025.
Era increíble pensar como en cosa de horas las cosas habían cambiado tanto. Se había acostumbrado a una rutina hacía meses. Trabajaba y trataba de dar lo mejor de si mismo en ello, buscando con eso poder ayudar a los demás para que no viviesen lo mismo que él. Evocó sus esfuerzos en ello, tanto así que durante un tiempo era lo único que utilizaba como motor para seguir adelante. Se le hizo difícil, pero logro concretar varias metas. Hizo crecer una fundación desde el polvo y convirtió su visión en realidad. Siempre pensó que ahora solo quedaba hacer el bien, que esa era la parte más fácil de todo.
Se equivocó. Vaya que Jimin se equivocó.
Se sentía cansado. De vez en cuando cerraba los ojos deseando que el tiempo se detuviera al menos unos minutos para así tener un descanso. Ni siquiera sabía cuantas horas habían pasado desde que llegaron a la comisaría. Era de noche y aún quedaba mucho papeleo por hacer para notificar al resto de las familias de los fallecidos. Jungkook había ayudado a los policías a intentar encontrar a los padres de Baek y no hubo éxito alguno, ahora el niño permanecía en la guardería mientras se decidía que harán con él. Mantenerse de pie en esos instantes con tantas noticias horribles a su alrededor parecía una tarea mucho más complicada de lo que fue el día anterior y el dolor de su extremidad no le dejaba pensar con claridad. Se había esforzado mucho, pero no sentía que fuese suficiente.
— Ten. Te traje café.
Alza la mirada para encontrarse con la mano de Jungkook que le ofrecía un vaso de café humeante. Sin decir nada acepto la oferta e hizo espacio en el sofá donde se encontraba para que el chico se sentase a un lado. A pesar de que aún estaban en la comisaría el ambiente parecía mantener un silencio sepulcral. Quizá eso sucedía cuando grandes tragedias azotaban la ciudad.
— ¿Aún no terminas con el papeleo? —Pregunta Jungkook dando un sorbo a su café.
— Les he dado todos los números que tenía, pero aún faltan dos familias por contactar y quieren saber quién se hará cargo de los funerales si no hay noticias —suelta un suspiro y se acomoda mirando al piso—. Jamás pensé que diría algo como eso.
Jimin siempre había considerado a toda la organización como su familia. Habían comenzado junto con Taehyung y Seokjin con un lindo sueño y de a poco más personas se fueron integrando en el proyecto. Con el paso de los años se transformaron en un gran un círculo familiar luchando por un cambio y eso le hacía sentir feliz. Era por eso que sufría, las chicas y chicos que ahora estaban sobre las camas de metal con una manta blanca cubriéndoles por completo eran voluntarios a los que saludaba a diario, los que le sonreían y agradecían por dejarles ser parte de la organización. Le dolía tanto el pensar que su familia había perdido a aquellas almas puras sin tener tiempo para evitarlo. El hubiese hecho lo necesario para impedir que les pasara algo. Solo necesitaba saber que algo iba a suceder. Solo necesitaba tiempo. Solo...
— Puedo ver todo lo que estas sufriendo, Jimin —dice Jungkook mirandole—... No te diré que seas fuerte porque ya lo eres. Tampoco te diré que intentes no estar triste o no llorar, porque tienes derecho a hacerlo. Sé que todos ellos eran importantes para ti y que lo único que quieres es volver el tiempo atrás para ayudarlos... Lo tengo claro porque tienes un corazón enorme que ahora esta sufriendo... Y lo único que voy a ofrecerte ahora es mi ayuda, mi hombro y mi soporte. Estaré aquí y no te dejaré solo... Es lo menos que puedo prometerte.
Jimin no puede evitar soltar una risa triste.
— Quién diría que volverías a hablarme con ese tono tuyo que siempre supo reconfortarme aunque todo estuviese ardiendo en mi alrededor. No sé como lo haces, Jungkook, pero siempre haz usado las palabras justas conmigo... Hasta para hacerme daño.
¿Cómo olvidar el daño, el llanto y el dolor? Muchas cosas habían pasado ese día y aún su cerebro no podía procesarlo todo. Tenía miedo de abrir los ojos y darse cuenta de que Jungkook era solo un sueño y que tendría que pasar por toda esa tragedia él solo. Todo ese terror le consumía, porque a pesar de una parte de él se entregaba por completo, si existía dentro de si mismo la parte que no quería sufrir más.
— ¿Sabes? —susurra Jungkook— Siempre me enseñaron que casi desde que nacemos somos pecadores en este mundo. Esos pecados los traerás contigo y solo Dios puede perdonarte. La verdad es que siempre pensé que mi pecado era amar a un hombre... Pero ahora que lo pienso el pecado que siempre voy a llevar a cuestas va a ser el haberte hecho sufrir como lo hice.
Jimin ladea la cabeza y bebe un poco de café antes de contestar:
— Yo creo que el único pecado de las personas es el odio... Lo demás es solo un efecto colateral del odio. El odio a los demás, el odio a uno mismo, el odio creado y el odio inculcado. Todo lo malo nace del odio.
Jungkook asiente.
— El odio me consumió durante años...
— Pero no es eterno, Jungkook. El odio se puede erradicar...
Es ahí cuando sus miradas chocan suavemente. Nadie que veía a esos dos chicos sentados en el sofa de la comisaría con los ojos pegados en los del otro tendría idea jamás de lo mucho que sufrieron para llegar allí, ni del amor que se tenían. A pesar de que el odio los separó en un minuto solo existía algo que no podía destruir y ese era el destino de dos almas gemelas que luchaban por encontrarse una vez más.
— Jamás dejaré de pedirte perdón, Jimin... Quiero remediar todo el daño que te cause...
Y sorprendente quien se acerco a entrelazar los dedos de las manos de ambos fue el rubio que seguía perdido en los ojos castaños que tenía justo en frente. Sus palmas se juntan y parecen calzar perfectas la una con la otra.
— Necesito preguntar algo, Jungkook. Y quiero que respondas con la verdad.
Con la mano que tenía libre el castaño acomoda un mechón de cabello de Jimin hacia atrás y luego asiente.
— Lo prometo.
Se lo había preguntado muchas veces desde que se enteró de que Jungkook volvió a la ciudad. Quizá no se lo había planteado antes porque tenía miedo de la respuesta. Finalmente el seguía con los mismos sentimientos de hacía cinco años y no sabía si en algún momento eso iba a cambiar.
— ¿Me amaste, Jungkook? ¿Me amaste de verdad o solo fue un amor pasajero?
Jimin solo se había enamorado una vez durante toda su existencia y de quien menos debía. Recuerda que desde que conoció a Jungkook su vida se torno de un color diferente o al menos así se sentía. Al principio se convenció de que solo era un juego tonto, burlarse del chico religioso para dejarle en claro que el Dios que alababa no existía. Pero el tiempo siguió su curso y el corazón frío con el que había vivido desde que era un niño comenzó a latir con más fuerza cada vez que escuchaba su nombre de los labios de Jungkook. Luchó, vaya que luchó contra ello sin mucho éxito. Se enamoro de una manera tan profunda que tenía claro que hubiese enfrentado a todo un ejercito él solo para ver al castaño sonreír y eso era algo que aún sentía a pesar de todo. Muchas veces usaron su cuerpo como a un objeto y nunca pensó que alguien podría ver algo bueno en él, pero cuando el tacto de Jungkook tocó sus heridas se sintió el ser más afortunado de la tierra.
Solo quería saber si el sintió lo mismo.
— No, Jimin... No te amaba... Te amo, que es distinto.
Y ahí estaba. El pulso rápido y la electricidad recorriendo su columna. Allí estaban los sentimientos acumulándose en su pecho. Allí estaba su primer y único amor volviendo a su vida después de la horrenda tempestad que se dio entre ambos.
Jungkook le sonrió y apretó más fuerte su mano.
— Y porque te amo después de entregar a mi padre, desenmascarar a la iglesia y limpiar tu nombre voy a irme de tu vida para siempre. Todo lo que te hice es imperdonable y ya es hora de que te deje seguir adelante para que por fin seas feliz... Porque si te amo, debo de una vez por todas dejarte ir.
Jimin creía que Jungkook se parecía a la arena junto al mar... Porque siempre se le escapaba entre los dedos.
• • •
Cuando salió de la ducha nada había cambiado. Pensó que con la ayuda del agua caliente ahora iba a sentirse un poco más relajado, pero la verdad era que Seokjin seguía igual de miserable.
Después de ir al hospital para ayudar a la gente de la organización que fue herida en la explosión decidió que era hora de volver al edificio a quitarse la ropa rota y el olor a humo que no hacia otra cosa que traer recuerdos traumaticos a su mente.
Lloró bastante con el agua cubriendo sus lagrimas. Todo lo que creía y por lo que luchaba había sido destrozado en cosa de segundos. Un desfile que tenía que significar nada más que felicidad ahora había sido teñido con la tristeza de una tragedia. No podía evitar pensar en Taehyung. Su amigo que aún no despertaba del coma y que tanto había trabajado para que este desfile saliese perfecto. ¿Cómo le dirían lo que había sucedido una vez que despertara? Ni siquiera era capaz de imaginarlo.
Salió del baño de una de las habitaciones con las que el edificio contaba para las personas que necesitaban de un lugar para pasar la noche y se coloco ropa nueva para dirigirse al pasillo. Había hablado con Jimin antes de entrar a la ducha y le comunicó que todos los heridos habían sido atendidos en urgencia, mientras que su amigo le contó que el papeleo de los fallecidos ya estaba listo y que habían conversado con algunas familias sobre lo sucedido. Ambos parecían dos zombies mientras entregaban la información y es que el shock del momento aún no abandonaba sus cuerpos.
Se frota los ojos fuertemente esperando despertar a su cerebro cansado por el estrés. Quería quedarse despierto hasta que Jimin llegase y es que hasta que no estuviese con su amigo no se sentiría a gusto para poder dormir al menos unas horas antes de dirigirse de nuevo al hospital para ver como seguían los heridos. Un suspiro largo sale por su boca y se sienta en una de las mesas que tenían para la recepción. El edificio estaba casi vacío, cosa que solo ocurría cuando todo el mundo se iba a dormir, y eso no le ayudaba a distraerse de todo lo que había sucedido.
Podría gritar de desesperación, pero no lo hizo.
Siguió en silencio durante unos minutos esperando que Jimin entrase por la puerta en algún momento. Quizá se debía a lo concentrado que estaba intentando no recordar nada, pero en ningún momento escuchó la puerta abrirse. Solo giró la cabeza al momento en que un golpe destrozo el silencio que había en medio de la estancia. De inmediato se levantó mirando a todos lados y cuando se percató de lo que sucedía apenas pudo controlarse a sí mismo.
Esta vez si gritó.
— ¿¡Doyoung!?
El chico, a quien había conocido tiempo atrás gracias a que Jimin lo había llevado a la organización y que después se fue par unirse a la iglesia, yacía tirado en el piso del edificio con sangre cubriéndole parte del rostro y la espalda. Seokjin apenas podía reaccionar y cuando pudo lograr que su cerebro moviese sus piernas se acercó intentando ayudar a Doyoung.
— ¿¡Qué te sucedió, Doyoung!?
Con cuidado dio vuelta el cuerpo del chico que estaba boca abajo debido a la caída y lo apoyó en sus piernas intentando entender qué era lo que estaba sucediendo.
— Jin... Jin —susurraba Doyoung apenas pudiendo mantener los ojos abiertos—... Debes darle esto a Jungkook.
Se dio cuenta de que el chico le estaba entregando con su mano derecha una memoria usb.
— ¿Qué? ¿De qué hablas? ¡Eso no importa, dime qué ha pasado!
En medio de la histeria pudo ver que Doyoung tenía el pecho herido con lo que parecía ser una herida de bala. Estaba sangrando mucho y su piel ahora era pálida. No podía creer lo que estaba sucediendo, después de todo lo vivido nada lo había preparado para ver algo así.
— La bomba —seguía susurrando el chico con un hilo de voz—... Fue el señor Jeon, Jin. El planeó el ataque...
Seokjin se paralizó en ese instante.
— Debes decirle... a Jungkook... El debe...
Pero la frase no termina porque el cuerpo de Doyoung comienza a retorcerse en los brazos de Seokjin.
— ¡No, Doyoung! ¡No mueras ahora, por la mierda!
Intenta detenerlo pero es imposible. Cuando los espasmos terminan el corazón de Doyoung ya no late.
[ ⛪️ ]
Nota: Maratón 3/4. Perdón, se que dije que subiría dos capítulos hoy, pero tengo que estudiar. Mañana sin falta esta el otro.
Yo escribiendo el capítulo (pls no me odien):
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