Cuando Eri comenzó a estar cerca los 16 años, comenzó a preocuparse mucho por ciertos aspectos de su físico.

Aunque nadie la había molestado o al menos había hablado de eso, ella estaba totalmente preocupada.

Ya que aunque jamás tocó el tema con su mamá, ella sola se dió cuenta del cambio de físico de su amigas y pues ella simplemente se estaba quedando atrás.

El tema era que su pecho no crecía como si le crecían a sus amigas.

Ese era un tema delicado y aunque ella le tenía toda la confianza del mundo a sus padres, no se sentía tan segura de hablarlo con ellos, sobre todo con su papá que era un celoso en extremo.

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Kyoka ya la había visto algo distante y sobre todo algo nerviosa.

Se podría decir que Eri y Kyoka parecían más hermanas que madre e hija, pero el problema o preocupación que pasaba Eri, la había hecho alejarse levemente de su mamá y esto tenía a Kyoka que le comía la cabeza.

Si bien pensó que tal vez se estaba poniendo celosa de sus futuras hermanas que aún estaban en su vientre, trató de hablar con ella y su respuesta ya la sabía de memoria.

"Estoy bien mamá... Nada ocurre"

Kyoka comenzó a preocuparse levemente, sin embargo dejo a su hija tener su propio espacio.

O eso pensó cuando un día sin darse cuenta entro a su habitación y la vio tocandose los pechos frente al espejo con muchas lágrimas en los ojos.

Si bien Kyoka pensó que tal vez su hija iba a reaccionar de una manera negativa o tal vez agresiva por haber invadido su privacidad, fue todo lo contrario.

-Mamá... - dijo Eri aún con lágrimas en los ojos mientras la veía por el reflejo del espejo en dónde estaba parada

Kyoka se asustó muchísimo porque prácticamente su hija era como ella.

Eri no lloraba casi nunca y en ese sentido era muy diferente de Izuku, ya que el héroe número 1 era en extremo llorón y eso lo sabía casi todo el mundo.

Así que se apresuró y le dió un abrazo fuerte a su hija haciéndole entender que no estaba sola.

-¿Que sucede, mi amor? - dijo Kyoka mientras aún la tenía en sus brazos

-Y-yo... Soy una tabla... - dijo Eri en extremo desganada

Esas palabras retumbaron en la cabeza de Kyoka y por alguna extraña razón se le vino a la mente todo el sufrimiento que pasó durante su secundaria.

Sin embargo...

-¿Es eso lo que te preocupaba hija? ¿Por eso has estado tan distante? - volvió a preguntar la señora de Midoriya

-Mis amigas tienen el pecho en extremo grande... Yo... Mírame mamá... Sé que no llevamos la misma sangre pero tú tienes un pecho muy notorio... Y yo... En nada me parezco a tí mamá... - dijo Eri en medio del llanto

Kyoka le acaricio la cabeza y le dió un beso en ella.

Eri simplemente sintió como sus problemas se estaban resolviendo al estar cerca de su mejor amiga y madre al mismo tiempo, sin embargo se imaginó que todos los chicos de su escuela la iban a ignorar por ser una chica sin busto.

-Sabes... - dijo Kyoka mientras sacaba su celular de uno de sus bolsillos - Quiero que veas esta foto... - terminó por decir Kyoka y le mostró el móvil a su hija

-Quizá no lo recuerdes pero así me veía antes...

Eri abrió muy grande los ojos y recordó levemente como es que lucía su mamá cuando ella era joven.

En la foto estaba su mamá y sus tías quienes estaban sonriendo porque de seguro se estaban divirtiendo.

Y al instante notó que su mamá tenía el pecho más pequeño que sus tías. Pero sobre todo se dió cuenta que era mucho más pequeño que el de ella. Así que abrió muy grande los ojos y vio en dirección de los pechos actuales de su mamá.

-¿C- cómo es posible? - dijo muy sorprendida y levemente sonrojada la albina

-Es sencillo... Todo siempre es a su tiempo princesa...

-Mamá... Las tuyas no crecieron de un día para el otro ¿o sí? - dijo Eri con ironía

-No claro que no... Pero el crecimiento fue muy apresurado cuando cumplí los 17... - terminó por decir la heroína Earphone Jack que estaba de permiso por maternidad

Eri lo entendió al instante de cierta u otra manera imaginó que no todo estaba perdido.

-P-pero...

-Antes de entrar a la UA mis compañeros fueron muy crueles conmigo... Si bien en secundaria casi todas se desarrollan, en mi caso no fue así. Sufrí muchas burlas por parte de mis "amigas" y la verdad también me dolía mucho verme al espejo... Sin embargo cuando entre a la UA conocí a mis verdaderas amigas y jamás volví a sentirme como un bicho raro... A tus tias las quiero como a mis hermanas y sé que ellas jamás podrían burlarse de mí... Y esto mismo te digo a ti... Además sé que Miko y Muko son buenas chicas y sé que jamás te faltarían el respeto...

Eri una vez más entendió el porqué su papá se enamoró de su mamá.

-Sí... - respondió Eri algo calmada - La verdad es que ya me siento mejor... ¿Te parece si vamos a buscar a papá al trabajo y le decimos que le hable a las gemelas para que se muevan? - preguntó Eri tocándole el vientre a su mamá

Kyoka sonrió al instante y sabía que había hecho un buen trabajo criándola.

-Sí... Vamos princesa... - dijo para luego tomar sus llaves e ir con su preciada hija en rumbo al trabajo del hombre que le quitaba el aliento y sobre todo del hombre que le iba a dar dos razones más por qué vivir.

Fin.

Bueno hoy estaba avanzando unas cosas y esto se me vino a la mente.

Al instante agarré el móvil y comencé a escribir a lo loco porque sabía que si lo dejaba para después no lo iba a terminar.

En fin espero que les haya agradado y nos leemos en la próxima.