008.
Volvieron a casa asumidos en un silencio sepulcral, de esos que enfriaban cada movimiento conforme pasaban los minutos. Nadie era capaz siquiera de respirar muy fuerte después de haber sido sacados de la iglesia a rastras y se podía escuchar claramente como un alfiler caía al piso del vehículo que seguía en marcha. De vez en cuando Seokjin miraba por el retrovisor a Taehyung, quien le preguntaba con los ojos qué debían hacer ahora después de todo lo sucedido, aunque ninguno de los dos sabía muy bien gracias a que seguían algo en shock. De todos los escenarios posibles aquel era el que nunca se les cruzó por la mente, el uno en un millón y por eso estaban tan anonadados. Lo único que quedaba por hacer era esperar a que Jimin despertase del trance en que había caído en el momento que cerró la puerta del auto tras de sí, rogando que al menos el tuviese una respuesta a todas las dudas que les habían aflorado.
Pero no lo podían presionar. Su corazón se destrozó nuevamente y esta vez era difícil que se recompusiera.
Llegaron al departamento y Jimin no quiso recibir la ayuda de ninguno de sus dos amigos haciendo el recorrido hasta el hogar de todos por su cuenta, casi como sí quisiese concentrarse solamente en dar paso tras paso, aunque no importó cuanto lo intentase porque aún seguía aturdido y su cabeza parecía querer explotar en medio de todos los pensamientos que sucumbían en su mente. Apenas entró a su habitación bajo la atenta mirada de sus amigos caminó hasta su mesa de noche y del cajón sacó un paquete de cigarrillos de donde extrajo uno para luego prenderlo con el encendedor que estaba justo a un costado.
¿Hace cuanto no fumaba? La respuesta era desde que conoció a Jungkook. Ni siquiera había tomado la decisión de dejarlo y durante las terapias después del accidente muchas veces compró cajetillas para volver a su viejo habito, pero nunca fue capaz porque el rostro del castaño se le venía a la mente y simplemente las ganas desaparecían. El problema era que había vuelto a ver esa cara que durante muchas noches deseó tener la oportunidad de presenciar una vez más y nada había salido como esperó.
Porque ese no era Jungkook.
Su Jungkook tenía un brillo especial en los ojos. Su Jungkook transmitía paz y tranquilidad a cualquiera que estuviese con él. Su Jungkook no conocía emociones como el odio porque era demasiado bueno para ello. Lo que Jimin presenció en la iglesia fue a una maldita marioneta sin vida movida por un titiritero a gusto. La desesperación le consumió al escuchar las palabras de Jungkook, aquel intento por alejarlo por completo. No, ese no era su chico, era otra cosa. Algo demasiado triste como para ser el Jeon Jungkook del que se enamoró perdidamente y no creía estar listo para acostumbrarse a que las cosas fuesen así desde ahora en adelante.
— ¿Jimin? —La voz de Seokjin hace eco en su mente, pero no hace caso, solo sigue dando calada tras calada al cigarrillo— Por favor, háblame, háblanos.
Jimin mira a sus dos amigos. ¿Qué quería que les dijera? Acababa de encontrarse con su ex novio del cual seguía tan enamorado a pesar de que pasaron cinco años en los que no supo nada él y este se convirtió en una especie de sacerdote de la maldita iglesia que los separó. Eso era demasiado para digerir, pero el hecho de que Jungkook le hubiese negado la entrada y sacado del lugar como si fuesen animales era algo que ni siquiera el mismo se podía explicar.
— No hay nada que decir —responde botando el humo que daba vueltas por su pecho. Ni siquiera la carga de nicotina podía hacerle sentir más relajado.
— Sí que lo hay —contradice Seokjin caminando hasta el para ponerse de cuclillas y mirarlo directamente a los ojos—, tan sólo di lo que sientes. Jungkook...
— ¡No digas su nombre! —Grita de una vez con la voz dolida y los ojos aguados— ¡No digas ese maldito nombre nunca más! ¡Es uno de ellos, siempre lo fue!
Una vez más el silencio invadió el espacio entre los tres y ya no había nada más que agregar porque Jimin había dado la última palabra. Se sentía decepcionado, roto en miles de pedazos. Esperó mucho tiempo y sufrió demasiado para que después todo terminase así, con la cara del chico que amaba mirándole con asco, casi como si el hubiese sido el que rompió las cosas entre ambos.
Pero lo recordó. Jungkook no sabía lo que pasó el día que iban a huir.
Los ojos se le abrieron con sorpresa y rápidamente volvió a adentrarse en la mesa de noche, esta vez para sacar un sobre donde tenía un montón de fotografías que mantenía guardadas en lo más alejado del lugar. Apenas sus yemas tocaron el papel sintió una extraña sensación recorriéndole por completo, muy parecida a una alerta de peligro. Sus amigos le miraban atentamente y fue Taehyung quien acabo con el silencio haciendo una pregunta.
— ¿Qué tienes, Jimin?
Y el nombrado alza la mirada mientras sus manos temblorosas sacan las fotos que había guardado dentro del sobre. ¿Hace cuanto no las veía? ¿Tres o cuatro años? Casi olvidó que las tenía en su poder a pesar de que son las pruebas del hecho que lo marcó de por vida. Ni siquiera fue capaz de echarles un vistazo, simplemente se las estiró a sus amigos antes de responder.
— Jungkook no sabe... No sabe del accidente.
Todos se miraron. Nadie pensó en eso.
Y Jimin recordaba todo como si hubiese sido ayer.
• • •
Sus parpados no querían levantarse y tenía un dolor punzante en la cabeza que le hacía soltar pequeños gemidos de dolor. Algo estaba mal, algo había salido mal, estaba seguro de ello. Con las pocas fuerzas que tenía abrió los ojos y vio a su alrededor de forma borrosa. Sentía miedo aunque no tenía idea exactamente por qué hasta que a su mente llegó el último recuerdo que poseía antes de perder el conocimiento.
Alguien vino detenerlo.
Alzó la mirada por todo el departamento y no tardó mucho en escuchar la voz de alguien desconocido hablando por teléfono en la otra habitación. Intentó levantarse de la cama donde yacía con cuidado para que el intruso no se diese cuenta de que había vuelto a estar en sus cinco sentidos, pero pronto se quedó totalmente congelado al escuchar lo que estaba diciendo el tipo contra el teléfono.
— Todo esta listo, las fotos fueron enviadas y ya puede estar tranquilo. Creo que es hora de que me vaya antes de que el imbécil despierte —se queda en silencio unos segundos antes de seguir—... No se preocupe, señor Jeon, con esto su hijo no querrá saber nada más de esta puta.
Jungkook. Jungkook. Jungkook.
No había nada más en su mente y quizá debió pensarlo mejor, pero simplemente se levantó de la cama con rapidez y salió de la habitación encontrándose de bruces con el tipo que le había golpeado. Era grande y musculoso, aunque nada de eso le importó a Jimin quien se fue de bruces contra él como si su vida dependiese de ello. Los golpes llegaron rápidamente y a pesar de que acertó en unos cuantos el intruso lo noqueó con un golpe limpio en la mandíbula.
Jungkook. Jungkook. Jungkook.
Se levantó, un tanto mareado, pero lo hizo. Una vez más intentó hacerle frente al hombre que estaba con la guardia alta. Le dio unos golpes en la cara haciendo que se tambaleara, pero eso no evitó que el extraño le estampara un golpe directo en el estomago que le dejó sin aire. Jimin tenía las venas marcadas en la cara y mientras intentaba volver a estabilizarse el hombre rompió una silla a su lado para sacar uno de los palos de madera que la sostenía. Ni siquiera pudo ver claramente cómo fue, solo sintió un golpe seco en su pierna derecha y la sensación de su hueso partiéndose en dos. El grito que dio pudo haber sido ensordecedor para cualquiera que hubiese estado a su lado.
Jungkook. Jungkook. Jungkook.
Después de ese vino otro y luego otro. Cada uno era peor que el anterior y Jimin cayó al suelo de la agonía. No podía mantenerse de pie y hasta arrastrarse provocaba la peor tortura. El dolor llegó a ser tanto que pronto la perdida de sangre que salía por la herida que los golpes habían provocado le estaba haciendo perder la conciencia. Luchó demasiado por no cerrar los ojos, necesitaba llegar hasta Jungkook y decirle que estarían juntos, que nada impediría su amor, pero por más que lo intento pronto sus parpados se estaban cerrando y su mente comenzó a apagarse.
Lo último que vio fue al matón que había llegado hasta su hogar arrodillarse frente a él con una sonrisa burlona en los labios. No importaba si Jimin en ese momento estaba agonizando gracias al dolor, el tipo parecía estar de lo más divertido con las lagrimas que salían por sus ojos. Lo peor fue cuando el hombre le tomó por el cabello antes de hablar mientras Jimin soltaba un chillido digno de un animal que estaba siento lastimado.
— Esto les pasa a los maricas que creen tener algún tipo de poder sobre los demás —le dijo y Jimin gimió de angustia—... Espero que esto te ayude para dejes tranquilo a Jeon Jungkook, porque de seguro si me piden hacer esto una vez no serán tan compasivos y me permitirán deshacerme de ti para siempre.
Luego su cabeza fue azotada contra el piso de la habitación y todo se volvió negro una vez más.
Jungkook. Jungkook. Jungkook.
• • •
Las imágenes que Jimin tenía en el sobre eran de su hospitalización. Permaneció en coma inducido durante cinco días y conectado a una maquina que lo mantuvo con vida. Seokjin fue el encargado de tomarle aquellas fotografías para iniciar con la investigación policiaca que no tuvo resultado alguno. Cualquier pista que pudiese encontrarse de quien le hizo aquella atrocidad a Jimin fue borrada antes de que la ambulancia llegase al lugar y a pesar de que cuando el chico despertó grito a los cuatro vientos que el señor Jeon era quien había orquestado todo no se pudo vincular a este con la golpiza por falta de pruebas.
Aquello era lo único que tenía para probarle a Jungkook que el no quiso dejarle esperando ese día en el tren.
— ¿Quieres que las vea? —Pregunta Taehyung con voz queda— Eso será algo difícil ahora que estamos vetados de esa maldita iglesia.
Pero Jimin no se rendiría, Jungkook necesitaba saber la verdad.
— ¿Desde cuando la puerta es la única forma de entrar a una iglesia?
Seokjin y Taehyung se miran preocupados. Este era el momento exacto en que debían convencer a Jimin de que era mala idea y que se metería en muchos más problemas. Las cosas habían cambiado, ya no eran los chicos inmaduros de antes sin algo que perder. Ahora en los hombros de los tres descansaba una organización que salvaba la vida de muchos chicos, no podían arriesgarlo todo para convencer a Jungkook.
— Jimin, nosotros...
— Tranquilos —interrumpe de inmediato—, lo haré por mi cuenta. Solo necesito que me cubran esta noche en la guardia del hospital.
Todavía estaban los chicos accidentados por crímenes de odio hospitalizados por lo que los tres se turnaron para hacer guardia en el hospital en caso de cualquier cosa. Esa noche le tocaba a Jimin, pero él ahora tenía otros planes.
— Jimin —le llama Seokjin—, no es buena idea... Sabes que somos los primeros en apoyarte siempre, pero Jungkook cambió, pude verlo en sus ojos... Sea lo que sea que le hicieron no es algo que revertirá viendo unas fotos.
Había mucha verdad en las palabras de su amigo, pero Jimin no podía quedarse tranquilo. Jungkook había abierto los ojos una vez hacía cinco años, aún existía la posibilidad de que eso volviese a ocurrir.
— Debo intentarlo... Él debe saber la verdad.
Y a pesar de que no estaba de acuerdo Seokjin asintió. ¿Qué más podía pedirle al corazón enamorado de Jimin? No importa cuanto le dijera, el chico iba a intentar hablar con Jungkook mil veces. Solo podía esperar que funcionase y la pesadilla en la que habían estado asumidos durante estos cinco años terminase de una vez.
— ¿Y le dirás toda la verdad? —Pregunta por última vez Seokjin— ¿También le hablarás de Yoongi?
Jimin palideció, pero aún así asintió sabiendo lo que eso podría provocar.
— No merece más mentiras y aunque me odie ya es hora de que lo sepa todo.
Jungkook ignoraba muchas cosas y Jimin se las diría todas esa noche.
[ ⛪️ ]
Nota: Hola a todos. Espero que estén bien, yo estoy cansada porque tuve una semana de locos en la Universidad, pero bueno. A decir verdad estoy algo enojada por muchas cosas y quizá por eso el capítulo quedó tan mierda por lo que me disculpo de antemano. Eso pasa cuando me obligan a actualizar y no tengo ideas, escribo por escribir y no queda igual. En fin, no sé cuándo volveré a dejar el siguiente capítulo, tratare de hacerlo el viernes, pero insisto, esto no es algo fijo así que no me manden mensajes tratándome mal si no llego con capítulo, a veces no se puede y punto XD.
Pasando a otro tema más lindo gracias a las bellezas que me ayudaron votando en mis alianzas de la u. Ganamos ese reto, pero quedamos en segundo lugar:'( LLORÉ SANGRE, MERECÍAMOS GANAR. Alianza gay siempre en el cora (éramos las primeras dos reinas abiertamente homosexuales que se postulaban).
Eso es todo. Un beso, hasta la próxima actualización.
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