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05 de mayo de 2012
Carol
Doblé las hojas y las metí dentro de unos sobres, observé la habitación con algo de nostalgia y tomé la maleta a mi lado. El reloj de la sala marcaba las 07:30 pm, deje los sobres en la mesa de la entrada y salí rápidamente de la casa. Miré el auto de William y corrí hacia él, subió la maleta y después me abrió la puerta para que entrara al auto.
—¿Lista?— preguntó con su voz un poco gruesa.
—Nunca estuve más lista— sonreí y dejé un beso en sus labios.
Él encendió el auto y nos alejamos del vecindario en el que había vivido toda mi vida, tomó la carretera y observé como dejábamos atrás esa ciudad que tanto amaba. Estaba a punto de dejar atrás toda mi vida y de cierta forma sentía algo de tristeza y hubiera querido que todo fuera diferente pero eso era como pedirle a Michael Jackson que cantara feo. Encendí el estéreo del auto y sonó “Here, there and anywhere” de The Beatles, automáticamente William comenzó a tararear la canción y yo sonreí al verlo.
—“I want her everywhere” [la quiero en todas partes]— comenzó a cantar William al mismo tiempo que tomaba mi mano.
Lo miré y sonreí.
—“And if she’s beside me I know I need never care” [Y si ella está a mi lado sé que. O necesito preocuparme]— continúo cantando el hombre a mi lado.
Él dejó un suave beso sobre mi mano y acarició el anillo en mi dedo.
—“Knowing that love is to share” [sabiendo que el amor es compartir]— canté.
—“Each one believing that love never dies” [cada uno sabiendo que el amor nunca muere]— cantamos los dos como si no hubiera un mañana.
“Watching her eyes and hoping I’m always there” [viendo sus ojos y esperando estar siempre ahí]
“I need her everywhere” [la necesito en todas partes]
Siguió sonando la canción y yo miré por la ventana, el sol estaba ocultándose y la última luz del día iluminaba nuestros rostros. Los ojos de William tomaban un azul más claro cuando el sol los iluminaba. Estábamos yendo a nuestra nueva vida, esa tarde nos dirigíamos a nuestra felicidad y todo parecía maravilloso.
William continúo conduciendo, llevo su mano derecha a mi vientre y lo acarició con ternura mientras yo ponía una de mis manos sobre la de él. Lo miré y ambos nos sonreímos, su rostro estaba iluminado por el poco sol que aún quedaba, su sonrisa me hacía sentir paz y tranquilidad, aprecié cada milímetro de su rostro y lo guarde bien en mi memoria para nunca olvidarlo. Él era sin duda mi alma gemela y sabía que quería pasar el resto de mi vida a su lado; era todo lo que siempre había esperado y ahora que lo había encontrado no iba a soltarlo. William era el hombre más maravilloso que podía existir en la fas de la Tierra, amaba todo de él incluso las cosas que él consideraba defectos, él me hacía sentir una mujer increíble y amaba como nuestras almas encajaban a la perfección. Él era mi vida.
—Te amo, nena— susurro William— y siempre lo haré.
—También te amo, Will— me acerque a él y dejé un beso rápido sobre sus labios.
En ese momento no imaginé lo que estaba a punto de ocurrir, no pude saber que esa sería la última vez que mis labios sentirían los suyos, no sabía que ese había sido nuestro último beso porque de haberlo sabido jamás me hubiera alejado.
Volví a mi asiento y el auto giró en una curva, la mano de William aún sostenía la mía y de pronto algo paso... Un automóvil que venía en sentido opuesto salió del camino golpeandonos; todo fue tan rápido que no tuve casi tiempo de procesar lo que acaba de pasar. Todo se volvió borroso y en segundos todo era oscuridad. Caí inconsciente después del accidente.
Había demasiado ruido, abrí mis ojos lentamente pero no podía ver mucho, sentía algo escurriendo sobre mi frente y no podía moverme; miré a un lado para encontrar la mirada de William que parecía apagarse lentamente, su mano aún sostenía la mía y una desesperación comenzó a invadirme. El sonido de las sirenas se volvió más fuerte y de pronto sentí unas manos sobre mí, alguien estaba tratando de sacarme del auto y en ese momento comencé a sentir un dolor terrible en mis costillas. Al tiempo que me sacaban del auto sentí como mi mano se soltó del agarre de William y comencé a intentar moverme.
—¡William! ¡William!— intenté gritar pero creo que en realidad lo susurraba— ¿Dónde está él?
—Tranquila, cariño— decía la voz de una mujer mientras me sujetaba a una camilla— todo estará bien.
La desesperación en mí se volvió más grande y de pronto el líquido que escurría por rostro llegó a mis ojos, entonces supe que era sangre. Escuché a lo lejos la voz de Jess pero no sabía si era real, en ese momento no sabía que pasaba y de pronto todo se volvió oscuro nuevamente.
(...)
Comencé a abrir los ojos y una luz blanca me lastimó al intentarlo. Volví a cerrarlos y nuevamente a intentar abrirlos, cuando lo logré pude notar que estaba en una habitación de hospital. No podía moverme y sentía algo que presionaba mi cuello, mi respiración se alteró y fue entonces cuando la imagen de Jess apareció en mi campo de visión.
—Hey, despertaste— su voz sonaba dulce y algo angustiada.
—¿Qué pasó?— susurré.
Jess paso saliva con nerviosismo y comenzó a acariciar mi cabello.
—Tuviste un accidente cuando intentaste huir con... Con...— Jess trataba de decir pero su voz se cortaba.
—William— terminé por ella— ¿Cómo está él?
Los ojos de Jess se estremecieron y pude notar como se aguaron, ella seguía acariciando mi cabello. Humedeció sus labios y pude notar como temblaban un poco, un miedo y angustia comenzaron a crearse en mi interior.
—Jess...— susurré— ¿Cómo está él?
Ella cerró suavemente los ojos, dirigió una de sus manos a la mía y apretó con suavidad.
—Él... Él...— Trataba de decir pero su voz se quebraba— lo siento tanto, hermanita.— Dijo finalmente.
“Lo siento tanto, hermanita”, Un dolor inmenso se sintió en mi interior al escuchar esas palabras, sentí como si hubiera caído sobre mi un edificio y mis ojos se inundaron de lágrimas que en cuestión de segundos estaban corriendo por mis mejillas. Era un dolor que jamás había sentido, mi mundo se vino abajo en ese instante y todos los recuerdos bombardearon mi mente. La imagen de William en el auto apareció de golpe y sentí como algo dentro de mí se rompió en ese momento. William estaba muerto.
—Tranquila— susurro mi hermana.
De pronto otra cosa ocupó mi mente y un nuevo terror se apoderó de mi cuerpo.
—Mi bebé...— dije con la voz entrecortada y lleve mi mano libre a mi abdomen— ¿Mi bebé está bien?
Mi hermana mordió su labio inferior y comenzaron a rodar lágrimas por sus mejillas, la tristeza en su mirada era imposible de ocultar y ella era incapaz de decir algo en ese instante. Apretó mi mano con más fuerza y con la otra cubrió su boca.
—¿Jess?— una parte de mí tenía la esperanza de que la respuesta fuera distinta a la que estaba en mi mente.
—De verdad lo siento tanto— susurro mi hermana mientras trataba de limpiar sus lágrimas— Era demasiado pequeño y no lo logró.
Sentí un vacío inmenso en mi interior, en ese momento sentí que el dolor estaba consumiéndome y un grito se formó en mi garganta pero algo me impedía dejarlo salir, no puedo describir como era ese dolor porque no existen palabras que puedan decir al menos una pequeña parte de lo que sentía en ese momento. Sentí como mi respiración se cortaba y las lágrimas salían descontroladas... Todo estaba doliendo demasiado. Estaba sufriendo terriblemente.
Todos los momentos junto a Will pasaban por mi mente como el tráiler de una película, quería que todo esto fuera un mal sueño del que despertaría en cualquier momento pero el dolor físico provocado por el accidente me repetía a gritos que era real.
Ese día no solo había perdido a la persona que más amaba, sino que también perdí al resultado de ese inmenso amor. Ese día lo perdí todo y me quedé destrozada. Ese día una gran parte de mí murió pero mi cuerpo seguía vivo.
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