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Recordad que ahora casi toda la familia se encuentra 'fuera'.

Lo siento mucho 😢

Besitos ♥

-Amor, por favor- lloriqueó Hugo- Sé que no fue la mejor manera de decírtelo pero ¡compréndelo! ¡Le estabas diciendo a Arlette, la madre histérica sobreprotectora, que te ibas a morir!

Dean nuevamente le ignoró.

-¡Dean!- chilló como un niño pequeño- ¡Por favor háblame aunque sólo sea para decirme que soy un imbécil sin tacto!

-Eres un imbécil sin tacto- gruñó Dean rompiendo, por primera vez en tres días, su pacto de silencio.

Hugo se sintió un poco más aliviado por ello.

-Algo es algo- murmuró feliz- Perdóname, ¿si?

Dean negó con la cabeza y se centró en su tarta de chocolate.

Hacía tres días se había enterado, de una forma no muy delicada, que estaba embarazado. Él, un chico, estaba formando una pequeña vida en su interior.

-Te daré todos los antojos que quieras, chiquitín- pensó Dean llevando otro pequeño trozo de ese manjar a la boca- Bendito chocolate.

Hugo estaba dispuesto a darle su discurso de disculpa cuando alguien decidió entró en la casa.

Hugo se encontró con alguien bastante conocido en la entrada.

De entre todos los idiotas me toca lidiar con este imbécil- pensó Hugo.

-Tengo como unos cinco minutos- jadeó Damián tirándose al suelo- para...- jadeó- para decirte que...-

Sacó la lengua y se quedó ahí. De pronto su móvil comenzó a vibrar.

-¿Qué mierda te pasa Sheran?- Gruñó- Acabas de fastidiar mi hermosa interpretación.

Sheran gruñó algo también comenzando así una, para nada infantil, discusión.

-¡Que te den maldito!- chilló como un niño pequeño- ¡ahora te dejo! ¡Tengo que seguir haciendo el muerto!

Sin embargo el llanto de Dean hizo que ambos comenzaran una pelea para ver quien llegaba al salón primero.

El mate posesivo llegó primero.

-¿Dean? ¿Mi amor?- murmuró abrazándolo con delicadeza- ¿Estás bien? ¿Qué te pasa?

Echó un vistazo a toda la sala, dispuesto a atacar a aquel que estuviera allí.

Dean murmuró algo inteligible para el pobre Damián, quien en ese momento sólo pensaba en su muerte.

Si Sheran se enteraba de eso probablemente le haría pagar de una forma muy dolorosa. ¡Y ni siquiera tenía la culpa!

-Vale, mi amor- murmuró Hugo ahora totalmente relajado- Pero no llores, ¿si? No es motivo para llorar y asustarme de esa forma.

Damián carraspeó para llamar la atención de ambos.

-Me quedan exactamente dos minutos para llegar a la otra punta del bosque y encontrarme con vuestro amoroso padre- bufó molesto- ¿Pensáis seguir con la escenita? Porque si es así sigo con mi actuación de muerto.

Dean río avergonzado.

-¿Sabías que lo clavo?- le dijo a Dean- Mira- y como si no tuviera a un Alpha esperándole impaciente, se tiró nuevamente al suelo para hacerse el muerto- Si es que tendría que haber estudiado artes escénicas...- refunfuñó- Al menos no tendría canas por el estúpido de Sheran.

-Si no tienes canas, imbécil- espetó Hugo- ¿Ahora que mierda quieres?

-Sí, gracias a la diosa... O tu padre ya habría muerto a manos de un beta canoso muy furioso- comentó irritado- Y ahora lo que debía decirte, ¿Te acuerdas de esa loca que tienes por hermana?

-¿La pequeña o la grande?- preguntó Hugo divertido.

-Ambas- chasqueó la lengua- Pero ahora estamos hablando de la pequeña- Hugo asintió- Resulta que tiene la loca idea de juntarnos... Ya sabes.

-¿Juntarnos?- preguntó Dean observando a ambos- ¿Puedes explicarme, por favor?

Hugo le hacía gestos a Damian para que no lo hiciera. Sin embargo, éste sólo sonrió malvadamente.

-¿No lo sabías, Dean?- preguntó inocentemente- A Ada se le ha ocurrido la genial idea de juntarnos con vampiros.

Hugo no se creía un vidente, pero presentía la muerte de Damián. Estaba cerca, demasiado cerca.

-¿Y como es eso?- preguntó Dean sorprendido.

-No tengo ni idea- comentó Damián ignorando las miradas asesinas de Hugo- Pero el caso es que en unas horas algunos vampiros vendrán aquí para hablar con vosotros.

-Todos son problemas- gruñó Hugo.

-Ni me lo menciones- le siguió Damián- Tú no has tenido que cruzar el maldito bosque para esto, y tampoco tienes que convivir con esa familia. Están locos.

-¿Más que nosotros?- preguntó Dean riendo.

-Siempre he pensado que nosotros somos lo más loco que alguien puede encontrarse- dijo divertido- Pero esa familia está realmente loca. Más que nosotros... Mucho, mucho, mucho más que nosotros.

-¡Al grano!- gritó Hugo un tanto desesperado.

-Tú padre te da órdenes explícitas de echarlos a patadas, Isaac te lo ordena también- dijo riendo- Y me ha dicho también que tengas cuidado porque ya sabes... Muerden.












Damián se marchó y Dean obtuvo su tarta de galletas.

Simplemente necesitaba tarta de galletas y saber que no tenía nada de eso en casa le hizo llorar.

Sin embargo, aquella amable señora que tantos dulces le había regalado de pequeño, no tuvo ningún problema en cumplir su antojo y enviar a uno de sus hijos con un trozo de tarta para él.

Todavía se sentía avergonzado por tener celos de ella.

Una vez satisfecho su antojo, Dean se quedó dormido en el sofá acurrucado junto al pequeño Christopher.

-Simplemente no puedo creer que le dijeras eso a Caleb- gruñó molesto- Eres un idiota.

-¿Qué hay de ti?- Gruñó Mika- Soltar algo tan delicado justo como hiciste tú debería ser un delito.

-Todo por tu maldita culpa- espetó molesto- Ojalá Caleb te lo esté haciendo pagar.

-Créeme, lo está haciendo- objetó molesto- Imbécil.

-Estúpido- murmuró Hugo.

El timbre interrumpió la infantil pele entre machos Alphas.

Hugo suspiró y se levantó del sofá decidido a dar pelea. Sin embargo, cuando abrió la puerta y observó el panorama quiso morirse.

-Venimos en nombre del señor Isaac y deseamos compartir con usted las decisiones que la señorita Ada y nosotros hemos tomado- objetó de forma decidida un crío de unos trece años- Y créame, nos ha costado mucho... La señorita Ada es bastante difícil de convencer.

¿Qué mierda hacía aquí un mini vampiro? ¿Esto era una jodida broma?

Espera, ¿venimos?

-¡Vamos a matarlos a todos si no aceptan ser nuestros súbditos!- chilló otro apareciendo de la nada- ¡A por ellos!

Mataría a Damián, pero sobretodo, acabaría con Isaac. Vaya que si lo haría.

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