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Jungwon quería sacar su celular y grabar la reacción de Ni-ki cuando volvió a casa. El omega rubio estaba más que preparado para regañar a Jungwon por no haber llegado a casa hace tres noches y por tampoco avisarle que se quedaría con Sunoo. 

El pobre de Ni-ki no había logrado conciliar el sueño hasta las 3 de la mañana, que fue cuando el alfa de su amigo lo llamó para decirle que se quedaría con él hasta que su celo terminara.

Fue entonces que el omega rubio comprendió que habían decidido pasarlo juntos, como cualquier pareja.

Pero no esperaba que Jungwon llegara con una marca fresca en su cuello, mostrándola orgulloso mientras mantenía la risa por la expresión de Ni-ki.

─ Jungwon... ─ Ni-ki habló y se cubrió la boca por la sorpresa.

─ ¿No luce bien? ─ Preguntó Jungwon con un puchero acompañado de falsa tristeza.

─ Ustedes... ─ Comenzó diciendo el omega rubio saliendo de su sorpresa por un momento. ─ ¿Ustedes son pareja predestinada?

Jungwon suspiró bajando la cabeza, ocultando su sonrisa cuando escuchó el jadeo de decepción y preocupación de su amigo.

─ ¿Entonces por qué te mordió?, Jungwon, tienes que ser responsable si no es tu alfa, aún están a tiempo de romperlo-

─ Riki. ─ Jungwon lo cortó. ─ Sunoo sí es mi alfa.

─ ¿Qué dices? ─ Ni-ki parpadeó confundido.

─ ¡Sunoo sí es mi alfa! ─ Dijo Jungwon sonriendo en grande y comenzando a brincar en su lugar, emocionado.

Ni-ki soltó un gran grito de la sorpresa y emoción combinados.

─ ¡Sunoo, sí es tu alfa! ─ Dijo antes de correr hacia el omega, tomar sus manos y comenzar a saltar juntos en círculos mientras continuaban gritando por la emoción.

Los ojos de Jungwon se cristalizaron y parpadeó continuas veces, intentando quitarlas de su visión que comenzaba a ser borrosa. Ni-ki se detuvo y lo examinó con ojos grandes; una sonrisa comprensiva se formó en el rostro del más bajo y atrajo a sus brazos a Jungwon. 

─ Estoy bien, Kinnie. ─ Dijo Jungwon tratando de alejarse del abrazo.

─ Lo hiciste muy bien, Jungwon. Estoy orgulloso de ti, porque, finalmente, superaste tu problema con los duraznos y trabajaste duro para estar bien con Sunoo. Mírate ahora, presumiendo tu unión. 

Jungwon quiso reír, pero fue un sollozo el que escapó de su boca y se aferró a Ni-ki, susurrando constantemente "gracias" mientras lloraba de felicidad con una de las personas más importantes en su vida.

Finalmente, el gran día había llegado. Después de cuatro largos y valiosos años, se estarían graduando de la universidad para comenzar a crear su vida más allá del ámbito escolar.

Jungwon y Sunoo llevaban poco más de dos años juntos. Dos años que fueron montañas rusas para ambos, pues su amor cada vez se hacía más grande e intenso, pasando el tiempo juntos, estudiando duro y apoyándose en todo momento.

Sunoo estaba frente al espejo en su habitación terminando de arreglar su corbata, una sonrisa se formó en su rostro al recordar el día en que su madre llegó a casa y vio a Jungwon con la marca, mientras que el omega, quien cocinaba algo, sonreía tímidamente.

─ ¿Y esa marca? ─ Había dicho la señora Kim con gran impresión, sonriendo alegre por ellos.

─ Pues... Sucedió que somos pareja predestinada. ─ Jungwon respondió con un rubor en sus mejillas, mirando cuando el alfa llegó en busca de ayuda.

Entonces, Sunoo miró su reflejo en el espejo y soltó una gran carcajada después de recordar su propia cara cuando conoció a los padres de Jungwon, lo cual fue una completa locura.

─ Podrías dejar de pensar en tu omega por un momento y apurarte con la corbata, llegaremos tarde por Jungwon y Ni-ki si no dejas de fantasear. ─ Dijo su madre recargada en el marco de la puerta, una sonrisa burlona formándose en su cara.

Sunoo rodó los ojos. ─ Siempre llegamos temprano.

─ ¡No veo que te apures! ─  Gritó su madre caminando escaleras abajo esperarlo en el carro.

Sunoo tomó un gran respiro, su saco, su birrete y toga para la ceremonia de graduación y salió de la casa, sentándose en el asiento del copiloto junto a su madre, quien conducía contenta por las calles hasta que llegaron al departamento de los omegas.

─ Buenos días, señora Kim. ─ Saludó Ni-ki cuando abrió la puerta trasera del coche. ─ Muchas gracias por llevarme a mí también a la graduación.

─ Cariño, tu eres mi gran compañía cuando estos dos se pierden en su burbuja romántica. ─ Dijo la madre del alfa, señalando a su hijo con la cabeza. Ni-ki asintió riendo. 

Jungwon se acercó a la puerta de Sunoo, recargando sus brazos en el marco de la ventana abierta y depositando un suave beso en los labios de su alfa, escuchando la conversación de la madre del mismo y su amigo.

─ ¡Jungwon, ya sube o llegaremos tarde, después podrás demostrarle tu amor a Sunoo! ─ Habló Riki desde su asiento, Jungwon rodó los ojos y se metió al carro. 

─ Buenos días. ─ Saludó el omega, ahora pelirrojo, con voz melodiosa.

─ Buenos días, Jungwon. ─ Saludó de vuelta la señora Kim, partiendo hacia la Universidad. 

─ ¿Necesitan algo? ─ Preguntó a los omegas mientras Sunoo estacionaba el carro, pues solo se le permitía a los estudiantes aparcar en el instituto. 

Ambos omegas negaron, colocándose las togas y el birrete antes de entrar al gran auditorio donde se estaría llevando a cabo la ceremonia de graduación. 

Ni-ki recibió una llamada en ese momento, sonrió en grande al ver el número de su mamá y respondió, colocando la cámara en un buen ángulo para que su familia lo vieran, pues lamentablemente no pudieron acudir.

La señora Kim fue quien tuvo consigo la videollamada durante la graduación, manteniendo la atención en Ni-ki. 

─ ¿Señora Kim? ─ Habló la madre de Ni-ki. 

─ Dígame.

─ Gracias por cuidar de nuestro hijo, le estaremos agradecidos de por vida. 

La señora Kim iba a responder cuando se escuchó de nuevo la voz del director de la universidad. 

─ Ahora, daremos un espacio para que el mejor estudiante de la generación, quien obtuvo por cuatro años consecutivos el primer lugar, de un discurso de despedida a nuestros estudiantes graduados. ─ El director escuchó aplausos y continuó. ㅡ Riki Nishimura, por favor suba. 

Los aplausos de Jungwon, Sunoo y demás personas en el auditorio se escucharon fuertes mientras Ni-ki subía para decir su discurso, tomó aire y comenzó. 

─ Ha llegado el día, por fin nos estamos librando de toda la carga emocional y de trabajo que sufrimos durante la carrera y anteriores días de escuela. Pero también, nos estamos despidiendo de las sensaciones y emociones que solo este ambiente nos puede brindar. Algunos, encontramos a nuestros mejores amigos, aquellos que se quedarán por largos años junto a nosotros aunque no siempre estemos ahí en presencia; algunos otros, encontraron el amor apasionado y otros más, experimentaron la tristeza de una ruptura. ─ Riki miró a sus dos amigos que le sonreían en grande y continuó. ─ Pero todos hemos encontrado la felicidad, incluso, en las pequeñas cosas. No sabemos con certeza nuestro futuro, ni que nos depara en la vida, pero sí sabemos que vamos a continuar, que vamos a vivir día a día y que, siempre, viviremos con el corazón. Muchas gracias y ¡Felicidades!

Todos se levantaron de sus asientos aplaudiendo, los alumnos aventaron su birrete pues ya había terminado la ceremonia, listos para disfrutar de la fiesta y del baile que se llevó a cabo. 

Al día siguiente, Ni-ki ayudaba a Jungwon a empacar sus pertenencias del departamento que ambos compartían, pues el omega pelirrojo se estaría mudando con Sunoo a un departamento que encontraron cerca de la plaza de trabajo de Jungwon. 

─ Te extrañaré mucho. ─ Dijo Ni-ki con los ojos aguados.

─ También yo, Kinnie. ─ Jungwon abrazó fuerte a su amigo y disfrutaron todo lo que pudieron hasta que Sunoo llegó por su omega y las cosas del mismo. 

Sunoo condujo hasta el departamento mientras escuchaba la música que Jungwon ponía en el carro, con una felicidad deslumbrante. Llegaron y comenzaron a bajar las maletas y, en cuanto terminaron, Sunoo cargó a Jungwon al estilo princesa y entró con él así, cerrando la puerta con ayuda de su pie. 

Jungwon reía feliz, abrazado del alfa pelinegro, quien lo dejó en el suelo suavemente, estrechando sus brazos al rededor de su cintura y uniendo sus labios en un cálido beso.

─ Gracias por mudarte conmigo. ─ Dijo Jungwon, cerrando los ojos y meciéndose junto al alfa. 

─ Te amo.

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