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25 de julio de 2013

Matt

Caminaba por los pasillos como de costumbre para dirigirme a otra clase y pensaba en lo complicado que parecía todo últimamente, no solo con la universidad sino también en mi vida personal. Entre el trabajo, la tesis y mi relación con Carol sentía que en cualquier momento iba a colapsar.

-¡Matt! ¡Matt!- escuché a lo lejos a alguien gritando mi nombre, me detuve y volteé hacia el lugar de dónde provenía la voz.

Miré a Jess corriendo por el pasillo con una bata blanca colgando de su brazo y abrazando unos cuantos libros bastante gruesos. Ella finalmente llegó hasta a mí, espero unos segundos para estabilizar su respiración y recuperar el aliento para poder hablar.

-¿Qué ocurre?- pregunté mientras ella trataba de estabilizarse.

-¿Sabes dónde está mi hermana?- su voz aún estaba agitada.

Repasé en mi mente cuando fue la última vez que miré a mi chica, había sido en la primera clase con el profesor Miller y después no la había visto en lo que iba del día.

-En realidad no- admití- pero creo que está en clase de escritura.

-Bien, si la llegas a ver puedes decirle que mamá pasará por ella para ir a llevarle flores a la abuela.

En ese momento hubo una especie de corto circuito en mi cabeza, recordaba que hace un mes Alisson y mi chica habían ido a llevarle flores a su abuela. Lo primero que pasó por mi cabeza fue que tal vez Jess estaba tan presionada con sus prácticas en el hospital que estaba confundida

-¿Segura que es hoy?- la miré con atención mientras ella reacomodaba su mochila en el hombro.

-Sí, hoy se cumple un año y tendré una conferencia entonces tengo que quedarme hasta tarde por eso mamá vendrá por Carol.

Jess se despidió y se alejó nuevamente, la observé irse y no entendía como los alumnos de medicina seguían vivos después de pasar días en el hospital sin dormir, aparte asistir a conferencias y trabajar en sus casos clínicos al mismo tiempo. Después mis pensamientos se ocuparon en pensar como es que Carol había ido un mes atrás a llevar flores a su abuela si apenas era hoy, mi explicación era que tal vez Alisson y mi chica se referían a llevar flores por el cumpleaños de la abuela pero en realidad no pregunté y ellas no explicaron. Continúe mi camino a mi siguiente clase y pase tres horas escuchando al profesor de lenguas que hacía su clase eterna.

(...)

Caminé por los jardines para llegar al edificio de docentes donde estaban las oficinas de los profesores, necesitaba asesoría con un trabajo y quería la opinión del profesor Miller. El edificio era elegante y me gustaba la pequeña fuente que había en la entrada, contaba con cuatro pisos, la planta baja era de oficinas de asuntos escolares, tutoría y otros departamentos a los que nadie acudía jamás, la segunda planta eran las oficinas de los profesores de ciencias sociales así que baje en ahí, la tercera planta eran oficinas de físico-matemáticas, la cuarta de económico-administrativo y la última eran las oficinas de arquitectura y artes.

Caminé por el largo pasillo hasta llegar a la oficina del profesor, me detuve para tocar pero escuché una conversación que me hizo quedarme quieto. Era la voz de Carol y el profesor.

-...Debemos continuar no podemos seguir haciendo esto por siempre- logré escuchar al profesor.

-¿Cómo se supone que haga eso?- la voz de mi chica parecía alterada- Derek no sé cómo seguir.

No lograba entender de que hablaban y trataba de encontrar un contexto a la conversación cuando escuché unos pasos acercarse, miré a todos lados y entre rápidamente al cuarto de intendencia que había entre la oficina del profesor Miller y la de la profesora Harris. No entendí porque me escondía pero ya lo había hecho, los pasos se detuvieron afuera de la oficina y escuché la puerta abrirse, por unos segundos hubo silencio y no sabía que pasaba.

-¿Qué demonios pasa aquí?- era la voz de Jess.- Dijiste que esto había acabado, creí en ti Carol.

Muchas cosas llegaron a mi cabeza y mi corazón comenzó a latir con rapidez al mismo tiempo que un nudo se formó en mi garganta. La voz de Jess sonaba decepcionada y escuché sus pasos alejarse seguidos de los de mi chica, sabía que era ella siguiéndola porque conocía el sonido que hacían sus zapatos al caminar. Después la puerta de la oficina se cerró y salí del cuarto tras las dos chicas, caminé rápidamente pero ellas ya habían entrado al ascensor. Presioné el botón varias veces y espere con impaciencia, cuando llegue a la planta baja salí corriendo en busca de las hermanas y me detuve dentro del edificio al escucharlas gritar afuera.

-Estás confundiendo todo, Jess- mi chica sonaba molesta y desesperada al mismo tiempo.

-Estaban abrazados y el besaba tu frente cualquiera pensaría lo mismo que yo.

-No entiendes nada- grito Carol.

-Lo único que entiendo es que le mientes a todos, no puedes evitar hacerlo y no piensas en las personas que lastimarás- Jess ahora sonaba tan alterada como Carol- mientras tú estás ahí haciendo no se qué cosas con tu profesor el idiota de tu novio cree todas tus mentiras.

-No metas a Matt en esto.

-Eres increíble hermana, nunca te ha importado sólo buscabas a alguien que te hiciera sentir menos sola.

-Fuiste tú quien me sugirió buscar a alguien más.

En ese momento sentí como si me hubieran golpeado con fuerza en el pecho, dolió lo que estaba escuchando y sentí que mis ojos picaban. Había creído ciegamente en Carol porque tontamente pensaba que era incapaz de hacer algo que me lastimara, la veía tan frágil que no me di cuenta que era un pedazo de cristal que podía cortarme en cualquier momento. Pensaba que Carol me amaba de la misma forma en que yo la amaba pero ahora sentía que de su parte solo había cariño, sentía decepción como cuando eres niño y te enteras que Santa Claus no es real y es solo una mentira que dicen tus padres para verte feliz, era ese sentimiento que aparece al darte cuenta de que todo era falso.

Los pasos de las chicas nuevamente se escucharon y supe que se alejaban del edificio, me recargue unos minutos en la pared y pase mis manos por mi rostro. Y la adrenalina del momento me dio el valor para ir tras de las hermanas. Caminé por los jardines rápidamente y las observé llegando al estacionamiento, Jess subía a la camioneta mientras Carol intentaba alcanzarla sin tener éxito.

-¡Carol!- grité cuando estuve a unos metros de ella.

-Hola cariño- ella caminó hacia mí y pude notar lo alterada que se encontraba aunque trataba de disimularlo, puso sus manos en mi rostro para acercarse y dejar un beso.

-No me toques- susurré y retrocedí, ella me veía confundida y su ceño se frunció.

-¿Perdón?

-¿De verdad sientes algo por mí o siempre fui solamente la fachada de tu romance?

-No comprendo- susurró y volvió a acercarse a mí.

Mis ojos se humedecieron y luchaba por demostrarle que no me dolía, ella me veía con confusión y su mirada me decía que muy en el fondo sabía de qué hablaba pero esperaba equivocarse, había miedo y angustia en sus ojos al mismo tiempo sus labios temblaban.

-Escuche todo- pase saliva con dificultad- desde la oficina del Profesor Miller hasta tu pelea con Jess.

-Matt, escucha no es lo que estás pensando- sus ojos miraron a los míos y podía ver qué ella estaba sufriendo al igual que yo pero sólo pensaba en si sufría porque todo su teatro se derrumbo o porque de verdad sentía algo por mí.

-Entonces explícame que es- tomé su mano y las lágrimas salieron de sus ojos.

Sus labios temblaban y ella trataba de decir algo pero al mismo tiempo parecía que trataba de contenerse. Mi chica estaba ahí frente a mí, en completo silencio.

-¡Dime algo!- grité con furia y ella sólo bajo su cabeza

-Matt... Yo...- Carol balbuceaba y era incapaz de completar una oración

-Dime algo, por favor- susurré- estoy renunciando a ti y tú solo guardas silencio

Carol continuaba sin decir nada, sólo me observaba y después llevaba la vista a sus manos.

-¿Me amaste?- cuestioné mientras mi corazón temía por su respuesta- ¿En algún momento lo hiciste o sólo querías a alguien para sentirte menos sola? Sólo dilo...

-¡NO LO SÉ!- gritó entre lágrimas- No puedo, esto no es justo para ti, Matt.

Mi chica me dio la espalda, caminó hacía la entrada del estacionamiento y la miré alejarse. En ese momento sentía la necesidad de correr hacía ella y abrazarla pero el enojo que había dentro de mí me impedía hacerlo, mis emociones en ese momento fueron más fuertes y la dejé ir. En ese momento no pude imaginar que en unas horas me arrepentiría tanto de no haberla detenido en ese instante.

Cuando estamos enojados nos dejamos llevar por el coraje que nos invade en ese momento, nos cerramos a escuchar a la otra persona y al mismo tiempo ignoramos lo que nos dice nuestro corazón. Simplemente no pensamos que algo malo pueda pasar pero olvidamos que el destino le gusta ser cruel en algunas ocasiones y cuando te das cuenta de tu error es demasiado tarde, ya no puedes hacer nada porque cuando pudiste decidiste ignorar por completo todo y entonces viene una gran culpa que te azota a cada minuto y que no te dejará jamás, de todos los sentimientos que pueden existir la culpa es el peor porque te hace sentir miserable y odiarte cada día, te hace querer regresar el tiempo y hacer todo diferente pero ya es tarde porque esa persona se ha ido para siempre y tendrás que vivir con eso dentro de .

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