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031.

✭ Narración especial: Jeon Jungkook ✭ 


Levítico 20:13

"Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre".


Siempre me dijeron que había solo una forma de vivir la vida y esa era bajo el ala de Dios.

Siempre me dijeron lo que tenía que hacer, cómo debía hacerlo y por qué debía hacerlo.

Siempre pensé que era lo correcto. Pensé que era lo que estaba destinado para mí.

Pero me enamoré. Me enamoré de quien no debía y todo lo creí no significo lo mismo nunca más.

El sentimiento se implantó en mi pecho como una pequeña semilla que creció sin control con el pasar de los días. Me llene de miedo porque era algo de lo que muchas veces me habían advertido y que nunca pensé que me llegaría a suceder a mí. Había escuchado a los Ministros hablar de ello entre las paredes de la iglesia. Lo que sucedía si cometías el pecado, como las llamas del infierno te consumirían y la forma en que Dios te daría la espalda si te atrevías en pensar en ello. El levítico era el favorito para lograr el objetivo y gracias a esas palabras era que el miedo se acumulaba dentro de mí al igual que las dudas.

¿De verdad era algo tan malo, repulsivo, diabólico?

Porque cada vez que tocaba sus manos o la piel de su cara la calidez me llenaba y el miedo se iba. Sentía que por primera vez alguien me escuchaba y que se atrevía a mostrarme otra realidad diferente a la mía. Crecí en una burbuja, dentro de la iglesia y bajo la mirada atenta de mis padres. No podía ver más allá porque para mí no existía un mundo además del mío. No cuando en la escuela dominical nos decían que los que estaban fuera de las paredes que nos protegían eran pecadores perdidos y nosotros los elegidos. Ellos no eran como nosotros, jamás serían como nosotros, decían, repetían y quedaba guardado en nuestras memorias.

Y el sentimiento siguió creciendo tan alto, tan grande, tan profundo, que me vi incapaz de retenerme. Recuerdo el primer beso detalladamente. La forma en que mi estomago se sintió y las pequeñas cosquillas que aparecieron en mis labios una vez que el contacto terminó. A pesar de que una parte de mi gritaba que aquello estaba mal, que había decepcionado a mis padres y a la comunidad entera, la verdad es que jamás me había sentido tan cómodo en los brazos de alguien. Era por eso que estaba confundido. Porque algo que estaba prohibido no se podía sentir tan puro, ¿cierto? Debía ensuciarte el alma, no llenarte de luz, ¿verdad?. ¿Entonces qué? ¿Qué era lo que me estaba pasando?

Lo que nadie te dice es que por más que quieras correr lejos de tus sentimientos estos te alcanzaran de alguna u otra forma. Lo mismo pasa con la verdad. Puedes ocultarla durante años y pensar que ya todo ha sido resuelto, pero sin importar cuanto tarde, todo lo que intentaste ocultar saldrá a flote y te golpeará en la cara sin piedad alguna.

Así que me enamoré de Park Jimin. Tan profundo y desgarrador, tan puro y cálido.

Pero a pesar de ello siempre fue un chico inseguro y eso logró alejarme de él durante cinco años. En la estación, con el tren esperando que abordara, pude haber cuestionado lo que me decían y haber luchado un poco más, pero preferí acatar las palabras de mi padre porque esa es la parte fácil. Decir que sí a todo y amoldarte a la forma a que los demás quieren verte es la salida sencilla, aunque la más triste y solitaria. Quizá si hubiese dado un paso atrás muchas cosas malas hubiesen sucedido, pero al menos me hubiese sentido un poco más libre y un poco más yo. Para mi mala suerte esa oportunidad ya había pasado y lo que decidí hizo un peso en mi espalda durante mucho tiempo en el que me había perdido a mi mismo.

Luego pasó lo peor. Me envenené a mi mismo y usé el odio como el único motor para avanzar día tras día. Yo mismo coloqué la soga en mi cuello para deshacerme de todo lo que había descubierto junto con Jimin solo porque estaba enojado, porque me sentía traicionado. Caí en el juego que vi tantas veces. Es tan fácil llegar a ese punto donde todo lo malo que hay en tu vida lo vuelcas solamente a un punto y de allí construyes algo sumamente tóxico que quizá te consuma por completo... Lo difícil es revertir tus decisiones y revertir el daño que causaste.

Pero ahora lo intentaría. Por Jimin. Por mi mismo. Por las personas inocentes que han sufrido.

Antes de llegar a mi destino había ido por la grabadora que teníamos lista con Doyoung antes de que todo sucediera. El plan ya estaba trazado y las cartas ya habían sido seleccionadas. Tenía tan solo una oportunidad y no la iba a desaprovechar. Era mi vida y la de Jimin las que estaban en juego, debía tomar mejores decisiones de ahora en adelante. Por eso estaba confiado con el aparato bajo mi ropa, encendido para obtener toda la verdad.

Es así como llego hasta la puerta que tantas veces cruce y que aún así se me hacía horriblemente desconocida. Toco el timbre, ahora solo queda esperar. No sabía lo que me esperaba del otro lado, pero poco importaba. Fuera lo que fuera ya estaba listo para enfrentar mis verdaderos demonios y ya no sentía la necesidad de correr lejos.

La puerta se abre. Mi madre esta de pie con un semblante frío mirándome de pies a cabeza. Pasamos toda la vida juntos y ahora la forma en que me ve me hace sentir que nunca la conocí en realidad.

— Era verdad —dice ella casi para sí misma— Te haz quitado la sotana... ¿Acaso no puedes ser menos blasfemo?

Me culpa, yo sé que lo hace. Cree que ha perdido al hijo que siempre quiso tener y quizá era verdad, porque yo no volvería a ser el mismo.

— ¿Está él? —Pregunto de inmediato, ya no tengo tiempo que perder.

Hace una mueca. Está molesta.

— Tu padre está adentro. Te ha estado esperando.

Es así como ella me deja entrar a la que fue mi casa hacía ya mucho tiempo. Durante todos estos años y las cosas malas que habían sucedido, finalmente aprendí que tener una casa a la que llegar no es lo mismo que contar con un hogar esperandote al final del día. El hogar es intangible y es donde te sientes protegido de todo mal, una casa solo es lo solido, un lugar cualquiera...

Así que ese nunca fue mi hogar.

Cuando entro a la sala puedo verlo de inmediato sentado sobre el sofá mirando hacia la nada de manera despreocupada. No puedo evitar cuestionar muchas cosas. ¿Cómo alguien que había hecho tanto daño podía estar así de tranquilo en estos momentos? ¿Es que no siente remordimiento, al menos un poco? ¿Podía dormir por las noches con el peso de sus actos carcomiendole por dentro? ¿Acaso era un ser humano o algo más? Yo ya no lo entiendo, pero tampoco quiero intentarlo. Estoy ahí para cortar todo lo que nos une. Terminar esta historia de una vez.

— Ya veo que haz llegado —dice cuando nota mi presencia y se acomoda en su asiento—. Ven aquí, siéntate con tu viejo padre a charlar un rato.

Niego con la cabeza. Debo mantener distancia.

— Estoy bien aquí.

Se levanta sin dejar de mirarme. Estamos enfrentados el uno contra el otro. Jamás pensé que este momento llegaría, pero aquí estoy.

Él debía pagar por todo.

— ¿Y a qué debo tu visita, Jungkook? Me han dicho que dejaste la iglesia y habías desaparecido. No pensé que vendrías hasta aquí después de montar ese número... Aunque es muy propio de ti no pensar en mí ni en tu madre y como repercuten sobre nosotros tus actos.

Ahí está. Antes no me daba cuenta de ello, pero mi padre siempre usa ese tono de voz cuando quiere manejarme a su antojo. Busca hacerme sentir culpable hasta  el punto en que debo pedir disculpas para luego volver al camino que el tiene predilecto para mí. Es una jugada calculada y directa que yo era incapaz de prever y que por mucho tiempo me tuvo en las sombras sin poder acceder a la verdad.

Por mucho tiempo fui una marioneta y él mi titiritero.

— No vengo a hablar de eso. Vengo a hablar de ti, padre.

Él me da una sonrisa de esas burlonas y sé que en ese momento le parezco un mal chiste. No digo nada porque quizá eso me ayude a indagar mucho más. Me subestima a mi y a lo que soy capaz de hacer después de todo el daño que ha provocado, eso era una ventaja.

— ¿De mí? —Cuestiona fingiendo sentirse ofendido— Yo que solo he dado todo por ti y por tu madre. No sé de que podríamos hablar.

Cierro los puños. ¿Cómo podía decir eso con una sonrisa en el rostro?

Es increíble la forma en que podemos mentirnos a nosotros mismos y creernos a la vez. Yo lo hice durante cinco años, a pesar de que me conocía y sabía lo que sentía, me engañe por completo día tras día. Yo lo viví, se lo que se siente, y es por eso que se me hace fácil notar que mi padre lo hace también.

— ¿Y Yoongi? —Pregunto de inmediato— ¿Por él también lo diste todo o no te alcanzaba y por eso ya no esta aquí?

Compartí muy poco con mi hermano, pero aún así lloré su muerte durante años porque me hubiese gustado contar con su apoyo cuando las cosas se me hacían difíciles o para compartir algún recuerdo especial. Siempre me pregunté que tipo de relación hubiésemos tenido, sobre todo cuando me sentía solo dentro de esa casa, sin nadie que me escuchase. ¿Acaso algo hubiera cambiado si estuviese aquí y ahora? ¿Habríamos luchado juntos o Yoongi habría sido aplastado de igual forma por las ambiciones de nuestra familia?

Pero no lo sabría nunca, gracias a mi padre.

El hombre está pálido, puedo ver como la llama de miedo se enciende en sus ojos mientras da un paso hacia atrás. Es la imagen viva de un ladrón siendo acorralado por la policía y yo soy quien ha disparado primero. 

— ¿Qué estás tratando de decir, Jungkook?

Me acerco. No tengo miedo, no allí.

— ¿De qué hablo? Creo que es simple. Ya se me ha caído la venda que me pusiste sobre los ojos por años. Sé quien eres y lo que haz hecho. Lo sé todo. 

Nunca había visto a mi padre de esta forma. La imagen de monstruo feroz capaz de hacer lo peor sin importar el daño que significaba no era nada parecido a lo que estaba frente a mí. Al final era un hombre lleno de palabras, lleno de maldad, pero cuando era atrapado, se convertía en un pequeño cordero pidiendo que aún no lo degollaran.

Pero intenta mantener la compostura. Él no quiere perder.

— Eres tan predecible, Jungkook. Después de todo lo hemos pasado haz llegado hasta aquí creyendo las mentiras de ese muerto de hambre. ¿No te da vergüenza o ya te haz olvidado que fue él quien te engañó? Yo estuve allí. Sin mi hubieras vivido en una mentira por años...

Sigue hablando y culpando a los demás por lavarme el cerebro. Quiere convencerme de que es mi salvador y sin él yo no sería nada. Está intentando aferrase a su última esperanza de tenerme a sus pies de nuevo.

Y no aguanto. No puedo escucharlo más...  

— ¡Cállate! ¡Sé que lo orquestaste todo! ¡Sé lo que le hiciste a Jimin, a Yoongi, a todos! ¡Deja de mentir, se ha terminado!

Me duele el pecho y la garganta. Era demasiado, todo era demasiado. El veneno del que siempre me advirtieron en la iglesia no venía de afuera. El exterior no era de quien debía cuidarme, sino de él. Siempre estuvo bajo mi mismo techo, observándome de cerca para que no cruzara la linea. Siempre fue mi padre.

El hombre, que hasta ahora tenía el rostro pálido, cambia su semblante por uno mucho más oscuro. Podía verlo en su mirada. Yo sabía  demasiado y ya no podía fingir.

— Tu nunca entenderás —comienza y su voz ahora es más grave—. Tu nunca entenderás que todo es por tu  bien, por nuestro bien. He tratado de cuidar siempre a mi familia de la gente enferma y no descansaré hasta ver cada uno de esos malditos fuera de este mundo para siempre... Dios me dio esa misión y la he cumplido con todo mi ímpetu... Tu hermano tampoco lo entendió, el estaba contaminado... Justo igual que tú...

Y ahora lo comprendía. La vez en que Jimin me dijo que el problema no era la religión ni Dios. Él problema siempre fueron los que usan el nombre de este en vano para cometer actos de odio. Son ellos quienes hacen de este mundo un lugar mucho más hostil y mi padre encabezaba la lista.

— No tienes alma —susurre—. Yoongi era tu hijo...

— ¡Era un asqueroso homosexual! —Grita intentando defender lo indefendible—¡Intenté salvarlo y aún así volvió, yo no podía dejar que se quedase aquí y lo contaminara todo!   

— ¿Lo mataste? —Interrogo, pero no se si estoy listo para escuchar la respuesta.

El me mira y cuando sonríe me doy cuenta de que la maldad te puede convertir en un verdadero demonio.

— Si sabes de lo que soy capaz la respuesta es sencilla.

Se hace silencio.

Lo siento, Yoongi. Lo siento por no saber lo que sucedía antes. Lo siento por ser ciego durante tantos años. No te merecías ese final y me gustaría tener el poder para cambiarlo todo para que estés aquí conmigo. Lucharé cada día del resto de mi vida para que nadie pase por lo mismo otra vez. 

Algún día te veré de nuevo, hermano.

— Sé que eres capaz de orquestar un ataque terrorista en un festival donde muchas personas perdieron la vida o salieron heridas y también sé que eres capaz de mandar a matar a quien descubra tus planes, como Doyoung lo hizo. La pregunta es, ¿cuál es tu límite?

Lo desenmascare y tras de eso no hay más que un hombre consumido por la oscuridad que intenta llevar consigo a todo quien no cumpla con las reglas que desea.

En ese momento mi padre, antes de responderme, se mete la mano al bolsillo y teclea un número en altavoz. Puedo escuchar el pitido hasta que el sonido de una persona contesta en la otra línea y el vuelve a sonreír de forma macabra hacia mí.

— No tengo límites, Jungkook.

Y en ese momento una voz interrumpe la conversación. Una voz que me hizo perder toda la fuerza que tenía para ese momento.

— ¡Sal de ahí, Kook! ¡Sal de ahí ahora!

Le prometí que lo protegería y que ya nada malo le pasaría ahora que volví a su lado. Intente alejarlo del peligro para que las garras del hombre frente a mi no le alcanzaran, pero aún así falle. Lo único que deseaba era que fuese feliz... Quería mejorar todo lo que destruí con mi desconfianza hace cinco años... Necesitaba mantenerlo a salvo...

Pero Jimin fue atrapado.

Mi padre corta la llamada y vuelve a dejar el aparato dentro en su pantalón mientras yo no puedo reaccionar. ¿Dónde estaba, Jimin? ¿Qué le habían hecho si se suponía que iría al hospital? ¿Le harían daño?

Y mi padre dice:

— Será mejor que me acompañes o me voy a deshacer de ese imbécil antes de que puedan despedirse.  

Pero yo no voy a despedirme. Jimin saldría vivo aunque yo muera en el intento.





  [ ⛪️ ]      

Nota: Comienza la cuenta regresiva para el final, próximo capítulo el miércoles. Gracias por todo.



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