
10
Dean.
Ví como charlaba animadamente con una mujer de unos cuarenta años, y aunque sea una tontería, sentía celos.
De pronto se giró dejándome ver su radiante sonrisa y se encaminó hacia aquí.
-Ya he pedido los cafés, ¿Quieres algo de comer?- negué- ¿Te pasa algo?
-Nada- sonreí brevemente- ¿Por qué lo preguntas?
-Por nada- contestó dudoso- ¿Te sientes incómodo por tantas personas?
-No- murmuré mirándo a mi alrededor porque la verdad era que estaba tan centrado en él que ni me di cuenta de lo demás- ¿Piensas gastarte todo el dinero de Kierdgar?
-Por supuesto, y cuando lleguemos le sacaré más- declaró seguro de sí mismo causando que yo riera.
-¿No crees que le sobra con Lyndeen?- ahora fue su turno de reír.
La señora con la que Hugo hablaba animadamente llegó con los dos cafés.
-Gracias, Tina- dijo sonriéndole- Dean no sé si te acuerdas de ella, pero cuando eramos más pequeños solíamos venir mucho por aquí.
Pues la verdad es que no me sonaba para nada. Repasé en mi mente una y otra vez y un recuerdo de Lyndeen y yo atiborrandonos de dulces llegó a mi mente.
-¡Tú nos dabas un montón de dulces aunque mi padre te lo prohibiera!- chillé feliz, sintiéndome al instante un idiota por sentir celos de ella.
Es una bellísima persona.
-La misma, estás muy mayor ya cariño- me abrazó dulcemente- ¿Qué tal todo, cariño?
-Muy bien- contesté dándole una sonrisa fingida.
Me iba medio bien, mi famila es perfecta pero en el instituto no todo es color de rosas.
-Me alegro mucho cariño- miró a Hugo y rió un poco- Os dejo a solas pero antes, ¿queréis unos dulces?
-Yo no, gracias- la verdad me moría de ganas por comerme uno, pero no quería más grasa en mi vientre.
Ella negó divertida y se marchó.
-¿Qué?- le pregunté a Hugo al ver que no paraba de reír.
-Nada, nada- contestó riendo.
Observé mi café y ví que sólo lo acompañaba un sobre de azúcar. Miré disimuladamente el café de él y también tenía un sobre.
Levanté la mirada y me encontré a Hugo mirándome con una gran sonrisa.
-¿Qué te pasa?- hice un puchero.
-Yo siempre tomo el café con dos sobres de azúcar- negó con la cabeza divertido- ¿Crees que puedas pedir uno para mi?
-¿Y tú por qué no?- rápidamente negué con la cabeza- No te va a comer.
En eso, Tina se acercó a nuestra mesa con un plato lleno de dulces, como en los viejos tiempos.
-No entiendo a los niños estos de hoy en día tan preocupados por no engordar- le dijo a Hugo- Invita la casa, así que más vale que comas dulces, te estaré vigilando- me dijo dulcemente.
-Espera, Tina- la llamó Hugo cuando iba a marcharse- Dean quiere pedirte algo.
¿Qué? ¿Por qué me haces esto?
-¿Qué necesitas, cariño?
-¿Puedo acompañarte para que me des otro sobre de azúcar, por favor?- pregunté muy avergonzado.
Tina miró a las dos tazas de café y, cruzandose de brazos, miró seriamente a Hugo.
-Me has dicho que Dean lo tomaba con dos sobres y tú sólo, ¿qué haces con uno tú?- preguntó seria.
¿Cómo sabía Hugo que lo tomaba con dos sobres si solo lo he probado dos veces en mi vida?
-¿Enserio? No me he dado cuenta- respondió inocentemente pasando su sobre a mi café.
Tina sonrió divertida y se marchó.
-¿Cómo lo sabías?- pregunté asombrado.
-Tienes unas manías muy extrañas- se encogió de hombros.
A mi me sonaba a psicópata observador. Cuando me llevó a rastras esta mañana a mi clase yo nunca antes le había mencionado donde era.
Mientras hablábamos tranquilamente no podía evitar mirar de vez en cuando a una botella, seguramente de alcohol, con un líquido azul que se veía realmente bien.
-¿Qué ves tanto?- preguntó divertido girando su cabeza.
-¿Alguna vez has bebido alcohol?- pregunté sin pensarlo.
-Sí- contestó riendo un poco- Pero tú vete olvidando de eso, pequeñajo.
Pequeñajo... hacía tiempo que no me llamaba así.
-Por favor, quiero probar ese líquido azul- hice un puchero, a lo cual él suspiró resignado y giró su cabeza para mirar otra vez los estantes.
-¿Sabes que no puedes beber alcohol?- preguntó divertido- Eres menor de edad, además ahora mismo voy a ir al servicio.
Le seguí con la mirada hasta que desapareció entre la multitud. Mi móvil vibró y ví un mensaje de Estrella preguntándome que tal iba la cita.
Se había empeñado en llamarlo así.
-Aquí tienes, y no te acostumbres- me señaló pasandome un vasito pequeño con el líquido azul- Es un chupito de Blue Topic.
Él también tenía un vasito como el mío pero con líquido transparente.
-¿Eso es agua?- pregunté frunciendo el entrecejo y el rió.
-Es vodka- asentí e iba a preguntarle..-Este ni de coña si que no lo pruebas así que no lo intentes siquiera- ¿Cómo sabía que iba a preguntarle eso?
-¿Por favor?- pregunté haciendo un puchero y negó.
-Confórmate con ese o me lo bebo yo- rápidamente negué- Bien, adelante.
Me llevé el vaso a la boca y le iba a dar un pequeño sorbito cuando comenzó a reírse.
-Así no, de golpe- contestó todavía riendo.
Esto ha sido mala idea.
-Mira das un golpecito en la mesa con el vaso y te lo tragas de golpe- hizo lo que me explicó- Te toca.
Repetí sus movimientos y al tragarme el líquido estaba dulce. Sabía delicioso, a frutas.
-¿Y bien?- preguntó sonriendo maliciosamente.
-Está delicioso- murmuré y él rió.
-Pues no te acostumbres pequeñajo porque no vas a probar el alcohol nunca más.
-Es injusto- me quejé- Y por cierto, ¿Cuantos has bebidos de estos?
-He llegado a beber muchos en el yo nunca...- dijo escogiéndose de hombros.
-¿Podemos jugar nosotros?- pregunté feliz.
-Sin alcohol sí- asentí feliz.
Después de un rato más de charla, Hugo peleó un rato con Tina para que aceptara el dinero, sacando diez euros que por cierto no sabía de donde había sacado los otros cinco.
Ella se negó a aceptar los billetes, diciendo que la casa invitaba por ser nosotros y él acabó convenciéndola de que era de un estúpido vampiro y que quería arruinarlo.
¿Le había quitado otros cinco euros a Kierdgar y no se había dado cuenta?
Bueno lo importante es que después de cenar jugaríamos a yo nunca...
Este no contiene mucha acción porque solo quería escribir sobre una agradable 'cita'.
La acción aparecerá en el siguiente capítulo.
Besos 😘
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro