| La sala |

No me consideraba una persona de problemas.

No desde la última que me sacaron de mis casillas y casi termino matando a alguien.

Me encerraron por un tiempo y al salir me di cuenta que todo el mundo me abandonó. Ya no había nadie a mi lado, mis padres, hermanos, amigos... ya no contaba con nadie.

Aprendí a vivir sola, a lograr las cosas por mi cuenta, ganarme el dinero por mi misma. Nada de eso me enseñaron, tuve que aprender de la peor manera... sin nadie a quien recurrir cuando me sentía perdida y eso me llevó a irme por malos pasos.

En ningún trabajo me aceptaban y la necesidad de dinero creció, dormía en las calles y mendigaba comida, esa no era la vida que quería así que pedí préstamos. Fue préstamo tras préstamo, una y otra vez hasta caer en un pozo sin salida.

Amenazas es lo que me llevé por esas personas con las que me metí, incluso recibí golpes dejándome mal herida y sin poder pedir ayuda, solo aceptaba el castigo sabiendo que era lo que merecía por idiota.

Un sin fin de cosas viví durante 12 años y ahora podría vivir la peor parte de todas de la que podría ya no salir convida.

¿Será un castigo divino?

No lo sé.

[...]

El punzante dolor hizo que despertara... y la música fuerte que resonaba.

Abrí los ojos encontrándome con un techo azul brillante y luces blancas que me cegaban, el colchón debajo se sentía suave al igual que la almohada y sábanas. Me senté soltando un quejido por el dolor en el lado izquierdo de mi rostro donde el recuerdo del golpe se hace presente, intento pararme de la cama por un lado pero frené a tiempo cuando miré la altura en la que estaba dándome un mareo repentino.

Estaba a unos cuantos metros de altura, eso provocó escalofríos y que regresara al centro de la cama. A ambos costados veo la misma escena, son camas a la misma altura, debajo hay otra y debajo de esa otra cama hay otra y otra y otra hasta llegar al suelo y gateando hasta enfrente veo otra cama más baja y delante de esa hay otra y así sucesivamente hasta quedar una más baja.

No solo me sorprende que el sitio está lleno de literas y rodeando el cuarto donde estaba, sino que lo más sorprendente era la cantidad de personas que estaban despertando, levantándose y yendo al centro del lugar. Todos vestidos con uniforme verde, con un número en la espalda y enfrente igual.

Bajo la mirada sobre mí, yo estaba vestida de la misma manera y el número a la izquierda de mi pecho estaba ahí volviéndome igual que el resto.

¿Qué mierda es este lugar?

Se escuchan murmullos de las personas que se encuentran en el centro, todos viéndose entre sí, otros recién levantándose y sintiéndose perdidos. Un ruido de alarma suena y unas puertas se abren, el rosa resplandeciente es el único color brillante de todo el maldito cuarto que se hace notar y es donde la sangre me hierve.

Son esos idiotas que irrumpieron en mi casa y me golpearon.

Todos fueron acercándose, yo me quedé en la cama esperando el valor para bajar de esa altura, mientras la voz de uno de esos guardias sonó en alto y distorsionado.

— Me gustaría darles una cordial bienvenida a todos ustedes aquí. Todos los presentes van a participar en seis juegos diferentes durante seis días — saludó y dio instrucciones — Aquellos que ganen los seis juegos van a obtener un hermoso premio en efectivo —

Su voz me suena irritante y sus palabras no me convencen... ¿nos vieron cara de niños? Estoy segura que ninguno de quienes estamos presentes tiene menos de 20 años.

Entonces, una voz femenina se escucha interrumpir antes de que ese guardia, de máscara con el cuadrado en el centro, siguiera hablando.

— Disculpe — no miraba de quien provenía la voz, veo moverse las personas solamente — Me dijeron que solo venía a jugar, ¿de verdad espera que le creamos después de que nos secuestraron? —

¿Secuestrarnos?

Si, esa era la palabra correcta. Fuimos secuestrados por esos hombres rosados, pero me llamó la atención como ella hacía mención de que dijeron que solo iba a jugar.

— Me disculpo por eso. Por favor entiendan que esas medidas fueron tomadas para mantener la confidencialidad de este juego — siguió el guardia

— ¿Y por qué usan esas máscaras? ¿Su identidad debe ser privada? — pregunta otra mujer entre el gentío del centro

— ¡Es cierto! — le siguió un hombre — ¿Por qué se esconden? ¿En dónde estamos? ¿En una casa de apuestas clandestinas? —

— Eso no es cierto. ¡En esos lugares no usan máscaras! —

Empezaron a murmurar. Ahora la curiosidad sobre donde estábamos me había invadido la cabeza, veo mi alrededor y no hay ventana alguna en ese sitio más que solo ventiladores en lo alto de las paredes.

— Es una medida que tomamos por unos juegos justos y confidenciales. No revelamos los rostros ni las identidades de nuestros empleados. Espero que entiendan —

Y un brazo se alza junto a la chaqueta del uniforme, desde donde estoy veo que es una chica.

— ¿Ustedes me desnudaron y me pusieron este uniforme? —

— ¿Y estos zapatos que? — un pelimorado habló — Los zapatos que traía eran una edición limitada. Ya no se consiguen en ningún lado. ¡Oigan! ¿Qué van a hacer si me los pierden? — alzó la voz

— Esto no es de mi talla y, además, no me favorece — continuó la chica — ¿Me dan uno de sus lindos trajes rosas? Mi fav es el rosa —

— Me disculpo, pero eso no es posible. Los uniformes de los empleados son solo para los empleados —

Y mientras seguían hablando, un chico salió a preguntar por su celular y me recordó a la llamada con Jae-joon. Carajo, ¿será verdad que el idiota me vendió a esos otros idiotas?

¿Por qué hay tanta gente? ¿Cómo llegaron hasta aquí?
No pasó mucho cuando la respuesta llegó, no presté atención a las quejas sobre sus pertenencias, hasta que el guardia central habló y encendió una televisión de la cual recién noto.

— Jugador 333, Lee Myung-gi — dijo su nombre del chico que alegaba y un vídeo se puso en reproducción — 33 años de edad. Propietario del canal de YouTube MG Coin. En un vídeo, incitó a la gente a invertir en el altcoin Dalmatian, llevándolos a perder 15.200 millones de wones. Luego cerró su canal y desapareció. Se busca por fraude y violación de la Ley de Protección y Gestión Financiera. Debe 1.800 millones a instituciones financieras —

— No puede ser — dije en mi sitio y sin alzar la voz — ¿El tipo guapo del ddakji? Pero que mierda —

El vídeo muestra al chico Myung-gi, recibía bofetadas cada que perdía en el ddakji y era exactamente como fue cuando jugué con el hombre de traje. Después de su vídeo salió otro de la chica anterior que se quejó del uniforme, también recibiendo bofetadas.

— Kang Mi-na. Deuda de 45 millones de wones — dijo el guardia y las miradas cayeron en la nombrada, después siguió la primera en alzar la voz — Cho Hyun-ju. Deudas de 330 millones de wones —

Su imagen en la pantalla fue por poco tiempo, pero yo empecé a buscarla entre la gente sintiendo una desesperación por verla... ¿por qué? No tengo ni idea.

— Choi Su-bong. Deuda de 1190 millones de wones — era el pelimorado — Jang Do-yeong. Deuda de 1400 millones. Kim Yeong-sam. Deuda: 1900 millones —

— Carajo... —

— Kim Nam-du. Deuda: 2020 millones. Sim Jae-seok. Deuda: 2890 millones. Park Mi-hwa. Deuda de 3100 millones. Lee Eun-ju. Deuda de 4020 millones — hubo un silencio por parte del guardia, no duró mucho cuando volteó hacia donde estaba y me miró por unos cortos segundos y continuó — Park _______. Deuda: 5200 millones —

Mi cara ardió y el corazón me latía con fuerza, el vídeo apareció en pantalla donde el tipo del ddakji me abofeteó. Él fue parte de esto y todos fuimos sus víctimas.

Varias personas lograron ubicarme y me miraron alzando su mirada, intenté ignorar pero era imposible y menos cuando me encontré con esa chica de nombre Hyun-ju. Al encontrarme con su mirada, ella de inmediato la desvió y eso hizo que levemente sonriera.

— Lim Jeong-dae. Deuda de 10000 millones —

Y mi sonrisa desapareció en segundos.

Después del vídeo donde estoy, siguió el de un hombre de traje elegante y su cabello canoso, que ya casi le quedaban 3 pelos, hizo que la sangre me hirviera. Todos querían saber quien era el que debía más, el anciano estaba en el centro y gritó.

— ¿¡Qué me miran!? ¿¡De dónde saco diez mil millones!? ¡En ningún lado te prestan tanto dinero! ¡Esa es la razón por la que estoy aquí! — gritó

Es otro idiota más y no cualquiera, era el viejo que estaba con Jae-joon aquel día en el club.

— Todos los presentes en esta sala están viviendo totalmente al límite, con deudas que simplemente no pueden pagar. Cuando fuimos a verlos por primera vez, ninguno de ustedes confiaba en nosotros. Pero, como saben, jugamos un inocente juego y les dimos el dinero prometido cuando ganaron. Así que todos aquí confiaron en nosotros y se ofrecieron como voluntarios para participar en este juego, por voluntad propia —

Yo ni siquiera pedí venir a este lugar como el resto.

Se metieron en casa y me golpearon hasta secuestrarme, metiéndome a ese lugar en contra de mi voluntad y sin saber cual es el objetivo realmente de estar aquí.

"¿Quieren volver a su antigua y miserable vida siendo perseguidos por sus acreedores o aprovecharán la gran oportunidad que le estamos ofreciendo aquí?"

Pero... ¿y si es la oportunidad de al fin hacer las cosas bien? Nada pudo ser casualidad y quizá mi pasado sea el responsable del porqué estoy aquí.