurro— después de lo de...

—Lo pensaré—la interrumpo para evitar que lo mencioné— y no tienes que preocuparte por mí, solo lo ayudo porque eso me da créditos extras.

Pongo mis ojos en la ventanilla y observo los edificios de la ciudad para evitar continuar con el tema de Liam, él es un amigo de Jess que ha intentado invitarme a salir varias veces pero aunque físicamente es muy atractivo no es la clase de chico que logré impresionarme, es alto y claramente tiene un físico bien trabajado pues es jugador de americano pero suele ser la clase de chico que ama las fiestas y tener una chica diferente cada mes. Por otro lado también trato de evitar el tema de un pasado que aún duele y quema en el fondo de mí.

Cuando llegamos al campus bajo de inmediato y me dirijo a la clase de literatura, cuando entro veo a Matt sentando justo donde mencionó que suele sentarse desde hace dos años y medio. Tomo mi lugar y volteo cuando siento su mirada sobre mí, y ahí está, sonriéndome de esa forma tan dulce y hay algo en él que me provoca una sensación de alegría que no sentía desde hace un año. Le devuelvo la sonrisa y de nuevo pongo mi vista al frente.

El Profesor Miller entra y veo como todas las chicas se esfuerzan por verse mejor que la otra y no puedo juzgarlas, el profesor es sumamente atractivo. Es británico y mide más de 1.80, sus ojos son azules como una cristalina playa de Australia, tiene una ligera barba, su cabello rubio un poco largo y algo rizado. Él comienza a hablar sobre Thomas Hardy y todas las chicas suspiran al escuchar su voz.

Al finalizar la clase nos informa que debemos escribir un libro de mínimo 300 páginas que contara como el proyecto final, lo haremos en parejas y ha pegado la lista con los nombres en la pizarra de la entrada del aula. Todos comenzamos a salir y nos acercamos a la pizarra para conocer a nuestra pareja, observo rápidamente hasta encontrar mi nombre.

"Sheppard, Carol - Forslund, Matthew"

Algo dentro de mí se llena de emoción y al mismo tiempo me aterro de pensar en que ahora el chico alto, de cabello castaño un poco largo y ojos verdes podría llegar a conocerme y por consecuencia dejar de verme de esa forma tan maravillosa como si yo fuera un frágil pétalo de rosa, esa mirada que me hace sentir especial.

—Bueno, creo que el destino me quiere cerca de ti— Matt sonríe divertido y pone su mirada en mí.

—Eso veo— le devuelvo la sonrisa pero internamente pienso "ojalá no tan cerca como para que quieras huir de mí"