"No me gustaría adorar a un Dios que sea homofóbico... Me negaría a ir a un cielo homofóbico."
ARCHBISHOP DESMOND TUTU, clérigo pacifista sudafricano.
Tres años antes...
La fuerza del impacto rompe las ventanas y la respiración se le corta. A pesar de que estaba asustado se dijo a sí mismo que no soltaría a Jimin y por eso seguía abrazándole con fuerza soportando los dolores, el ardor y el silencio profundo del río. Cerró los ojos. No importaba donde despertara después. Aquella decisión la tomo junto con su chico para poder encontrarse nuevamente en alguna otra vida y así tener una nueva oportunidad para ser felices.
Así que lo sigue abrazando hasta que el aire se le escapa de la boca y luego Jungkook se desmaya.
La oscuridad es infinita y se ve a si mismo caminando a través de ella en busca de Jimin. Da pasos lentos al principio y luego empieza correr desesperado y gritando el nombre del chico hacia la nada, sin saber cuanto tiempo pasa. ¿Eran minutos, horas, años? No tenía idea y tampoco sabe dónde está, ni que hace ahí. Solo quiere encontrar a Jimin. Con saber que él estaba bien, muy poco le importaba lo que sucediera consigo mismo en ese instante. Solo tenía que asegurarse de que Jimin estuviese a salvo...
Y cuando está perdiendo todas las esperanzas el laberinto de oscuridad, en el que había estado atrapado, le muestra una pequeña luz muy lejos de él. Apenas tintineaba, pero podía verla. Así que corre lejos, corre hacia esa pequeña esperanza de ver a Jimin de nuevo y corre porque necesita encontrarlo. Estira la mano en todo momento, quiere alcanzarla, necesita tocarla porque algo le dice que si no lo hace se quedará allí para siempre.
"Te amo, Kook"
Es lo que escucha y esta seguro de que es Jimin llamándole. Por eso sigue corriendo y sigue aferrándose a la esperanza. No se daría por vencido. No con su chico llamándole a la distancia.
"Yo también te amo, Jimin."
Es ahí cuando abre los ojos.
La cabeza le duele y el hombro le arde. Hay luz apuntándole y no sabe qué hacer. Se siente apresado en su propio cuerpo, porque aunque quiere moverse no puede hacerlo. Hay muchos tubos y maquinas en todos lados actuando como cadenas. Le cuesta respirar. ¿Qué estaba pasando?
Entonces una mujer se acerca sonriendole.
— Que bueno que decidiste despertar, chico. Muchos te están esperando.
Pero Jungkook solo está cansado y quiere dormir. Por eso cierra los ojos soñando con el rostro de Jimin una vez más.
• • •
Había estado en el hospital durante tres semanas y hace cuatro días logro despertar por completo después de una larga operación para sacarle la bala que había caído directamente en su hombro... O al menos eso era lo que la enfermera que estaba a su cargo le había dicho una vez que pudo recuperar su conciencia por completo. El problema era que esos detalles poco le importaban. Él necesitaba saber solo una cosa.
— ¿Dónde esta Jimin?
Y la mujer ladeó su cabeza mientras le acariciaba el cabello de manera maternal.
— Como te sientes mejor hoy te visitará la policía. Ellos te dirán todo lo que saben. Yo no estoy autorizada para ello...
Por más que quiso no pudo negarse y exigir saber más, así que allí espero sentado sobre la camilla que le habían asignado en hospital hasta que un hombre de uniforme entra por la puerta y toma una silla para sentarse justo a su lado.
— ¿Dónde está Jimin? —Repite otra vez, pero dirigiéndose al hombre de cabello oscuro y gafas del mismo tono que ahora le acompañaba.
— Está recuperándose en otra habitación —responde el hombre cruzándose de piernas—. Ambos pasaron por cirugía después que los sacáramos del lago... Nadie sabe como siguen aquí después de todo lo que les sucedió.
La enfermera también repetía eso cuando venía a chequear su estado. A Jungkook le llamaba el milagro del hospital.
— ¿Puedo verlo?
El hombre asiente.
— Pero necesito que me hables de esto —en ese momento el policía saca una bolsa plástica del bolsillo y dentro de esta estaba la grabadora que Jungkook traía consigo el día del accidente—. A pesar de que estaba dañada, nuestro equipo pudo recuperar los audios que aquí habían.... Pero de todas formas necesitamos de tu testimonio y el de Jimin... Sobre tu padre y los hombres que les hicieron daño.
Casi lo había olvidado por completo, pero allí estaba. Por un momento pensó que había perdido toda oportunidad de detener a su padre para hacerle pagar por todos los crímenes que había cometido y ahora por fin podía hablar con la policía con pruebas de por medio para que hicieran algo.
— Es una historia larga —susurra y el hombre asiente.
— Tomate tu tiempo. Ya no tienes nada que temer.
Asiente. Sabe que es así.
Se dedicó a hablar de todo lo que había sucedido desde que conoció a Jimin. Las mentiras que había descubierto por parte de su padre y los crímenes que pesaban en la conciencia del hombre. Aquello les llevo toda la tarde y parte de la noche, mientras el detective grababa su testimonio y hacia apuntes en su libreta hasta que por fin Jungkook termino de narrar toda la historia.
— De verdad lo siento por ambos —dice el hombre levantándose de la silla dando por terminado su trabajo—. Prometo que pagará por todo lo que hizo y este es el primer paso. Ahora iré a entregar esto a la estación, así que te dejo solo... Creo que alguien a estado impaciente de verte todo el día.
Entonces la puerta se abre y por ella entra un chico con la cara roja, leves cortes en la piel y cabello totalmente alborotado, siendo empujado en una silla de ruedas por una de las enfermeras del hospital. Jungkook no puede evitar querer saltar de la camilla apenas le ve, pero el invitado fue más rápido y cojeando dejó tras de sí la silla para caer encima suyo ocultando las lagrimas que le brotaban de los ojos en su pecho.
Jungkook sentía que volvía a respirar con Jimin allí en sus brazos.
— ¡Tenía tanto miedo de que no despertaras! —Decía el chico con sus manos aferradas a su ropa y Jungkook aprovecha para abrazarlo con fuerza mientras le acaricia suavemente el cabello despeinado que traía.
Toma la cara del chico entre sus dedos. No le gusta que llore, pero una sonrisa se le escapa da los labios. Allí estaban ambos. Sinceramente, después de todo lo que había sucedido antes de llegar a este punto, podía creer que se trataba de un milagro.
— Te prometí que siempre volvería a ti, Jimin.
Entonces sin aguantarse más le besa. Aquello era real y ambos habían sobrevivido. Lo único que quedaba por delante era construir un camino juntos, buscar la felicidad y dejar atrás todo lo malo que les había llevado hasta allí.
Jungkook estaba listo para su futuro con Jimin.
• • •
— ¿Tienen idea por qué les he pedido que se reúnan conmigo, chicos?
Jungkook aprieta la mano de Jimin quien estaba sentado justo a su lado mientras hablaban con el detective. Era el último día de ambos en el hospital y mañana les darían el alta, así que no le pareció extraño que la policía quisiese ver como se encontraban... Pero ahora que el detective estaba allí, y con una mirada tan seria en su rostro, comenzó a tener un mal presentimiento de todo eso.
— ¿Pasó algo con la investigación de mi padre? —Pregunta de inmediato Jungkook y el hombre niega con la cabeza.
— Conseguimos la orden para revisar su casa y lo hicimos esta mañana. Encontramos bastantes pruebas que servirán para cuando comience el juicio... Así que eso va bien.
— ¿Entonces? —Esta vez en la voz de Jimin la que hace presencia— ¿Qué sucede?
El hombre se cruza de brazos antes de comenzar.
— Desgraciadamente al parecer la mafia con la que el padre de Jungkook se entendía para hacer los ataques se ha enterado de que ustedes han prestado testimonios que los implican y durante las últimas noches han estado intentando irrumpir en el hospital para llegar hasta ustedes.
Ambos se miran desconcertados. La pesadilla de la que habían creído despertar estaba volviéndose una realidad nuevamente.
— Hemos podido detenerlos hasta el momento, pero una vez que salgan de aquí no podremos garantizar su seguridad las 24 horas del día.
En su mente el castaño se preguntaba qué tanto más debía suceder para que todo se detuviera de una vez por todas.
— ¿Y qué podemos hacer? —Insiste Jungkook— ¿No hay alguna opción?
— La tenemos —responde el hombre y del maletín que traía saca una carpeta llena de archivos que les estira a ambos—. Ya que se trata de un caso que incluye amenazas física de muerte y está ligada a una red de mafia y trafico, he podido conseguir que los incluyan en el programa de protección a testigos.
Jimin abre la boca impresionado y Jungkook frunce el ceño.
— ¿Eso significa..?
— Significa que los reubicaremos lejos de aquí, con nuevas identidades y le diremos a la prensa que han muerto para así desviar la atención de este grupo de mafia. Se que es mucho que procesar y de todas formas no podemos hacer nada hasta que ustedes consientan en ello, aunque debe ser rápido. Mañana debo dar la respuesta de si quieren entrar al programa o no.
— ¿Fingir nuestra muerte? —Pregunta Jimin quien apenas está conectando todo— ¿Pero eso es posible?
— Dentro del programa de protección, sí. Para que funcione es preferible que solo nuestro equipo sepa de ello, así evitamos que se filtre la información y ustedes puedan comenzar una vida nueva lejos de aquí.
Ambos se quedan en silencio. A pesar de que las palabras sonaban bastante simples, el hecho de que tuvieran que tomar una decisión como esa justo cuando ya pensaban que todo había terminado les hacía sentir nerviosos. Es ahí que Jungkook acaricia la mano de Jimin con sus dedos y le mira a los ojos.
— No puedo dejar que te alejes de tus amigos, ellos son como tu familia —susurra y Jimin suspira.
— Pero si me quedo aquí, ¿no correrán peligro también?
Jungkook le abraza y la cabeza de Jimin queda en su hombro.
— Te seguiré a donde sea —concluye el castaño—. Haré lo que tu estimes conveniente.
Jimin lo piensa de nuevo. Hace mucho tiempo, cuando era un pobre prostituto que apenas podía mantenerse a sí mismo, una oportunidad de comenzar de nuevo le habría venido bien para poder escapar. Ahora, que ya había pasado por el mismísimo infierno y había vuelto, creía que era hora de cumplir aquel sueño que estuvo en su mente durante mucho tiempo, aunque esta vez no para escapar, sino para construir su propio camino junto con el amor de su vida.
— Deberíamos hacerlo —determina—. Por nuestra seguridad y para iniciar de cero.
Jungkook asiente. No importaba lo que Jimin hubiese decidido, el le prometió anteriormente que le acompañaría en cada paso que de y eso era lo que estaba haciendo y lo que haría el resto de sus días.
Aquella noche se quedaron juntos en un cuarto del hospital, mientras la noticia de que ambos habían muerto al no recuperarse de las operaciones a las que les sometieron salía en los medios de comunicación. Los únicos que sabían lo que realmente estaba pasando, además de la policía, eran Seokjin y Taehyung, quienes entendieron la situación y dijeron que les apoyarían en todo lo que necesitasen y con eso ambos quedaron tranquilos. Ahora solo debían planear lo que quería que fueran el resto de sus vidas, con sus nuevas identidades y el cambio de ciudad.
— Quiero trabajar en una organización como tu lo hiciste —dice Jungkook mientras acaricia el rostro de Jimin que está apoyado en su pecho estando ambos recostados en una camilla—. Debo enmendar todo lo que hice.
— No te martirices —dice el chico y le abraza—. Todos cometemos errores.
— Solo quiero ser mejor —admite—. Mejor que mi padre...
Jimin se levanta y mira a Jungkook a quien ya las heridas de los cortes le estaban cicatrizando y el hombro se le veía mucho mejor. No podía creer que ese chico que había pasado por tanto pensara aún que su padre tenía algo que ver con él.
— Eres distinto, siempre lo fuiste, Jungkook. Nosotros no somos nada como nuestros padres, hemos cambiado el camino que ellos tenían destinado para nosotros. Salimos de allí, a pesar de que se veía imposible, así que debes darte cuenta de que ya no tienes que sentirte ligado a él de ninguna forma. Tú eres diferente, Jungkook, por eso me enamore perdidamente de ti.
Entonces se acerca y besa al castaño suavemente, conteniendo todo lo que sentía el chico en ese momento. Jungkook, por su parte, no puede evitar derretirse mientras siente el tacto de los labios de Jimin contra lo suyos, la forma en que estos se movían le mandaba directo a la luna sin poder siquiera evitarlo. Posa las manos en la cintura de su chico y le ayuda a colocarse encima suyo sin separarse en ningún minuto. Jimin suelta una risita en medio del beso y abraza al castaño por el cuello. Aquel momento era perfecto para ambos, sin importar lo mucho que habían sufrido para llegar hasta ahí, ahora podían estar en los brazos del otro como siempre debió ser.
— Siempre sabes que decirme —susurra Jungkook mientras deja besos en las mejillas y frente de Jimin—. ¿Cómo fue que alcance a sostenerte para que te quedarás en mi vida?
El más pequeño sonríe grandemente.
— No me sueltes. No quiero irme.
Se besan de nuevo. Una y otra vez hasta que la ropa cae al lado de ambos y ahora se devoran por completo. Jungkook muerde el hombro de Jimin haciendo que este gima su nombre y cree que eso es lo único que quieres escuchar el resto de sus días. Se aferra a su chico en todo momento, con fuerza y el corazón latiendole fuerte. Desea tenerlo así de cerca siempre y nunca más tener que despertar por las mañanas sin él a su lado.
Entonces se aleja un poco para verle mejor. La cara de Jimin con mejillas rojas, boca abierta y labio tembloroso gracias al placer era algo que Jungkook espera no olvidar nunca. Lo quiere todo con él, absolutamente todo.
Esa noche son uno de nuevo y cuando despiertan al otro día aún se tienen el uno al otro.
Ya no hay nada amenazando su amor.
• • •
Todo estaba listo y llegó el día en que dejaron el hospital. La policía fue la encargada de sacarlos de allí lo más rápido posible y sin levantar sospechas para llevarlos directamente a un tren privado con destino a la gran ciudad de Seúl. En ese momento Jimin y Jungkook estaban en la parte de atrás de una camioneta blindada en compañía del detective que estaba a cargo de su caso. Ambos veían por la ventana mientras se sostenían las manos. Aún les parecía increíble todo lo que estaban viviendo.
Y quedaba aún más.
— Quiero darles esto —dice el detective estirando un libro hacia ellos—. Muchas personas estaban en contra de que se los diera porque es evidencia para el caso de Jeon Youngheen, pero creo que deberían leerlo por sí mismos. Esto responderá las dudas que aún tienen.
Jungkook lo toma en sus manos y alza una ceja.
— ¿Qué es?
— El diario de tu padre, Jungkook. Lo encontramos en su oficina el día de allanamiento. Ahí está todo lo que hizo. Prácticamente se trata de una confesión.
El cuerpo le tiembla y si no fuera porque Jimin estaba a su lado sosteniéndole la mano con firmeza no hubiese sido capaz de abrirlo.
— ¿Qué encontraré aquí? —Pregunta antes de comenzar a leer y el detective baja la mirada.
— ¿Recuerdas que me hablaste de tu hermano... Yoongi? Pues está escrito lo que sucedió con él y no murió como ustedes piensan.
Ambos abren los ojos y empiezan rápidamente a leer el contenido del diario. No saben cuanto se demoran hasta llegar a la parte que es mencionada por el detective, pero una vez allí el corazón de ambos late con fuerza y Jimin no puede evitar llorar de emoción.
— No está muerto —susurra Jungkook sosteniendo el libro con fuerza—... Yoongi no esta muerto...
— Y lo vamos a encontrar —declara el detective—. Les prometo que lo haremos.
Presente...
— ¡Nos encantó la entrevista, Mamá Jin! —Dice Jimin contra el teléfono mientras van con Jungkook caminando por la calle— Tienes mucho talento para las cámaras.
Seokjin les había llamado horas después de que la entrevista había terminado y en ese momento tanto Jimin como Jungkook se dirigían a su casa después de una intensa jornada de trabajo en la organización lgbtq+ en la que trabajan codo a codo desde hacía dos años, meses después de llegar a Seúl.
— Que puedo decir —contestan al otro lado—. Es un talento nato.
Ambos chicos se ríen porque la voz de Seokjin se escucha fuerte y claro a pesar de que no se encuentra en altavoz.
— ¿Cómo están ustedes? ¿Todo bien hoy?
— Sí —admite Jimin mientras mira a Jungkook—, a pesar de todo este año estuvimos mejor. Creo que de a poco hemos dejado todo atrás.
— Eso me hace feliz, Jimin. Supongo que ustedes han tenido mucho trabajo, aquí no podemos parar ni un segundo.
— Estamos igual, pero ahora vamos a casa... ¡Debes hacerte el tiempo para visitarnos, Kim Seokjin!
El mayor ríe al otro lado de la línea.
— El mes que viene planeo tomarme unas vacaciones, ¿me pueden dar alojo?
— Claro. Estamos listos para recibir visitas en cualquier momento...
A pesar de que la distancia les separaba seguían siendo igual de amigos que siempre y es que muchas cosas que les unieron en un principio seguían allí. Jimin agradecía contar con el apoyo de Seokjin en todo el proceso del cambio y saber que este último aún se encontraba a cargo de la organización que habían construido junto con Taehyung hacia que su pecho se inflara de orgullo.
— Bien —dice una vez que llegan a casa y van a entrar—. Hablamos mañana, Mamá Jin.
— Ok. Que tengan buenas noches.
— ¡Adiós Jin! —Grita Jungkook hacia el teléfono mientras mete la llave en la cerradura— ¡Nos vemos el próximo mes!
La llamada se termina y entonces ambos entran a la casa. En eso se había convertido la su vida desde que dejaron su ciudad natal atrás. Una hermosa rutina que a pesar de ser simple, ya que consistía en trabajar, hacerse cargo de su hogar y ver series acurrucados el uno con el otro, no cambiarían por nada en el mundo. Quizá era un sueño muy pequeño, pero eso era lo que habían deseado desde el momento en que admitieron para sí mismos que amaban al otro y ahora por fin lo estaban cumpliendo.
— ¡Llegamos! —Avisa Jimin dejando su bolso sobre el sofá y caminando a la cocina— Muero de hambre, voy a hacer la cena.
En ese momento un chico sale de una de las habitaciones de la casa y camina con las manos en los bolsillos hacia el lado de ambos.
Jungkook sonríe.
— ¿Cómo estuvo tu día, hermano?
Yoongi le sonríe de vuelta.
— Bien. Hoy fue un buen día.
[ ⛪️ ]
Nota: Y mañana termina todo, no puedo creerlo ayyyy. De verdad muchas gracias por todo. Son unxs lectorxs maravillosxs.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro