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Entre tropezones llegaron a la cama en donde Jimin quedó bajo el cuerpo de Jungkook, quien luego de separar sus bocas en prisa de llevar a sus pulmones algo de oxígeno, se miraron a los ojos.

¿Por qué contrario a todo a lo que conocían, esto se sentía tan correcto? No lo sabían, más sin embargo eran conscientes de que este no era momento para cuestionamientos, por lo que sintiéndose ambos conformes con el poco aire que recuperaron, fueron al pronto encuentro de sus bocas.

Acomodándose un poco más sobre el cuerpo de Jimin, Jungkook se atrevió a sacar su lengua para rozar los labios contrarios, como si le estuviese pidiendo permiso para entrar. Jimin tardo un tanto en captar el mensaje y aquella fue solo la demora para que Jungkook le invadiera.

Era un beso obsceno, caliente y nuevo para ellos.

Fue entonces cuestión de minutos para que Jungkook comenzara a frotar su entrepierna con la de su mejor amigo, y Jimin cegado por todas estas nuevas sensaciones, llevó sus brazos a su espalda enterrando sus uñas en ella, a la vez que hacía más fricción en sus hombrías, logrando así que ambos se separasen de aquel beso y gimieran a la par.

Ninguno tenía experiencia en esto, así que como si de dos animales se tratase, actuaban por instinto.

Apoyando ahora su codo en el colchón, Jungkook se puso a detallar el rostro sonrojado del menor.

Se veía tan lindo.

Sin duda alguna una de las mejores vistas que podría llegar a tener.

Se aproximó un poco a su rostro, a la vez que tomaba este con su mano derecha para acariciar su mejilla y luego besarla tiernamente, ocasionando en Jimin un carmesí más potente acompañado de una leve sonrisa. Devolviéndosela, bajó de manera delicada su mano por su cuello, llegando a su torso, pasando por su cintura y terminando en su cadera.

A decir verdad, tenía ganas de todo, y al mismo tiempo de quedarse deleitandose con la gloriosa vista que tenía ante él, pero esta segunda opción se fue a la borda en cuanto el castaño empezó de nuevo a frotarse contra sí.

Fue cuestión de segundos en las que volvieron a un nuevo beso y los que Jungkook se volvió a separar para arrodillarse entre las piernas de Jimin, para desatar el nudo de aquella molesta bata que aún cubría su cuerpo.

Su vista viajó junto con sus manos por todo él, y su labios se aproximaron a su cuello, dejando un par de besos que fueron bajando hasta llegar a donde estaba su el miembro erecto de su amigo. No sabe por qué aquello le hizo secar su garganta o por qué parecía tan apetecible como si de agua para calmar su sed, se tratase, más sin embargo se vio tomando de los muslos a Jimin, para separar un poco más sus piernas e inclinarse a lo que había entre ellas.

Estaba ya el falo a centímetros de su rostro, cuando sintió como fue tomado de su cabello por Jimin, para que lo mirase. Este le veía como en señal de advertencia, pero pese a ello volvió a aproximarse a su miembro, cuando el menor lo volvió a tomar.

—Jungkook… —le llamó, tratando de decirle al mismo tiempo con su mirada de que aún estaban a tiempo.

Pero aquello fue en vano, pues en un movimiento rápido, ya le había dedo una lamida al presenme que estaba botando su pene. Jimin no pudo reprimir el gemido que de escapó de sus labios, dado que ante el contacto de los de su amigo en su parte intima, le fue totalmente inevitable. Además, no había forma de lograr ello, puesto que nunca alguien se la había siquiera tocado.

Se sentía tan bien.

No aguantando estar acostado, se apoyó sobre sus manos para mirar a Jungkook, el cual ahora se hallaba saboreándose los labios.

Le había gustado aquel peculiar sabor que tenía Jimin.

Y no dando más espera Jungkook, se volvió a aproximar a su miembro para empezar lamiendo con una tira de saliva desde su base hasta el glande, sacándole así un par de suspiros, jadeos y gemidos a Park.

Hubo un momento preciso en el que jimin cerró sus ojos, sintiendo como todo lo sobrepasaba, y fue en ese instante en el que Jungkook le tomó todo con su boca, siendo en el acto tan fuerte que sintió como golpeó su propia úvula. Jimin volvió a abrirlos solo para darse cuenta que le estaba llegando hasta la parte trasera de la garganta, y aquello solo logró que su cuerpo se tensase más, junto con un nuevo cosquilleo que se instaló en la parte baja de su estómago que ocasionó que de su miembro no quedase ni una solo gota. Gran parte de su esperma fue tragada por el mayor mientras que el resto la veía chorrear de sus labios. Y no queriendo esperar, cuando Jungkook se pasó la lengua por sus belfos, se abalanzó para que los juntase con los suyos.

Todo es tan nuevo para ambos. Todo era tan caliente.

Dejándose caer Jungkook sobre el cuerpo de su mejor amigo, empezó a dejar cortos besos que se volvieron en succiones y mordidas por todo su cuello y clavículas.

Jimin no queriéndose quedar atrás, llevo sus manos a aquella cabellera tan oscura. Sus manos viajaban desde su espalda hasta su cabeza mientras disfrutaba de los nuevamente besos que le propinaba Jungkook en aquella misma zona antes mencionada.

—Kook… —musitó Jimin mediante una pequeña risa—, tus besos me hacen cosquillas.

Jeon se separó un poco de su cuerpo, para volver a verle y sonreír, a la vez que sus manos descendían por su cintura, hasta situarse a su parte trasera. Sus caricias eran lentas y tortuosas, y les ponía de sobremanera, por lo que de un momento a otro se hallaron una vez más ambos haciendo fricción con sus cuerpos, pero no estaban del todo complacidos, pues Jungkook aún tenía sus pantalones puestos.

En un rápido movimiento, Jimin les hizo darse vuelta, quedando ahora él sobre el cuerpo del pelinegro. Con una leve sonrisa observo con fascinación al hombre bajo suyo, y con un meneo involuntario empezó a hacer movimientos circulares con su trasero a la entrepierna de Jungkook. Sus manos descendieron de sus hombros hasta el botón y cremallera que tenía su pantalón, y sintiendo nuevas caricias en sus piernas y muslos, empezó su labor en quitar rápidamente aquella molesta prenda.

Estaban ambos como Dios los había traído al mundo. Estaban ambos al borde del colapso con todas estas nuevas emociones, y cegado Jungkook por esas mismas, en otro rápido movimiento se introdujo en Jimin, haciendo que este diera un grito y apretase sus manos es puño sobre su pecho. Jungkook podría jurar que se podia correr ahora que sentía como su pene era asfixiado por el anillo de músculos caliente de su amigo, y no queriendo dar más espera, volvió a repetir su acción, haciendo que Jimin volviese a gritar, pero está vez sumado con golpes sobre su pecho.

—¡Pa-para! —suplicó mientras una lágrima bajaba por su rostro.

—¿Te las-lastime? ¿Salgo? —cuestionó excitado pero con inquietud palpable en su voz.

Si había algo en lo que Jungkook se podría considerar novato, era en esto: las relaciones sexuales. Según él, lo único que debía que hacer en estas ocasiones un hombre, era colocar su aparato dentro de una mujer —en este caso con un hombre—. Recuerda haber escuchado hace años que entre hombres era algo así, así que no sabía qué estaba haciendo mal, aparte, este calor no ayudaba a pensar mucho.

Pero Jimin no era un genio para saber que algo estaban errando, puesto que el dolor en su parte trasera era una vil prueba de ello. Poniendose a rememorar el castaño, en su adolescencia escuchó por casualidad a unos chicos hablando de cómo habían tenido sexo, y su curiosidad —siendo tan joven— le ganó, por lo que en la tarde en cuanto llegó a su casa buscó en la computadora sobre ello, y recuerda como en aquel “video informativo” el chico de arriba hacia una clase de “preparación” con el de abajo. Saliendo de sus pensamientos, miró el rostro algo afligido del mayor —puesto que estaba preocupado—, por lo que saliendo de él por completo y con delicadeza, se inclinó hasta alcanzar su labios.

—Estoy bien —musitó, sintiendo las manos de Jungkook sobre su espalda y glúteos, junto con besos en su cuello—, pero cre-creo que estamos haciendo algo mal.

Tan irónico todo, porque hace unas horas esto era considerado por ambos lo peor.

—¿Sí? —inquirió Jungkook, disfrutando de los movimientos circulares que había retomado Jimin sobre su miembro.

—¿Re-recuerdas la vez que te dije que-que había visto un video de dos chicos?

—No.

—Bueno… El caso es que primero debemos hacer o-otra cosa.

—¿Cómo qué? —dijo, aún concentrado en su tarea de repartir besos.

—Recuerdo que decía que primero se debía me-meter algo. —Tomó la mano derecha de Jungkook para llenar dos de sus dedos con su propia saliva, bajo la a tenta mirada del pelinegro—. Pero puedes usar tus de-dedos —entre gimoteos, llevó la misma mano contraria a su entrada.

Jungkook por mera curiosidad roso con la punta de sus yemas esta, logrando así que Jimin…

—¡Jungkook!

Gritase.

De manera rápida, Jimin volvió a quedar sobre el colchón con Jungkook sobre él, con este llevando su boca a su pecho y ese mismo par de dedos a su anillo muscular.

—¡Jung-Jungkook!

Fue cuestión de segundos para que a esos dos se les añadiera otro más, logrando así tener a un Jimin perdido ante las sensaciones tan carnales que le propinaba su amigo.

—Entra, p-por favor.

Y así como anteriormente Jungkook acató su orden, sacando los dedos del interior de Jimin y mirándole fijamente a los ojos medio abiertos que tenía el castaño, entró de una solo estocada.

—¡Dios! —gimió ronco Jeon, sintiendo las uñas de Jimin siendo enterradas en su espalda. Estaba quieto, tratando de asimilar un tanto todo, pero en cuanto el menor empezó a moverse, él dio inicio sus movimientos.

Apoyándose un poco en el colchón, llevó su mirada a su parte viril, viendo como esta entraba y salía de su mejor amigo.

Tan obsceno.

—Más, más.

Los gemidos de Jimin hicieron que lo volviese a mirar.

—Más rá-rápido, Kookie.

Saboreándose los labios por la boca entre abierta del castaño, se acercó a besarle una vez más mientras aceleraba sus estocadas, fue entonces que la cama empezó a chocar contra la pared y supieron ambos que no había vuelta atrás.

Habían sido débiles.

Habían cedido ante la tentación.

Habían caído ante este pecado.

🎀

soy tan virgen escribiendo esto, sorry 😔, pero bueno espero que les haya gustado siquiera un poquito.

¡no olviden que nos queda aún el epílogo! ❤️