Capítulo 04.
| Luz roja, luz verde |
Las luces se apagaron por un momento en la sala, dejando únicamente una luz amarillenta siendo el reflejo del color de una alcancía que comenzó a salir y bajar del techo. Su forma era la de una cerdo redondo y era enorme, todos lo veían con extrañeza.
— Atención, lo que están viendo ahora es la esfera que va a ir acumulando su preciado dinero del premio — anunció el guardia — A medida que jueguen un total de seis juegos, sus ganancias se van a acumular en esa esfera al final de cada uno de los juego —
_______ desde su sitio observa la esfera en forma de cerdo, preguntándose de donde sacarían esas personas el dinero para el premio y en que juegos participarán para que todo sea tan misterioso. Tomó el valor para bajar esta vez tomando con fuerza la escalera que estaba a un costado de la cama, tocando el suelo al fin.
— ¿A cuánto asciende el dinero del premio? — preguntaron
— El premio total es de 45,600 millones de wones —
Casi se le sale el alma a _______, y a todos en realidad, cuando escuchan el total del premio a ganar. Con eso pagaría sus deudas y hasta tendrá de sobra para vivir la vida que siempre quiso... pero sabe que no es la única que piensa lo mismo.
— ¿Solo una persona puede ganarlo? —
— Los detalles de la distribución del premio se van a dar a conocer después del primer juego. Para estos juegos, les vamos a dar una ventaja especial que nunca antes habíamos ofrecido —
— ¿Cuál es la ventaja especial? — preguntó el viejo que _______ conocía
— Al final de cada juego, les vamos a dar la oportunidad de votar y decidir si finalizamos el juego o si siguen adelante. Si la mayoría desea dejar de jugar, los juegos se van a dar por terminados y van a poder irse con el dinero del premio que se haya acumulado —
Una voz al fondo habló y llamó la atención de quienes estaban a su alrededor.
— Entonces, ¿solo podemos jugar un juego y aún así irnos con nuestro dinero del premio? — se trataba de 456
— Es correcto —
_______ lo busca, pero no da con él y solo se encuentra nuevamente con la jugadora 120, quien también la estaba mirando. Su contacto visual fue de segundos pero parecían eternos, 120 notó en esa chica el golpe en su rostro, un labio partido y un hematoma en su pómulo derecho que se extendía poco a poco rodeando su párpado. Preguntándose que le había ocurrido, la veía demasiado frágil para que estuviera en ese lugar... Hyun-ju de inmediato desvió la mirada alejando esos pensamientos de su cabeza cuando miró a la chica intentar acercarse.
— ¡Quítense! ¡A un lado! — gritaron entre las personas, la voz de una mujer alterada se movió entre la sala — ¿Qué estás haciendo aquí? —
— ¡Mamá! —
La dirección que estaba tomando _______ cambió al escuchar los gritos de la mujer mayor, dejando atrás a la jugadora 120 y abriéndose paso entre los demás. Parece que madre e hijo se habían encontrado y se gritaban un sin fin de cosas, _______ intentaba encontrar a una sola persona y pedir respuestas.
— Si desean participar en los juegos, tienen que firmar el formulario de consentimiento. Si no desean participar en los juegos, hágannoslo saber en este momento —
"Recuerden que les daremos la oportunidad de dejar los juegos cuando quieran."
Su misión de encontrar a la persona falló por ahora, _______ se unió a una de las filas que empezaban a hacer para firmar dicho formulario, pero su cabeza no dejaba de moverse intentando buscar por toda la sala al viejo que tanto tenía ganas de golpear.
(Tiene suerte de ser un enano.)
Pensó _______.
— Vamos, avanza — le dijeron a sus espaldas y empujándola
Ella miró al jugador y giró los ojos con fastidio, cruzó sus brazos y enfocó su mirada al frente mientras llegaba su turno. Entre los pasillos que se habían formado por las filas a su lado pasó ella, la jugadora 120, quien esta vez no se miraron pero si que se dieron cuenta de su presencia tan cercana.
Siendo su turno para firmar, miró al guardia que tenía el cuadrado en su máscara haciéndole recordar al mismo que invadió la casa donde vivía, a diferencia que este traía el traje rosa y el otro era negro. Daba igual si eran personas diferentes bajo la máscara, venían del mismo lugar y eran unos completos idiotas.
Llenó el formulario y se dio la vuelta para irse, cuando justo se encontró cara a cara con la persona que quería. Su caminar se detuvo a un lado del anciano que conocía, él trataba de ignorarla mirando hacia enfrente.
— Usted y yo tenemos una charla pendiente — dijo _______ a su costado. Su voz fue baja y amenazante.
No la miró ni un segundo, pero su presencia lo hizo temblar y tragar saliva. No conocía del todo a la joven, al trabajar con ella sabía que no haría nada para controlarla aun cuando le dijo que pertenecía a la red de tráfico que manejaba anteriormente con Jae-joon. _______ regresa a donde estaba su cama subiendo a esta, se sentó en el colchón de piernas cruzadas y esperó a la siguiente orden de los guardias mientras evitaba mirar al resto enfocada en sus manos.
Después miró sus brazos cubiertos por las mangas de la chaqueta del uniforme y bajó al número bordado en su pecho, no había prestado atención cual era el suyo.
"067"
Y el mismo número estaba en su espalda al igual que en la playera que tenía debajo, esta vez en grande. Un suspiro suelta y cubre su rostro con ambas manos pensando en como había terminado en ese lugar con tantos desconocidos y lo que dejó atrás le preocupaba.
No había nadie quien se preocupara por ella, así que no había problema con eso si nadie la extrañaba. Seguramente sería despedida en sus dos trabajos por su ausencia, sus pertenencias que dejó en el departamento tal vez sean robadas y más que nada su dinero que tanto tardó en juntar.
Ni siquiera le tomó importancia a la discusión que había entre tres chicos al fondo, distinguió al pelimorado más no hizo caso absoluto, quería mantenerse alejada del resto lo más que pudiera y así jugar de mejor manera, pero le era evitable no encontrarse de vez en cuando con la chica 120.
[...]
_______.
La siguiente orden de los guardias fue que nos formaramos para salir de la sala, las puertas que estuvieron ahí todo el tiempo y detrás de los guardias se abrieron dejando ver llamativos colores y lo que parecía ser otra sala más grande que en la que estábamos. No fui de las primeras en entrar, pero tampoco de las últimas, esperaba de brazos cruzados y trataba de ver algo más de esa nueva sala cuando sentí que tocaron mi hombro, me aparté de inmediato para luego voltear y mirar a quien lo había hecho.
Un hombre más alto que yo y mayor, su mirada era decaída, parecía ser que su expresión de angustia y preocupación era la de siempre por las marcas de su rostro. Me parecía conocerlo de algún lado, pero no recordaba de donde. Bajé la mirada para ver su número... 456.
— Lo lamento, te confundí con alguien — dijo inclinándose y retirándose
Ni siquiera le respondí, lo seguí con la mirada cuando llegó al final de las filas con esa mirada perdida y preocupada.
Que extraño.
"Atención jugadores, el primer juego está a punto de comenzar."
Avanzando, al fin pude ver el exterior de la sala y un ruido visual hizo que hiciera gesto de disgusto, rosa, amarillo, azul, eran colores que resaltaba en esa sala y estaba llena de escaleras también. En el centro habían varias columnas por donde la gente estaba pasando, duraban unos segundos y después continuaban.
"Sonría. Por favor, una vez que se hayan tomado la foto, sigan las instrucciones del personal y procedan a la sala de juegos."
Seguía detrás de la pareja de madre e hijo, aquellos que estaban discutiendo anteriormente y parecían estarse susurrando cosas mientras miraban a la 120... de nuevo ella. Estaba frente a la cámara pasando sus manos por su cabello arreglándolo, su manera de pararse era firme y el como juntaba sus manos era muy delicada.
— ¿Esa persona es hombre o mujer? — pregunta la señora
— Existen personas como esa que ves, pero que son hombres aunque quieren tener... amm... quieren ser mujer — explica su hijo
— ¿Por qué un hombre querría ser mujer? —
— Mamá... — su hijo se dio cuenta de mi cercanía
— Los hombres son hombres y las mujeres son mujeres —
— No puedes andar diciendo esas cosas. Ya cállate —
— Dios, ¡qué horror! —
Es verdad.
¿Quién querría ser mujer? Es de lo peor.
Pero vaya que la chica 120 tenía algo.
Oh...
...
¡Oh!
— Por favor, avancen — un guardia habla a mi costado
Fue mi turno de la foto, una pantalla estaba frente a mí donde había una cara feliz y la palabra "Sonría". Hice todo menos sonreír. Como podría hacerlo estando en un lugar así tan colorido y rodeado de desconocidos.
El dinero era lo único que me motivaba.
Avancé como indicaban los guardias, subí escaleras yendo detrás de otros jugadores que escuchaba quejarse por lo cansado que era. Iba perdida en mis pensamientos como era costumbre, solo seguía el camino que todos teníamos hasta que empujaron y noté el cabello morado que fue subiendo con prisa apartando a los demás sin importarle nada.
— Pero que idiota — la voz de una chica escuché a mis espaldas, volteé para verla y notar sus pircings antes que nada — Hola — sonrió
— Hola — respondí sin saber que hacer, sonreír o saludarla con la mano
— Carajo, cuantas escaleras. Cuando lleguemos al final ni siquiera tendremos energía para jugar. —
Una pequeña risa sale de mi boca. No llevamos tanto y con solo voltear hacia arriba se nota que aun faltaba bastante y entre todas las personas que ya iban un poco más adelante que donde yo estaba, me encontré con la jugadora 120 quien también miraba hacia donde me encontraba, cuando se da cuenta que la encontré mirando de inmediato se giró y siguió subiendo.
Aquello hizo que sonriera.
No hubo mucha plática con la chica de los pircings durante el tiempo que estuvimos subiendo, cuando al fin llegamos cada una tomó camino separado y lo único que hizo ella fue despedirse con un guiño y una sonrisa. Solo le respondí la sonrisa con otra, aunque parecía más mueca que nada.
Salimos al fin a un espacio más abierto que las dos salas anteriores, se podía ver el cielo azul con algunas nubes pasar y gaviotas volar por encima, las paredes que nos rodeaban de ese terreno estaban pintadas con la imagen de un paisaje desértico.
"Atención jugadores, bienvenidos todos al primer juego. Todos los jugadores, por favor deben esperar en el campo. Sigan las instrucciones. Todos pongan atención."
Todos miraban. Era un campo gigante cubierto de tierra sin más, al fondo parecía ser un árbol sin hojas, únicamente sus ramas y seguido de ahí estaba una muñeca que de lejos parecía pequeña, pero notando a los guardias que estaban a los costados se podía ver lo grande que era. Verla inquietaba bastante.
Las puertas se cerraron a nuestras espaldas, justo cuando giré para ver me encontré de nuevo con ese anciano quien ya me miraba con fastidio.
— Suerte en el juego, ________ — dijo con una sonrisa forzada
— No digo lo mismo, señor — respondí con seriedad
Pasó a mi lado chocando su brazo contra el mío, y digo brazo porque ni siquiera al hombro llegaba.
"El primer juego es Luz roja, luz verde. Sigan las instrucciones. Todos aquellos que crucen la línea de meta sin ser atrapados, en cinco minutos, pasan esta ronda."
¿Un juego de niños para ganar ese dinero? Vaya, me esperaba algo peor.
Busqué el mejor lugar en la parte de enfrente, llegando con algunos empujones y pidiendo permiso, en cuanto lo hice alguien más entró al campo y empezó a gritar.
Era 456, el tipo que dijo haberme confundido.
— ¡Escúchenme! ¡Por favor, escúchenme todos! ¡Cierren la boca! — gritó y todos se callaron mirándolo extraño — Por favor, escuchen lo que voy a decirles con atención. ¡Este no es solamente un juego de niños! Si los atrapa moviéndose, ¡los va a matar! —
— Qué idioteces dice —
— Cómo va a ser cierto eso —
Varios comentarios empezaron a hacer entre todos y riéndose por lo bajo.
— ¡Oiga, señor! ¿De qué está hablando? ¿Está diciendo que si jugamos Luz roja, luz verde moriremos? —
— Vamos a jugar —
Miré al viejo de nuevo que estaba más que entusiasmado por ello.
— ¡Si, morirán! Si ella ve que se mueve, ¡los va a matar! ¡Les dispararán desde algún lugar! —
— Ese tipo debe estar borracho. Dice que nos va a matar. ¿Le crees? —
— Mi viejo se parece a él. Cuando llegaba a casa, empezaba a decir estupideces borracho. Decían que le habían implantado un dispositivo en la cabeza —
— ¡La muñeca que está allá con sus ojos puede detectar el movimiento! —
Nadie parecía creerle, escuchaba solo insultos hacia él en la parte donde estaba, y parecía una idiotez la idea que tanto gritaba con desesperación... y miedo.
— ¿Qué es toda esa mierda que estás diciendo? Seguramente lo que busca es asustarnos y así podrá reclamar el premio él solo —
— ¡Está mintiendo! —
— ¡No vamos a creerte nada, idiota! —
— ¡Créanme! ¡Solo les digo la verdad! —
Al fondo, la muñeca se giró y su brazo se movió hasta el árbol como si estuviera por contar.
— ¡No importa que pase! ¡No se asusten ni se dejen llevar por el pánico! ¡No importa qué suceda! ¡Por favor, no se asusten ni comiencen a correr! —
"Atención, comienza el juego."
Sus palabras si que asustaban.
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
La muñeca cantó y apenas todos logramos avanzar, cuando dejó de hacerlo nos detuvimos y esperamos a que continuara, su cabeza se movió y duró unos segundos así hasta regresar al árbol y seguir cantando. Avancé casi con prisa y me detuve al dar un paso quedándome así luego de que otra vez el canto se detuviera, todos se quedaron atrás gracias a 456 qué gritó "alto".
Y así varias veces en lo que la muñecaba cantaba y 456 gritaba, parece ser que nadie se ha movido y no llevábamos ni siquiera la mitad de avance.
Avanzando otra vez y al detenernos, segundos antes de que la muñeca volteara solté un quejido cuando mi cabeza se hizo hacia atrás al sentir que jalaron mi cabello.
Alguien me estaba tomando del cabello con fuerza.
— ¡Alto! ¡Todo el mundo quieto! —
La muñeca volteó y evité moverme sin saber quien era el idiota qué estaba molestando... giró su cabeza y todos avanzaron menos yo. Jalaron de mi cabello hasta tirarme al suelo, no pude alzar la vista pues otra vez debía quedarme quieta.
— Ella sabe que eres una flor. Tienes una abeja en el cuello —
— ¿¡Una abeja!? — chillaron cerca de donde estaba, de reojo pude ver a alguien moverse y gritar — Ay no, acabo de moverme, ja —
Mi cuerpo se tensa al momento de escuchar un disparo, mi única vista es el suelo lleno de tierra y el ruido de algo pesado cae. Comienzo a temblar, debo controlarme y no moverme.
— ¡Por favor, todo el mundo quieto! ¡No se muevan por ningún motivo! —
La voz de 456 sigue sonando en alto.
Hasta que los gritos de una mujer lo callan y le continúan más disparos, siento movimiento a mi alrededor que terminan por caer arriba de mí dándome un gran susto.
Cubro mi cabeza y me hago bolita cuando escucho gritos y los cuerpos inertes caen sobre mí. Siento un líquido caliente resbalar por mi mano hasta adentrarse por las mangas de la chaqueta y llenar mis brazos, gotas rojas caen en la tierra y puedo imaginarme la peor escena de una película de terror.
— ¡Si se mueven de su lugar, van a morir! —
Hola, Dios.
Soy yo de nuevo.
Sé que dije que era atea, pero era para alejar al tipo del ddakji... por favor no me abandones.
"Por favor, sigan las instrucciones. Atención jugadores, ustedes pueden avanzar mientras ella grite 'luz verde' . Si detecta que se mueven posteriormente serán eliminados."
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
No escucho pisadas, parece que nadie avanza durante tres veces que la muñeca canta, yo sigo bajo los cuerpos sin vida que me aplastan, cada segundo se sienten más rígidos.
— Si no llegan a la línea, ¡van a morir! — de nuevo la voz de 456 — ¡La muñeca que ven tiene un sensor que detecta el movimiento! ¡No los va a detectar si se esconden! Los más pequeños, ¡escóndanse detrás de los altos! ¡Vamos a formar una sola hilera todos! ¡No hay tiempo! ¡Tienen que moverse ya! —
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
Ahora si escuché pisadas y por más que traté de levantarme, debía tener como mínimo cuatro cuerpos cubriéndome. Cuando de nuevo canta, lo vuelvo a intentar y me detengo cuando calla...
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
Apenas era el primer juego y ya estaba a punto de morir.
De no ser por la persona que quitó el peso de encima mío, se detuvo por la muñeca y continuó cuando siguieron avanzando. No sé aún quién era, pero vaya fuerza que tenía que logró levantarme de una sujetándome del brazo y la cintura, manteniéndome de pie sin que me moviera.
— Tranquila, ya te tengo — dijo muy cerca
Su voz era suave, pero a la vez gruesa.
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
Me moví para quedar delante y saber quién fue mi salvador... o mejor dicho, salvadora.
Frente a mí estaba la jugadora 120.
Estaba de espaldas a los demás, cubriendo con su cuerpo el mío y aún sintiendo su mano firme sobre mi cintura. Pude verla de cerca, ni siquiera tenía voz para decir algo, solo podía ver esos detalles de su rostro, como ese delineado fino sobre sus párpados y ojos grandes rasgados, sus labios con ese perfecto arco de cupido y perfectamente rellenos, su nariz perfilada, mejillas regordetas y su lindo cabello con fleco que ya estaba un poco desarreglado.
Mi pecho duele.
¿Me dará un infarto?
— ¡Avancen! —
— Quédate detrás de mí — dice 120 y ahora es a mí quien me da la espalda
Carajo, ¿por qué miras hacia abajo, _______?
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
Corrimos juntas.
Avanzamos, nos detenemos... estamos a nada de lograrlo, la línea de meta estaba cerca y los disparos no dejaban de escucharse, cuerpos caen por todos lados y me tocó verlo en la fila que estaba a nuestra derecha, tres de ellos cayeron y su sangre salpicó a los zapatos que llevaba.
— Carajo —
Una montaña rusa de emociones aborda todo mi ser.
— ¡Avancen ya! —
120 sujeta mi muñeca para moverme a su lado y empezar a correr cuando 456 grita ya estando a nada de la meta.
Cruzamos.
Ya estábamos a salvo.
Me recargo en mis rodillas tomando aire, todos corren y quedan 30 segundos por terminar, aun quedan y de un momento a otro veo a 120 entrar de nuevo al campo. Ella y 456 están ayudando a un jugador herido y una preocupación crece al verlos detenerse y esperar...
*Jugaremos, muévete, luz verde.*
Caen de rodillas con el jugador, logrando cruzar la meta.
— Muchas gracias... muchas gra... —
Pego un brinco del susto por el disparo, aquel jugador cae muerto con un agujero en su frente y por donde la sangre empieza salir llenando la tierra bajo suya. 120 fue salpicada al igual que 456.
La escena fue demasiado para mí.
Empujé a varios para retirarme y vomitar. Sacando todo, intento componerme para alzar la mirada y ver que el cielo azul estaba desapareciendo por enormes compuertas que estaban cerrándose por encima del campo.
Que asco de lugar.
El anciano es el jugador 100 por si las dudas jiji
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