los ocho chicos entraron a la casa del menor, todos mirando a todos lados con curiosidad (a excepción del dueño de la casa). jimin miró por todos lados y al no ver a su mamá, sonrió aliviado.

sin embargo, dos segundos después se escuchó in "¡mimi!" desde la cocina.

-no puede ser...-se escuchó un murmuro de jimin- si mi mamá dice o hace algo extraño, por favor solo ignorenla.

los otros siete chicos asintieron algo sorprendidos, pues en todo el camino jimin solo les había hablado para lo necesario. una señora delgada y alta salió de la cocina, ésta con un delantal con patitos incluidos, una camisa blanca de trabajo y un pantalón de mezclilla. sus manos estaban con un trapo limpiándose la harina y sonrió al ver a su único hijo acompañado.

-¡mimi, llegaste! -sonrió acercándose a besar sus mejillas y frente- y trajiste compañía, es un gusto finalmente conocer a los amigos de mi niño.

jimin optó por bajar la mirada sonrojandose, volviendo a pensar que su animal espiritual sería una avestruz.

-hice galletas, pero no sabía que venían tantas personas, si quie...

-mamá, estaremos en la sala, mis compañeros solo vinieron a hacer un trabajo escolar. no se quedarán mucho. -el rubio miró a los chicos mientras ellos asentían de acuerdo, sin embargo:

-¡a mi me encantan las galletas! -yoongi sonrió pues en ningún momento había visto a jimin casi que hablar con los ojos. - nos esperamos a que salgan, no se preocupe.

la mamá de jimin, quién había cambiado su expresión a una un poco triste, sonrió maravillada a lo que dice el chico. asintiendo.

-bien, acomodense y vayan trabajando, cuando salgan las galletas, se las llevo. ah, mi niño con sus amiguitos.

y así como salió de la cocina, entró, un poco mas feliz.

se hizo un silencio un tanto incómodo. todos mirandose entre ellos al darse cuenta que, jimin no había traído amigos a su casa.

-mh, pasemos a la sala. -jimin volvió a hablar, haciéndose espacio entre namjoon y la pared para entrar a la sala, todos siguiéndole mientras hablaban entre ellos.