Crossover: De paseo en este mundo sindicalizado
[Miss me madafakass!? (≧▽≦) JAJAJA, ok no. Como ya bien sabrán en Discord, antes de entrar en un hiatus eterno (una disculpa por eso), vendí a Kano como si fuera material de Disney, y junto a Lesser-LF les traemos esta nueva aventura, esperando la disfruten y quien no sea lector de mi compare' aca, vaya a inmiscuirse en un poco de contexto].
Dentro de lo profundo de un bosque, sobre la seguridad de la rama en lo alto de un árbol, cierto sujeto de cabello negro y ojos castaños que usaba una bata de científico y unos lentes sin vidrio para dar la impresión de un científico culto, maldecía al aire.
-¡Maldita sea! ¡Es la octava vez que sale un puto perro mutante de una dimensión!
El sujeto golpeó la rama frustrado al ver que un monstruo de 4 patas salía del portal que había abierto con su pistola.
-Grrr....
Mientras el monstruo olisqueaba sus alrededores, el Japonés tomó una libreta para anotar los avances en su investigación multiversal.
-Dimensión T-034, sin chicas nekos tetonas de 2 mil años de edad con aspecto de loli, hogar de... perros mutantes que... oh, no importa, de todas formas nadie más leerá esta mierda aparte de mí... y quizá mi futura esposa Nyami-chan~
-Sniff, sniff....
Mientras la criatura olía su entorno, repentinamente se puso alerta.
-¡! ¡Raaawrrr!
El Japonés simplemente se burló de la estupidez del perro.
-No me digas, ¿Una ardilla? ¡Ja! Estúpidos animales... bueno, a devolverlo antes de qu_
Antes de terminar su frase, la criatura se fue corriendo en dirección contraria a la cual gruñía.
-... Al menos fue esa cosa, y no un jodido Cthulhu de otra dimensión... carajo, ese calamar verde aún me sigue dando pesadillas por las noches.
Teniendo escalofríos por un segundo, el Japonés vio cómo el portal se cerraba.
-Bueno... veamos que tienes para mostrarnos dimensión T-035...
Moviendo el interruptor circular de su pistola de portales, el Japonés configuró la pistola para que abriera un portal a otra dimensión.
Apuntando hacia el suelo, el Japonés le dio una plegaria mental al cielo.
-Por favor dioses, ¡Qué sea albina! ¡Me conformo si tiene tetas, pero que sea albina por favor!
Una vez pidió al cielo su degenerado deseo, el Japonés jaló el gatillo y....
*PAAAMMM.*
-¡R-R-Rawwwr!
-¿¡Q-Qué mierd-?! ¿¡P-Perro mutante?!
El Japonés vio a la criatura impactada contra el árbol.
-R-Rawwr...
Sangre azul salía de esa cosa que podría llamarse hocico, a la vez que trataba de ponerse de pie desesperadamente, a la vez que lo oía emitir sonidos de miedo y sumisión.
-¡P-Pensé que había escogido un lugar seguro! ¿¡A-Acaso hay alguna mantícora o dragón aquí cerca!? ¡D-Debo largarme de aquí!
El Japonés sabía bien lo poderosas que eran las criaturas que salían de sus portales, había visto a cosas de aspecto menos intimidante matar osos de un golpe con apenas un rasguño. Y si ese perro mutante había sido herido tán fácilmente, aparte de sentir miedo... era señal de que un depredador ápex del mundo en el que se encontraba estaba muy cerca.
Metiendo sus cosas en su bolsa, el Japonés trató de activar la función de portales normal de su pistola, que le permitiría abrir un portal a una ubicación más segura y conocida.
-¡RAAAAAAWWRRRRRGHHHH!
Pero una figura encapuchada apareció de la nada y apuñaló al perro mutante en el cuello, haciendo que gimiera en un último de dolor y agonía.
-¡W-Wow! ¡G-Gracias amigo!
Asumiendo que se trataba de un aventurero que pasaba por ahí, el Japonés cometió el fatal error de saludar a su salvador y llamar su atención.
-....
La figura encapuchada volteó hacia arriba, sin ninguna intención o expresión en particular.
-U-Un momento... ¿¡E-Eres una chica?! ¡E-Este es mi día de suerte!
A pesar de toda su cobertura, gracias a su amplio conocimiento en clichés, nunca descartó la posibilidad de hallar el amor verdadero en una situación bastante extraña o inusual como la actual.
Eso.... y hacía tanto tiempo que no se le acercaba una mujer que sin importar cuán fea fuera, su necesidad de afecto femenino se transformó en una obsesión al punto que lo primero que hacía al conocer a una nueva persona, era fijarse si existía la mínima posibilidad de que fuera mujer.
Y ahora hasta tenía la excusa perfecta para estrecharle la mano a esa mujer.
Seguramente era una Kuudere, la cual luego de conocerla mejor finalmente abriría su corazón y acabarían por casarse.
-¡N-No es necesario que subas! ¡E-Estaré ahí en un seg-!
Sin poder acabar su oración, vio cómo aquella figura de un salto llegó hasta la rama en la cuál el Japonés se alojaba.
Y para colmo la chica era fuerte... quizá fuese complicado volverla sumisa, pero el Japonés se paró emocionado por el futuro romántico que le esperaba con esa chica que daba la vibras de ser una especie de ninja.
-... ¡M-Mi nombre es-!
Haciendo una reverencia para presentarse, entonces sintió la mano de su salvadora estrangular su cuello con demasiada fuerza para ser una especie de juego sexual.
-¡¿G-Ghhhaaa?!
En un instante estaba contra el tronco del árbol, estrangulado y cuando trató de usar su pistola para defenderse.
-¡GGHAAAAAAAA!
Con un simple agarre de las manos de la asesina, rompió su muñeca y lo hizo soltar su pistola de portales, cayendo varios metros antes de caer al suelo.
Aterrado y con lágrimas en los ojos, el chico suplicó por su vida con el poco aliento que tenía.
- P-por favor... ¡¡Piedaaad!!
¿Por qué era que de repente lo estaba estrangulando? ¿Quién era ella? ¿Por qué ahora? ¿Qué había hecho para merecer esto?
Pero sobre todo... ¿¡Por qué tenía que pasar antes de haber conocido a Nyami-chan?!
La mujer tan solo apretó más su agarre para impedirle hablar antes de dedicarle unas frías palabras.
-40 personas muertas, 142 heridas, e innumerables daños a dónde sea que vas... ¿De verdad creíste que esas cosas que salían de tus portales irían a vivir por ahí uniéndose al ciclo de vida local?
-¡Oh hiemto!
Adalia tan solo apretó aún más su cuello.
-No lo haces... sabías bien lo que hacías... y aún así seguiste jugando con tu arma divina como si fuera un juguete... ¿De verdad crees que voy a dejarte vivir tan solo para que sigas matando a más gente por tu estupidez?
Adalia lo acercó para mirarlo a los ojos antes de que muriera.
-Tú no mereces una muerte piadosa... desafortunadamente, hay peores tipos que tú y ellos definitivamente merecen más de mi atención....
-¡....!
-Ahora... ¡MUERE!
-¡W-Wuaahhhh!
Lanzándolo contra el suelo, Adalia vio a los ojos al Japonés en todo el descenso hacia su muerte.
-.... Basura
*PAAMMM*
-....
Adalia miró aquel cuerpo un momento deleitándose con la escena de un trabajo bien hecho, antes de dejarse caer al suelo en busca de su arma divina.
-Hmph... ¿Un arma?
Al verlo más de cerca, la rubia que asumió que sería un objeto más práctico, al inspeccionarlo y por la intención del chico de usarlo contra ella, asumió que era un arma, sin embargo, cierta inscripción escrita en caracteres Japonés que lamentablemente no podía leer, parecía indicar que esa no era su única función.
-... Huh, en el Sindicato podrán traducirlo
Adalia miró al cadáver de esa criatura que apenas si podría compararse con un perro.
Fijó su atención el bolso del Japonés, y lo inspeccionó en busca de más información.
-... Ya veo, parece que esta reliquia divina con aspecto de arma, parece poder abrir portales a otros mundos
Al ver sus registros, finalmente la asesina entendió por completo las circunstancias del chico, pero tuvo que llegar hasta la última página para entender porqué era que el Japonés había estado explorando las dimensiones del multiverso tan detenidamente.
-.......
Adalia miró con asco un dibujo burdamente hecho de el Japonés junto a una chica gato con aspecto de menor de edad y con unas tetas del tamaño de su cabeza.
Con una gran ira, antes de cortarle la cabeza al tipo como prueba de su muerte, Adalia le dio una patada en la entrepierna que lo mandó a volar un par de metros.
-Los degenerados son los peores....
Frustrada por no haber hecho eso y más cuando estaba vivo, decapitó el cuerpo y se llevó aquel cuaderno con sus registros.
Al menos el Sindicato tendría un poco de información de la revista y su alcance.
.
.
.
-Huh.... ¿Así que eso es todo el papeleo de hoy Capitán?
-Me alegra decir que así es Sir, por hoy no hay más asuntos "oficiales" que atender
El Sir se levantó de su asiento para estirar su cuerpo y suspirar en alivio.
-Qué alivio... ahora podemos pasar a cosas más interesantes... ¿Adalia aún no ha regresado por cierto?
-De hecho acaba de llegar, ya se encargó del tipo que invocaba monstruos cerca de los pueblos más aislados de Belzerg
-Por favor que solo traiga el arma divina, no necesito otra cabeza que manche todo mi trabajo con su sangre
-... Entendido Sir
El Capitán con algo de culpa por ese evento, rápidamente fue para abrirle la puerta a la asesina que esperaba detrás de ella.
-Te dije que no trajeras la cabeza
El capitán susurró algo molesto al ver que Adalia hizo caso omiso a su sugerencia.
-¿Y qué quieres que haga con ella? ¿Jugar a encestar la pelota?
Adalia alzó la cabeza que de la cual aún goteaba sangre para sacudirla con desdén.
-Me da igual si la pones de adorno en tu puerta, pero no vuelvas a traer otra a la oficina del Sir, basta con que me la muestres a mí, ¿De acuerdo?
-De acuerdo... pero tú encárgate de llevar esta cosa a la basura
-Bien, solo déjala en el pasillo y entra, yo me la llevaré.
Adalia dejó caer la cabeza humana en el pasillo, antes de entrar a la habitación, a la vez que el Capitán Idris salía de esta para ir a "atender" el asunto del Japonés.
-El sujeto está muerto Sir, aquí está su reliquia divina, una "pistola" de portales, incluido una libreta en la cual el idiota llevaba un registro de sus descubrimientos
Adalia puso la pistola al lado de la pila de papeles del Sir, a la vez que entregaba la libreta a las manos del Sir.
-¿Un arma?
Preguntó curioso al ver la forma en que estaba diseñada la reliquia divina.
-Puede ser usada como una, según la traducción que me dieron
Adalia entregó el papel con una burda traducción que tenía la placa de la pistola de portales.
-Y en las notas personales del Japonés que afortunadamente están en nuestra lengua, llevó un detallado registro de los mundos a los cuales accedió y sus criaturas
El Sir una vez leyó el papel, tomó la libreta del libro y empezó a ojear muy por encima las descripciones de las distintas dimensiones que visitó.
-Parece que la mayoría eran bastante peligrosas... aunque unas pocas parecían tener potencial
"Tecnología avanzada, magia diferente, recursos únicos". Eran las palabras claves de esas dimensiones que había visitado el chico.
-Si podía ir a dónde sea que fuese, ¿Por qué se quedó en nuestro mundo?
-... Mire la última página Sir
Adalia dijo con un gran asco.
El Sir fue hasta la página final, y al ver aquel dibujo burdamente hecho pero que parecía estar repleto de corazones a su alrededor, pudo entender el porqué Adalia estaba tan molesta.
-.... Si no son malvados... son estúpidos... o fanáticos de estas cosas.
El Sir cerró la libreta abruptamente.
-Bueno... Es hora de probar los límites que ahora tiene la reliquia y ver si aún puede ser útil para el reino de alguna forma
El Sir tomó la arma, y se familiarizó más con su diseño y mecanismos.
-Adalia, ve con el Capitán Idris y dile a todos que se preparen, tenemos una reliquia que probar
-Entendido Sir
Con pasos rápidos y ágiles, en un instante Adalia estaba fuera de su oficina, y en camino a encontrarse al Capitán Idris.
-Sigh... al menos romperé un poco la rutina probando esto
Dijo el Sir apuntando con la pistola a un punto al azar de su oficina.
Al menos su tarde ya no sería tan aburrida.
—--------
-Todo listo Sir.
Dijo el Capitán Idris mientras todo el personal militar se encontraba en sus puestos alrededor del patio, apuntando con sus arcos o con sus manos listas para desenfundar sus espadas.
- Vamos a probarlo
En el patio, justo donde el Sir activo la reliquia y un portal apareció verde apareció a la mitad del patio. De éste salió caminando algo desorientado un joven peliblanco enmascarado, vestido con ropas negras y una capucha verde militar, además de llevar un peto, guanteletes y aditamentos que daban la impresión que fuera un soldado, o al menos un aventurero veterano.
Tomó solo unos segundos, pero después de que el portal desapareciera, este se incorporó completamente y miró a su alrededor confundido.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Dónde estoy? No me digan que de nuevo fui arrastrado a algo problemático...
- Eso mismo me pregunto de ti... te hemos ¿invocado? con ayuda de la una reliquia divina, no esperaba que saliera un ser consciente como resultado de esto... Déjame presentarme.
El Sir sin ninguna intención hostil o armamento, se acercó al extraño visitante de otro plano de existencia.
-Soy Sir Rolando, jefe del Sindicato de trabajadores... pero tengo ciertas responsabilidades aparte de mi trabajo original, cómo puedes deducir al ver a todos mis subordinados apuntándote ahora mismo
Kano estaba confundido por la situación, pero a pesar de confirmar lo que el Sir dijo de estar rodeado, y que podían herirlo en cualquier momento, no le afectó o intimidó como se esperaría de alguien normal; pero lo que lo terminó fastidiando fue que pensaran en él como una amenaza potencial a pesar de no haber hecho nada, y ser ellos los imprudentes en este caso.
- Sir Rolando... Agradecería si le dijera a sus hombres que depongan sus armas.
El Sir sin perder el ritmo o su sonrisa amable, le replicó cordialmente.
-Y yo le agradecería que se presentara a sí mismo, además de contarnos un poco acerca de su persona; pues no es la primera vez que mis arqueros se enfrenten a una situación similar a la actual dónde un extraño aparece en medio del patio del Sindicato, así que preferiría que no repetir mis pasados errores con ese... imprevisto, ¿Comprende nuestras preocupaciones? ¿Señor...?
El Sir dejó la última pregunta al aire, con la intención de que fuera el propio frente a él quien respondiese su interrogante. El joven peliblanco frente a él solo respiro de manera pesada, denotando cansancio.
- Kano Yuudai, Capitán de los Pecados Capitales al servicio de su majestad, la princesa Iris del reino de Belzerg.
Respondió Kano, aún atento a los movimientos de cada uno de los miembros del síndicato.
El Sir dejó entrever una ligera sorpresa en su rostro, puesto que si era cierto lo que decía el Capitán Kano enfrente suyo, estaba frente a quizá la persona más importante luego de la familia real, al menos la de la versión del otro mundo de Kano. Sus subordinados también estaban empezando a hacer bullicio.
-Interesante... Capitán Kano, parece que el nombre de la princesa a la que sirve es el mismo de la familia real de mi mundo... ¿Podría ser que su princesa también es rubia, de ojos azules?
- Con una marimacha trajeada de blanco y una maga como sus tutoras.
-En ese caso, hablamos de la misma princesa... parece que la reliquia que lo trajo a nuestro humilde mundo, es una llave a mundos paralelos, más que a mundos únicos en sí mismos.... en ese caso, Capitán Kano, su servidor se disculpa por haberlo tratado como un potencial peligro, cualquier persona que sirva directamente bajo las órdenes de la familia real es digna de nuestra confianza
El Sir entonces hizo una señal para que los arqueros dejarán de tensar sus arcos, a la vez que en las sombras, cierta asesina se preparara para acechar al invitado el resto de su estadía.
El albino, al ver que Sir les pidió bajar sus armas, se relajó; ya estaba acostumbrado a los viajes dimensionales, pero le parecía extraño la existencia de un Sindicato en el reino, más uno de trabajadores que estaban armados. Tenía bastantes dudas, pero como su única ruta a casa estaba en posesión de ellos, decidió cooperar... por ahora.
- Vaya forma de recibir a un invitado, Sir Rolando.
-Lo sé... pero eventualmente nos acostumbramos a todo, como mencioné anteriormente, no es el primer individuo en medio del Sindicato con intenciones dudosas a primera vista, pero ya que usted evidentemente no busca pelea con nosotros, nosotros tampoco buscaremos pelea con usted... así que, creo que lo mejor es devolverlo a su mundo lo antes posible, un líder no puede abandonar a sus subordinados de la noche a la mañana, ¿Estoy en lo correcto Capitán Kano?
- Se sorprendería de la cantidad de veces que algo así me ha pasado, pero tiene razón. No puedo dejar a esas 3 inútiles mucho tiempo solas.
-Suena inquietantemente similar a alguien conozco... como sea, fue un gusto conocerlo Capitán, espero que nuestro próximo encuentro, en caso de darse, no sea por circunstancias fuera de su control
Mientras se daba el encuentro, cierto arquero se sobaba la cabeza con bastante dolor, pues ayer había ido a beber, y por su insistencia en seguir de servicio activo, Omar decidió no tomarse el día de descanso.
Además casi no hacía gran cosa más allá de vigilar los exteriores, un poco de resaca no le impediría hacer bien su trabajo en el cual casi nunca sucedía nada peligroso.... o eso pensó hasta que le avisaron que iban a probar una reliquia divina.
-Gah... ¿Por qué no pueden avisarnos que probarán esas armas celestiales? Joder.. la cabeza me da vueltas.
-Shhh.... debiste tomar tu día libre Omar, además, se llaman "Reliquias divinas"
Comentó su compañero enano que se encontraba usando un taburete para poder estar a la altura de apuntar al visitante.
-Lo que sean, ¡Pero qué al menos nos avisen de anteman-! ¡A-Aghhh!
Por culpa de su grito en su estado tan sensible, Omar tuvo un horrible dolor de cabeza en ese instante, en el cual se llevó una mano a la cabeza por puro reflejo... desafortunadamente, también apretó el gatillo de su ballesta.
FIUUUM
-¡M-Mierda! ¿¡Qué hiciste maldito idiota?!
Su compañero enano gritó asustado al ver que la flecha iba directo a la cabeza del invitado.
-¡F-Fue la culpa de la resac-!
Fue una cuestión de segundos, pero el albino atrapó la flecha entre sus dedos antes de que fuera a impactar a su sien.
- Buen tiro, ¿Puedo intentarlo?
Ahora con una actitud diferente, así como había llegado y sin necesidad de un arco, Kano devolvió la flecha en la misma dirección de dónde había venido.
-¡AGGGHHHHH! ¡Mi mano! ¡Maldito seas tipo raro de cabello blanc-! ¡M-MI CABEZA!
Omar, al que le habían devuelto la flecha en represalia, no pudo más con su dolor y retrocedió adolorido, e incapaz de vengarse.
El Sir que conocía bien el historial de accidentes de ese soldado en particular, se maldijo interiormente por permitirle servir ese día a pesar de tener dolor resaca, y antes de que sus arqueros vengarán a su compañero, trató de detener a todos los presentes.
-¡ALTO! ¡FUE UN ACCIDENTE! ¡NO DISPAREN! ¡NO DISPAREN!
Kano no esperó a que se decidieran por el siguiente disparo, y en vez de eso, desenfundó su Katana y corrigió su pose en algo que los arqueros interpretaron como una agresión.
-¡Dispárenle!
Gritó el capitán Idris aún en contra de la voluntad de su jefe, pues conocía bien las reacciones humanas ante la tensión extrema; ya era demasiado tarde tratar de razonar con el sujeto.
Los arqueros dejaron volar sus flechas en dirección a Kano; este en respuesta cortaba las flechas con su katana antes de que lograran llegar a él, o en su defecto desviaba las flechas a otros lugares, que usualmente terminaban en muros o los brazos, hombros y piernas de algunos hombres.
- ¡Excelente hospitalidad!
Ante el comentario sarcástico de la amenaza, pocas dudas le quedaron al resto del Sindicato sobre seguir atacando, a diferencia de la última vez, no sabían cuáles eran las habilidades de ese sujeto, mucho menos de hasta dónde llegaría con tal de escapar.
Por eso... sin dudarlo ni un poco más, algunos guerreros que esperaban con sus espadas a mano a que las flechas cesasen, atacaron a matar a Kano.
Los hombres que se acercaban descuidadamente al albino terminaban rápidamente en el suelo, o lanzados a sus compañeros. El enmascarado tenía técnicas de agarre y defensa antinaturales; persona que se acecaba mucho a él terminada siendo agarrada del antebrazo o alguna pierna, para después ser incapacitado en el suelo o lanzado por los aires.
Los que atacaban con armas eran despojados en poco tiempo de estas, solo bastaba con que el albino les torciera la muñeca o golpeara el arma de su contrincante con una fuerza sobrehumana.
Los arqueros sobrantes tenían miedo de seguir disparando por miedo a que se les regresara la flecha, o darle por error a algún compañero.
-¡Maldición!
El Sir decepcionado por el desarrollo de los acontecimientos, hizo señas para que todos sus subordinados en el patio se retiraran de la batalla, solamente quedando él mismo.
Había matado dragones ancianos, escapado por años de una asesina altamente cualificada, y enfrentado a un Dullahan que en su vida anterior fue un paladín capaz de sobrevivir a varias explosiones con apenas rasguños... si alguien iba a detener a Kano, sería él y nadie más.
-¡Yo soy el líder! ¡Si quieres detener el ataque primero tienes que aprisionarme!
El Sir, a pesar de estar desarmado, se puso en una pose de batalla, preparado para esquivar cualquier ataque de Kano y contraatacarlo.
- Si eso quiere.
Dijo el albino listo para encararlo en una pelea uno contra uno, por lo cual corrió hacia su contrincante, abrumarlo y finalmente someterlo ante la vista de tus lacayos.
-¡Sir! ¡Tome!
Gritó el capitán Idris a lo lejos a la vez que le lanzó un bastón de madera con extremos metálicos.
En cuanto tuvo el bastón en sus manos, usó este como palanca de apoyo en el piso y darle una patada en la cara al Albino que se encontraba en movimiento.
Kano que fácilmente podría detener el ataque en el aire, planeaba tomarlo del pie y lanzarlo, sin embargo, sintió una sed de sangre detrás suyo que le dio escalofríos.
Entonces al darse cuenta de que el ataque tan lleno de aberturas del Sir era una distracción, se agachó justo a tiempo para evitar una navaja dirigida a su cabeza.
El Sir entonces en un inesperado movimiento, usando su bastón pronto detuvo su ataque y le dio una orden a alguien, persona que Kano asumió era quien lo atacó por las espaldas.
-¡Hazte cargo de él! ¡Tráelo vivo o muerto, pero que no se vaya del Sindicato!
- Trataré de tener consideración de su esbirro... ¡Y después reduciré el sitio a escombros!
El Sir entonces procedió a retirarse para dar más órdenes para lidiar con el invitado no deseado. Fue entonces que él estuvo fuera de la vista, que la presencia que había acosado a Kano salió de las sombras.
-Pagarás por tu insolencia, maldito bufón de pelo blanco
Kano observó a quien parecía su nueva oponente, una figura que sería de sexo indeterminado de no ser por su voz. Una capucha y un pañuelo cubrían su boca, su cabeza, su cabello, y solo daban una apertura para sus ojos color canela intenso, aunque si uno se fijaba bien con suficiente atención, vería que un par de cabellos rubios se escapan de su capucha.
Vestía un traje negro de 2 piezas que consistía en unos gruesos pantalones y una playera de manga larga con guantes incluidos, que debido a su tono impedía vislumbrar si usaba alguna pechera o armadura o cualquier cosa metálica para protección debajo de éstas. Sobre sus prendas estaban algunas correas grises, las cuales tenían fundas para dagas por todas partes en su cuerpo, aunque las que más destacaban eran las que estaban en sus muslos, sus hombros y sus piernas de un tamaño considerable.
Había una docena más de estas fundas en su cuerpo, pero o eran negras o simplemente estaban muy bien ocultas entre sus prendas incluso para los ojos expertos.
No daba la impresión de estar fuertemente protegida, pero si parecía ser extremadamente sigilosa, y al parecer con una personalidad bastante peligrosa.
-Es algo rudo referirte asi, cuando tu eres rubia niña
Llena de molestia, Adalia solo le respondió, lanzándole una daga en la frente sacada de la sección de su hombro.
El albino solo la atrapó a unos centímetros de su rostro, sin una particular sensación de amenaza de su parte.
- Tus compañeros también me lanzaban cosas así, ¿Creíste que no podría hacerlo contigo o solo son idiotas?
- Me decepcionaría si no hubieras atrapado mis dagas, ahora... ¡MUERE!
Adalia hizo aparecer sus mejores dagas en manos, y con una velocidad mayor que la del lanzamiento de su daga, se abalanzó contra el oponente delante suyo.
Gracias a su experiencia previa en combate, en un instante Kano se dio cuenta que en cuanto a velocidad, era inferior a su oponente, por lo cual, la mejor medida por ahora sería esquivar y alejarse.
El Albino dio un salto lateral y con ayuda de su fuerza sobrehumana, dio otro salto con el objetivo de salir del lugar.
-¡NO HUYAS COBARDE!
Adalia con el fin de cambiar de dirección y continuar su persecución, dio un fuerte pisotón que hundió su pie en el suelo de piedra, así teniendo suficiente soporte para dar un salto y atacar a su presa por la espalda mientras estaba vulnerable en el aire.
Cualquier otro habría muerto apuñalado en el aire por culpa de Adalia, pero Kano era la excepción.
En cuanto escuchó su grito de ira, puso su mano en su Katana y dio un giro en el aire con el fin de atacar a ciegas... un movimiento irracional en cualquier caso, pero al notar el grito de Adalia, que estaba tan confiada en atraparlo, por su arrogancia mostrada previamente. Dedujo acertadamente que era mejor reaccionar antes de que ella siquiera atacara.
-¡Tch!
Exitosamente repelió el ataque de las dagas, pero debido al impulso, terminó siendo lanzado hacia abajo a toda velocidad, así que en cuanto Kano impactó, terminó dejando un cráter detrás suyo.
- Esta persona es en verdad bruta...
Volteó hacia arriba, pero no vio a esa mujer por ningún lado, y ahora que se fijaba.... ya no había nadie en el Sindicato.
- Oigan... ¿No hace un momento había gente tratando de matarme?
Kano se puso bastante nervioso, por unos segundos hubo un absoluto silencio, pero entonces recordó que esa mujer salió de las sombras, quizá por una habilidad similar a su sensei, Satou Kazuma. Por lo cual, aunque significase exponerse demasiado, se posicionó en el centro del patio del Sindicato.
-Algo anda mal...
Entonces atrapó una flecha que vino de su derecha, al parecer de un lugar por fuera del Sindicato.
- ¿Ustedes nunca apren_?
Entonces vio una lluvia de flechas que oscureció el día con el fin de cubrir toda el área iluminada del Sindicato.
- ¡OGH VAMOS!
Si se cubría en los lugares sombreados, seguramente esa mujer lo apuñalaría por la espalda por más que tratase de evitarlo, en cambio, si se quedaba dónde estaba, si no bloqueaba las flechas y dejaba que le dieran algunas, podrían contener alguna maldición que a la larga lo perjudicaría, pero si se cubría, también corría el riesgo de que una serie de dagas lo alcanzaran y terminaría por lo mismo.
Simplemente.... estaba en Jaque, y se vio obligado a admitir que en esta ocasión, había perdido.
- No tengo tiempo para estupideces ¡Teleport!
Con una oración mental a Eris, la diosa de la suerte de su mundo, usó la teletransportación al azar, deseando con todo su ser no aparecer en un volcán, en las profundidades de la mazmorra más peligrosa del mundo... pero en especial.... no aparecer en medio de una aldea de orcas.
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-Alcarentia-
Una mujer mayor se encontraba apaciblemente en los baños termales de su ciudad natal, aunque últimamente las aguas termales estaban perdiendo calidad, gracias a sus "encantos" femeninos, llegó a un acuerdo con los dueños de las aguas termales en las que estaba, una de las pocas que aún era un 10/10 en términos de calidad.
-Ahhh... qué buena es la vida... aunque extraño a Jiz-san... hace tiempo que no me divierto con otro hombre.... ¡Ya sé!
Entonces la señora mayor, juntó sus manos en oración a su venerada, respetada, memorable, siempre sabia, siempre humilde e inigualable diosa Aqua.
-Ohhh... Aqua-sama... tú fiel sierva hasta ahora no ha logrado reclutar a ningún miembro nuevo del culto de Axis.... ¡Pero es por culpa del estrés! ¡No es mi culpa que los años se hayan llevado mi belleza conmigo! ¡En mis años dorados lograba reclutar a los hombres por docenas! ¡Ahora ni siquiera me voltean a ver!
Luego de desquitarse, la anciana mujer volvió a su serena expresión de abuelita amable.
-... Por eso... solo por eso... ¡Te ruego me ayudes a encontrar otro esposo! ¡No me importa si no es fan del Netorare como Jiz-san que siempre aceptó mis métodos de reclutamiento! ¡Pero por favor! ¡Al menos recompensa mis esfuerzos concediéndome una última noche de diversión antes de ir al cielo!
En ese mismo momento, Kano apareció de pie en las aguas termales para mujeres, enfrente de la mujer que hasta hace unos segundos rezaba por unos hombres.
-.... ¡Pero qué buen servicio! ¡Gracias Aqua-sama!
La anciana entonces se levantó dejando ver su cuerpo cómo el día en qué nació, y abrazó al hombre delante suyo.
-¡Mi nombre es Karen, pero puedes llamarme Mami guapo!
Kano rápidamente se dio cuenta de donde estaba por las aguas termales, y por la actitud tan despreocupada de la señora que intentaba atosigarlo. Por fortuna, logró cubrirse los ojos antes de que esta saliera del agua y le generara un trauma, pero no pudo zafarse de la anciana, por la preocupación de dejarla caer y que se lastimara algo.
- Ya no está en edad de hacer esas cosas señora.
-¡Pero si apenas tengo sesenta años! ¡Un jovencito como tú realmente debe aprender modales! ¡Pero no te preocupes! ¡Tenemos toda la tarde para enseñarte!
La anciana entonces empezó a tratar de desvestir al Albino.
-- Sleep*
El albino duerme a la anciana, y con una toalla que estaba cerca la cubrió para sacarla de las aguas termales.
- Es mejor que la deje donde sea más seguro
Dicho eso, Kano salió de las aguas termales de mujeres, llevándose varias miradas desde la envidia, asco hasta la empatía y orgullo.
- Para que los cultistas de Axis me vean así... que bajo he caído
Una vez Kano estuvo fuera del establecimiento, caminó hasta encontrar una acera despejada para sentarse y reflexionar acerca de su próximo movimiento.
- Bien... Analizemos mi situación: Fui invocado a otro mundo, nuevamente... y parece que no tengo manera de regresar. Y ese "Síndicato" es enserio extraño; recuerdo que en los libros de Kazuma-sama mencionaba algo como organizaciones que apoyaban al sector obrero, pero los recursos que tienen son ridículos, están igual de armados que un ejército y su personal tiene entrenamiento militar. ¿¡Qué es en verdad ese Sindicato!?
El albino sin respuestas a sus preguntas, solamente suspiró sin energías, y sin notarlo, una niña de alrededor de 8 años se le acercó por la espalda.
-Onii-san, ¿Está bien? Se ve triste
-Ah... hola pequeña... es que estoy perdido y no sé como volver a casa.
-Hummm, en ese caso, creo que puedo ayudarte.... por cierto, ¿Cómo te llamas Onii-san?
-Mi nombre es Kano Yuudai... soy... no importa, ¿Podrías decirme cómo puedes ayudarme?
-Ku-no... ¿Yu-da? ¿Puede escribirme su nombre por favor Onii-san?
La niña entonces sacó un papel de su espalda.
-Por supuesto, mi nombre se escribe....
Entonces Kano se quedó atónito ante el papel enfrente suyo el cual decía: "Reclutamiento del culto de Axis"
- Tinder*
Quemó el papel sin arrepentimiento alguno.
-¡ONIII-CHAAAAAAAAN!
Kano, esparciendo las cenizas que quedaban del formulario, se va caminando a la entrada de la ciudad, ya que permanecer donde los cultistas de Axis es fastidioso para cualquiera.
- Aqua... enserio tienes que cambiar las doctrinas de tu culto...
A las afueras de la ciudad de fanáticos religiosos, Kano pensó un poco más en su próximo movimiento.
-Si los cultistas de Axis existen en este mundo... al igual que Aqua... ¡Entonces Kazuma-sama debe existir también en este mundo!
Sin pruebas, pero tampoco dudas, Kano decidió ir con una de las personas encargadas de las carretas con el fin de contratar una para ir a la ciudad de principiantes de Axel, pero al ver que aún en el mejor de los casos, tardaría con contratiempos tres días, y con buena suerte, solo uno, decidió que era hora de ejercitar las piernas un poco.
- ¿Quién necesita una carreta cuando se tienen piernas?
-_-_-_-_-_-_-
-En la capital de Belzerg-
El Sir se encontraba en su oficina, a la vez que estaba leyendo los informes de varios subordinados suyos por el país, sin noticias hasta ahora del invitado de otra dimensión que invocó por accidente.
Entonces el capitán Idris entró a la oficina con un informe de su contacto en Axis.
-¡Sir! Recibimos una avistamiento de un hombre con una descripción similar a ese tal Kano que se escapó en Alcarentia
-Adalia, ¿Puedes determinar en qué dirección se encuentra ese tal Kano?
Adalia que estaba al lado de su jefe, cerró sus ojos para concentrarse en el objetivo y nuevamente obtener al menos una dirección.
-... Lo detecto en el Sur... pero se está moviendo hacia el Noroeste a gran velocidad
-¿Qué podría haber en el Noroeste Sir?
El Sir lo pensó un momento, en todas las posibles ubicaciones relevantes en el Noroeste de Alcarentia.
-.... Me temo que no sabemos lo suficiente de él para poder determinar a dónde va... no fue hacia al Noreste en dirección a la capital, por lo cual, simplemente no tengo la menor idea.
-Entendido Sir, notificaré a todos nuestros agentes en dirección al Noroeste de este sujeto.
-Sir, ¿Puedo hablar?
-Si quieres cazar por tí misma a Kano, entonces ahora tienes mi autorización... al menos ahora sabemos en qué dirección se mueve
-Solo eso necesito para rastrearlo
Dio un pequeño saludo antes de salir caminando de la habitación, y una vez salió de los interiores del Sindicato, dio un gran salto y empezó a ir de casa en casa, de edificio en edificio hacia la misma dirección en la que iba ese sujeto de pelo blanco.
Solo había una persona que se logró escapar de sus manos, no permitiría por ningún motivo que se número ascendiera a dos....
Mientras tanto el Sir, en su oficina, se compadeció de Kano.
-Agh... todo por culpa de un malentendido... solo espero que Adalia lo traiga vivo...
-Yo estaría sorprendido si lo trajera en una sola pieza, sobre todo ahora que se las arregló para escapar de ella
El Sir recordó esos viejos días en los cuales era libre de ir a dónde quisiese, cazado por una asesina, pero al menos libre.
-Ahh... ¿Sabes qué? Manda otro aviso a nuestros agentes.... Diles que de ser posible... por más que sea inútil, en caso de encontrar a Kano, pídanle que se rinda para que podamos devolverlo a su mundo
-... Sir, puede que nosotros hayamos cometido un error, pero nosotros seguimos atacando de todas formas, no confiará en nosotros
-Tienes razón... pero aún así...
De su cajón, sacó un cartel que decía "Se busca".
Una burda representación de Adalia se encontraba en el cartel, pues nadie que la había visto a la cara había salido con vida.
-... Nadie merece pasar ni siquiera la fracción de lo que viví por su culpa...
El capitán Idris no comentó nada al respecto.
Respetaba enormente a su jefe, pero si había algo con lo que nunca pudo estar de acuerdo, aún hoy en día, fue dejar vivir a esa demente cuanto tuvo la tuvo enfrente suyo, ofreciendo el cuello mientras él tenía una espada en mano y estando rodeada de gente lista para matarla.
-Entendido Sir, haré cumplir sus órdenes
No siempre estaría de acuerdo con todas sus decisiones, pero órdenes eran órdenes... además en parte, también sintió pena por el chico.
Las peores horas de su vida, y con suerte nada sería peor, estaban próximas a la vida de Kano Yuudai.
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-Mientras tanto en Axel-
-Prrrr~....
-Ahh... por fin... tranquilidad.
Kazuma se encontraba en el sillón de su mansión con Chomusuke en sus piernas.
Luego de ayudar a Darkness con todo ese asunto de su armadura, por fin tenía garantizado al menos un día sin caos alguno.
Megumin se había llevado a Yunyun para que la acompañase en su explosión diaria, y usando un poco de su carisma, convenció a Yunyun de retar a Megumin a un duelo de estar paradas mirándose mutuamente sin moverse, para tenerlas fuera el mayor tiempo posible fuera de la mansión.
No dudaba que Yunyun ganaría al menos esa competencia, pues si estaba seguro de algo, era que Megumin no era la más paciente, e incapaz de moverse, sería imposible distraer a Yunyun... o al menos muy complicado.
Debido a lo raros que le eran estos días de paz, simplemente se la pasó sentado mientras acariciaba a Chomusuke, la cual luego de pelear con Cyrene como gatas en celo para alejarla de Kazuma, estaba totalmente satisfecha consigo misma.
-.... Tengo hambre... ¿Quieres un poco de pescado Chomusuke?
-Nyaaaa....
-Tomaré eso como un sí
Tomando con cuidado a la gata, Kazuma la puso a un lado suyo y se paró para ir a la cocina por algo para comer, además del pescado prometido para Chomusuke.
-Hummm... ¿Carne de sapo? ¿O pescado como Chomusuke?... Será pescado, así reforzaré el vínculo con ella... y con suerte, quizá me vea como su dueño en lugar de Megumin
Con ese maquiavélico plan en mente, Kazuma preparó un poco de pescado frito para sí mismo, mientras que solo tomó un pescado normal para Chomusuke, después de todo, ella misma lo cocinaría a gusto.
-Aquí tienes Chomusuke, prepáralo a tu gusto...
-Nyaaaaa~
Pronto Chomusuke despertó totalmente, se bajó del sillón con el pescado en su boca, se sentó sobre sus patas traseras y expulsó una pequeña flama para cocinar su pescado.
–..... Sé que ya la vi hacer eso, pero aún así me sigue sorprendiendo
Kazuma por su parte comió su propia porción de pescado, cuando escuchó a alguien tocar la puerta.
Toc Toc Toc.*
-Tch... sabía que esto era demasiado bueno para ser verdad
Irritado, se levantó del sillón y abrió la puerta.
-Megumin estoy seguro de que hiciste tramp-
-¿Kazuma-sama...? ¿En serio es usted?
-....
Kazuma se quedó sin palabras cuando un tipo enmascarado con cabello blanco lo llamó de modo tan formal, aunque nunca en su vida lo hubiese visto.
-Kazuma-sama... puede que esto sea difícil de creer pero yo soy...
-Si dices que eres mi hijo del futuro, por favor no me digas quién es tu madre.... prefiero disfrutar mi libertad de tener relaciones con cualquier chica que desee antes de conocer a la futura señora Satou.
Kano mismo se quedó sin palabras ante la respuesta de Kazuma a su encuentro.
-¿Y bien..? ¿Tú nombre es...?
-M-Mi nombre es Kano Yuudai
-Hmph, buen nombre... seguro debo tener un buen gusto en el futuro para los nombres
-Ehh... Kazuma-sama....
-¿Nyaaaa...?
Antes de que el albino siguiera hablando, Chomusuke llegó para ver al visitante inesperado.
-Nyaaaa~
Entonces Chomusuke se acurrucó contra una de las piernas de Kano como si lo conociera de toda la vida.
- Hola pequeña, ¿Te estás portando bien?
-Nyaaaaa~
-Entonces conoces a Chomusuke... no me digas que me casé con Megumin por favor... Dios, eso en parte explicaría tu nombre... ¡Dime que no estoy casado con Megumin!
-Amm... no. Es algo largo de explicar, ¿Puedo pasar?
-Okey Kano, pasa... siéntete como en casa... ¿No es tu casa o si? ¿Aún la tenemos o me mudé a un lugar más grande?
-Sí, actualmente seguimos viviendo en la mansión, aunque estamos de viaje en estos momentos.
-... Qué alivio... supongo. Como sea, por favor entra Kano
-Sí, permiso.
Kano entra a la mansión cargando a Chomusuke, mientras ella ronroneaba
-Y bueno... Entiendo que hayas venido a mí, pero... ¿Qué sucedió? ¿Acaso hay alguna especie de paradoja temporal o algo así? ¿Podrías dejar de existir Kano?
Kazuma preguntó lleno de curiosidad por quien pensaba era un posible hijo del futuro.
Debía admitir que sin importar quien fuese la madre, se sentía orgulloso del hombre qué era
- No, no hay paradoja ni corro peligro de desaparecer... al menos no por lo que usted piensa, ¿Puedo fumar aquí?
Preguntó el albino de forma tranquila, como si la mención de la probabilidad de desaparecer no fuera tan importante, o no más que fumar.
-Ahh... está bien, no tengo problemas con que quieras fumar, pero por favor que no sea cerca de mí, no quiero oler a tabaco.
Kazuma se sentó de nuevo en el sofá, mientras que Kano sacó una cajetilla de cigarros y tomando uno de estos, lo prendió e inhaló profundamente.
-Entonces... si no existe ninguna paradoja temporal, ¿Cómo acabaste aquí Kano?
Kazuma preguntó intrigado.
- Verá, no es la primera vez que me pasa esto.
Dijo el albino mientras iba cerca de una ventana para no apestar tanto la habitación.
- Vengo de un mundo similar al suyo, pero diferente en algunos aspectos. Me trajeron aquí en contra de mi voluntad.
- ¿Qué tan diferente es el mundo del que vienes Kano? ¿En ese mundo soy alguna especie de héroe? ¿Logré derrotar al Rey demonio?
Kazuma preguntó emocionado por los conocimientos que Kano podría tener de él.
- Kazuma-sama... de dónde yo vengo tiene años que está desaparecido.
Con clara tristeza en su voz, Kano le informó a Kazuma la situación en la que se encontraba su contraparte en su mundo.
- No sabemos dónde está, ni siquiera Eris-sama puede encontrarlo. Es como si la tierra se lo hubiera tragado.
-Y-Ya veo...
Kazuma se quedó pensativo ante tal dato. ¿Por qué había desaparecido? ¿Estaba bien? ¿Cómo era posible que ni siquiera Eris supiera dónde estaba? ¿Incluso Vanir?
Con más dudas que respuestas, Kazuma miró a Kano y una inquietud repentinamente le llegó.
-Disculpa Kano... ¿Quiénes te trajeron aquí?
Preguntó Kazuma mirando fijamente al albino.
- Fue un grupo de personas que se autodenominaron "Sindicato", su líder era un tal Sir Rolando.
-....
Al escuchar eso, Kazuma sintió un profundo miedo, pues a pesar de que eran aliados... no dudarían en eliminar toda posible amenaza contra el reino.
-Kano
Kazuma habló con una mezcla de preocupación y severidad.
-¿Si Kazuma-sama?
Mirando al Albino directo a sus ojos, hizo la pregunta que tenía en mente.
-... Por favor dime que no los atacaste... ¿Verdad?
- En defensa propia, ¿Por qué?
Contestó Kano enseguida sin ningún tipo de arrepentimiento.
Kazuma instantáneamente comenzó a mirar en todas direcciones paranoicamente.
-¡¿Tienes idea de qué acabas de hacer?! ¡A-Ahora te cazarán como un animal! ¡Y ahora soy un cómplice....!
Kazuma pareció perder el color de su cara.
- Kazuma-sama, tranquilícese.
Dijo el albino mientras intentaba que Kazuma tomara asiento nuevamente.
- Escapé del sitio, supongo que era la capital. Además, no saben nada de mi que les dé una pista de dónde pude haber huido.
Seguro de sí mismo, Kano intentó calmar a su maestro con argumentos lógicos.
Pero Kazuma, haciendo caso omiso a la confianza de Kano, se levantó del sofá y corrió hacia su cuarto en busca de su Chunchumaru.
Era más que claro para él que Kano no tenía idea de la fuerza de estos, quizá ni siquiera se había enfrentado a los miembros más fuertes del Sindicato.
- Kazuma-sama debe estar estresado, ¿Tu que dices Chomusuke?
- Nyaa~
Kano que no entendía la preocupación de Kazuma, se quedó junto a Chomusuke, la cual con gusto se acurrucó contra su pierna.
Kazuma por su parte....
-¿Q-Qué haces en mi cuarto?
Preguntó Kazuma con miedo al ver a cierta chica gato acostada perezosamente en su cama mirando al techo.
-Quién lo diría... de todos los lugares a los que pudo haber ido... vino contigo Satou-san... Me pregunto por qué...
La neko se levantó con una mirada fría, se acercó a él con pasos lentos pero llenos de autoridad y le susurró al oído con malicia.
-No importa.... lo descubriremos pronto, así que simplemente actúa como siempre y no des indicios de que estás en peligro... a menos que quieras "jugar" con Adalia un rato.
Kazuma aterrado, no pudo hacer más que asentir ante la advertencia de la neko.
Luego de haber visto su verdadera personalidad, era más que claro que no estaba jugando... y aunque quizá el Sir no aceptara "interrogar" a un aliado clave del Sindicato, era mejor prevenir que lamentar.
-Bien... Ahora si me disculpas, volveré al techo y fingiremos que nunca tuvimos esta conversación.
Fiel a su palabra, la neko fue hacia la ventana que había dejado abierta y en un salto bastante acrobático, la escuchó escalar hasta acabar en la azotea.
-....
Kazuma miró sus manos que temblaban y con pesar miró su clóset en el cual había guardado su espada.
-Lo siento Kano...
Dijo antes de hacer lo que planeaba originalmente.
Mientras tanto, el albino se encontraba entreteniendo a su nueva amiga.
- Mira Chomusuke, te hice un juguete.
Con un palo, una cuerda, y algo que parecía un manojo de plumas, Kano hizo un juguete improvisado para gatos que Chomusuke parecía disfrutar mucho.
- ¡Nya, nyaa~!
-Ya volví...
Kazuma volvió con su confiable Chunchumaru en sus manos, la cual se veía igual a la de su mundo.
Kazuma simplemente se sentó en el sillón en el que estaba antes y vio como Kano jugaba con Chomusuke ignorante de lo que estaba a punto de sucederle.
-Dime Kano... ¿Cómo volverás a tu mundo? ¿Cómo lo hiciste las ocasiones anteriores?
Preguntó Kazuma para saber si había una tercera opción en todo el desastre en el que se estaba involucrando.
- Bien, usualmente me devolvían con algún tipo de artefacto o una invocación.
Dijo Kano aún jugando con Chomusuke.
- El artefacto en cuestión lo tiene ese grupo, así que eso dejó de ser una opción viable.
-....
Kazuma se quedó mirando al vacío, pensando en alguna forma de salir vivo de esta o por lo menos ganar un poco de tiempo.
-Kano... vamos al gremio, me sentiría más seguro rodeado de personas
- Esta bien, lo sigo Kazuma-sama
Con esto, ambos iban a salir camino al gremio, pero antes de salir Kano le dijo a Kazuma que se adelantara afuera para que pudiera dejar a Chomusuke en el sofá.
- Nos tenemos que ir pequeña, cuida la casa mientras no estamos.
- ¡Nya, nyaa~!
Chomusuke respondió afirmativamente alzando una patita como si de un soldado se tratara.
- También otra cosa...
Dijo el albino mirando en dirección al techo de la mansión.
- Si no me encargue de la plaga que estaba arriba, fue por consideración de mi maestro. La próxima no creo que corra con la misma suerte, ¿No lo crees así Chomusuke?
- Nyaa~
- Bien... Nos retiramos.
Dijo el albino mientras acompañaba a su maestro fuera de la mansión, mientras algo en el techo se movía con nerviosismo.
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El recorrido fue silencioso, incluso podría decirse algo tenso, pero Kano no dijo nada al respecto, mucho menos Kazuma.
-Aquí estamos...
Dijo Kazuma aliviado al ver que al menos aquí todo seguía como siempre. Los aventureros bebían y conversaban, las meseras tenían una sonrisa en sus rostros y Luna limpiaba un poco de polvo de su escritorio, provocando que sus pechos se balancearan seductoramente.
-Vayamos a sentarnos y bebamos algo, ¿De acuerdo Kano?
- Como usted diga Kazuma-sama
Respondió el enmascarado de manera formal, como si un jefe hubiera llevado a su nuevo empleado a acompañarlo a beber después de una larga jornada de trabajo.
- ¿Está permitido fumar dentro del gremio?
-Eh... no lo sé, puedes preguntarle a una mesera, aunque dudo que alguien se moleste, siempre que no les llegue el humo.
Respondió Kazuma algo inquieto al ver que Kano quería fumar más a pesar de que ya había consumido un cigarrillo en la mansión.
Kano llamó a una de las señoritas del gremio para ordenar, y de paso preguntar si estaba permitido fumar dentro de las instalaciones.
- Disculpe, nos gustaría ordenar 2 tarros de cerveza.
- ¡Seguro! ¿Algo más?
- ¿Puedo fumar aquí? Le prometo que no molestaré a los demás.
- Lo siento querido cliente, pero las políticas del gremio dictan que...
Kano sacó algunos Eris y se los entregó rápidamente a la mesera sin que alguien más viera.
- Seré muy discreto.
- B-bueno... ¡Voy por sus cervezas!
Dijo la camarera mientras se retiraba lo más pronto posible a la cocina.
-... No pensé que fueras de los que dieran sobornos Kano, parecías tan recto...
Dijo Kazuma en incredulidad por la escena que acaba de presenciar.
- Usted me enseñó que el dinero facilita muchas cosas.
Dijo el albino mientras prendía otro cigarrillo.
-... Bueno, eso no lo negaré... solo que no esperaba que lo hicieras a plena luz del día... No pareces ser demasiado discreto, ¿Sabes?
Dijo Kazuma a la vez que veía mejor el atuendo de Kano, que mires por dónde lo mires, gritaba "Aquí estoy".
En especial esa máscara blanca que podrías ver llegar a un kilómetro de distancia.
- ¿Por qué me mira con esa cara Kazuma-sama? ¿Si sabe que usted me hizo la máscara, cierto?
-... No sé qué estaba pensando el otro yo, pero definitivamente no estaba pensando en la discreción... por cierto , ¿Por qué no te la quitas? Al menos así no llamarías tanto la atención Kano
El albino se tensó por primera vez desde que se había encontrado con Kazuma.
- L-lo siento, no puedo hacerlo en frente de tantas personas.
Kazuma se sintió raro al escuchar a Kano con una voz tan vulnerable.
-Eh... okey... ¿Puedo saber por qué?
- Es solo que_
Antes de que Kano terminará, fueron interrumpidos por la camarera de antes.
- Aquí tienen, ¡Dos cervezas bien frías!
- Gracias. Ten, por las molestias.
Kano volvió a darle unos cuantos Eris a la chica antes de que esta se fuera feliz dando pequeños brincos.
- Será una historia para otra ocasión Kazuma-sama.
-Huh... yo que tenía curiosidad
Dijo Kazuma algo desanimado por no poder conocer la historia de fondo de la máscara y su significado.
- Y dígame, ¿Las chicas se encuentran bien?
Kazuma arrugó la cara cuando mencionó a las chicas.
-Eh... si, pero las cosas podrían estar mejor... Aqua y yo nos llevamos bastante bien, Darkness parece también tratarme mejor incluso que antes, Yunyun está progresando... creo que ya consiguió un novio, y Megumin....
Kazuma pensó bien en las palabras que iba a decir.
-Aún me odia, dudo que eso cambie en el futuro cercano, pero meh, estoy satisfecho con llevarme bien con el resto de las chicas.
Acabó Kazuma de compartir lo que era actualmente de ellas y sus relaciones.
- Suena a que las cosas están más tensas de lo que parece
Expresó el albino mientras seguía fumando su cigarrillo cuidando de que el humo no llegase a otras mesas.
-Si, aunque no tanto como antes...
Kazuma aclaró, quedándose sin tema de conversación.
A pesar de estar en el gremio, una parte de él seguía asustado por cierta mujer rubia que parecía querer matarlo siempre con la mirada.
No sabía que tan fuerte era Kano, pero si había logrado escapar de ellos, entonces seguramente podría protegerlo.
- Ya que estamos en el gremio, ¿Le parece si hacemos una misión?
Preguntó el albino tratando de hacer que el ambiente no se volviera más sombrío.
-Eh... no estoy seguro... no tengo ganas de ir a una misión de ninguna forma
Contestó Kazuma algo sorprendido por la sugerencia de Kano.
Entendía que estuviera relajado hasta cierto punto, ¿Pero irse a una misión mientras era perseguido por un grupo peligroso?
Eso sí que era una gran confianza.... o una gran estupidez.
- Será algo sencillo, le prometo que no nos llevará tanto tiempo.
Kazuma miró a sus alrededores, en busca de algún indicio de amenaza.
-... Si algo sucede, será tu culpa...
Kazuma personalmente prefería quedarse en el pueblo, pero temía que si seguían en el gremio, Kano haría algo extremo.
- Por supuesto. Vamos.
Kano se levantó confiado de su asiento y se dirigió al mural dónde se publicaban las misiones de Axel.
Kazuma solo pudo mirar intranquilo tal accionar, mientras bebía su cerveza.
Kano pronto tomó una misión y la llevó ante Kazuma.
-¿Matar osos de un golpe...?
Preguntó con el ceño fruncido.
- No es tan complicado como parece. Caerán fácilmente si llevamos miel.
Tratando de convencer a Kazuma, el albino hizo ver la misión algo más fácil para que pudieran tomarla.
-Si tu lo dices...
Mientras fuera Kano quien se encargará de los osos, Kazuma no tendría ningún problema.
-Déjame confirmar la misión, espera aquí un momento Kano
Dijo Kazuma antes de ir a dónde estaba Luna.
Mientras esperaba a que Kazuma registrara la misión, Kano esperaba pacientemente en su mesa mientras terminaba su cigarro; a simple vista para los demás podía verse como un loco con disfraz despreocupado, pero en realidad Kano estaba en alerta desde que salieron de la mansión, por si sentía alguna presencia amenazante, porque tenía la sensación de que algo malo pasaría pronto.
-Todo listo Kano, podemos irnos.
Kazuma regresó de buen humor a dónde estaba Kano, una vez se reunieron partieron de Axel hacia el bosque.
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- ... y entonces Megumin hizo un agujero enorme en el techo de la mansión, mientras Dust calló junto con los escombros.
Kano le estaba contando una anécdota que había pasado en su mundo con el equipo, pues no conocía mejor forma de aliviar la atención y de paso matar un poco tiempo, pues ya llevan al menos una hora paseando en busca de esos osos de un golpe.
- Causando problemas sin importar el mundo... definitivamente es Megumin.
Comentó Kazuma al escuchar la historia de Kano.
De cierta forma eran bastante atrapantes las historias que contaba Kano, le habían ayudado a olvidar un momento la ansiedad que tenía. Y en parte tenía algo de esperanza de que Kano fuera fuerte, pues se las había arreglado para escapar de ese grupo de sujetos.
Poco duraría estos momentos de paz, pues algo alertó al albino.
- ¡Kazuma-sama! ¡A cubierto!
Al gritar eso, un animal salió de entre la maleza e intentó darle un zarpazo al dúo de aventureros, pero este fue bloqueado por una katana sin mucha dificultad.
- ¡Groooar!*
- Apestas...
Terminando de decir esto, Kano soltó una patada que mandó a volar al oso de 500 libras, cosa que para Kazuma no era muy lógica viendo la diferencia de tamaños, pero le dio la idea de aproximadamente qué tan fuerte era su autoproclamado pupilo, ya que el animal en cuestión no se volvió a mover después de recibir esa patada.
-... Luego de esto, honestamente estoy más tranquilo, sigamos con la misión Kano-san, aún tenemos otros dos amantes de la miel que asesinar
Dijo Kazuma lleno de confianza en el chico de máscara blanca.
El dúo se paseó por el bosque ahora con mayor tranquilidad, pues debido a la fuerza de Kano casi ningún monstruo se le acercaba, solamente los monstruos como los osos de un golpe se acercarían más que nada para defender su territorio.
Así que no fue sorpresa que el segundo oso de un golpe apareciera bastante pronto, y éste terminará como un saco de carne tan rápido como se mostró.
-Pensé que nos tomaría más tiempo
Dijo Kazuma algo indiferente al ver el cadáver del animal.
- Le dije que no era tan complicado como parecía.
Contestó el albino cerciorándose de que el animal estuviera realmente muerto.
-Ver para creer
Dijo secamente Kazuma antes de continuar el camino a través del bosque, hacia la sección más profunda y más densa de este, dónde estaría el último oso de un golpe del lugar.
- Vaya... este es más grande que los anteriores.
Dijo el albino mientras veía al último oso que les estaba rugiendo y se preparaba para asestar contra ellos.
- Este si necesita un ataque más letal.
Mientras sacaba su katana y se preparaba para recibir al animal con una tajada, Kano sintió peligro inminente llegando de uno de sus flancos.
El albino silenciosamente se preparó para interceptar el ataque antes de que fuera demasiado tarde.
-¡Mierda! ¡E-Está aquí! ¡H-Huye mientras puedas Kano!
Aunque Kazuma no fue capaz de mantener la compostura como su pupilo de otra dimensión, pues tomó su Katana entre manos temblando, al ver la imagen de cierta asesina a punto de apuñalar a Kano por la espalda.
Los había estado siguiendo poco después de que mataran al segundo oso de un golpe. Tan solo esperando como una víbora el momento indicado para matar a su presa.
- ¿Atacar por la espalda? No me sorprende de ustedes.
Dijo el albino mientras sostenía con la mano desnuda la cuchilla que Adalia trató de clavarle hace unos momentos.
-...
Adalia no respondió, ni tampoco pareció impresionada por esa hazaña, en cambio soltó la daga y de un salto regresó a la penumbra del bosque, dónde mejor se desempeñaba para realizar su trabajo.
- Kazuma-sama, no se aleje de la luz.
Le indicó el albino mientras ambos se cubrían espalda con espalda.
Ambos sintieron cómo su detección de enemigos se activaba en un único punto, el cual lentamente giraba alrededor de ellos.
Una, dos, tres, cuatro, cinco... quince, veinte.... dio tantas que Kazuma dejó de verle caso a contarlas.
Entonces simplemente su detección dejó de funcionar, y esperaron algún otro ataque sorpresa viniendo de la penumbra del bosque, o el momento exacto en que se activase tan solo para revelar la dirección en la cual iría una daga volando hacia ellos.
Pero pasó un tenso minuto, después dos, después tres... dónde el único sonido que escucharon fue el suave susurro del viento, y el crujir de alguna rama en el horizonte.
De todos los desenlaces, el que menos imaginó Kazuma fue que esa loca impulsiva hiciera algo digno de un asesino: Esperar el momento indicado y atacar.
- Está esperando que no haya ningún tipo de luz para atacar, astuta...
-¿T-Tienes visión nocturna, cierto Kano?
- La tengo, pero ese no es el verdadero problema.
Contestó el albino, aún al pendiente de cualquier movimiento de su perseguidora.
- Ella es más rápida que yo, y desconozco que otro tipo de habilidades posea.
-Maldita sea... esa mujer ya me mató una vez, de hecho yo morí indirectamente... como sea, ella está loca... ¡Me torturó rompiéndome los huesos! ¡No volveré a caer en sus garras! ¿Alguna idea Kano?
- Ninguna que sea segura para usted.
Dijo el enmascarado algo frustrado, mientras apretaba con fuerza el mango de su espada.
- Si tan solo pudiéramos provocarla de alguna manera...
-¡Eso es! ¡Gran idea Kano!
Kazuma entonces recordó aquella vez que perdió el control con Aqua dónde básicamente le echaba la culpa de todos sus problemas a ella.
-¡H-Hey! ¡Tú la rubia demente! ¡Apuesto a que adoras tenernos bajo tus garras ahora que estamos vulnerables! ¡Después de todo tu padre también era un hijo de puta! ¿¡Verdad?!
Kazuma se alejó un poco de Kano, poniéndolo tenso.
-¡Vamos sal de ahí! ¡¿O acaso tienes miedo de que te demos una lección?! ¿¡Acaso no eres la "número uno" y esas mierdas?! ¡Oh ya sé! ¡Es porque eres una maldita cobarde infantil! ¡Solo abusas de aquellos más débiles que tú!
Kazuma gritaba en todas direcciones con la esperanza de que su rostro en combinación de sus insultos golpeara algún nervio suyo.
-¡¿Hola?! ¿¡Me escuchas?! ¡Porque parece que alguien se quedó muda! ¡¿No que tenías muchas cosas de las que hablar conmigo?! ¡Aún recuerdo lo mucho que me odiaste tan solo con mencionar que soy japonés! ¡Quiero contarte algunas cosas!
Al ver una falta de reacción, Kazuma decidió que tendría que ser más... despreciable.
-¡¿Sabías que manipulé todo este tiempo a Aqua y seguiré haciéndolo hasta que sea incapaz de negarse a lo que sea?! ¿¡Que tengo planes para deshacerme de Megumin y nadie nunca vuelva a saber de ella?! ¡O lo mucho que me encantaría ponerle un collar de esclavo a Darkness y pasearla por el pueblo mostrando que es de mi propiedad! ¡Maldita sea, ya puedo verme logrando todos mis objetivos!
- Kazuma-sama...
El albino se encontraba atónito; no podía creer las palabras que estaban saliendo de la boca de su maestro, pero trató de confiar en que todo era parte del plan.
Kazuma por su lado empezaba a desesperarse, estaba empezando a rozar apenas lo menos despreciable de sus ideas y Kano ya lo miraba con otros ojos. Pero todo era por hacerla enojar y con algo de esperanza exponerla.
-¡Oh! ¡Y aún no entro en detalles sobre Yunyun! ¡Tan linda e inocente Yunyun!
Ahora más pálido y asqueado, el albino no pudo evitar entrometerse en las declaraciones de su maestro.
- Satou Kazuma-sama, está yendo demasiado lejos...
Kazuma ignoró a Kano que según escuchaba quería vomitar. Pero poco importaba siempre que saliera vivo de esta.
Así, usando la artillería pesada, Kazuma comenzó su discurso digno de un villano de anime.
-¡Joder! ¡¿Por dónde empezar con ella?! ¡Esos muslos blancos que su falda apenas cubre, su pecho sobredesarrollado para una niña de 14 años! ¡Esa tímida mirada que siempre que la mira grita "¡Aquí estoy, ven por mí! ¿¡Qué no ves que estoy esperando a que me tomes?!"
Usando de personaje a alguien con gusto por las menores de edad, Kazuma empezó a contar la historia de un hentai bastante infame de Japón cuya protagonista tenía una personalidad demasiado parecida a Yunyun.
No se guardó ningún detalle e incluso agregó algunos toques propios para que fuera más "realista" y esa chica Adalia quizá se sintiera identificada con algunos de ellos.
Narró con tal devoción y una actuación tan acorde a alguien de lo más degenerado, que en cierto punto Kazuma habló más de forma improvisada por el final, pero sin perder la esencia del bastardo que le arruinó a la chica del hentai, y cuyo final fue tan malo, que el autor acabó siendo doxxeado y borró el final para cambiarlo más tarde bajo amenazas de muerte de sus fans.
Desafortunadamente Kazuma fue uno de los que logró descargarlo antes de su eliminación, pues la historia le asqueaba tanto como le fascinaba.
Sin darse cuenta, una hora entera llena de detalles gráficos de obscenidades que nunca deberían ser mencionadas en primer lugar, pasó hasta que finalmente terminó su perversa fantasía sexual.
-.... Si tan solo pudiera llevar a cabo tales cosas con Yunyun...
Kazuma acabó llevándose la mano al corazón de forma dramática, esperando a que Adalia saliera furiosa de algún arbusto a apuñalarlo y Kano la derrota de una vez por todas.
-.... ¿Hola?
Kazuma abrió los ojos luego de unos segundos al notar que nada sucedía.
Si tan solo hubiera sabido que Adalia había sido entrenada para tales situaciones, simplemente al taparse los oídos y esperar a que el tipo acabase con su monólogo.
-¿Eh? ¿Nada? Vaya.... creo que subestimé los nervios de esa mujer...
- Por favor... dígame que todo eso fue solo actuación...
Dijo Kano que tenía una expresión de preocupación, asco, y varios otros sentimientos negativos que sorpresivamente estaban siendo bien controlados para no perder la compostura.
- Las chicas, Yunyun... ¿Cómo podré mirarlas a los ojos al volver? ¿Debería hacer Seppuku?
Viendo su propia espada, Kano estaba apreciando la posibilidad de abrir su propio vientre.
-¿Eh? ¿De qué hablas Kano? ¿Por qué te vas hasta el extremo? ¡Obviamente todo fue mentira! ¿¡En serio me crees tan enfermo como hacerle a la inocente Yunyun un octavo de todo lo que dije?!
Kazuma miró algo molesto y decepcionado al albino. ¿Tan débil era mentalmente?
- Tiene una colección de ropa interior femenina que llama "su tesoro" o "reliquia familiar"...
Dijo Kano viéndolo con una mirada juzgadora.
- Trato de entrenar a Chomusuke para juntar la ropa interior de Megumin, la princesa lo llama "onii-sama", ideó una forma de espiar en los onsen con "Lurk", ¿Debo seguir?
A pesar de todas las acusaciones obviamente infundamentadas y claramente con intenciones meramente difamatorias hacia Kazuma, de todo lo anterior, Kazuma únicamente le puso atención al detalle de la princesa de Belzerg.
-¿¡Logré que la princesa me llame "Onii-sama"?! ¡Genial! ¡Como se esperaba de mí!
Al ver que la mirada de Kano arrugandose, Kazuma rectificó su reacción.
-Q-Quiero decir... j-jamás haría nada de eso, ¡Lo juro por mi queridísima madre que siempre amé y respeté en Japón!
Kazuma trató de evitar que la única persona que lo miraba con sincera admiración lo viera como escoria al igual que el resto del mundo.
- Tendré que llevarlo con los Druidas para que purifiquen su depravación, cuando hayamos sobrevivido a esto.
-¿¡Ah?! ¿¡Purificar?! ¿Enserio crees que necesito de eso? Me encuentro en perfecto estado, y cómo te lo había dicho, ¡Es solo una historia! Jamás le haría nada de eso que conté a Yunyun
Kazuma replicó enojado a Kano por verlo cómo un drogadicto necesitado de rehabilitación.
- No se preocupe Kazuma-sama, los druidas tienen una muy efectiva técnica para calmar los deseos mundanos. ¿Podrá aguantar unas semanas de ayuno siendo apaleado?
Pregunto el albino con una sonrisa muy serena, como si hablara de algo que fuera un hecho.
-¿¡Acaso te parezco Darkn-?!
Antes de que Kazuma terminara de hablar, una daga salió del bosque a toda velocidad en dirección a su estómago.
Kano atrapó en el aire la cuchilla con sus dedos, que quedó a escasos centímetros del estómago de su maestro.
- No se distraiga.
Kazuma miró pálido como esa daga con una cuchilla del largo de su antebrazo a punto de perforar su piel.
-P-Pensé que eras tú el único al que quería lastimar...
Kazuma miró al bosque, sintiendo cómo esa intención hostil se desvanecía de nuevo.
- No somos los únicos que pensaron en la idea de alterar a nuestro enemigo.
Dijo Kano agudizando su mirada hacia los alrededores del bosque, queriendo que su mirada le llegara a su perseguidora por hacer un ataque tan cobarde.
-.... Siento que solo quería desquitarse conmigo, pero esa también es una buena observación Kano
-_-_-_-_-_-_-
Kazuma miró por todos lados en busca de alguna señal de esa demente, aunque solo pudo apreciar cómo el cielo se teñía de naranja con cada minuto que pasaba.
-.... Kano, respóndeme una cosa
Dijo Kazuma bastante consternado.
- Dígame.
Respondió el albino, sin quitar su mirada de los alrededores.
-¿Qué haremos cuando sea de noche...?
Preguntó con una mirada de desesperación.
Era más que obvio que ella estaba esperando a que todo lo que pudieran ver fuera la inmensa oscuridad de la noche, aunque tenían su visión nocturna, esta no era perfecta y mucho menos infalible, al menos en el caso de Kazuma.
Además, él ni siquiera era buen luchador, él era un estratega.
-Espera... ¡Eso es!
Kazuma finalmente se dio cuenta de que quizás tendrían una oportunidad.
-¡Kano!
- ¿Sí?
-¿Confías en mí?
Kano pensó un momento la situación; confiaba en su maestro, pero los acontecimientos más recientes le hicieron pensar si estaría en facultades para idear un buen plan. Al final, enterró esas inquietudes en lo profundo de su mente y siguió.
- Lo hago Kazuma-sama, ¿Cuál es el plan ahora?
Kazuma pensó por unos segundos la mejor opción de acuerdo a las circunstancias.
Si había algo claro en todo el asunto, es que haber ido solos al bosque en definitiva fue una pésima idea, así que lo mejor que podría pensar Kazuma para protegerse, era llamar la atención del pueblo y quizás, solo quizás se iría sin perder ninguna extremidad o algún órgano vital en el proceso.
-Tenemos que quemar el bosque...
Kazuma susurró, cubriéndose la boca en caso de que su enemiga pudiera leer los labios.
-¿Puedes hacerlo Kano?
El albino se vio algo consternado por la sugerencia de su maestro, pero pensándolo bien, quemar los alrededores era la manera más efectiva de que su enemigo saliera, o por otro lado, darles tiempo suficiente para escapar como una distracción.
El bosque es sólo hogar de monstruos, y aunque se quemara en gran parte, la naturaleza haría que se recuperara tarde o temprano; además, el pueblo estaba a una distancia segura de este, no habría daño colateral para aventureros o aldeanos.
- Puedo hacerlo, ¿Pero está realmente seguro Kazuma-sama?
Ante la pregunta de Kano, Kazuma se quedó en silencio un momento.
-No... pero no tenemos otra opción... ¿O tienes una mejor idea Kano?
Preguntó Kazuma algo esperanzado al albino.
- Para esta demente, no.
-Si... en realidad yo tampoco, así que haremos esto. Cuando todo empiece a arder, vayamos corriendo hacia el pueblo, haz todo el escándalo que puedas, mientras más llamativo mejor, ¿De acuerdo?
- Entendido.
-Entonces haz que arda a mi señal Kano.
El dúo se preparó para correr en dirección a Axel, pero tal cambio en su comportamiento no pasó desapercibido.
Adalia por su parte comenzó a sacar varias dagas de tus bolsillos preparándose para la masacre que se acercaba.
-¡AHORA KANO! ¡HAZLO!
Kazuma dio la señal y comenzó a correr.
- ¡¡Inferno!!*
Mientras seguía detrás de Kazuma, el albino mando el hechizo más poderoso de fuego todas las direcciones que fuera posible, tratando de que consumieran una gran parte del bosque y que con suerte, le dieran a la asesina que los acechaba.
"Predecible". Fue el único pensamiento de la susodicha al ver cómo intentaban incendiar todo.
Podían pedir cuanta ayuda quisieran, llamar la atención de todo el mundo e incluso a atreverse a enfrentarla. No le importaba nada de eso mientras ese maldito albino no se escapara... al menos no sin perder antes una o dos extremidades.
-¿¡?!
En cámara lenta, Kazuma sintió su habilidad dispararse en un instante. Vio cómo del fuego, salió esa figura encapuchada con una daga en su mano, mientras que con la otra lanzaba la restante en su dirección.
- ¡Cuidado!
Gritó el albino al ver el inminente ataque.
Sin dudar ni un segundo en anteponer la seguridad de su maestro antes que la suya, con una velocidad que ni él creyó ser posible, logró agarrar la daga que iba en dirección hacia Kazuma, pero debido a la potencia del lanzamiento. Requirió más que solo detenerla con sus dedos, Kano tuvo que agarrarla cómo si del mango de una espada se tratara.
- ¡Kgh_! ¡Carajo!
Sin perder el ritmo, aprovechándose de la velocidad de su oponente para usarla en su contra, Kano se las arregló con su mano restante para desviar la trayectoria de Adalia, al lanzarle un golpe hacia su estómago con la intención de hacerla girar perdiendo el equilibrio, más que de lastimarla.
Sin embargo, Adalia quién estaba más que acostumbrada a dar vueltas en el aire, aprovechó el momento para lanzarle su daga al albino en dónde se encontraba su corazón.
- Slang~*
Sin mucho magulleo, el enmascarado se desplomó en el suelo, mientras permanecía inerte en este.
Adalia chocó contra un árbol, pero cayó sobre sus dos piernas.
Adalia miró complacida al cadáver ahora inerte sujeto que caía en su etiqueta mental de "Japonés". Como todos los demás antes de él pensó ser capaz de escapar, solo para terminar igual de muerto que todos los demás.
Una vez terminó de observar a Kano, Adalia fijó su vista en el castaño que escapaba en medio del bosque en llamas.
Esta vez ella podría interrogarlo a gusto, e incluso el Sir tendría que admitir que fue necesario ser un poco más "duro" con él, al haber ayudado a un enemigo a ocultarse y escapar de ellos.
Adalia se posicionó entonces como haría un atleta olímpico en carrera de 100 metros, y de un salto se abalanzó contra Satou Kazuma.
- ¡¡Mierdaaaa!!
O eso se suponía....
Tomándola de una pierna, el albino que se suponía había muerto por el ataque, ahora la devolvió a la tierra de un jalón, mientras intentaba retenerla con una llave al cuello.
- A la próxima, cerciorate que tu víctima no respire, maldita amateur.
-¡NGHHHHHHH!
Con el albino encima suyo usando ambos brazos para agarrarla del cuello y de la boca, lo que más la enfadó no fue el hecho de estar a su merced o que ese tipo siguiera con vida.
Sin embargo... ser llamada Amateur a este punto.
*CRUNCH*
Sin dudarlo, Adalia abrió la boca para morder el brazo que la retenía, y haciendo aparecer su daga en su mano izquierda, apuñaló la pierna del albino para luego hacer girar la daga y que se clavara aún más profundamente.
- ¡¡Aghh!! ¡Hija de p_!
Sin perder el tiempo, Adalia dio otro mordisco al albino con la intención de exponer el hueso, mientras tanto hizo aparecer otra daga en su mano derecha y apuñar en la sección del abdomen.
- ¡Corra Kazuma-sama! ¡¡CORRAA!!
Ante la escena de esa demente sanguinaria desgarrando la carne de su retenedor con furia, Kazuma salió corriendo de ese lugar con todas sus fuerzas.
-¡HMPHHHHH!
Adalia continuó masticando el brazo de Kano sin remordimiento, cuando algo se desprendía, lo devoraba para ganar más espacio, cuando la sangre salpicaba, no dudaba en beber hasta la última gota.
Pero al ver su resistencia sobrehumana a la pérdida de sangre, Adalia hizo aparecer otras dos dagas para apuñalar repetidamente a Kano en el abdomen y en las piernas.
El albino, con un gran dolor en el cuerpo, intentó como pudo sofocar a su contrincante con lo que le restaba de brazo; recurrió a toda la fuerza que tenía para al menos ver si su respiración se entrecortaba.
Lamentablemente para Kano, Adalia había tenido un entrenamiento de resistencia extremo, por más que la hubiera tomado por sorpresa, ella aguantaría lo suficiente para verlo morir desangrado en caso de antes no habérselo comido vivo.
*CRUNCH*
Adalia que finalmente había expuesto el hueso, empezó a aplicar tanta presión cómo pudo con su mandíbula, con el fin de romperlo, y haciendo lo mismo con sus dagas, hizo lo posible para perforar cuanto fuera posible dentro del cuerpo de Kano.
El enmascarado ya no pudo soportar más, así que cuando se cercioró de que su maestro ya no estaba cerca, tomó a la rubia caníbal homicida de un brazo y la arrojó tan lejos como pudo.
- Ugh... Mierda, maldita wendigo...
Kano veía el daño que le había hecho Adalia, como había llegado al cúbito y radio de su antebrazo, incluso llegando a romper uno de estos. Hizo lo que pudo para curarse con alquimia, uniendo el hueso y restaurando el músculo desgarrado.
Pero solo fueron unos segundos de descanso antes de que un árbol en llamas fuera lanzado en su dirección a toda velocidad.
- ¡Mierd_!
Frenando el ataque, con el brazo que estaba sano, el albino desenvainó su katana y partió por la mitad el tronco.
-¡MUEREEEEE!
No fue el único árbol lanzado en su contra, Adalia que no quería desperdiciar más dagas entonces tomó todo árbol en llamas a su alcance y los tiró contra el albino.
- ¡No soy una diana de tiro lunática!
Haciendo caso omiso a las amables palabras del japonés, Adalia siguió lanzándole troncos, pero ahora también incorporó piedras a sus ataques, para dificultar su tarea de salir vivo a Kano.
El albino solo se podía limitar a esquivar, cortar los troncos por la mitad, o aprovechar los escasos segundos entre ataque y ataque para curar sus heridas.
Tal detalle no fue pasado por alto por Adalia. Nuevamente se había confiado al pensar que su enemigo estaba muerto, y ahora que veía más detenidamente las habilidades de su objetivo, le quedaba claro que era de los que se regeneran.
Así no queriendo darle más tiempo para curarse, lanzó un último tronco en llamas antes de lanzarse contra Kano sin ninguna arma en manos, y apuntando a la cabeza.
Tratando de volver a cortar el ultimo tronco, el albino no reaccionó a tiempo y ya tenía en frente a la rubia demente con los ojos inyectados de sangre.
Kano apenas pudo esquivar la daga que Adalia hizo aparecer de último minuto, la cual tenía la intención de perforar su cráneo a través de la oreja, para su suerte solamente terminó con la mejilla cortada.
Aunque no fue el único daño recibido, pues Adalia usando su cuerpo cómo punto de apoyo, Kano terminó con las piernas de la asesina golpeando sus costillas antes de ir en otra dirección.
Resistiendo el impacto del golpe, Kano no retrocedió de su posición, pero en cambio tuvo que soportar que varias costillas se rompieran por esa patada. Tuvo que poner un esfuerzo enorme para no caer de rodillas.
La molestia ya estaba empezando a ser visible en Kano, así que empezó a contraatacar.
- ¡Blade of wind! ¡Blade of wind!...*
Lo que parecían ser ataques de aire en forma de cuchillas fueron dirigidos hacia Adalia.
La asesina por su parte retomó de nuevo su carrera contra Kano, esquivando sin muchos problemas las dagas aéreas en su contra, guardando todas sus armas para concentrarse únicamente en usarlas una vez el enemigo estuviera a su alcance.
- ¡Cursed Lightning!*
Ahora el albino invocó un relámpago negro que buscaba asestar contra su oponente.
-¡!
Detuvo su avance un momento, en cambio concentró todas sus fuerzas para esquivar el rayo, y de paso iría al bosque por algunas piedras para contraatacar a distancia.
Y así, inició otra oleada de ataques, contraataques, evasión y confrontación.
Aunque a diferencia de lo esperado, un combate no siempre resulta ser épico para los involucrados, mucho menos para los espectadores.
-2 horas más tarde-
- ¿Por qué estas cosas siempre me pasan a mí?
A pesar de haber pasado ya 2 horas desde su combate a muerte, ninguno de los dos contrincantes daba señales de ceder pronto, aunque el cansancio comenzaba a acumularse.
Adalia conservaba su velocidad, pero no la frecuencia de sus ataques, al igual que Kano que cada vez esperaba más antes de usar algún hechizo.
El enfrentamiento ahora se reducía a una simple batalla de resistencia.
Incluso el bosque había dejado de quemarse, pero para la desgracia de Kano, Adalia ahora tenía un mayor margen para atacar sigilosamente.
¿Qué haría el albino para salir vivo? ¿Qué haría Adalia para ganar?
- ¡Kgh_! ¡AHHH!
Más pronto que tarde, el delicado equilibrio entre atacar y esquivar fue roto. Adalia logró escabullirse y atacar a Kano por la espalda, atacando con la intención de perforar el pulmón del albino con su daga.
-¡TCH!
Sin embargo, esta vez por el cansancio Adalia no logró esquivar la respuesta del albino, en forma de una de las dagas con las que Kano había sido apuñalado previamente, ahora clavada en su muslo izquierdo
Rápidamente ella se retiró de un salto, sin embargo ahora sus saltos serían ralentizados con el fin de no morir desangrada.
- Tuviste suerte... de todo lo que me haz hecho, eso solo es una pequeña part_
El sarcasmo de Kano fue respondido con una piedra lanzada a la velocidad de una bala contra su boca. La cual esquivó de último minuto.
- ¿¡No puedes recibir ningún comentario sin querer asesinarme!?
Esta vez un tronco fue lanzado contra él por primera vez en una hora, intencionalmente delatando la ubicación de Adalia, que le dedicó una mirada de odio antes de nuevamente escabullirse.
- ¿En serio eres humana? He visto demonios que se controlan mejor que tú ni_
Kano guardó silencio por unos momentos, sin saber si se debía al agotamiento de la lucha o solamente a lo absurdo que ha sido todo su día desde que llegó a este mundo, pero una pregunta sin importancia quería salir.
- A todo esto, ¿Cómo te llamas rubia?
Fue una pregunta extraña hecha en un momento bastante inapropiado para Kano, sin embargo, ¿De verdad esperaba que le respondiera? ¿O fue un intento de hacer una conversación y hacerle bajar la guardia? Tal vez costumbre aprendida de sus maestros de otra dimensión.
¿Qué clase de oponente habla para empezar en medio de una batalla?
-....
Silencio fue la respuesta que obtuvo Kano, ¿Qué más se le habría respondido?
- Vaya que eres alguien amigable... ¿Está bien si te pongo un apodo? Qué te parece... ¡Kiiro! No, muy obvio por tu cabello... ¿Oshaberi?
Por las características físicas o rasgos faciales muy sutiles que Adalia había mostrado hasta ahora, Kano estaba poniéndole nombres japoneses al azar.
Y por primera vez desde su primer encuentro, detectar enemigos empezaba a parpadear, pero rápidamente la asesina se movía para no revelar su ubicación.
Sintiendo que algo cambió, Kano puso sus manos en la tierra y empezó a soltar mana en este; con alquimia manipuló el suelo bajo ellos, y empezaron a surgir pilares de piedra al azar por el terreno.
- ¿Qué tal Naifu? No, muy agresivo... ¿Entiendes el significado de estos nombres?
Ahora sin la intención de ser discreta, Kano sintió cómo Adalia se movía entre el terreno en dirección hacia él.
Adalia le había soportado muchas cosas al albino, pero esto no era algo que iba a tolerarle en lo más mínimo.
Mataría a ese sujeto de la forma más dolorosa posible, si es dejarlo hecho un muñón de carne era insuficiente para cerrar esa gran boca suya.
- ¡Jajaja! Si los entiendes, pero esa reacción...
Kano se preparaba con su katana para el ataque de Adalia; enterró profundamente sus pies en la tierra y mejoró su postura para realizar una tajada en cualquier dirección en la que llegase.
- ...cuanto odio cargas...
De todo lo que había dicho Kazuma, nada surtió efecto para provocarla, pero unas simples palabras en japonés la alteraron más de lo que Kano pensó. El ya tenía sus propias teorías de que ella pudiera ser una reencarnada o bien descendiente de uno; y por algún motivo, con mucho resentimiento hacia estos.
Mientras tanto, Adalia se acercaba con pocos pero firmes pasos hacia dónde estaba Kano, acumulando piedras de camino a él que usaría como metralla.
Viendo las obvias intenciones de su oponente, que ya no controlaba su compostura, Kano decidió invocar un domo de piedra para resguardarse del ataque que estaba por venir, y si era lo suficientemente resistente, curar aunque fuera un poco las heridas que le ocasionó.
Al ver que se escondía en un domo de piedra como una tortuga asustadiza, Adalia sonrió para sí misma, ya podía imaginarse el cuerpo roto por los golpes y puñaladas que le impartiría con gran gozo a su enemigo.
*Crack*
Sus piernas estaban cansadas más no sus brazos, así que sin dudarlo, al estar enfrente de aquella pared, le dio un buen golpe que en el primer intento lo hizo crujir.
Intentando no preocuparse por el "crack" de hace un momento, el albino se dispuso a sentarse en el suelo, mientras intentaba despejar su mente y meditar, para así junto con sus habilidades, poder sanar. Cerró los ojos y empezó a dejarse llevar por su propio inconsciente.
*CRACK*
Otro golpe, otro daño a la estructura, Adalia entonces se dio cuenta que en lugar de enfrentarla, había decidido ir a la defensiva, no por cobardía, sino porque necesitaba curarse.
*CRACK* *CRACK*
No podía permitirlo, no lo dejaría, no dejaría ir otra oportunidad de que alguien más saliera impune mientras ella sangraba.
*CRACK* *CRACK* *CRACK*
Por la ira que sentía, no desaprovechó el impulso en su cuerpo, y aún si implicase lastimarse a sí misma, no bajaría el ritmo, en cambio lo aumentaría.
*CRACK* *CRACK* *CRACK* *CRACK* *CRACK* *CRACK* *CRACK*
El albino a pesar del peligro inminente, permanecía tranquilo, confiaba en su magia y habilidades, sabía que pronto se recuperaría, la enfrentaría y ganaría.
Desafortunadamente... la ira explosiva de la asesina fue más poderosa que la calma apaciguante de Kano.
*CRACK*
-¡¡¡¡¡MI NOMBRE ES ADALIA, DESGRACIADO DEMONIO ALBINO!!!!!
- ¿¡Kgha_!? cof, cof...
Adalia había logrado atravesar el domo de Kano, y ahora tenía su mano justo en el cuello del albino, mientras la apretaba con fuerza clavando sus uñas sin que el enmascarado pudiera soltarse de su agarre.
-¡GHAAAAAA!
Y en un brusco movimiento, sacó a la fuerza el cuerpo de Kano de aquel domo, causándole gran daño.
- M-mucho gus_to.... Carajo, no siento el rostro.
Dijo el malherido albino, mientras intentaba ponerse nuevamente de pie.
-¿¡ENSERIO?! ¡DÉJAME AYUDARTE ENTONCES!
Amablemente, Adalia procedió a darle un instantáneo masaje facial con ayuda de sus puños, en especial de sus nudillos, el cual de no haber sido por el fuerte agarre por el que era conocida, seguramente Kano se habría lastimado el cuello al caer por accidente al piso.
- ¿¡Qué tipo de maldita ayuda es esa?!
Exclamó Kano mientras detenía el puño de Adalia antes de que le propinara otro golpe; se dio cuenta que detrás de la máscara, tanto la nariz como de las comisuras labiales, estaba escurriendo sangre.
Viendo que el albino no estaba satisfecho con el tratamiento facial, decidió que sería mejor darle el tratamiento de cuerpo completo, quizás así finalmente se callaría un rato y dejaría de hacer comentarios sarcásticos.
-¡LA NECESARIA PARA QUE CIERRES TU MALDITA BOCA AHORA Y PARA SIEMPRE!
Con ayuda de su cuerpo y su fuerza, impactó a Kano contra el suelo, una y otra vez, sin importarle cuánta resistencia pusiera el albino.
Pronto todo acabaría, pronto se callaría y pronto despacharía a un japonés más de la faz de la tierra.
- Si... tu idea era un masaje... dejame decir que fue uno pésimo...
Dijo el albino mientras dejaba salir una sonrisa pícara.
-¿¡Y QUÉ TAL UN POCO DE ACUPUNTURA?!
Dijo Adalia al materializar su daga en la mano libre, respondiéndole con un intento de sonrisa amable que curiosamente le dio un aspecto más psicópata que cuando estaba enojada.
- ¡¡No creo que estés capacitada!! ¡¡SUÉLTAMEEEEE!!
Dijo el albino mientras forcejeaba con Adalia para que no pudiera clavar la cuchilla en su cuerpo.
Cambiando su semblante de uno "agradable" a uno más oscuro, Adalia respondió con secamente.
-No te preocupes... practiqué con centenares antes que tú....
Y sin dejar de mirarlo a los ojos, apuñaló su costado derecho.
-¡AHORA CALLA Y MUERE! ¡DESGRACIADO! ¡DESGRACIADO! ¡DESGRACIADO! ¡DESGRACIADO! ¡DESGRACIADO!
- ¡¡AGHHHH!! ¡¡MALDITAAA!!
Con cada puñalada, el albino se retorcía de dolor, pero le era imposible moverse por la monstruosa fuerza de Adalia; sentía como corría su sangre y al mismo tiempo el frío y la debilidad por la pérdida de esta.
-¿Qué sucede? ¿Acaso te sientes mal? ¿Por qué ya no dices nada? ¿Acaso el kobold te comió la lengua?
Con malicia en sus palabras, ahora Adalia trató de sacarle conversación al albino al ver cómo poco a poco sus fuerzas se desvanecía.
Por fin se estaba comportando como él único tipo de Japonés que toleraba, estáticos, pálidos y de preferencia con la mirada perdida en el horizonte no sin antes haber sufrido un gran dolor que distorsionaría sus rostros en un último recordatorio de que ellos jamás fueron los más poderosos ni peligrosos del lugar.
- Cof, cof... Algunos kobolds son vegetarianos de donde vengo
Dijo Kano ya sin muchas fuerzas, ni siquiera para articular bien sus palabras sin que tuviera que luchar por al menos agarrar un poco de aire, mientras tosía algo de sangre.
-Qué curioso, ¿Por qué no me cuentas un poco más de tu mundo? A cambio podría ayudarte con tu dolor, un simple corte y todo será negro, pacífico y sin más preocupaciones ni ahora ni nunca más...
Acercando su daga a su cuello, Adalia estaba tentada a apuñalarlo y acabar todo. Aunque lamentablemente tenía órdenes de llevarlo vivo de ser posible.
- No es tan diferente de este; las coles que llegan en temporada, los ataques del ejército del Rey Demonio, las tonterías de esas tres... cof, cof_
Adalia replegó ligeramente la daga, si lo que decía era cierto, además de que era más familiar de lo que le gustaría admitir, quizás el albino mostraría que realmente valía llevarlo vivo en lugar de muerto.
- ... ese buscapleitos, el princeso con su séquito, esa solitaria pero gentil maga, y ella... No los puedo dejar solos, aún no...
-...
Adalia no respondió a sus delirios, simplemente esperó a ver qué hacía a continuación.
Lo que dijo podría ser verdad, podría ser una mentira, después lo averiguaría... pero en el fondo sabía que ese tono de voz melancólico no era algo que se pudiera fingir, al menos no estando tan débil, sin mencionar que dado lo sanguinaria que se había comportado, dudaba que lo dijese tal solo para ganarse un poco de simpatía.
-....
Tanto tiempo pasó viendo y pensando en las acciones detrás de los delirios de su víctima, que no se había dado cuenta que este había perdido el conocimiento.
-.... Finalmente cedió
Adalia simplemente hizo desaparecer su daga, y confirmando con su habilidad que siguiese vivo, y que no fingiera nuevamente perder el conocimiento. Fue que puso al albino en su espalda, y de uno de sus bolsillos sacó una pluma dorada.
Era hora de reportarse y entregar al fugitivo....
-_-_-_-_-_-_-
-Horas antes-
-¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!
Cierto aventurero de ojos verdes con cabello castaño corría en dirección a Axel, a la vez que miraba de vez en cuando hacia atrás, solo para ver cómo el incendio del bosque parecía avivarse más y más.
-¡A-Ayuda!
Gritó en cuanto estuvo lo suficientemente cerca del pueblo, sin embargo, no había guardias presentes en la entrada, pues todos habían sido llamados por el gremio de aventureros para organizarse y decidir cómo proceder ante el repentino incendio.
-¡¿Hay alguien aquí!? ¡Porque necesito ayud-!
-¡No digas nada!
Cierta chica gato entonces apareció por encima del muro, y gritó eso en cuanto lo vio.
La neko saltó y cayó sobre sus dos piernas, ante un confundido como enojado Kazuma.
-¿¡Cómo quieres que me quede callado?! ¡Literalmente esto es de vida o muert-!
Sin dudarlo, Cyrene puso su mano encima de su boca, y habló lenta pero severamente.
-Él piensa que queremos matarlo, en realidad estábamos hablando pacíficamente hasta que la ballesta de un arquero se activó, de inmediato contraatacó y terminó escapando.
Dejó pasar unos segundos para que Kazuma procesara la información.
-Queremos regresarlo a su hogar lo antes posible, pero su confianza en nosotros ya está rota. Tuvimos que mandarla a "ella" porque era la única capaz de hacerle frente a sujetos de su talla... no te mentiré, definitivamente sufrirá, pero es eso o dejarlo rondar libremente por el reino.... no parece malvado, pero tampoco podemos arriesgarnos, ¿Estás entendiendo esto Kazuma-san?
Kazuma asintió, aunque a pesar de la explicación, él seguía molesto con los del Sindicato.
¿Cómo podía estar seguro de que eso de la flecha era verdad? ¿En serio cometerían tal error?
-Vayamos a tu mansión, no podemos quedarnos aquí, yo iré por encima de las casas, tú regresa caminando... por favor no intentes nada, no compliques más la situación
Cyrene retiró su mano de su boca, dejando a Kazuma hablar.
-Bien, pero quiero respuestas... muchas respuestas...
-Y las tendrás... pero primero vayamos a tu mansión
Como se esperaría de una chica gato, Cyrene entonces con movimientos ágiles y rápidos, escaló la pared, mientras que Kazuma miró por última vez al bosque en llamas.
-Ugh... Kano, espero que estés bien.
Con una mirada sombría, Kazuma entró a Axel que estaba en pánico.
La gente había salido de sus hogares, aunque no se acercaban a la salida por miedo al fuego, todos hablaban mientras veían el humo y el color naranja de las llamas en el horizonte.
"¡Emergencia! ¡Emergencia! ¡Todos los aventureros capaces de levantar una espada en Axel deben ir al gremio de Aventureros! ¡Es importante que todos asistan a la reunión de emergencia!"
-Huh... supongo que debo ir....
Kazuma comentó algo inquieto.
Entonces cierta sombra llamó su atención, y cuando miró al origen, vio una silueta negra de ojos amarillos, la cual le hacía el gesto de "silencio".
-Si... lo sé...
Asintiendo ligeramente, Kazuma fue al gremio, pero esta vez no pudo quitarse la sensación de ser seguido por más que estuvo rodeado de personas.
-¡Creo que ya estamos todos! ¡Daré inicio al aviso!
Vi a Luna encima de una de las mesas, usando un papel al que le dio forma de megáfono, hablando con una mezcla de preocupación y miedo.
-¡Desconocemos el origen del incendio! ¡Si alguien pudiera darnos una pista estaríamos agradecidos!
La multitud de aventureros habló entre ellos, cada uno con sus propias teorías e ideas, pero nadie sabía realmente qué había sucedido.
- ¿Qué creen que haya sido?
Comentó un hombre en armadura.
- Debió ser un monstruo, ¿¡Un dragón!?
Una maga habló intentando poner su granito de arena.
- No seas idiota, ¿Qué haría un dragón en un pueblo de aventureros?
-¡Ya nos habría atacado!
-Los dragones adoran las cosas brillantes, ¿Pero prenderle fuego al bosque solo por placer? No me suena muy realista
Discutían algunos aventureros en el calor del bullicio.
- ¿Qué tal si un aventurero lo provocó?
Un tipo con aspecto de ladrón sugirió otra posibilidad
- Lo del dragón es más creíble, ¿¡Que clase de aventurero tendría el poder de quemar tanto terreno!?
Respondió el tipo de armadura de antes.
- ¡Tiene razón! Incluso entre los más experimentados, no hay nadie que pueda provocar semejante daño.
La maga volvió a aportar.
Kazuma mientras tanto, solo podía escuchar con una cara como tratando de reprimir su dolor.
Aquí estaba en la seguridad del gremio, mientras que Kano quién sabe qué tan mal la estaba pasando por culpa de esa asesina demente.
Tan solo un grito de ayuda... y seguramente el gremio entero se pondría de su lado.
Pero... cierta mirada intensa le recordaba porque seguía con la boca cerrada.
Luna y el personal que escuchaban atentamente a las personas con las ideas más probables, suspiraron al ver que simplemente nadie tenía idea de lo que realmente había pasado.
-Sigh... parece que tendremos que esperar...
Luna suspiró diciendo eso al aire, antes de tomar su megáfono nuevamente para hablar.
-¡Ya que las razones del incendio aún son desconocidas! ¡El gremio les pide a todos que esperen aquí y eviten acercarse al bosque! ¡Debemos organizarnos mejor en caso de que sea el ataque de algún monstruo agresivo o alguna pelea territorial!
La multitud parecía intranquila, así que luego de que Luna hablara con su personal, dio otro anuncio.
–¡N-No es necesario esperar dentro del gremio! ¡Sin embargo les pedimos a todos que estén atentos a algún peligro o aviso!
Algunas personas parecieron discutir, antes de que un pequeño grupo decidiera salir del lugar.
Kazuma sin dudarlo se coló en el grupo que había salido del gremio y fue camino a su mansión, mientras veía una sombra sobre los techos siguiéndolo de cerca.
-Al fin en casa...
Sin dudarlo se acercó al sofá y se dejó caer en este.
Cerró los ojos unos segundos antes de que una voz lo llamara, haciéndole recordar la razón por la que estaba aquí.
-¿Qué es lo que quieres saber? ¿Kazuma-san?
-¿Podrías darme un momento? Necesito procesar lo que acaba de pasar....
Kazuma llevó sus manos a su cara, y reprimió el impulso de gritar.
Hace poco más de una hora, un tipo albino llamado Kano llegó a su casa por ayuda.
Charlaron un rato, y, ¡Oh, sorpresa! ¡Los del Sindicato lo estaban persiguiendo!
Pero como si eso no fuera suficiente, ¡Esa mujer demente fue enviada para ir tras Kano! ¡Y para colmo volvió a tratar de matarlo!
Ahora que había escapado, la neko que vivía en su techo como si fuera una gata callejera, le había pedido que se quedara callado y no pidiera ayuda.
¿¡Cómo se suponía que debía sentirse ahora?!
-¡GHAAA! ¡NO DE NUEVO!
-¿Ah?
Kazuma abrió los ojos y vio cómo Chomusuke que siempre era tan dócil y tranquila, al parecer se había abalanzado contra la cara de la neko con toda la intención de lastimarla.
–¡NYYYYAAAAAAAAAA!
-¡Q-QUÍTAMELA! ¡QUÍTAMELA! ¡M-MALDITA GATAAAAAA!
-Una pelea de gatas más tarde-
Luego de un minuto entero de jalar a Chomusuke, finalmente cedió, no sin antes dejar a Cyrene llena de rasguños en su cara, por no mencionar que sus manos por poco y teñían el piso de rojo por las heridas.
-¡Hisssss~!
Con una última advertencia, la gata se fue con la frente y cola en alto, casi como regodeándose de su victoria.
-¡¿Por qué rayos me odia tanto?! ¡Ni siquiera la amenacé o algo parecido! ¡Y mi cara arde como no tienes idea!
-L-Lo lamento, pero no es algo que pueda controlar...
Kazuma fue a la cocina por un pañuelo húmedo, pues al tener a Aqua cerca, era lo único que podía usar para tratarla en ese momento.
–A-Aquí tienes....
Arrebatándole el pedazo de tela, Cyrene hundió su cara en el trapo por unos largos segundos, haciendo que este se tiñese de un rojo oscuro bastante pronunciado.
-Recuérdame nunca acercarme de nuevo a esa cosa que llamas mascota
Dijo Cyrene en cuanto retiró la cara, sintiéndose un poco mejor.
-Es una promesa
Respondió Kazuma secamente.
-Dame un momento... no quiero terminar con una infección
-Tómate el tiempo el tiempo que necesites
Kazuma volvió al sofá, viendo como la neko pasaba la parte menos roja del trapo en sus muñecas, hasta que la sangre dejó de fluir lo suficiente para dejarla así.
-Con esto bastará por ahora... ugh, ahora bien, ¿Qué es lo que quieres saber Kazuma-san?
Retomando un poco la seriedad del asunto, Cyrene preguntó sin rodeos a Kazuma sobre lo que estaba pasando.
-Mmm....
Ahora con la cabeza despejada, Kazuma pensó un momento qué debería preguntar primero.
-Bien... antes que nada, ¿Cómo es que trajeron a alguien de otro mundo? ¿Acaso están experimentando con portales o algo así?
Kazuma se preocupó por la posibilidad de que se desbloqueara la posibilidad de un multiverso y las cosas se complicasen aún más de lo actual.
-Eso es debido a que recientemente... despachamos a un Japonés problemático con una arma divina que parecía poder, "disparar" portales... así que estábamos probando sus límites, cuando en el primer intento "Kano" salió del portal
Cyrene respondió tranquilamente.
-Al parecer, no importa cómo o cuánto se use, el dispositivo emite el mismo portal, el mismo por el cual el "invitado" terminó aquí
-Ya veo... al menos podrá regresar a casa
Kazuma suspiró algo aliviado... hasta que recordó que él estaba peleando a muerte con una asesina.
-¿¡Qué pasa si acaba muerto?! ¡Esa demente seguramente lo confundirá con un Japonés! ¡Y nos odia a muerte!
Necesitaba saber eso o de lo contrario no podría estar tranquilo el resto de la conversación.
Cyrene cerró los ojos esperando que esta pregunta surgiera en algún momento.
-No morirá... es bastante resistente, y aunque "ella" los odie, tienes estrictas órdenes de llevarlo con vida al Sindicato... y puedes estar tranquilo sobre que obedecerá las indicaciones, sabe que no puede dejarse llevar a menos que... quiera arriesgarse a la terminemos "controlando"
Kazuma quería saber porque no la "controlaban" de una vez, pero por la forma que lo dijo, quizás era mejor no preguntar al respecto.
Y hablando de controlar...
-Ahora que lo mencionas... ¿Por qué no calmaron a Kano desde un inicio? ¿Qué no pudieron hacer eso? Él me dijo que todo lo que hizo fue en defensa propia....
Kazuma preguntó con desconfianza, pues a pesar de su relación con el Sindicato, todavía era posible alguna que otra mentira.
Cyrene se quedó en silencio un momento, pensando en lo que iba a responder.
-... Es verdad que hizo en defensa propia...
Comenzó la neko, mirando al suelo.
-Kano nos atacó de inmediato cuando una flecha fue lanzada hacia él... el Sir trató de explicar que todo fue un accidente, pero el capitán Idris decidió que ya era muy tarde para las negociaciones... así que ordenó el ataque...
La neko no levantó la mirada, en cambio dijo algo que no tenía nada que ver.
-L-Luego de haber sentido su presencia, ahora entiendo porque desobedeció una orden directa... e-ese sujeto no es normal.... no tienes idea del miedo que sentí cuando me descubrió...
Se abrazó a sí misma, recordando como tal presencia le hizo saber que de no ser por piedad, o lo que sea que tuviera en mente, ya estaría muerta.
-....
Kazuma entonces pensó un poco al respecto, ciertamente Kano nunca se mostró hostil cuando estuvo con él, al menos hacia él... pero para el resto de personas, quién sabe qué cosas debieron sentir cuando éste tuvo intenciones no tan amigables.
-Además... el hecho de que ese tipo siga vivo a este punto aún cuando la mandamos... dice mucho de lo capaz que es... así que creo que a este punto puedes entender nuestras preocupaciones sobre él... quizás no fuese alguien hostil en un inicio, pero ahora lo es....
-Entiendo...
Kazuma suspiró resignado comprendiendo un poco mejor la situación.
-Y todo por un malentendido...
-Lamentablemente así es Kazuma-san...
Ambos se quedaron en silencio un momento más.
-Solo nos queda esperar y que todo salga bien...
-Si... esperar...
Sin saber qué sucedería, la neko se quedó junto a Kazuma no tanto por sus heridas, sino que en caso... de que por alguna razón Kano lograse escapar de Adalia...
Quizás... estando junto a la persona que buscó antes que nadie, estaría segura...
-_-_-_-_-_-_-
Estaba cansado. Los ojos me pesaban y me sentía demasiado débil, apenas con fuerzas para mantenerme conciente, solo recuerdo ser apuñalado una y otra vez por esa demente...
Parece que al final mi cuerpo cedió, ya que no puedo moverme... Me sorprende porque sigo vivo; cuando mis párpados dejaron de pesarme y mi vista se acostumbró al entorno, noté que me encontraba en algún tipo de calabozo, y para mi "sorpresa" mi cadenera resultó también ser mi captora.
-¿Qué eres? Eres inmune a mi habilidad anti-regeneración y degradación, puedes curarte, la magia sagrada no te quema... incluso tu carne sabía diferente con cada mordisco que daba.
Adalia habló en cuanto vio que Kano abría los ojos.
Sabía que no era normal, incluso entre los sujetos que siempre cazaba, y el hecho de que siguiera vivo a pesar de todo el daño que le infringió, era la prueba de lo especial que era.
- Ugh... No quiero saber como es que conoces el sabor de la carne humana... pero es complicado.
-Tengo tiempo para escucharte, a menos que quieras que experimente contigo....
El albino al escuchar la declaración de Adalia, no pudo evitar reír.
- ¡Jajajaja! Ya fui rata de laboratorio, pero está bien... Ponte cómoda.
Adalia simplemente se quedó de pie, aún sosteniendo su daga sin siquiera cambiar su expresión facial.
- Oh no... Como quieras.
Dijo el albino de forma cansada, mientras articulaba algunas palabras.
- En resumidas cuentas, en parte soy humano, y en otra parte... una mezcla de otras cosas. No hay mucho que decir de eso.
-Eso explica el que sepas a armadillo, oso de un golpe y sapo gigante...
Adalia comentó sin dar más información o alguna opinión al respecto.
Era una lástima, esperaba más de él, y aunque le gustaría sacarle información, no estaba segura de tener suficiente tiempo para ello.
- Ni yo sabía que podría tener partes de esos monstruos, se aprende algo nuevo cada día, cof, cof*...
El dúo permaneció en silencio unos segundos, aunque a diferencia de la última vez, era simplemente porque no tenían tema de conversación.
A Adalia poco le interesaban sus objetivos más allá de la forma de asesinarlos... y en el caso de los Japoneses, determinar cómo contrarrestar a un sujeto con una reliquia divina...
Arma divina....
Adalia entonces se preguntó a sí misma, si el tipo era Japonés, ¿Dónde estaba su arma divina? O en todo caso, cuál era exactamente su habilidad.
-¿Acaso eres de esos invocados de otro mundo? No me queda del todo claro tu poder... o si es que usas una reliquia divina.
Preguntó la asesina sin pensarlo demasiado.
- ¿Un reencarnado? ¿Qué te hizo creer que_?
Kano se detuvo un momento antes de seguir hablando; muy pocos saben que los aventureros más poderosos vienen de otro mundo, y que en realidad las armas que portan son "reliquias divinas". Así que Adalia parecía saber muy bien quienes eran estas personas.
- Ya veo... pensaste que era Japonés...
-Por tu tono, veo que no lo eres... pero eso levanta más preguntas que respuestas... así que es mejor que me des más detalles sobre ti, a menos que quieras que volver a sufrir por mis manos.
Adalia dijo sin rodeos, mientras su expresión se ensombrecía ligeramente.
- Que pesada...
Comentó el albino antes de responder las preguntas de Adalia.
- No soy Japonés, pero uno de ellos fue mi maestro, un buen hombre. Me enseñó sobre la cultura de su tierra natal, y sobre sus demás compañeros que, al igual que él, fueron enviados a un mundo diferente del que provenían.
Explicaba Kano a la rubia que no soltaba ni un momento su cuchillo mientras lo escuchaba.
- Admito que la mayoría son unos idiotas, pero lo interesante es... que tú también los conoces, a un nivel muy personal...
El enmascarado hizo una pequeña pausa para ver la mirada irritada de su captora.
- ...no solo eso, les tienes un gran rencor.
-...
Adalia no dijo nada al respecto, era irritante que el albino tratara de jugar con ella en base a la información que había deducido.
Pero dos podían jugar al mismo tiempo.
-Así es.... y por tu parte, tienes un gran respeto por uno en particular... Uno al cual fuiste a visitar aún si implicaba cruzar la mitad de la nación...
Adalia sonrió muy ligeramente, tan ligeramente que Kano apenas podía contar eso como una sonrisa. Pero la razón era clara...
Darle a entender que si se lo proponía, podría lastimarlo de otras formas.
-¿Satou Kazuma se llama...?
Preguntó la asesina con sarcasmo desmedido en su voz, dejando en claro que sabía quién era la persona de la que Kano hablaba.
- Mucho cuidado pequeña...
Dijo el albino entre dientes, tratando de calmarse, ya que sabía que Adalia lo estaba provocando.
-¿Me dices que me cuide? ¿A mí? No sabía que te importara tanto... Desafortunadamente, eres tú quien debe cuidarse... enano...
Adalia replicó burlándose por la situación de Kano, el cual parecía aún no comprender por sus sentidos adormecidos.
- ¿Enano? ¿A qué mierda te ref_?
Adalia vio complacida el horror en la cara de Kano al éste ser incapaz de mover sus extremidades... por el simple hecho de que Kano...
No tenía extremidades.
Al ver que éste se regeneraba sin importar cuán dañado o cansado estuviese, Adalia no dudó en cortar sus miembros con el fin de asegurarse de que aún si despertaba, Kano fuera simplemente incapaz de escapar.
- Uff... uff... uf... hija de... ¡¡Khg_!! ¡¡AAAARRRGGHHHH!! ¡¡MALDITAA!!
Kano en un principio trató de guardar la calma, pero ahora siendo totalmente consciente de lo que había pasado, el dolor estaba invadiendo cada parte de su ser.
-¿Acaso vas a llorar? Pensé que no te importaría estar sin una que otra extremidad al ser tú capaz de regenerarte... ¿O acaso fue muy duro de mi parte?
Adalia nuevamente sonrió tan falsamente que ya no daba risa, en cambio era incómodo verla así.
- ¡Maldita enferma! ¡¡No me sorprende de alguien como tú!! ¿¡Te sientes mejor!? ¿¡Esto llena algún vacío en tu miserable y triste existencia!?
Adalia rió sinceramente al ver a Kano caer en desesperación, sus palabras no le afectaban para nada, hacía tiempo que había superado su propia desesperación, salvo por algunas cosas que aún quedaban en su mente, realmente estaba satisfecha con su vida actual.
-¿Por qué habría de estar triste al ver a alguien como tú en tu situación? Creo que no entiendes que existe gente como yo que disfruta de ver a quienes sabe que son indeseables sufrir y morir... Kano....
La sonrisa de Adalia no desapareció aún luego de varios minutos, era de las pocas veces que recordaba sentirse tan satisfecha con sus acciones.
Kano se sintió asqueado por lo que acababa de escuchar, el oír la opinión de Adalia lo distrajo momentáneamente del dolor, haciendo que pudiera calmarse y redirigir ese dolor a algo más útil.
- Ahh~
Kano bajó la mirada y se mantuvo en silencio un largo rato.
Adalia alzó la ceja confundida por el cambio en el comportamiento de Kano
-¿Y ahora qué te sucede? ¿Hola? ¿Acaso se desmayó del dolor...? No lo creo... ¿Qué pretendes ahora enano?
Adalia le preguntó directamente, al ver que lo que sucedía era totalmente consciente por parte de Kano.
- ¿Indeseables? No eres el ejemplo más digno para juzgar el valor de las personas.
Dijo el albino sin dirigirle la mirada a la rubia.
- Conozco demonios con más moral que tú. Y eso que ellos se alimentan de las desgracias ajenas.
Kano siguió dando algún tipo de sermón.
- No te puedo decir como vivir, tampoco soy el mejor ejemplo de una vida "digna", pero sí estoy seguro de una cosa.
Ahora esta vez el albino miró directamente a los ojos a Adalia, y no con odio, rabia o rencor; la miró con tristeza.
- Qué manera más lamentable de disfrutar la vida...
-....
Adalia se le quedó mirando sin ninguna expresión en particular, pues no sabía cómo reaccionar.
-¿Lamentable...?
Preguntó ella, sin saber exactamente a qué se refería Kano.
- ¿Lo disfrutas? ¿Matar y ver sufrir a las personas? Si me lo preguntas a mí, es una existencia bastante patética.
-Oh... así que era eso...
Adalia suspiró al entender porqué Kano le hablaba con condescendencia.
-¿Se puede saber el motivo de tal "opinión"?
Preguntó sin esperar gran cosa por parte de Kano. ¿En serio quería hablar de eso siendo que ella ya había decidido ser quién era?
-Me parece que pierdes un punto... Kano...
Adalia comenzó su propia explicación.
-El miedo viene de una amenaza, la ira viene del miedo, y el odio viene de la ira... ¿Acaso crees que no sabía eso? ¿Qué soy lo que soy en parte por las circunstancias, y en parte por mis decisiones?
Adalia continuó sin esperar una respuesta.
-¿Crees que yo habría escogido este camino sin estar consciente de las consecuencias? ¿Qué desconocía mis propios sentimientos y emociones...? Hmph...
Adalia entrecerró sus ojos, mirando a Kano directamente a los ojos.
-¿De verdad me crees infeliz cuando estoy en el camino que deseo estar? ¿Qué mi odio me consumirá y me destruirá...?
Adalia se preparó para lanzar su daga.
-No tienes idea de lo fácil que sería para mí matar a todos aquí con una excepción... a ti, a quienes me han aceptado, a quienes aún me detestan... a quienes le da igual mi presencia....
La presencia de Adalia se había vuelto bastante sombría, pero al mismo tiempo era calmada.
-Oh Kano... yo no soy esclava de mi odio... mi odio es... lo que es... y yo he decidido no separarme de él... no porque me sienta miserable o sienta necesidad de castigarme... sino porque es vigorizante... como no tienes idea...
Adalia sonrió... muy enormemente, con una sonrisa depredadora, a la vez que bajaba su daga y la hizo desaparecer.
-El odio es tan tóxico en relación a cuánto lo alimentes... y como el amor, éste es una decisión... una emoción... ni bueno ni malo... simplemente es, y el cómo es manejado es cuestión de cada quién.
Adalia dejó de sonreír, a la vez que relajaba su postura.
-Lamentable o no, no me importa lo qué opines, dudo que algo de lo que me digas no me lo hayan dicho otros, ¿No crees...? ¿Ka... no?
Adalia esperó alguna respuesta del albino, curiosa por sus palabras dichas a continuación.
- ¿Quieres saber lo que escuche? A alguien tratando de justificar sus frustraciones y que sonara como algo "normal" o "bajo control". Todo lo que salió de tu boca fue pura mierda, y tú lo sabes.
Adalia resopló divertida por la forma en que Kano trataba de sonar firme en sus convicciones.
-Ahhh... qué desperdicio de aliento... de todas formas no esperaba que lo aceptaras igualmente, de igual manera, ¿Qué sabes tú del tema? ¿Por qué tanto "interés" en corregirme? ¿Redimirme? ¿Rectificarme? Lo que sea que estés intentando "Kano"
Adalia se cruzó de brazos, ya no esperando nada interesante del albino que trataba de presumir su "superioridad" moral.
- Agh... la verdad no me importa, y eres problema de este mundo en realidad, pero viendo que lo que te estoy diciendo te parece una pérdida de tiempo, tendré que recurrir a esto.
Kano ahora se le quedó viendo de una manera extraña a Adalia.
- ¿Estabas pensando que trataba de presumirte como soy moralmente superior, cierto?
-¿No lo estabas haciendo?
Adalia alzó la ceja escépticamente.
- Nunca dije serlo, y me disculpo si lo dí a entender... Pero deja el escepticismo por un momento.
Dijo el albino mientras aún le sostenía la mirada.
-¿Por qué debería?
Preguntó ella con calma.
- Porque estoy tratando de leerte el corazón.
Dijo Kano con la misma calma.
-¿Ah? ¿Qué mierda..?
Adalia hizo una mueca de disgusto al escuchar a Kano
- Por favor, controla tu asco, está haciendo bastante ruido.
-Parece que enloqueció el sujeto... mejor acabo con su sufrimiento.
Adalia dijo a la vez que aparecía un frasco en sus manos con una poción para dormirlo un rato.
- ¿¡Quieres esperar un puto momento!? ¡Es solo una habilidad!
-Ya veo... más razón para dormirte entonces
Adalia dijo preparándose para lanzar el frasco directo a la frente de Kano.
¿Qué idiota dejaría que usasen una habilidad desconocida encima suyo?
- ¡Ya se que ningún idiota dejaría que alguien hiciera algo así! Pero si quieres entender algo de tí misma, deja que haga el intento.
-¿Para luego dejarme manipular por ti y dejarte ir a tus anchas? E insinúas que yo soy la idiota....
- Eres idiota, pero si quisiera hacer algo tan imprudente como escapar a estas alturas, ni siquiera te habría mencionado esta habilidad.
Kano procedió a explicarle a Adalia a detalle lo que era esta habilidad.
- Una parte de mí es de un hada; esta raza nace con la habilidad de "leer el corazón", pero mejor dicho, ellos ven los sentimientos más profundos de una persona y lo reinterpretan en ideas estructuradas, muy parecido a "leer la mente". Nadie puede mentir sin que lo sepan.
-Ya veo... ¿Ya puedo dormirte entonces?
Adalia dijo sin la más mínima consideración a lo que le había dicho Kano.
- ¡Como si te dejara!
El brillo en los ojos de Kano se iluminó más que otras luces en la celda, mientras que Adalia de la misma forma no pudo quitar su mirada de la fuente proveniente.
Esto duró pocos segundos.
Cuando la luz de los ojos de Kano se calmó, ambos recuperaron el aliento. Adalia le recorrió una sensación bastante desagradable, como si alguien hubiera entrado sin permiso a su espacio y viera algo que ella escondía muy bien dentro de sí misma; en cambio, Kano al recuperarse, volvió a dirigirle la mirada, pero esta vez con una expresión totalmente diferente.
- Adalia, yo... me disculpo. Tu padre...
Un viejo recuerdo golpeó a la asesina... el que más odiaba de todos.
- No espero que me creas, pero también fui dejado a mi suerte, no es nada agradable...
Adalia respiraba muy agitadamente, su cuerpo comenzó a temblar a la vez que los dedos de sus manos se tocaban entre sí, muy erráticamente como si no pudieran decidir qué hacer en ese momento.
- El abandono no es algo fácil con lo que lidiar... sientes que en cualquier momento estás vulnerable, y cualquier cosa podría pasarte.
Kano siguió hablando.
- ¿Sabes? Quienes me acogieron después de mi maestro fueron los Druidas, los sabios del bosque... A pesar de que descubrieron que era, me protegieron... curaron mis heridas, me alimentaron, encontré en ellos un apoyo.
"Maestro"
Otro recuerdo golpeó a Adalia... el que más le entristecía...
Sus dedos dejaron de moverse erráticamente, en cambio, ella dio un paso...
Kano no debió decir esa palabra....
- Luego varias cosas pasaron... y me volví a quedar solo. Terminé sirviendo a varias naciones vecinas a repeler demonios, hasta que me llegaron noticias en Belze_ ¿A-adalia...?
Adalia continuó caminando hasta llegar a la celda de Kano, puso sus manos encima de los barrotes... y un segundo después el metal terminó cediendo a la fuerza de sus manos.
- Mierda... Hable de más...
-....
Adalia empujó los barrotes, expandiéndolos para darle paso a la celda
- ¿Me permitirías fumar antes de matarme? O lo que tengas planeado hacerme...
El albino viendo a su ejecutora caminando hacia él, trató de apelar a su clemencia en vano.
-Tú.....
Con su voz distorsionada por sus intensas emociones, Adalia alzó los brazos en dirección al cuello de Kano.
-............. te atreviste.....
- Eris-sama, apiádate de mi alma...
Dijo... o más bien, oro el albino mientras cerraba los ojos para aceptar su destino.
-..................................... ¡D-DESGRACIADO! ¡T-T-TE ATREVISTE!
Adalia enrolló sus manos en el cuello de Kano, finalmente mirando al frente con una mirada inyectada en rabia.
-¡Te atreviste! ¡Te atreviste! ¡Te atreviste! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE!
Apretó el cuello de Kano con todas sus fuerzas, y presionando contra la pared, siguió gritando llena de rabia.
- ¡Khga...!
-¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE!
Decir que Adalia estaba enojada sería poca cosa, ella estaba furiosa y quería matar al maldito desgraciado que se había atrevido a husmear dónde no debía.
-¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! -¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE! ¡TE ATREVISTE!
Pero ahora mismo, teniéndolo en manos, lo que más le rabia le daba era que el cobarde no habría los ojos para mirarla y ver lo que él mismo se había provocado.
¿Valor? ¿Respeto? ¿Honor? ¿Empatía? ¿¡Lo que sea?!
Él debía abrir los ojos, tenía que mirarla antes de morir, tenía que ver la ira que hacía hervir su alma antes de irse al infierno más profundo que existiese.
¡EL MALDITO TENÍA QUE VERLA A LOS OJOS ANTES DE MORIR!
Kano podía decir solo con oír a Adalia repetir la misma palabra una y otra vez, que Adalia estaba al punto máximo del cólera. No quería morir, pero estaba claro que en ese momento no podía hacer mucho para evitarlo.
Solo le quedó aceptar que su muerte estaba cerca, ¿Otra vez? Eran muchas las veces que Kano terminaba "muerto" ya sea por una u otra razón... En fin, no era una de sus mejores muertes, pero nadie elige como dejar el mundo de los vivos.
Adalia podía sentir gracias a su habilidad cómo Kano estaba a punto de ceder, su esencia de vida estaba a punto de acabarse.
Pero aún así... aún así.... ¿Por qué no se atrevía a abrir los ojos? ¡¿Cómo se atrevía?!
Así que... un segundo antes de que la luz de vida en Kano desapareciera, aflojó su agarre solo para dejarle respirar nuevamente.
- ¡Hiii~! Cof, cof, cof...
Con la cara en el suelo, y la incómoda posición en la que estaba, Kano se esforzó por recuperar el aliento, mientras el dolor de las manos de Adalia en su cuello permanecía.
- Haa~... Haa~....
Adalia no esperó a que Kano terminase de recuperar el aliento.
-Abre... los ojos...
Ordenó Adalia conteniendo su ira un segundo.
- . . .
Kano no lo hizo.
-Dije... ¡ABRE! ¡LOS OJOS!
Adalia ordenó nuevamente furiosa por la insolencia del cautivo.
- . . .
Kano sentía que si abría los ojos en ese momento, sería como ver directamente a Medusa.
-....
Adalia tenía ganas de matarlo... darle su merecido... finalmente hacer las cosas bien...
Pero necesitaba... que el maldito... ¡ABRIERA LOS OJOS!
-.... Dime Kano... ¿Acaso viste el último encuentro que tuve con mi padre...? ¿La última gran reunión familiar?
Adalia preguntó, esperando una respuesta.
El albino decidió quedarse en silencio; justamente fue no cuidar sus palabras lo que lo metió en ese aprieto.
Adalia, aunque frustrada, esperaba ese resultado, así que siguió contando su historia.
-Ohh... sueño con ella tan seguido que recuerdo hasta el más ínfimo detalle...
Adalia retiró sus manos, sin dejar de mirar intensamente a Kano.
-... El sonido de la madera podrida de la puerta cuando entré... el tono del musgo en la piedra de la esquina... el olor del alcohol en el aire.
Adalia dijo eso último con algo de resentimiento.
-Pero en especial... recuerdo ese sillón dónde siempre se sentaba a beber... ohh... qué lujoso era... Debiste verlo Kano, era tan rojo como la sangre y con un bordado dorado más brillante que mi cabello... enserio era una obra de la más alta calidad.
Adalia empezó a volver a tal recuerdo, tan familiar y tan distante a la vez.
-¿Sabes qué vestía yo antes de que "eso" sucediera? Un pedazo de tela que encontró en la calle.... dormía en el frío piso de piedra, tan solo protegida con una manta que una mujer que nos vio me dio al darle pena y un ladrillo suelto que usaba de almohada....
Adalia aún podía sentir lo rasposa que era su ropa, y lo fría que era esa cosa que llamaba cama.
-Adivina qué... ¡Seguían ahí! Tan sucios, arrugados y rotos como la última vez que los vi.... mientras su sillón seguía tan rojo y hermoso como siempre...
Recordó cómo al entrar a la sala de estar, pudo ver la cabeza de ese sujeto apenas visible detrás del respaldo, parecía haberse desmayado luego de beber tanto, como siempre solía hacer.
Mientras Adalia seguía contando su historia, en Kano despertó un sentimiento que hace un tiempo no experimentaba... miedo.
-"Papá... ya estoy en casa, ¿Me extrañaste? ¿Me recuerdas? ¿Papá?"
Adalia repitió sus exactas palabras en cuanto entró y lo vio en su habitación.
-Al ver su falta de respuesta... tomé la daga que guardaba en mi bolsillo... y me acerqué a él...
Adalia cerró los ojos para recordar ese momento.
-Ya podía imaginarlo... había fantaseado cada noche desde el día que me dejó... en apuñalarlo en el corazón y matarlo... pero sabía que asesinarlo de un solo ataque era demasiado piadoso... en extremo piadoso...
Adalia respiró profundamente para nunca volver a olvidar el apestoso aroma a alcohol que emanaba ese sujeto. Pero aunque pudo percibir a Kano, la memoria estaba tan incrustada en ella que podría jurar que había alguien borracho cerca.
-Lo había pensado cuidadosamente... si estaba dormido... clavaría mi daga en su mano con tanta fuerza que esta acabaría igualmente incrustada en el sofá.... si estaba despierto pero inconsciente, haría el papel de niña buena que estaba encantada de ver a su "papi" luego de tanto tiempo....
Por un momento sonrió recordando esas fantasías que había sepultado hace tanto.
-Y cuando tuviera la guardia baja, clavaría una daga en su muslo para que no pudiera correr... y con la otra cortaría su talón para que no pudiera mover correctamente el pie...
Adalia recordó las innumerables horas que había dedicado para la mejor estrategia para evitar que ese hombre escapar, pues a pesar de su aspecto inofensivo, probablemente era de las personas con las estadísticas más altas que jamás hubiesen existido.
Todo gracias a ese cáliz divino capaz de crear cualquier líquido....
-De ahí, sin importar qué sucediera, primero le rompería las piernas con una patada, pisaría sus pies hasta que sus huesos se volvieran polvo, golpearía sus costillas hasta que perforasen sus pulmones, rompería uno por uno los dedos de su mano, doblaría su muñeca tan lentamente que escucharía cada instante nítidamente, cortaría los tendones de sus brazos... y de ahí... finalmente me divertiría... finalmente me vengaría... como había planeado
Adalia nuevamente abrió los ojos para escanear cuidadosamente a Kano, y explorar sus posibilidades con un cuerpo sin extremidades pero increíblemente resistente.
-Abriría su estómago para exponer sus órganos internos, sacaría sus intestinos de su cavidad y los esparciría por toda la sala, cortaría pedazos de sus músculos para dárselos de comer, y en caso de rehusarse, le sacaría los dientes uno por uno con mi daga para después meterle a la fuerza su propia carne. Cuando se comiera a sí mismo hasta reventar, entonces empezaría a aplastar sus entrañas, después sacaría a la fuerza sus órganos internos restantes no vitales y los lanzaría contra la pared para pintar el lugar de rojo. Ya cuando estuviera muriendo, apuñalaría todo su ser para darle una muestra de qué tan hábil me había vuelto a la hora de matar personas....
Adalia se acercó a la oreja de Kano para susurrarle el gran final.
-Y una vez estuviera apunto de morir.... me acercaría a su oreja y... le diría... "Gracias por venderme al mejor postor papi, gracias... muchas gracias, nunca volveré a confiar en pedazos de mierda patéticos como tú... y por eso te agradezco de corazón... papá... gracias por enseñarme aunque sea una cosa útil... al final no fuiste tan mal padre...."
Sin retroceder, Adalia habló nuevamente con normalidad.
-Y antes de morir... él me miraría... y yo lo miraría.... y por última y primera vez en su vida... me vería.... y se arrepentiría de haber dejado sola a tan inocente niña....
Adalia retrocedió muy lentamente, para luego poner sus manos en la cabeza de Kano.
-¿Sabes qué pasó cuando le apuñale la mano?
-...
Kano obviamente no respondió.
-.... Nada. No. Sucedió. Nada....
Nuevamente su sangre hirvió en ira.
-Él... Ya. Estaba. Muerto...
Dijo para luego retirar sus manos de la cabeza de Kano.
Adalia se quedó en silencio, recordando claramente la escena y su incredulidad al ver que había llegado demasiado tarde.
El cuerpo estaba tibio... en su mano aquel cáliz estaba a punto de caerse aún con el alcohol burbujeando como si estuviera recién salido del barril.
Si hubiera llegado más temprano... quizás y solo quizás habría sido capaz de verlo sufrir y arrepentirse por lo que hizo.
Pero no, ni siquiera eso pudo tener, jamás vería el terror en los ojos de ese sujeto, jamás lo castigaría, jamás se vengaría de él.
Literalmente, ahora ella se encontraba temblando de ira.
-Desde. Ese. Día. Me. Juré. Nunca. Dejar. Ir. A. La. Escoria. Sin. Castigar. Nuevamente.... Y tú... TÚ...
Quería hacerle lo mismo que tenía planeado para su padre al albino, sin embargo... le daría una última oportunidad.
Quería ver el miedo de Kano, quería verlo aterrado de ella, quería verlo arrepentirse, desesperarse, suplicar, llorar, gritar.... todo lo que con su propia ascendencia no pudo lograr.
-Viste. Lo. Que. No. Debías... Por. Lo. Cual. Tienes. Dos. Opciones.
Poniendo su mano justo encima de sus ojos, con la mirada inyectada en sangre, Adalia habló entre dientes.
-Mírame... a los ojos... ¡Y ARREPIÉNTETE!
Golpeó la pared al lado de la cabeza de Kano con todas sus fuerzas, dejando enterrado casi todo su brazo.
-O sé un cobarde... y sufre.....
Adalia no retiró sus manos de encima de la frente de Kano, quería que cuando este decidiera, verlo en un instante y así actuar en consecuencia.
-Tienes 5 segundos para decidir... Kano.... Uno.... Dos....
Adalia comenzó a contar, dándole tiempo al albino de escoger cuidadosamente su elección.
Kano lo sabía, tanto en el tono como en el ambiente, todo indicaba que no importara lo que eligiera, el resultado era su muerte inminente.
Adalia solo le estaba dando esas opciones por ¿cortesía?, pero en realidad le era indiferente que eligiera el albino, pues su rabia contenida buscaba salir dándole la muerte más dolorosa posible.
Aún así, Kano en realidad sentía por lo que Adalia había pasado para que resultara ser la persona que es ahora; si bien sus circunstancias fueron diferentes, no era excusa para complacer lo que Adalia pretendía, así que Kano se resignó en silencio, pidiendo perdón en su mente por fallar y morir en un lugar lejano de su hogar, y no haber cumplido su misión, pidiendo consideración por su alma que sabía que no iba a descansar en paz.
-.... Cinco....
Adalia quitó su mano para ver la decisión de Kano.
-... Una pena....
Disgustada por su cobardía, pero también en el fondo feliz por su decisión, sonrió perversamente e hizo aparecer su su daga.
-Las entrañas serán primer-
*Clic*
La asesina se congeló al escuchar el sonido de una puerta, abriéndose y las voces de un par de hombres detrás suyo.
-¡Adalia! ¡Ya es hor-!
La voz se calló de inmediato al ver que la asesina no estaba por ningún lado y los barrotes habían sido forzados.
-.... Adalia.....
La voz habló cuidadosamente dando pasos lentos.
-...
La asesina no respondió, no tenía forma alguna de salir impune de esta, ni que decir que una vez más... la confianza que había ganado, nuevamente se mermaba por culpa de su ira que la había hecho ceder.
-Deja al chico... y todo estará bien....
Pudo escuchar que detrás de la primera voz, la segunda presencia se mantuvo quieta tratando de no hacer ningún ruido.
-... Mentira...
Adalia se dijo así misma con pesar, pues ésta ya era la segunda ocasión en que se había dejado llevar por sus impulsos. Ya no esperaba la compresión de la primera ocasión, al igual que alguna consideración.
Sola había sellado su destino....
-Adalia... ¿Kano sigue vivo? Sabes que lo mandaremos a casa.... por favor, no compliques más las cosas....
La figura finalmente se posicionó detrás de ella a la distancia.
-.... Lo está, está vivo el cobarde.
- De milagro.... cof, cof* ugh....
Respondió Kano uniéndose a la conversación.
Ni que decir que eso volvió a poner a Adalia como fiera, y ya sin importarle el castigo que recibiría luego de esto, quería que Kano no se fuera sin nunca olvidar que todo había sido por culpa de este...
Por atacar, por huir, por esconderse...
Por ver cosas que no debía...
¡Por insultarla en su propia cara!
¡POR TRAER DE REGRESO SUS ANSIAS DE VENGANZA!
-¡DESGRACIAD-! ¡AAAGHHHHHHHHH!
Antes de poder apuñalarlo, la segunda figura se abalanzó de lado usó el único que hechizo que podría incapacitar a Adalia de forma efectiva.
Desafortunadamente...
- ¡¡KHAAAGAGAGGAAAAAAA¡!!!
El ataque que iba dirigido a Adalia terminó afectando también a Kano, quien se encontraba en la línea de tiro. Ambos terminaron siendo electrocutados.
-T-Todo... e-es tu... ¡Culpa!
Adalia dijo antes de ceder ante al ataque, haciendo que finalmente el mago carmesí cortara el flujo de mana de su hechizo.
- Uff... uff... D-deben... practicar mejor s-su... puntería....
Por sorpresivo que parezca, aún siendo un tronco sin extremidades, el albino consiguió de alguna manera quedarse consciente después de recibir esa descarga de magia.
-... Huh, lo siento por eso... y por todo Kano
Dijo el Sir sin sorprenderse demasiado de ver a Kano medio cocido, pero aún vivo.
- Si en serio lo sienten... ¿Me darían una "mano"? Como verán... no puedo ponerme de "pie".
Respondió el albino, girando o intentando mover los muñones donde antes estaban sus brazos y piernas.
El Sir suspiró algo divertido al ver que Kano a pesar de su situación, aún conservaba su sentido del humor.
-Gwyddyon lleva a Adalia a su habitación... y llama a Helge y Leyna.
-Entendido Sir
El mago carmesí se levantó del suelo, para luego acercarse a Adalia con pasos temblorosos pero firmes. Una vez estuvo cerca, la tomó del brazo y se la llevó arrastrando del lugar.
- Tengan cuidado... muerde...
El Sir miró a Adalia algo perturbado por el comentario de Kano, pues si lo decía, era porque seguramente esa mujer lo hizo.
-Okey... eso es nuevo... lamento eso Kano
El Sir se rascó la cabeza preocupado, pues cada vez Adalia parecía estar más cerca de la bestia que del humano.
Kano vio aún con desconfianza al Sir, ya que a pesar de que se estaba disculpando, fue él quien envió a Adalia a darle cuello. Pero viendo que acabaron de salvarlo de la ira de esa demente, y que hace algunos segundos escucho que lo enviarían de vuelta a casa, Kano pudo relajarse un poco más.
- No se preocupe... son cosas que pasan en el calor de la batalla.
-... Yo la conozco más de lo que me gustaría admitir en ese aspecto... morder definitivamente es nuevo... ¿Qué tan enojada estaba...? Es en esos momentos cuando ella se descontrola más y hace cosas extremas
Replicó preocupado el Sir, pues esto junto a sus malos antecedentes ya era preocupante.
- Decir que estaba enojada se queda corto... estaba fúrica...
Dijo el albino rememorando todos los momentos en los que Adalia perdía el control.
- Disculpe, ¿Tiene tabaco? Creo que me hace falta.
-Ehh no, no fumo, nadie en el Sindicato fuma.
El Sir se encogió de hombros.
- Está bien... ¿Ve el saco que está por allá que me confiscó Adalia?
Dijo el albino señalando con la cabeza en dirección a unos colgantes, donde se encontraban algunas de las cosas del albino.
- Dentro debería de haber una caja de madera con unos cigarrillos, ¿Podría...?
Sin perder más el tiempo, el Sir fue por la caja de cigarros, sacó uno de ellos y se lo puso en la boca a Kano, no sin antes usar "Tinder" para prender el cigarro.
El albino lo acomodó entre una de las comisuras de su boca, le dio una gran calada y expulsó el humo por la nariz.
- Se lo agradezco Sir Rolando
El Sir miró un momento como Kano fumaba con fuerzas, algo preocupado por el chico.
-¿Puedes fumar con esas heridas? Por más que estés vivo a pesar de todo... fumar ahora... algo poco recomendable
Comentó el Sir.
- ¡Jajajaja!
El albino soltó una risa después de escuchar eso.
- Estaré bien. Creo que esa niña se lo dirá en algún momento, pero no soy del todo humano...
Siguió Kano mientras fumaba y veía al techo.
- ¿Adalia es humana? Le juro que es igual de implacable que un demonio.
-Jaja... deberías alegrarte de que es solo una humana... algún día morirá si esperas lo suficiente, pero si.... es bastante sanguinaria, incluso para los demonios
El Sir dijo igualmente mirando al techo, recordando los dibujos de las escenas del crimen dejadas atrás por una chica de menos de 15 años de edad.
Simplemente... eran perturbadoras.
Kano vio el cambio de pensamiento en el Sir, esa mirada perdida le decía que él debió vivir de primera mano un encuentro parecido al que él tuvo con Adalia, así que se aventuró a preguntar otra cosa.
- ¿Cómo sobrevivió usted?
El Sir suspiró con una sonrisa triste.
-Suerte... una combinación de habilidades extensa que me permitió adaptarme a toda situación... pero principalmente... suerte...
- Eso suena extremadamente similar a mi maestro...
-Quién lo diría... parece que los únicos que sobreviven al final son solo los afortunados
El Sir respiró profundo, al pensar con sopesar que esa era la verdad del mundo.
A veces un poco de suerte era la que decidía quién moría y quién vivía.
- Jeje... Puede que tenga razón...
-¡Sir! ¡Llegamos!
-¿Quién es el pobre que sufrió a manos de esa mujer ahora...?
La voz de un hombre y una mujer resonaron desde el pasillo, eran voces gentiles y sin malicia.
- Mucho gusto arciprestes.
Dijo Kano mientras intentaba saludarlos bajando un poco la cabeza.
-¡Por Eris! ¡Es peor que con el otro chico!
Leyna se cubrió la boca horrorizada de ver a Kano sin piernas ni brazos.
-¿C-Cómo es que sigue vivo...?
Preguntó Helge, impactado por ver la lucidez de Kano.
- Les soy sincero... No tengo ni la menor idea.
Contestó Kano con un tono de pesadez.
Leyna se acercó sin dejar de mirar fijamente el cuerpo de Kano, cuando notó cierto detalle anormal.
-Y... te estás regenerado.... a-aún luego de que Adalia....
-Según sus palabras, Kano no es del todo humano, quizá es por eso que no le afectó... ¿Quizás técnicamente no cuenta como un ser vivo? Porque de lo contrario, no le encuentro explicación
El Sir comentó su propia teoría al respecto.
-Debe ser eso... Pero entonces... ¿Qué eres Kano...?
Preguntó Helge impaciente por saber sobre el chico.
- Primero, es hiriente que digan que no soy un ser vivo. Eso es grosero.
Dijo Kano tratando de aligerar el ambiente, ya que sus tratantes parecían más angustiados que el mismo paciente.
- Por otra parte... mi estructura base es la de un humano, pero estoy compuesto de varias especies y criaturas...
Kano miró detenidamente a uno de los arciprestes.
- ¿Pueden saber cuántos corazones laten en mí?
-Cariño...
Helge miró a su esposa, que definitivamente debería tener algo para eso.
-Mmm veamos....
Entonces unas luces de colores aparecieron, eran verdes, rojas, azules y blancas; bailaron alrededor de Kano animadamente hasta que se acercaron a la oreja de Leyna, aparentemente para susurrarle a ella algo que solo ella podía escuchar.
- Hace cosquillas...
-Tiene 7 corazones...
Comentó sorprendida por ese hecho.
- El bombeo constante de mis corazones y el aporte sanguíneo me ayudaron a no morir desangrado... Es increíble que Adalia solo dañara 3 de ellos, ¿O eran 4?
Explicó el Albino mientras el Sir y la pareja de arciprestes lo miraban estupefactos.
-Huh... no dejen que Adalia se entere, porque si es que hay alguna próxima... irá por ellos sin dudarlo
Dijo el Sir igualmente impresionado por tal hecho.
-Entendido Sir
-Eso explica que sienta una gran vitalidad dentro de ti... aunque aún quedan algunos misterios al respecto.
Comentó Leyna intrigada por la existencia ante ella llamada "Kano".
- Ni que lo digan... Ni yo se que otras cosas pusieron en mí. Según la rubia, tengo sabor a armadillo, oso de un solo golpe y_
Antes de que Kano siguiera, fue interrumpido por el Sir para no perturbar más aún a los pobres sacerdotes y su perspectiva de Adalia.
-¡Ejem! ¿Pueden curar a Kano? Quizá no se queje, pero apuesto a que le encantaría tener sus extremidades nuevamente.
-C-Cierto...
-P-Perdón Sir....
La pareja que veía a Adalia como una chica peligrosa que en fondo tenía bondad dentro suyo, prefirió no preguntar cómo es que ella sabía a qué sabía la carne de Kano.
-*¡Highness Heal!* x2
La pareja recitó su hechizo de curación más poderoso disponible.
Con esa cantidad de poder sagrado, pudieron devolverle un brazo y una pierna al albino.
- Gracias, puedo seguir desde aquí yo solo.
- ¿Eh? x2
Ahora Kano, con su brazo recién devuelto, empezó a imbuirse magia a su otra pierna, y los presentes vieron como el tejido empezaba a reconstruirse por cada hueso, músculo y fibra faltante, como si de otro ser vivo se tratara.
Así, con ambas piernas recuperadas, el albino intentó ponerse de pie, pero se tambaleaba ligeramente.
-No tan rápido, aunque estés curado, date el tiempo de acostumbrarte
El Sir se acercó para ofrecerle su hombro al albino en un gesto de buena voluntad.
- Tiene razón... Perdón que lo pida después de los problemas, pero ¿Tendrán un cuarto dónde pueda descansar?
Preguntó Kano mientras se apoyaba en el hombro del Sir.
-Por supuesto, solo sígueme. Helge, Leyna, avisen al capitán Idris que llevaré a Kano a la sala de estar
-Entendido x2
La pareja se adelantó rápidamente dejando el dúo a solas.
- No me había sentido así de cansado desde hace tiempo...
Dijo el albino, mientras aún intentaba torpemente dar algunos pasos.
-Dímelo a mí... maldita burocracia
Comentó el Sir, haciéndole conversación a Kano.
-Ambos descansemos allá, ¿Qué dices Kano?
Dijo el Sir de buena gana al chico.
- Vamos.
Respondió el albino, algo cansado ya por toda la energía y mana que uso.
En silencio caminaron por el pasillo, el albino vio que había varias celdas vacías en el lugar camino a la puerta que los sacaría del lugar que aparentemente era la cárcel.
Al abrir la puerta, vio unas escaleras de piedra que se extendían hacia arriba un buen tramo antes de ver otra puerta a lo lejos.
- Con que no me apunten de nuevo con ballestas, cualquier cosa está bien para mí.
Un largo camino le esperaba antes de sentir la comodidad de un sofá.
-_-_-_-_-_-_-
-Saludos Sir y... Kano.
Al entrar en la sala de estar, fueron recibidos por el capitán Idris que se encontraba parado a mitad del lugar.
El rubio miraba aún con algo de sospecha al albino.
No era algo personal, simplemente hacía su trabajo.
- Capitán.
Respondió el albino tratando de saludar a Idris como correspondía su rango, pero el tener el único brazo apoyado en otra persona se lo dificultaba, pero al final pudo hacerlo.
-...
El capitán miró al Sir en busca de alguna indicación.
-Siempre es así con todos... cuando lo conoces, se pueden dejar de lado las formalidades, pero a menos que lo ordene seguirá tratándote como ahora, ¿Algún problema Kano?
Preguntó el Sir al albino, pues si bien podía indicarle al capitán que respondiera al saludo, sabía bien que Idris, incluso de la forma más sutil posible se encargaría de mostrar su falta de simpatía y respeto.
Costumbre adquirida como forma de insultar a sus superiores demasiado idiotas para darse cuenta.
- No importa, dejémoslo así.
Dijo Kano bajando su mano.
- Solo un comentario capitán Idris: se saluda al rango, no al hombre. Si lo saludé fue por respeto al suyo, no porque sienta que lo merezca.
Añadió el albino con algo de sarcasmo en su tono.
El Capitán sonrió complacido al ver que el chico no dudaba en darse a respetar.
-Yo pensaba lo mismo hasta que conocí cómo funciona el ejército... pero ahora...
Idris devolvió el saludo de buena forma.
-No me importa qué rango tengas, ahora veo que te mereces mi respeto como persona... Capitán Kano
-Esto salió mejor de lo que esperaba.... ahora por favor caballeros, sentémonos y charlemos un poco
Comentó el Sir satisfecho por el desarrollo de los eventos.
El Sir dejó ir a Kano para sentarse en el sillón a la izquierda de la habitación, mientras el capitán Idris igualmente se sentó en un sillón, en el centro y extremo opuesto de la sala, dejando a Kano libre para sentarse en el sofá de la derecha.
Kano al ver que le dejaron el lugar con más espacio, se sentó ahí sin dudarlo, quedando con el Sir enfrente suyo y el capitán a su derecha.
-¿Es suficientemente cómodo, ¿Kano? No es lo mejor, pero definitivamente se puede descansar en ellos
Preguntó el Sir curioso, por su opinión.
- Sí. Gracias por su consideración Sir Rolando.
Contestó el enmascarado mientras se recargaba un poco más en el respaldo del sofá, y también llevaba su brazo sano al extremo del otro que aún estaba ausente.
- Por cierto Sir, Capitan Idris, lamento lo que pasó con sus hombres.
Dijo Kano bajando la cabeza ante ambas personalidades.
-No te preocupes Capitán Kano, he visto peores cosas en mis días de soldado... las novatadas fueron de lo peor que vi en esos tiempos.
-Además, por la condición en la que llegaste, y la pobre excusa que dio Adalia al respecto... te debo una disculpa Kano, por lo que pasó pero sobre todo, porque sabía que eso o algo peor podía pasar
El Sir bajó la cabeza, mostrándose arrepentido por cómo se desarrollaron las cosas. Kano no resultó nunca ser una amenaza, y las acciones de Adalia definitivamente podrían haber cambiado eso.
- Tomaron todas las medidas necesarias que se podían esperar de un evento desconocido. No los culpo por llegar a esos extremos.
Respondió el albino, tratando de ser comprensivo por la posición de ambas personas que velaban por la seguridad de una nación.
- Agradezco que Adalia tuviera piedad... o al menos algo de "humanidad" hasta que llegaron a detenerla.
El dúo se miró algo sorprendidos por ese comentario.
-... Si no te mató de inmediato, no fue precisamente por "humanidad" Kano... sé muy bien cómo interpretar sus acciones que parecen "inusuales" en ella
Comentó el Sir.
-Quería tener el poder sin importar qué... agradece que su ego fue más grande que su razonamiento esta ocasión
Complementó el Sir.
- Con que una niña jugando a quitarle las alas y las patas a un insecto, ¿eh?...
Dijo Kano en voz baja, pero lo suficientemente clara como para que Idris y Sir Rolando lo escucharan.
- Tampoco debí meterme en la boca del lobo. Empuje mucho a esa niña a sus límites emocionales
-¿A qué te refieres Kano? Dudo que ella te haya dicho algo por más furiosa que estuviera en el calor del momento
-... A menos que tengas alguna habilidad para jugar con la mente humana...Kano...
Comentó el capitán Idris ahora con suspicacia y entrecerrando los ojos.
- No es específicamente la mente, pero poseo una habilidad similar, y me arrepiento de haberla usado en ella.
-Ya veo....
-Puedo imaginar lo que viste dentro de ella... pero aún así...¿Qué fue exactamente? Porque solo hay 2 cosas que la ponen como loca de ese modo
Preguntó el Sir lleno de intriga.
Algo incómodo, Kano procedió a contestarle.
- No puedo ver recuerdos, pero puedo escuchar los pensamientos más profundos de cualquier persona. Adalia tenía muy presente a su padre, mucho odio... demasiado... pero sobre todo hay algo que me sorprendió.
El Sir y Idris se le quedaron viendo a Kano con algo de extrañeza.
- Tenía mucho miedo, miedo de estar sola, de que la dejaran a su suerte, miedo al abandono.
-... x2
Tal cosa sorprendió de sobremanera a Idris y al Sir, pues sabían bien de su odio contra su padre... pero lo del abandono era nuevo.
-... Creo que sé porque... lo de su padre tiene que ver, pero fue algo más que le sucedió que le provocó eso.
El Sir que miró con otro enfoque la información de Adalia, conectó los puntos.
-Kano... ¿Había alguien más en sus pensamientos además de su padre?
Preguntó el Sir.
- Al mencionar a mi maestro, pude ver que también reaccionó a esa palabra. "Maestro".
Dijo Kano con mucha seguridad en lo que decía.
-... Entonces es eso...
-¿Qué exactamente Sir?
Preguntó el Capitán Idris sin terminar de entender, pues le faltaba información.
-Una vez... seguí a Adalia...
Comenzó el Sir a contar su historia.
-Ella nunca rompía su rutina... por eso la seguí... fue entonces que descubrí el porqué...
-¿A la tumba de su maestro? Ella hace eso una vez al año
Comentó Idris.
-Exacto... eso no fue lo inusual... sino las palabras que le decidió a esa tumba sin nombre
Tan solo supo lo que dijo por su habilidad de lectura de labios.
- "Lo siento... no debí... rechazarlo..."
Dijo el Sir con el tono de voz que Adalia tenía por la cara adolorida que tenía.
-Se cubrió la frente al decir eso unos minutos, abrazó la tumba... y luego se fue...
El Sir miró a Kano.
-No sé qué sucedió entre ellos, hasta dónde sé... su maestro acabó muerto en una misión de asesinato... él era alguien bastante conocido en su tiempo
-Ella habla con ira de su padre siempre, pero siempre que se menciona a su maestro, se calla y se va del lugar
Complementó el Idris otra vez.
- Conque es así...
Dijo Kano mientras encendía un nuevo cigarrillo.
Entre más escuchaba de Adalia, más comprendía porque era la persona que era. Nunca estuvo de acuerdo que su ira estuviera justificada, pero ahora tenía un mejor trasfondo de sus circunstancias, que incluso la misma Adalia compartió con él en el punto máximo de su cólera.
Y aún no podía verla más que con tristeza.
-Por fin tenemos la imagen completa....
-Ahora el problema es "tratar" el problema de raíz
El Capitán y el Sir se veían inmersos en sus reflexiones, pues con la nueva información, un plan para que Adalia tratara esos problemas emocionales que acarreaba era posible.
-¿Algún consejo Kano?
Preguntó el Sir a Kano.
Kano se quedó pensando unos momentos, a lo que con algo de incredulidad le preguntó al Sir lo siguiente.
- ¿Existe el Consejo de Druidas en este mundo?
-Así es... pero como sujetos individuales, no como alguna organización
Respondió el Sir.
Al escuchar una responsiva positiva, Kano hallo algo de esperanza.
- Si ellos existen, debe haber algún patriarca entre ellos. En mi caso, la matriarca de los Druidas fue quién me acogió con ellos.
Kano siguió explicándoles.
- Si logran dar con él o ella, bien podría ayudar a Adalia.
-Ya veo... lo pondré en mi lista de prioridades... Idris
-Empezaremos a buscar la ubicación de cuántos druidas sea posible Sir.
El Capitán le dio un saludo al Sir, después a Kano, antes de retirarse de la habitación.
-Realmente espero que puedan tratarla... Por cierto Kano, ¿Cómo fue que te ayudaron a ti los druidas?
Preguntó curioso el Sir a Kano.
- Ellos me acogieron como un neófito, me enseñaron varias formas de combatir y protegerme. Lo más importante, ellos pudieron ayudarme a controlar mis impulsos.
Dijo el albino mientras dejaba la ceniza de su cigarro en lo que parecía una bandeja cercana a la mesa.
-Entiendo... pero lo que más me preocupa de tu propuesta, es qué haremos si Adalia se niega a recibir ayuda... sabes bien de lo qué es capaz esa chica
El Sir pensó en la escalofriante idea de ella masacrando a los druidas, y acabando como enemigos del bosque.
- Hmm... Es cierto, no parece ser de las que piden ayuda, muy orgullosa para eso...
Dijo Kano mientras imaginaba a Adalia negándose "respetuosamente" a la propuesta.
- Tiene que nacer de ella pedir ayuda, sino nunca progresará.
El Sir se rascó la cabeza algo consternado.
-Ese es el problema... dice tener todo bajo control, pero esos arrebatos que tiene demuestran lo contrario. Ya es complicado mantenerla lo suficientemente cuerda para empezar... ¿Alguna sugerencia Kano?
Sir miró esperanzado al albino.
- Estoy de acuerdo en que no tiene control de sus emociones. Pero forzarla es como tener a un animal salvaje con una cadena al cuello; está "en control", pero en el momento en el que se le suelte la cadena va a ser una masacre.
Expresó Kano su punto de vista al Sir.
- Podrían darle algún incentivo para intentarlo, pero dudo que esa niña quiera otra cosa aparte de perseguir reencarnados.
-También está la cuestión de que ella no fue ejecutada por el simple hecho de que era la mejor en eso... Argh... estamos contra la espada y la pared.
El Sir se reclinó en su asiento, molesto por su impotencia actual.
-... Por ahora la única esperanza sería buscar un reemplazo para Adalia... y aún así eso solo es una solución temporal. Ella al ver que ya no tiene trabajo de asesina, podría decidir ir libre y volver a sus viejos hábitos de cacería.
Mientras más lo pensaba, en perspectiva el Sir no tenía ninguna opción realista, la posibilidad de que los Druidas la ayudara bien era una gran esperanza, pero que debía tomarse con pinzas.
- Vaya que lo tienen difícil... Pero es bueno ver que aún quieren hacer algo por ella. No muchos seguirían teniendo fe por una persona así.
Comentó Kano con el Sir.
-Je... es cierto, de cierta forma le tomé cariño a ella... tantos años de "convivencia" lo hizo inevitable.
El Sir recordó cierta interacción con Adalia, la más rara de todas.
La asesina que aún estaba activa, trató de atacarlo mientras estaba en la ducha, pero al ver su cuerpo desnudo, Adalia se asustó y nunca volvió a tratar de atacar mientras se bañaba o estaba desnudo.
Fue bizarro ver que mutuamente gritaban de sorpresa al verse. Fue agradable ver que esa chica a pesar de todo, tuviera sus "momentos" de personalidad.
- Vaya... ¿Enserio paso algo así Sir? No me imagino a esa chica gritando de esa forma....
Dijo Kano mientras se llevaba una mano al mentón a manera de reflexión.
- Definitivamente no. Imposible.
-¿También "leíste" esa parte de Adalia? Porque creo que esa fue la única ocasión en que pude verla sinceramente avergonzada
El Sir sonrió recordando esa mirada de la asesina.
- No, de usted. ¿Le divirtió? Tiene agallas Sir...
-¡Ja! He estado en peores... ejem, retomando el tema...
El Sir de nuevo se puso serio.
-... Ya resolveremos el asunto de Adalia. De alguna forma tenemos que hacerlo... Por ahora seguiremos con la misma estrategia de siempre.
Sir dijo a Kano tranquilamente.
- Quisiera no meterme en esto, pero ¿Puedo preguntar cuál es?
-Si... la verdad que es bastante simple: Hacerla sentir que tiene amigos de verdad... hasta ahora ha tenido apenas un relativo éxito, pero es mejor que nada.
Kano vio seriamente al Sir.
- Y yo que pensaba que Adalia era cruel...
-Solo con quienes considera que lo merecen... y la verdad que es demasiado fácil caer en esa categoría
El Sir se expresó un poco preocupado.
-Solo la he visto ser considerada con los niños pequeños, personas que representan la "justicia" o alguien con la que se considere cercana.... Curiosamente yo no parezco entrar en ninguna de las 2 categorías.
El Sir recordó su extraña relación con Adalia.
-Supongo que su culpa le impide ser cruel conmigo, pero tampoco puede evitar mantener su distancia en todo lo posible, aunque parece que desea lo contrario
El Sir vio que Kano lo miraba atentamente.
-Da igual... pronto te irás de este mundo, no necesitas escuchar todos los detalles de ella y su vida... Entonces, ¿Estás listo para partir Kano?
Preguntó el Sir con una sonrisa amable al albino.
- Sí... solo deje que me crezca el brazo. Me quedé sin mana, así que esta volviendo a crecer de manera pasiva. Tardará unas horas.
Respondió el albino, mientras le mostraba al Sir como le iba creciendo un muñón de piel en donde antes había un brazo.
-Oh... está bien. Bueno ya que parece que estarás aquí un buen rato, ¿Quieres ir a comer algo Kano? La casa invita
- Acepto su invitación, muero de hambre.
-Bien, espero que no le moleste atrapar sus verduras, es algo así como una tradición del lugar.
El Sir comentó casualmente camino a la puerta de salida.
- Espero estén maduras.
Dijo el albino cansado, mientras se tapaba el lado magullado de su brazo con su capa y lo seguía hacia la salida.
-Por supuesto
Respondió el Sir antes de ir con Kano al comedor.
-_-_-_-_-_-_-
- *munch, much~* Vaya, que fresco.
Comentó el albino mientras daba algunas mordidas a su plato.
-Por eso mientras más difíciles de atrapar, mejores son al paladar
Comentó el chef antes de irse con una enorme sonrisa.
Walid West ahora podía decir que la gente de otro universo también era fan de su comida.
-Disfruta cuanto quieras, te lo mereces Kano
El Sir palmeó la espalda del albino de forma fraternal.
- No se si es el cansancio, pero de verdad esto esta muy bueno.
Dijo Kano mientras se llevaba tomaba otro bocado.
-No, definitivamente es la comida que está deliciosa. ¿Quizás esa chica dañó también tus papilas gustativas? Sí, debe ser eso, nadie normal dudaría de la calidad de mi técnica o ingredientes
Walid comentó de forma pasivo-agresiva, estando detrás de Kano.
- ¿¡Que mier_!? Kugh... cof, cof*
Kano no esperaba que el cocinero apareciera detrás de él, así que la genuina sorpresa hizo que se atragantara con su comida, que terminó volviendo a su plato luego de unos cuantos golpes al pecho.
-Walid, no hagas eso de nuevo por favor
Dijo el Sir algo molesto por lo ocurrido.
-¿Está seguro Sir? Es parte de mi trabajo asegurarme de que la comida sea un manjar divino, ¿Cómo quedarme de brazos cruzados cuando escuché a un apreciable comensal no estar seguro de la calidad de la comida?
-... Solo no aparezcas por detrás de él así de nuevo
El Sir continuó comiendo su parte.
-Lo siento chico, ¿Helado? Aliviará tu irritación
Walid le ofreció un cono de helado sabor vainilla al albino.
- ¿De dónde lo sacó? No vi que tuviera_
Pregunto el albino antes de ser interrumpido.
-¿Qué sabor es? ¡Vainilla por supuesto! ¿Cómo sé cuál es tu preferido? ¡Tu cabello dice mucho de ti!
Walid puso el cono en la mano de Kano sin que este pudiera negarse de alguna forma.
- ¿G-gracias?
Dijo el albino al recibir el cono de helado de parte del excéntrico cocinero.
Walid entonces regresó corriendo a la cocina, esas verduras no iban a ser masacradas solas.
-Mis hombres son muy agradables, ¿Cierto?
Preguntó el Sir con una sonrisa divertida.
- Je... si que lo son.
Dijo el albino mientras veía curioso el postre que le dieron.
-Prueba el helado, quizá el vainilla no sea tu preferido, pero Walid es bueno en lo que hace... demasiado bueno para ser verdad algunas veces
El Sir continuó comiendo su col frita acompañada de carne de sapo importada de Axel.
Kano no veía mucho de especial en un helado, pero al darle un mordisco su actitud cambió. Se le iluminaron los ojos, parecía un niño pequeño, y terminó por acabarse el cono en cuestión de segundos.
-¡Lo sabía! ¡A todos les encantan los helados!
Walid gritó desde su cocina lleno de orgullo.
-¿Qué tal estuvo Kano?
Preguntó el Sir curioso de lo que diría el albino.
Kano al ver que había perdido un poco la compostura formal que hasta ahora había mostrado, se recompuso para contestar.
- ...m-muy bueno...
-Ohhh, que bueno es escuchar eso
Walid se había escabullido nuevamente detrás del dúo, y habló para sí mismo antes de volver a la cocina.
- Ugh...
Kano trataba de cubrirse con su capucha mientras aún tenía algo de helado en su mano, que discretamente limpiaba.
Mientras trataba de superar su vergüenza, Kano veía de nuevo el ambiente en el comedor, como el Sir que antes parecía tan políticamente correcto había cambiado su actitud a la de un aventurero común, la excentricidad del cocinero y su esfuerzo por que su comida fuera la número 1, los arciprestes que hace unos minutos lo curaron dándose de comer afectuosamente el uno al otro.
Varias personas que Kano pudo identificar por haberlos sometido hace algunas horas, ahora estaban comiendo tranquilamente, mientras platicaban de cómo ha estado el día, cosas sin importancia, gustos, problemas. Un buen ambiente laboral.
Incluso un tipo que no había podido derrotar a un rábano boxeador gigante estaba feliz platicando con sus compañeros para que le compartieran un poco de sus platos.
- Que lugar tan agradable...
Contrastando con el sincero miedo que tuvo hasta hace poco, Kano no pudo evitar sonreír a pesar de la simpleza de la escena ante sus ojos.
-¿Te gustaría quedarte un rato más? Aún tenemos vacantes abiertas.
El Sir bromeó sin esperar ninguna respuesta seria por parte de Kano.
- Una buena oferta... le agradezco la oferta Sir, pero paso.
Respondió el albino, mientras se quitaba la capucha.
-¿Puedo saber la razón?
El Sir se puso más serio al escuchar la respuesta de Kano.
- Aún hay cosas que tengo que hacer en mi mundo, gente que me espera. Además, ustedes ya tienen a un buen elemento con ustedes, tal vez incluso mejor que yo.
-Ya veo... aunque decir que "ella" es mejor es algo relativo... si no tuviera tantos problemas, seguramente sería de las aventureras más poderosas del reino... sino de la historia.
El Sir explicó a Kano su punto de vista.
-En cambio, a pesar de la confianza que ha ganado, con ella aún no podemos bajar la guardia del todo.
Terminó el Sir su breve explicación.
- Para que lo sepa Sir, no era muy diferente de Adalia... Yo era... o soy un monstruo.
Dijo el albino bastante decaído.
-¿Un monstruo...? ¡Ja! No tienes idea de cuántos seres que entran en la categoría de verdaderos "monstruos" he conocido.... Quizá te veas a ti mismo como uno, pero créeme cuando te digo esto Kano
El Sir se acercó un poco a Kano para mirarlo a la cara.
-Somos nuestras acciones, a veces hacemos cosas malas por muchos motivos... lo que hace a alguien bueno o malo, es la capacidad de asumir la responsabilidad por sus acciones y el sincero deseo de enmendar sus "pecados"
Con una confianza enorme, el Sir puso su mano en su hombro para decirle lo siguiente.
-Quizás no seas humano, pero tienes más humanidad que muchos allá afuera... si un "monstruo" adquirió humanidad, ¿Qué te detiene de amarte a ti mismo y amar a otros... Kano?
Terminó el Sir sin perder su leve sonrisa, que a pesar de no tener nada especial en ella, ni hacer uso de alguna habilidad, era bastante brillante.
- ¡Jajaja! Tiene razón Sir. Espero que esas mismas palabras se puedan aplicar con ella, en serio lo espero...
-Hmph... Espero que algún día sea ese el caso. Me alegra que mis palabras te hayan ayudado Kano
El Sir retiró la mano y comenzó a estirarse perezosamente.
-¿Listo para partir Kano?
- Sí... antes de eso, ¿Me permitiría unas palabras con ella?
-... ¿Estás seguro? Porque en ese caso, es mejor ser precavidos Kano
El Sir dijo algo preocupado.
- No, pero no me puedo ir así nada más.
Respondió el albino.
-De acuerdo... déjame hablar con el capitán Idris entonces, tenemos que preparar el sitio de reunión, espera aquí mientras tanto
El Sir se levantó de la mesa, dejó su plato con su cocinero y salió de la cocina con una mirada bastante seria.
A este punto Adalia ya debería estar recuperando la consciencia, era mejor ponerla a dormir un poco más antes de esposarla con unas esposas mejoradas, cadenas encantadas, y una habitación con el suficiente espacio entre ella y Kano.
-10 minutos más tarde-
El Sir regresó al comedor, viendo a Kano que seguía obedientemente esperando en la misma mesa. El lugar estaba ya estaba vació, Walid también ya se había retirado para sus demás deberes además de cocinero.
-Está todo listo Kano... por favor acércate, nos teletransportaremos allí
El Sir le ofreció su mano a Kano, con algo de sopesar, pues el último encuentro que Adalia había tenido para "conversar" con alguien, no había salido muy bien. Habían tomado nuevas medidas, pero no podían dar ninguna garantía de seguridad a Kano.
- Bien.
Respondió Kano tranquilamente mientras se ponía al lado del Sir para teletransportarse
-*Teleport*
El dúo desapareció sin dejar rastro.
.
.
.
-Y aquí estamos
Aparecieron en un pasillo, cada uno con puertas cuyas ventanas estaban selladas, y además las puertas estaban encadenadas fuertemente.
-Todo listo Sir, Kano
El Capitán Idris saludó a ambos, antes de abrir la ventana de una de las puertas.
-Ella está ahí dentro, sigue en el mundo de los sueños, pero por más que esté atada a la silla, esposada y está sentada en una silla metálica, sobre una plataforma metálica, no bajes la guardia Kano. Esa pequeña siesta le habrá ayudado a recuperar su vitalidad de su pequeño encuentro de hace rato.
También había un mago carmesí, el mismo que antes había electrocutado a Adalia, pero este permanecía en silencio y sin despejar la mirada de la puerta.
-¿Todo listo Kano?
Preguntó el Sir al albino.
- Eso creo...
Respondió el albino, mientras sobaba su brazo recién recuperado que hace poco era menos que un muñón de carne.
-Ve por ella tigre, cuidado, ahora muerde
El Capitán Idris retrocedió hasta estar al lado del mago carmesí, para sacar su espada y ponerse en posición de batalla.
El Sir igualmente caminó hacia ellos, que hicieron un espacio para que entrara en medio de ellos.
En el peor de los casos, el Sir podría telentransportarlos a todos.
- Si supieran...
Dijo el albino antes de adentrarse en el cuarto.
Tan solo escuchó el sonido de la puerta cerrándose en cuanto entró por completo.
Ahora estaba por su cuenta.
- Ugh... ¿En qué momento me pareció buena idea?
Se quejó Kano arrepintiéndose de su sentido de la moral.
Ante Kano, se hallaba Adalia durmiendo con una cara que podría llamarse todo menos relajada, pues parecía estar fingiendo estar durmiendo, era notable su estado de alerta al igual que un eterno ceño fruncido en ella.
Le habían quitado la capucha, revelando así su brillante cabello rubio, el cual apenas le llegaba al cuello, era lacio en su mayoría, acabando sus puntas por volverse un semi remolino que apuntaba hacia arriba.
En sus manos se hallaban unas esposas que brillaban, como succionando algo de ella. Sus esposas estaban conectadas por una cadena que acaba en el piso y no dejaba un gran rango de movimiento.
No habían tratado de rodearla con cadenas alrededor de su cuerpo, pues era demasiado arriesgado en el largo plazo, por esa sensación de obstrucción podría decidir escaparse y quién sabe qué masacres podrían ocurrir en tal caso.
La silla en la que estaba parecía haber sido soldada al suelo, por lo cual sin importar cuánto se moviera ella, esta permanecería inamovible.
- Ey niña... ¿Todo bien?
Preguntó el albino en un tono suave mientras se acercaba un poco a la chica.
-....
No hubo respuesta de ella, tan solo siguió sin moverse.
- ¿Adalia?
Al ver que no respondía, Kano se acercó cada vez más al lugar donde Adalia estaba sentada.
- ¿Esperas que crea que sigues noqueada? Si no quieres hablar hay mejores maneras de_
Ni bien el albino estaba por acercar su mano cuando...
*Crunch*
Adalia abrió los ojos al mismo tiempo que trató de morder la mano de Kano.
- ¡¡Mier_!! ¿¡Que ya no pasamos por esto!?
-Qué pena, casi te alcanzo... un poco más y ya te estaría estrangulando
Adalia miró sus manos, dio un pequeño vistazo a su alrededor y al ver a Kano enfrente de ella, supo que el sujeto había venido a darle una especie de charla motivacional.
-¿Qué pretendes ahora... Kano?
Adalia entrecerró los ojos mirando fijamente al albino.
- Sí... verás, ya voy a volver a mi mundo, pero creo que primero debemos tener una charla tu y y_
-¡Pui!*
Sin dejar terminar de hablar a Kano, Adalia le escupió justo en la cara.
- Por favor... dime que esto no cuenta como beso indirecto...
Dijo el albino mientras se limpiaba el escupitajo con la manga de su ropa.
Adalia apretó la mandíbula llena de ira, mirando ahora a Kano con desagrado.
-¿Acerca de qué... Kano?
Adalia ahora mismo quería sacarle al albino sus ojos, mientras lo miraba fijamente, y quizá hacer que los tragara para que así dejase de lado esas estúpidas bromas de su parte.
- De la misma razón por la que ahora eres tú la que está retenida.
Dijo Kano mientras se sentaba en el suelo.
- A pesar de lo que me dijiste antes, careces de control... Dejas que la ira se apodere de ti.
-...
Adalia se le quedó mirando sin responder nada, tan solo se sentía fastidiada porque escucharía el mismo discurso de siempre.
- Si hubieras controlado mejor tus impulsos, te hubieras ido al menos solo con una advertencia. Pero henos aquí...
Mientras Kano hablaba, sacó otro cigarrillo y lo prendió con Tinder.
-¿Así que un sermón? Adelante. Mientras más pronto acabes tus asuntos, mejor
Adalia siseó con algo de odio. Si el sujeto estaba mostrándose así con ella, era porque se había ganado al Sir, y en ese caso ya no había nada más que hacer al respecto.
- Dime una cosa, ¿Qué crees que será de ti al final?
-Muerta en alguna batalla, ¿Por qué la pregunta?
Adalia respondió de inmediato y sin dudarlo.
- Mientras esperas a eso, ¿No aspiras a nada más en la vida?
Preguntó el albino mientras le daba una calada a su cigarrillo.
-No.
Adalia respondió secamente.
- ¿Estás segura? No necesito "esa" habilidad para saber que estás mintiendo.
-...
Adalia no respondió, en cambio su mirada se agudizó.
-¿Por qué no vas directo al punto... Kano? Ya queda claro que puedes ver a través de mí aunque me niegue
Tan solo se mantenía quieta en su lugar porque sabía que no tenía la fuerza o la oportunidad para matar al chico en ese mismo instante.
- Eres una guerrera excepcional Adalia, de las mejores que me he topado.
El enmascarado continuó hablando.
- Pasaste por mucho, eso me queda claro. Pero aquí tienes buenos compañeros, gente que te apoya... aunque se que es algo contradictorio viéndote así...
Dijo Kano señalando las restricciones de Adalia.
- Me dijeron que te has negado muchas veces a todo tipo de ayuda, ¿Por qué no darles una oportunidad?
-...
Adalia se le quedó mirando molesta Kano, había tratado de matarlo, se había inmiscuido en cosas que no le corresponden. Ahora estaba enfrente suyo tratando de actuar como una especie de amigo.
Su odio no hacía más que crecer con cada palabra que él daba, lo quería muerto, quería torturarlo, quería romperlo en mil pedazos. Pero no podía, estaba encadenada, estaba siendo observada y para colmo sin otra opción.
-Porque. No. Lo. Necesito.
Respondió entre dientes.
-Ahora... ¿Puedes largarte?
Adalia no dudó en dejar salir su asco con cada palabra que decía.
Kano no se sorprendió de la respuesta de Adalia, ya esperaba algo así. Más que nada, estaba cansado de que Adalia siguiera negando algo que era obvio y un tema urgente de tratar.
- ¿Cómo lo sabes? Se ve que incluso los soldados rasos saben que tienes problemas.
-....
Adalia no dijo nada, no tenía forma alguna de negar eso.
Y por eso mismo, Adalia nuevamente sintió una gran ira, no una ira explosiva como era usual en ella, sino una vengativa y fría ira, la cual le ayudaba a esperar por horas o incluso días el momento adecuado para atacar a matar con brutalidad.
Sus cadenas que succionaban su vitalidad, rápidamente parecieron aumentar su potencia, pues las luces que las recorrían triplicaron su velocidad, señal de que Adalia aunque no lo mostrase, estaba usando sus fuerzas para tratar de romper esas cadenas.
Quizás si no hubiera acumulado tanto agotamiento de la batalla anterior, habría logrado forzarlos a pesar de todo, y aún así tener energía para pelear por otra hora con Kano.
Sin embargo, tan solo logró que sus cadenas emitieran un ligero sonido, sin mostrar signos de ceder a su fuerza en un buen rato.
-¿¡Qué. Mierda. PRETENDES?!
Adalia dijo tratando de pararse, sin ser capaz de hacer gran cosa.
-Mis problemas son mis problemas, ¡No son tu asunto! ¡NO LO SON!
Mirando a Kano con los ojos inyectados en sangre, le dedicó a Kano una mirada que daba indicios de querer torturarlo.
-¿¡POR QUÉ CREES QUE VOY A ESCUCHAR UNA MIERDA DE LO QUE ME DICES?! ¿¡POR QUÉ DEBERÍA?! ¿¡QUIÉN ERES?! ¿¡QUIÉN TE CREES MALDITO ALBINO?! ¿¡AH?!
Empezando a sentir cansancio por la vitalidad que le era arrebatada, pero sin perder el impulso, Adalia se sentó.
-Escuchaste y viste más de lo que deberías, invadiste mi privacidad, mis pensamientos, ¡MI MALDITA MENTE! ¿¡Y ahora quieres hablar de eso conmigo?! ¿¡CÓMO SI FUERAS MI MALDITO AMIGO?! ¿¡QUÉ MIERDA TIENES EN LA CABEZA DESGRACIADO?!
Retomando el aliento un momento, ahora que finalmente las cadenas dejaron de succionar tan agresivamente su vitalidad, Adalia dijo ahora más calmada pero igual o incluso más resentida que antes.
-No me importa si crees que me entiendes. No me importa si pretendes ayudarme. No me importa si tienes su aprobación. No me importa una mierda nada Kano...
Adalia se inclinó para dar una última declaración.
-¡NO ME IMPORTA!
Adalia le escupió una última vez al albino, ya sin importarle cualquier comentario que pudiera hacer.
Esta vez evitando el escupitajo haciéndose a un lado, Kano prosiguió a hablar.
- Nuestras acciones hacen eco en las vidas de las demás personas. Hay consecuencias para nuestros actos, y es muy egoísta de tu parte escuchar que no necesitas ayuda y que no te importa nada.
El albino puso su mano en la nuca, denotando cansancio.
- No creo que aceptes una disculpa por invadir tu privacidad... Pero estabas atentando contra mi vida. En lo que a mi concierne, eso nos pone a mano.
Kano siguió hablándole a Adalia.
- Tus compañeros te ven justo como tú quieres que te vean.
Por más que lo ocultaran, incluso aquellos que eran cercanos a ella siempre la trataban con cierta cautela, tan solo el Capitán Idris que nunca se dejó intimidar por ella era al punto de ser lo suficientemente atrevido incluso para insultarla en su cara.
Mientras que el Sir, hace tiempo que dejó de percibirla como una amenaza, esos días en que él era un aventurero indefenso cuya única opción para salir era escapar quedaban cada vez más lejos.
- Si aprendieras a controlar tu ira, aspirarías a cosas mejores en la vida. No estoy diciendo que renuncies a esta o que la olvides, todos necesitan de la ira para sobrevivir; pero es mejor tenerla en "verdadero control", créeme...
Dijo el albino mientras se llevaba la mano al brazo donde le habían puesto su runa.
-...
A pesar de haber estado consciente siempre de que su ira era un problema, Adalia por primera vez en mucho tiempo reflexionó al respecto, en el fondo siempre lo supo, pero siempre prefirió ignorar el asunto.
... ¿Qué clase de vida podría tener de todas formas? Sabía bien los crímenes que había cometido.
Las sanguinarias formas en que había matado a tantos nobles, sus guardias e incluso algunas familias que estaban podridas hasta la médula. Jamás se arrepentiría de ello, pero por esa misma razón, era imposible tener una vida normal en algún momento.
Tan solo estaba viva porque era una máquina de matar, en cuanto ya no hubiesen más amenazas, la primera persona que mandarían a ejecutar sería ella.
Con la mirada dolida por ser incapaz de negar más la verdad, Adalia respondió una duda que tenía Kano.
-... Aunque quisiera.... no podría aspirar más...
Adalia miró sus propias manos, aquellas con las que había matado a tantos.
-¿Qué crees que me pasará cuando ya no haya japoneses rondando por ahí? ¿Cuándo los propios hombres del Rey puedan manejar las amenazas contra la Corona? ¿Qué crees que será de mí?
Adalia miró a Kano ya no con odio, ni asco, sino con resignación y... cansancio.
-¿Crees que alguien va a salir a defenderme? ¿Hablar bien de mí? ¿Elogiarme? ¿¡Apreciarme?! ¿¡Arriesgar sus vidas por la más sádica asesina que alguna vez estuvo viva?!
Su ira volvió a surgir, esta vez ya no dirigida a nadie, sino más que a ella misma.
-¿De verdad crees que alguien se sentirá mal por mi muerte...? Tú mismo lo dijiste, ellos me ven como una bomba de tiempo andante....
Adalia apretó los puños impotente.
-¿Estás contento? ¿Satisfecho? ¿Algunas palabras de aliento? ¿¡Kano?!
Con una última mirada resentida, volvió a mirar sus manos con una mirada perdida.
-Jamás esperé tener una vida satisfactoria, ¿De verdad crees que algo de lo que me digas hoy hará alguna diferencia... Kano?
Cerró los ojos, sin querer ver nuevamente al albino a los ojos.
Tan solo quería que se largara de una buena vez, que la dejaran a solas con sus pensamientos
Tan solo tener un mísero momento de paz.
- Mmm... nadie la tiene fácil en la vida. Eso es un hecho.
Dijo Kano mientras apagaba su cigarrillo en la palma de su mano.
- Tu haces el trabajo que nadie más se atrevería a hacer, eso debe tener algún tipo de mérito. A nadie le gusta ensuciarse las manos...
El albino siguió hablando.
- Aunque lo niegues, hay una que otra persona entre tus compañeros que daría la cara por ti.
Mientras se ponía de pie, Kano seguía compartiendo su opinión.
- Y cuando te llegue la hora... Puede que hayas dejado marca en la vida de algunas personas, para bien o para mal.
Mientras se daba la vuelta para terminar su plática, el albino le dejó una última reflexión a Adalia.
- Tu eres la única responsable de tus acciones y de tu alma, así que llegado el momento no podrás decir que otros fueron dueños de tu destino, o que la situación no era oportuna, eso no es suficiente. Pon en orden lo que te resta de vida Adalia.
Sin nada más que decir, el albino salió de la habitación, ante un trío de hombres que lo veían con alivio.
Kano cerró la puerta, antes de que el Capitán Idris preguntara al respecto.
-¿Y bien? ¿Qué le dijiste para dejarla callada?
Preguntó bastante interesado el capitán Idris, como el resto de sus compañeros.
- Solo la verdad.
Contestó el enmascarado al grupo.
-Je... supongo que tenerla inmovilizada fue de gran ayuda, de lo contrario te habría obligado a tragar tu propia lengua
Comentó el Capitán Idris satisfecho por su respuesta.
-Espero que esta vez Adalia recapacite... tan solo queda esperar su reacción
El Sir dijo estar más tranquilo con la situación.
- No creo que recapacitar sea algo sencillo para ella... pero espero que lo haga.
Respondió el albino mientras rascaba la parte posterior de su cabeza.
-Bueno, siempre podemos mandarla a matar un Japonés, con eso estará más feliz y con la mente despejada.
-... No creo que sea buena idea Capitán
-Solo lo dices porque no sueles ser el primero que la ve al volver de sus misiones Sir
-... Aún así, no haremos eso
-De acuerdo Sir... Capitán Kano, ¿Listo para ir a tu casa?
Preguntó el Capitán Idris con una sonrisa complacida por el logro del albino.
En realidad él también había tratado de decirle la verdad a Adalia, pero ella simplemente se largaba o comenzaba a discutir con él acerca de un asunto totalmente diferente.
Era bueno ver que alguien por fin ponía a esa loca en su lugar sin necesidad de fuerza bruta.
- Más que nunca, Capitán Idris.
Respondió el albino con seguridad, viendo que algo había puesto de mejor humor al capitán.
-Esa es la actitud... ¿Sir?
-*Teleport*
Con esas palabras el dúo desapareció dejando atrás tal complejo en total silencio, con la excepción del sonido de la respiración de cierta persona que se encontraba encerrada, únicamente con sus pensamientos para acompañarla.
.
.
.
El trío apareció en el patio del Sindicato, dónde algunos soldados ya esperaban al Sir. Incluyendo uno que tenía en manos aquella "pistola" de portales.
Pero también alguien que Kano no esperaba ver en ese lugar.
-¡K-Kano! ¡Estás vivo!
Se trataba de Kazuma, el cual sintió que un gran peso se quitaba de sus hombros al ver que Kano estaba en una sola... pieza.
-... Aunque no estás entero
Comentó al ver la ausencia de un brazo.
- No se preocupe, volverá a crecer.
Contestó el albino.
- Me alegra que haya salido ileso del bosque Kazuma-sama.
Mientras Kazuma y su autodenominado pupilo hablaban, Kano notó algo, o más bien alguien que guardaba su distancia.
- Kazuma-sama, ¿Alguien estuvo con usted estas últimas horas?
Preguntó el albino mientras trataba de ver de quien se trataba.
-Ah si, esa chica gato que suele estar en mi techo, ¿Por qué?
Kazuma preguntó algo confundido por la pregunta.
- Disculpe señorita, ¿Puede salir un momento?
Dijo Kano sin ninguna dirección en particular, como si le hablara al viento.
-¡!
Un par de orejas se movieron nerviosamente detrás de la multitud.
No pretendía esconderse del sujeto ahora que estaba protegida por los soldados del Sindicato, pero tampoco esperaba que el sujeto preguntara por ella.
[Kano: Ven gatito, gatito, gatito~] [lo se, muy maduro de nuestra parte]
- No tengo malas intenciones, solo quiero hablar.
Dijo el albino al ver a la chica gato un poco insegura de avanzar.
La chica gato aunque insegura, avanzó en dirección al albino. Los soldados se hicieron a un lado para dejarle pasar.
El trío mientras tanto miraba curioso la escena, no esperaban que llegase a hablar con Cyrene.
-¿S-Si...?
Preguntó inquieta al albino.
- Me disculpo si te asusté, tienes la misma presencia que sentí en la mansión. Creía que ibas con otras intenciones, ¿Señorita..?
El albino dejó un espacio de silencio para que la chica respondiera.
-Y-Ya veo... acepto la disculpa, no se preocupe, no lo culpo por mantenerse alerta.
La neko dio una ligera reverencia antes de retirarse ahora más calmada del lugar.
-Todo un caballero, ¿Verdad Kano?
Dijo Kazuma un tanto en broma por la escena que acaba de ocurrir.
- Chomusuke me dijo que había una intrusa, pero ya veo que solo hacía su trabajo.
Comentó el albino mientras se acomodaba partes de su vestimenta.
-Oh.. es verdad, mi nombre es Cyrene, gracias de nuevo por su disculpa Kano
La chica que había volteado para aclarar eso último, se fue ahora con la mente más tranquila.
- Parece ser un alma libre, jaja...
Comentó el albino antes de volver junto con Kazuma a donde estaba el Sir.
-¿Eso crees...? Parece que ella no ha perdido el toque entonces
Dijo el Sir complacido.
- Solo dígale que le lleve "tributo" a la dueña de la casa; me dijo que a la próxima "rasguñaría a esa suripanta hasta que se rindiera ante ella".
Dijo Kano al Sir, haciendo alusión a Chomusuke.
-¿Eh? ¿Suripanta? ¿Qué rayos es eso?
Preguntó Kazuma sin saber la definición al respecto.
- Sus palabras, no las mías.
Contestó Kano a su maestro.
-Ehhh... ¿Okey? Creo que necesito comprar un diccionario
Comentó Kazuma para sí mismo.
-¿Listos para despedirse? Ya casi es hora de que Kano regrese a casa
Comentó el Sir a el dúo de maestro y alumno.
- Kazuma-sama... lamento los problemas que causé, ¿Va a estar bien?
Preguntó el albino preocupado por las consecuencias a las que tendría que dar cara su maestro.
-Por supuesto... creo
Dijo Kazuma al pensar en su futuro en este mundo.
-Ya me las arreglaré por mi cuenta Kano, no te preocupes por mí, el preocupado debería ser yo porque te falta un brazo... no preguntaré al respecto
Dijo Kazuma sin dejar de mirar la sección de brazo faltante de Kano.
- Va a ser una historia interesante de contar; no se preocupe, estaba peor...
Dijo el albino, tratando de bajar la voz en su último comentario.
- Cuídese Kazuma-sama, cuide a las chicas también. Sé que la paciencia nunca es suficiente con ellas, pero trate de no ser un desgraciado.
Comentó con franqueza el albino enmascarado.
-No te preocupes por eso, ya pasé por esa fase... aunque admito que a veces me encantaría que con un par de gritos todos se hiciera como yo comando
- Si así fuera... La vida sería muy aburrida, ¿No lo cree?
Dijo Kano con optimismo.
- Cierto, lo olvidaba. El Sir buscará a los druidas para un asunto especial; le diré que lo incluyan para su entrenamiento.
Dijo el albino con una sonrisa pura sin malicia, pero para Kazuma que había escuchado un poco de lo que ese grupo le haría pasar, no reaccionó con el mismo optimismo de Kano.
-¿¡Q-Qué?! ¡Y-Yo nunca firmé para eso!
Kazuma miró alterado al Sir, el cual sonrió divertido.
-No se preocupe Kazuma-san, dependerá de usted que el entrenamiento fluya como el agua o se retrase más que la burocracia gubernamental.
El Sir miró a Kano con complicidad.
-¿No es así, Kano?
- ¡De su mayor esfuerzo, Kazuma-sama! Estoy seguro que lo completará rápidamente.
Contestó el albino con un pulgar en alto.
-¡...!
Kazuma dio un paso hacia atrás, tan solo para sentir un par de manos en sus hombros.
-Su salida del Sindicato no ha sido autorizada Kazuma-san
-Por favor espera a que el jefe le dé el visto bueno
-¡T-Traidor!
Kazuma gritó a Kano, pues ya le había dejado más que claro que no deseaba ser partícipe de nada de eso de purificación, iluminación o lo que sea que le depararán esos druidas en el bosque.
- ¡Es por su bien! ¡Me lo agradecerá... puede que algún día!
Gritó el albino mientras se despedía de su maestro, y los guardias obstruían su posible escapatoria.
-¡J-Jamás! ¡A-Auxilio! ¡¿No ven que esto los hace cómplices de secuestro?!
-Creo que nuestro invitado necesita relajarse un poco... llévenlo a un lugar más cómodo.
Dijo el Sir a sus soldados.
-¡K-Kano! ¡A-Ayuda! ¡C-Cómo tu maestro en otra dimensión te ordeno que ayudes a tu sensei a escapar de aquí!
Kazuma dijo a la vez que miraba suplicante a Kano.
- ¡Mascar trigo le ayudará en las guardias de ayuno! ¡Permanezca siempre hidratado!
Como si de una madre se tratara, Kano se despedía de Kazuma fraternalmente con un saludo a lo lejos.
-Pero qué recuerdos me traen estas escenas
Comentó casualmente el capitán Idris por la situación.
-Como sea, ¿Ahora estás listo para irte Capitán Kano? No es por echarte, pero también tenemos nuestras propias agendas aquí en el Sindicato
Dijo el capitán Idris respetuosamente al albino.
- Sí, estoy listo. No les quitaré más tiempo.
Respondió el albino, cambiando su temple a uno más formal para la ocasión.
-De acuerdo.
El Sir entonces se acercó al soldado que tenía la pistola de portales.
-Todos apártense
Ordenó el Sir a sus soldados, que retrocedieron hasta dejar un enorme espacio en el patio.
-Aquí vamos
El Sir presionó el disparador. De la pistola salió un líquido viscoso que en un momento se volvió un portal de color verde y circular.
-Ahí lo tienes Kano... ahora puedes volver a casa
Dijo el Sir al albino que dio unos pasos al frente, mirando al portal de forma solemne.
- Una cosa más... Al irme, sellen o destruyan esa reliquia.
Dijo el albino seriamente, con una mirada penetrante a los presentes.
- El multiverso es basto, tuvieron mucha suerte de que yo sea lo que apareciera del portal. Hay cosas peores provenientes de otros mundos.
Volviendo a su actitud amigable, Kano se despidió.
- "Que los dioses los guarden en la palma de su mano, hasta que nos encontremos nuevamente".
Con esta última frase, Kano entró al portal, desapareciendo junto con este.
.
.
.
.
.
.
.
-......
Adalia se encontraba en su celda, aún con esas palabras resonando en su mente.
Odiaba lo que sucedió, desearía nunca haberse encontrado con ese sujeto, desearía haberlo asesinado cuando tuvo oportunidad... pero sobre todo...
Odiaba que tuviera razón....
Gran parte de lo dicho ya lo sabía, pero el modo en que se lo dijeron fue lo que la hizo enojar más, en especial porque le recordó lo precaria de su situación.
Sintió impotencia al ver ahora mucho más claro su triste destino final, aún si pusiera en práctica todo lo que Kano habló con ella, apenas cambiaría las cosas.
No se arriesgaría a eso, no podría, no de nuevo... era mejor que se alejaran de ella ahora. No necesitaba más arrepentimientos antes de que le dieran fin a su vida.
-Hola Adalia...
-¡!
Adalia entonces miró sorprendida quién entró a la habitación.
Era el aventurero al que trató de matar, era el Sir quién por poco le salvó la vida... pero en su mente era algo muy diferente.
La cristalización de todos sus arrepentimientos en una persona con vida.
-....
Tan solo bajó la cabeza impotente, era la persona que menos necesitaba ver ahora.
Trayendo su propia silla, el Sir se acercó, la puso a una distancia razonable de ella y se sentó.
-¿No vas a decir nada....?
Adalia solo negó con la cabeza. No tenía nada que decirle a él, aunque no era lo mismo de su parte.
-De acuerdo... aunque vine aquí con la intención de conversar contigo
-... ¿Acerca de qué?
Preguntó sin la más mínima pizca de rebeldía. No tenía sentido, no había buenas razones, no le serviría negarse a cualquier cosa que le pidiera el hombre enfrente suyo.
Unas palabras suyas mal dichas y estaría muerta.
-... ¿De qué crees Adalia?
-....
Adalia tan solo se quedó callada ante esa pregunta, no sabía qué responder....
No... no quería responder. A cualquiera menos a él.
-... Kano tan solo dijo algo que ambos ya sabíamos Adalia... Y lo sabes
-...
Débilmente asintió a su afirmación.
¿Para qué mentir ahora? Kano bien podría haber visto cosas que no debió ver, pero era el aventurero enfrente suyo que mejor comprendía lo que pasaba en su mente y quién era ella realmente.
-....
El Sir miró a Adalia en silencio, probablemente de las ocasiones en que más vulnerable la había visto, sino la más vulnerable por lo expuesta que había sido sin lugar a dudas para negarlo.
Con la fuerza para aplastar su cabeza, pero sin la voluntad de alzar ni siquiera un dedo, con el potencial de hacer a cualquiera lo que quisiera, pero incapaz de accionar sin órdenes o permiso suyo.
La razón era algo complicada, en resumidas cuentas fue debido a su complicada relación que con el paso de los años le dejó claro a la asesina que sin importar cuánto lo desease, era simplemente incapaz de dañar al Sir.
Y fue cuando comprendió eso, que Adalia se rindió con él, pero también con ella misma. No tenía sentido seguir así, no había buenas razones para ello.
-.... Adalia
El Sir llamó su nombre, con un tono agradable.
La asesina se sentía tan expuesta ante él, que esas palabras fueron suficientes para hacerle sentir dolor, porque de todas las personas, ella era la que menos merecía recibir ese buen trato.
-No te rindas por favor... Sé que la has pasado mal y parece que vas a acabar igualmente así, pero créeme... si pones de tu parte, las cosas van a cambiar.
-M-Mentira...
Dijo ella adolorida antes de agachar más la cabeza y reducir el tamaño de su cuerpo.
-Ay Adalia...
El Sir dijo algo cansado, pues de cierta forma le recordaba a esos berrinches que tenía su hermano menor cuando aún era demasiado pequeño para comprender al mundo y las consecuencias de sus actos egoístas.
-Todo estará bien... y si no está bien, es porque aún no ha acabado.
El Sir se paró para darle unas palmaditas en la espalda con esa frase, antes de irse de la habitación.
-....
Adalia se quedó callada, no quería aceptar esas palabras, toda su vida fue prueba de lo contrario, cada decisión le demostraba que las cosas iban de mal en peor, que los tiempos pueden mejorar un poco pero nunca nada estaría verdaderamente bien.
Sin embargo.... solo por esta ocasión, solo por esta vez...
-E-Eso e-espero...
Solo por ser él, intentaría creer por esta vez.
Quizás aún no fuera demasiado tarde para cambiar para bien.
[Y hasta aquí termina esta aventura multiversal, ¿En que momento ocurre esto en mi historia? ¿Less volverá cannon esto en la suya? ¿¡Tenshi dejara de tomar algún día!? para las 2 primeras no tengo respuesta, pero todos sabemos que Jhonny es Dios bovino (para mi publico del CONALEP, es que es un dios vaca); ¡Nos vemos en otra ocasión! ヽ(^o^)丿]
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