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032.

Todo esta oscuro y tiene las manos atadas tras la espalda. Su respiración es irregular debido al calor que siente y el miedo que le invade. Está confuso, la venda que le han colocado le deja sin posibilidades de darse en cuenta en que lugar se encuentra, por lo que solo puede ser capaz de seguir las instrucciones del hombre que le ha llevado hasta allí.

— Ya vienen hacia acá. Será mejor que  no hagas ninguna estupidez.

Jimin debía pensar en algo rápido.

Hace ya una hora le habían puesto al habla con Jungkook y el padre de este. Finalmente se dio cuenta del plan que el castaño tuvo todo este tiempo y no pudo evitar sentirse inútil. Había bajado la guardia en el hospital y había dejado que le atraparan. Kook debió haber tenido todo planeado, pero ahora se había arruinado porque no fue bastante cuidadoso. En ese momento no podía dejar de pensar que ambos corrían peligro en manos del señor Jeon. Con su actuar el hombre había demostrado ser inmune a la piedad y Jimin no puede evitar temblar debido a ello...

Jungkook sería traído al mismo lugar, donde nadie sabía si podrían salir ambos de allí. 

Intenta no perder el tiempo y con cuidado de no hacer ruido comienza a jugar con la amarra de sus manos. Es difícil y sabe que hay un tipo frente a él que lo estaba observando en todo minuto. Ya no había tiempo para más errores, Jungkook también corría peligro. Por eso ponía atención en cada uno de sus movimientos. Debía hacerlo sin  levantar sospecha alguna.

Aquella sensación le trae recuerdos de su infancia, encerrado en la alacena escondido de su padre. El miedo, las ganas de salir corriendo y el no poder hacer nada. Quizá el escenario era distinto, pero lo que sentía seguía igual. Era en momentos como esos en los que volvía a ser un chiquillo incapaz de defenderse por más que lo intentara.

Aprieta sus dedos, ha conseguido aflojar el amarre, pero no lo suficiente. 

Todo lo que pudo vivir la noche anterior con Jungkook se sentía demasiado lejano para sí mismo. Eran horas de diferencia y aún así le parecía que aquello había sucedido en una realidad alterna, dejando atrás lo feliz que se sintió al verse así mismo completo una vez más. Se preguntaba en su cabeza como terminaría todo eso. Cuando Jungkook llegase en compañía del señor Jeon, ¿qué haría ese hombre?

Como siempre, solo puede estar seguro de una cosa. 

En ese momento puede escuchar un automóvil en marcha no muy lejos. Sabe que es se encuentra en una zona rocosa ya que cuando le han llevado allí podía sentir el movimiento del auto y sus llantas sobre suelo irregular. Están lejos. El camino fue bastante largo para llegar hasta allí. Sospechaba que se encontraban en una zona fuera de la ciudad, porque ningún lugar que conocía concordaba con esas características.

El auto deja de sonar, lo han apagado. No tomo más de dos minutos antes de que la puerta se abriera y luego se escuchen pasos de personas. 

— ¿Está bien amarrado?

Conoce esa voz. El maldito ha llegado.

— Sí, jefe. Además le dije que se portara bien, no va a causar problemas.

Siguen hablando hasta que el señor Jeon da la orden de que bajen a Jungkook del auto. Jimin no puede evitar levantar la cabeza. ¿En qué condiciones traerían al castaño? ¿Lo habrían amarrado? ¿Estaría consciente? Tiene miedo y está tan concentrado en esperar la llegada del chico que el golpe que recibe en el estomago lo toma por sorpresa y lo deja aullando de dolor en el piso.

Empezaba la tortura.

— Maldito asqueroso —dice el señor Jeon y sabe que le está hablando directamente porque su voz esta muy cerca—. Todo esto es tu culpa, he tenido que llegar hasta aquí por ti. Lo que pase aquí llevará tu nombre. 

Se ríe y es que no puede evitarlo.

— Pensé que el psicópata asesino era otro —contesta—, yo no he mandado a matar gente, ni a poner una estúpida bomba en medio de la ciudad. No compartas tus mierdas conmigo. Yo no tengo el alma podrida como tú.

Otro golpe viene, esta vez cae directo en su rostro y termina escupiendo sangre debido a que le han roto el labio. Luego de eso siente el momento exacto en que un pie comienza a aplastar su pierna enferma sin piedad alguna. Grita y a la vez puede escuchar como el señor Jeon ríe. Jimin piensa que aquello suena como si el mismísimo Lucifer le estuviese dando la bienvenida al infierno y no sabía cuanto más podía soportar. No importaba que tanto intentase convencerse a sí mismo, ese hombre no era otra cosa que un psicópata sin culpa alguna.

Solo allí puede escuchar la única voz que le 

— ¡¿Qué le estas haciendo?!  ¡Jimin! ¡Basta, déjenlo de una vez!

No puede verlo, pero al menos se alegra de que no le estén haciendo nada a él.

Es ahí cuando el dolor se detiene y alguien lo levanta de la ropa para dejarlo sentado contra una pared. Aún escupe algo de sangre. No piensa demasiado, solo quiere estar cerca de Jungkook y asegurarse de que nada le suceda, así que sigue la corriente. Sin previo aviso, la misma persona que lo levanta, se deshace de su venda y de inmediato la luz le hace cerrar los ojos. 

Cuando se acostumbra lo primero que ve es la cara roja de Jungkook mirándole. Puede notar que están en una casa pequeña sin muebles y que parecía estar abandonada. Hay dos hombres además de ellos, uno que le trajo a el y uno que venía con Jungkook y que ahora sostenía al chico con fuerza. Se da cuenta de que el castaño también tiene las manos atadas, pero no se ve herido. Suelta un suspiro de alivio, no le importaba nada más además de eso por ahora.

Jungkook se libera del agarre que le apresa y corre hasta Jimin de inmediato.

— ¿Estás bien? ¿Qué más te han hecho? ¡Dime algo, Jimin! 

El nombrado sonríe. Su chico está bien.

— Estoy bien, Kook... Por favor no te preocupes por mí...

Era lo que menos quería sobre todo en esa situación, no tenían el tiempo suficiente como para encontrar una salida para ambos y debían empezar a tramar un plan si querían salir de allí lo antes posible.

El señor Jeon se acerca a ambos y los mira de pies a cabeza.

— Me dan asco —susurra el hombre—. Me han hecho quedar en ridículo más de una vez, pero esto se terminará. No voy a lidiar con los errores de mi hijo y los de su puta nunca más.      

Jungkook se coloca delante de Jimin al igual que un escudo. Está decidido a arriesgarlo todo por el chico.

— No lo volverás a tocar —contesta a su padre—. Si vamos a arreglar esto va a ser entre tu y yo, deja de meter a más personas.

Jimin siente miedo. Kook no puede exponerse de esa forma, no frente al señor Jeon que dudará en hacerle lo peor si no cumplen lo que quiere. Es por eso que apoya su rostro en la espalda del chico mientras este está hablando.

— Jungkook —comienza, intentando que su voz no se quiebre debido al nudo en la garganta que ahora le estaba ahogando—... Debes irte... El me quiere a mí, yo soy lo que odia. Si tu te vas no te hará nada... Por favor sal de aquí...           

Le duele el pecho. Daría cualquier cosa de su ser por ese chico. Desde que se conocieron Jimin sentía que había hecho la vida de Jungkook mucho más difícil y se culpaba siempre por ello. Quizá si nunca sus miradas se hubiesen cruzado nada de esto estaría sucediendo... Quizá el chico llevaría una vida en la iglesia y tan solo se odiarían en silencio. Él por ser creyente, Jimin porque odia a la iglesia. Quizá no debió haber insistido en conocerle, quizá todo eso finalmente era su culpa...

— No, Jimin.

La voz de Jungkook suena grave y no puede evitar sentir una punzada.

— No voy a correr y mucho menos lejos de ti porque te amo demasiado. Perdón por meterte en todo esto, quería solucionarlo por mi cuenta, pero no te protegí lo suficiente... Ahora no me moveré de aquí, nunca, no cometeré el mismo error que antes.

Las lagrimas descienden por el rostro de Jimin sin permiso, su cabeza sigue en la espalda de Jungkook y quiere que todo termine de una vez. ¿Es que acaso nunca podrían estar tranquilos y felices? 

— ¿Es qué acaso no lo ves, Jungkook? —Pregunta el señor Jeon con rabia— ¡Están enfermos, eso no es normal! ¡Dios castiga a los homosexuales y por eso debemos exterminarlos, debemos deshacernos de todos ellos! ¿No te das cuenta de que intento protegerte? ¡Tu no puedes... Tu no..!

 Y es ahí que Jimin se cansa de todo. Se cansa de la hipocresía y de las mentiras. No puede seguir escuchando a ese hombre sabiendo como es en realidad.

— ¿Eso lo dice usted que me pidió servicios cuando yo era prostituto? ¿Ahí yo no le daba asco? ¿O cuando lo veía por las noches en los bares, molestando a otros chicos para que se acostaran con usted? ¿Eso no es horrible, espantoso, asqueroso? —En ese momento Jimin levanta la cabeza y mira al señor Jeon directamente, sin miedo alguno— No quería que Jungkook se enterase de esto porque finalmente eres su padre, pero debes despertar de tus mentiras. 

El castaño y su padre están congelados por las palabras de Jimin. Nadie puede creer lo que están oyendo.

— ¿Eso es verdad? —Pregunta Jungkook— ¿Acaso todo este tiempo tu...?

El señor Jeon se desespera de inmediato.

— ¿Vas a creerle a ese imbécil? ¡Solo te esta manipulando, Jungkook! ¡Está inventando todo..!

— No lo hago —contrarresta Jimin—. Sabes que no lo hago, Jeon. Esta es la verdad, lo que haz ocultado.

— Tu no sabes nada de mí, pequeña puta inservible —en ese momento el hombre aprieta los puños con odio listo para atacar—... Si sigues hablando... Si sigues...

— Quizá así sea, Jeon —interrumpe, ahora Jimin tenía la palabra—. Porque tengo una duda sobre ti que hace mucho me está dando vueltas en la cabeza.

Ladea la cabeza. Solo había una explicación para todo.

—¿De quién te enamoraste y tuviste que alejarte para que te convirtieras en esto? Porque siento que traes en tu espalda el dolor de un amor fallido. ¿Dime, qué edad tenías? ¿Cuál era su nombre? 

El padre de Jungkook queda con su cara pálida y labio tembloroso. No importa cuanto haya querido enterrar el pasado. Todo se devuelve. Nada es capaz de ocultarse para siempre por más que intentarás bajo todos los medios posibles asegurarte de ello.

"Jeon Youngheen, te amo... Por favor no tengas miedo..."

El hombre cierra los ojos. No, eso no había sucedido. Esa ya no era su vida.

— ¡Cállate, puta! ¡Separenlos!  

Los otros dos hombres que estaban en la habitación se acercan a Jimin y a Jungkook. El castaño forcejea, no dejara que toquen a Jimin. El más bajo esta listo para hacer lo mismo, pero antes quiere seguir torturando un poco más a Jeon.

— ¿Fue tu primer amor? —Sigue preguntando a viva voz mientras intentan separarlo de Jungkook— ¿No te dejaron estar a su lado? ¿Te hicieron lo mismo que a mí y a Jungkook? ¡Dime! ¡Dime por qué haces todo esto!

El señor Jeon da un paso hacia atrás. Ahora sus piernas están temblando.

"Soy tu padre y si te digo que te alejes de ese marica de mierda lo harás, Youngheen."      

No quería recordar, no ahora. Mira a Park Jimin. Después de todos esos años en los que quiso asegurarse de que ese asqueroso no se acercase a su hijo él maldito aún estaba ahí, resistiéndose, manteniéndose cerca de Jungkook dejando claro que luchará por él sin importar nada.

Y lo odiaba... Odiaba que su hijo tuviese todo lo que él nunca tuvo.

El señor Jeon se mete la mano al bolsillo. Esperaba que con una golpiza todo se solucionara, pero ya era demasiado en ese momento, había alcanzado su límite. No le quedaba otra opción. Tendría que encargarse por sí mismo de sus propios asuntos.

Saca una pistola. Apunta a Jungkook.

La sala se queda en silencio.

— Ustedes creen que se han burlado de mí, pero no supieron que yo tuve la última palabra todo este tiempo.

Los hombres se alejan y los chicos se acercan. Estaban desarmados, ya no tenían oportunidad alguna, era hora de rendirse.

Jungkook mira a Jimin.

— Lo siento por todo, Jimin. Esto ha sido mi culpa... De verdad lo siento... Te amo...

Pero por más que las cosas se viesen horribles en ese minuto, Jimin no se iba a rendir. Espero cinco años para volver a ver al chico que amaba y espero un poco más para que este volviese definitivamente a sus brazos. No era el momento para rendirse, sino para seguir luchando, por él, por ellos, por su amor.

— Te amo, Kook.

Y sin previo aviso después de decir eso el chico se abalanza, ignorando el dolor en su pierna que le estaba matando, contra el señor Jeon. Nadie sabe lo que pasa, pero Jimin había estado ganando tiempo para desatarse las manos y en medio del forcejeo logro quitarle a uno de los hombres la llave del auto en el que lo habían llegado hasta allí. Por eso toma el brazo del hombre y este termina disparando al cielo. En ese momento las caras de ambos quedan de frente y Jimin susurra:

— Puede que tu no pudiste estar con quien amabas, pero no dejaré que me separes de Jungkook nunca más. Es a ti a quien Dios le dará la espalda.

Lo empuja y se queda con el arma. Aquella era la última oportunidad que tendrían para escapar.





        

     [ ⛪️ ]

Nota: Próximo capítulo el viernes. Mucho tendrá sentido ahora.

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