—Esta bien, no pasa nada— murmuró para si mismo.

—Yo opino que el que necesita un psicólogo aquí eres tú— dijo Alec tranquilamente.

—Yo creo lo mismo— opiné viéndolo acomodar su cabello como si nada pasara.

—Empecemos de nuevo... ¿Quién de ustedes tres mato a Carla?

—¿Disculpa?— pregunté yo bastante indignada.

Me crucé de brazos al ser encasillada con ellos dos.

Alec sonrió y al ser mirado por Felipe dejó de hacerlo volviendo a la faceta sería y sin emoción típica de él.

—Al principio creí que fue Akram, pero ahora que lo pienso bien ustedes tres son tal para cual. ¿Quién fue?

—Yo no soy una asesina— murmuré mirando mal a Felipe.

—Yo menos— añadió Paxton.

—Claro— dijo Alec sarcástico.

Me tomé un momento para buscar algo de paciencia en mi cabeza, tomé grandes respiraciones, Felipe hacia lo mismo dando vueltas en su silla.

—No estoy preguntando como un profesional, de hecho, delante de ustedes nunca lo he sido del todo. Estos es algo como personas normales, pueden decirme con total confianza— insistió mirándonos a cada uno.

Por mi paz mental hice silencio sin voltear a verlo.

—Okey, si es así, ¿Qué te hace pensar que la matamos? Si le preguntaras solo a Paxton lo entendería, pero sospechas y nos preguntas a todos.

—¡Exacto! —lo apoyé de inmediato—. ¿Qué tengo que ver yo?

—¡Que ere igual! Dios, eres tan estúpida.

Me levanté molesta, tomé unos papeles regados en su escritorio y cuando estaba a punto de tirárselos en la cara me calmé, miré a los chicos quienes solo me miraban curiosos. Solté aire por la boca y dejé todo donde estaba volviendo a sentarme.

—No soy un asesino— volvió a recalcar Paxton.

—Ya te escuchamos— murmuró Alec cansado sin voltear a verlo.

—Ya, pero en serio, no soy un asesino, solo despojo lo malo.

—Que molesto eres, que ya te escuchamos.

—Es que ahora me siento juzgado, no soy un asesino estúpido.

—Que sí, que te entendimos— intervine yo al ver que Alec estaba por golpearlo.

—Felipe, ¿soy un asesino estúpido?— le preguntó ignorándonos.

—Cállate— le pidió a Felipe, se notaba que estaba muriéndose por callarlo de un golpe, pero callarlo para siempre.

—No soy un asesino— reiteró.

—Lárguense— pidió Felipe señalando la puerta.

—¿Eh? ¿dijiste algo?— le preguntó Alec con un tono de diversión, se veía que lo preguntaba sólo por molestar.

...

Estaba en mi cama, no sabía bien como encontrar una posición cómoda en la cama esa y me movía cada tanto. En la habitación solo estábamos Amon y yo solos, sabría dios donde estaban los demás.

Volteé a verlo curiosa, recordé la cadena con la equis y el nombre de Paxton llevaba una. Realmente no quería desconfiar de nadie, pero era muy extraño.

La puerta se abrió y Allan llego a la habitación algo exaltado. Yo solo volví a acostarme boca arriba con los pies en la pared. Poco tiempo después Akaedel entró como perro por su casa muy sonriente y animado con Alec detrás.

—Hola —saludó mientras todos parecíamos ignorarlo—. Allan, ¿Cómo te fue con la cuñada? ¿Qué hicieron? ¿mojaste el ganso?

Amon soltó una carcajada que ahogo ocultando su cara en la almohada, Allan soltó una maldición ante la pregunta y le mando la almohada atrás a Akaedel quien la atrapó en el aire sin ningún problema.

—No te rías, ¿no sabes que estaban dándose y no golpes en el baño?— hizo una descripción grafica con la almohada para que Amon entendiera y luego se la lanzó a Allan.

—¡Estábamos hablando!

—Si, hablando de anatomía mínimo.

—Yo no creo que el baño a solas sea un buen lugar para hablar— opinó Alec ganándose una mala mirada de parte de Allan.

—Exacto, ¿Quién habla con sus exs en un baño y para colmo sale como si hubiera corrido un maratón?— preguntó indignado, aunque parecía más bien una explicación.

—Algo de razón tienes, lo escuche diciendo mientras dormías algo como: Voy a ir más rápido, uhg.

Akaedel quedó boquiabierto y yo también, no podía creer el chisme que escuchaba.

—¿Qué es eso? Por dios, respeta, Allan— pidió tras unos segundos de asimilación.

—Si, si, si— fue lo único que dijo escondiéndose debajo de sus sabanas.

La conversación quedo allí. Era un buen chisme mientras duro, solo me dediqué a quedarme en silencio tras eso. Miraba de ves en cuando como la noche caía poco a poco hasta que se hizo oscuro y los chicos salieron a excepción de Akaedel quien se acercó.

—¿No vas a comer?— fué lo que preguntó cuando lo miré.

—Voy a ir en un momento.

—Está bien, pero no te quedes sin comer que parece que no te alimentas bien.

Asentí y el se fue con los demás, me quedé allí por un buen rato hasta que saqué la cadena de mi bolsillo, me quedé observándola por un buen rato. Había algo que me molestaba, era como que algo me hacía tener un mal presentimiento.

—Aihs, ya me empieza a doler la cabeza...

Volví a guardar la cadena en mi bolsillo. Me levanté de la cama y salí de la habitación, iba por los pasillos directo al comedor cuando escuché un grito en uno de los pasillos. Al principio pensaba ignorarlo, pero volví a escucharlo por segunda vez.

No pude ignorarlo así que me adentré en uno de los pasillos, al final de este vi un chico correr hacia mí. Me esforcé un poco para ver lo aterrado que estaba mientras más atrás caminaba tranquilo Paxton.

—¡Quítate, idiota!— gritó al verme.

—¡Ni se te ocurra hacerle caso!— gritó de inmediato Paxton.

No sabia si moverme o no, el chico estaba cada vez más cerca así que opté por empezar a hacerme a un lado, pero ya era demasiado tarde y chocamos. Ambos caímos al suelo, el chico jadeaba aterrado. De la nada fue jalado por Paxton hacia atrás.

—Corres rápido, idiota— murmuró Paxton tomando aire agitado.

—¡Ayúdame, maldita, llama a alguien!

Quedé perpleja ante eso, el tipo se aferró a mi tobillo con fuerza murmurando barbaridades inentendibles para mí.

—No soy un asesino —murmuró Paxton soltándolo por unos breves segundos—. Solo libero las basuras del planeta, ¿bien?— preguntó volviendo a arrastrar
al chico hacia él.

No supe que responder o que decir, solo me quedé callada.

—No soy un asesino estúpido, como me molesta esto, ¿Por qué tenías que decirme eso?

—¿Perdón?

Negó y le dio una patada al chico que rogaba perdón, se abajo y agarrándole el cuello paso el cuchillo que tenía en su mano derecha por su cuello como si cortara una rebanada de mantequilla.

Quedé tiesa en el lugar con algo de sangre salpicada en mi cara, empecé a hiperventilar sin poder respirar bien. Paxton volteó a verme y sonrió mientras el tipo se desangraba a su lado.

—Solo limpio la basura, si dices algo serás basura. Ten en cuenta que ahora me caes un poco mal por meter ideas en mi cabeza y matarte me haría bien.

Asentí aterrada y con el corazón en la garganta me levanté y salí corriendo directo a la habitación.

...

No había podido dormir bien del todo, en mi mente estaba la escena de Paxton matando al pobre chico. Estaba delante de Felipe sentada en la silla con los pies encima de esta.

—¿Por qué te sientes mal exactamente?

—Eso lo tienes que saber tu— lo miré acusadora y abracé mis rodillas.

No tenia ni ganas de hablar, había terminado allí por la consulta semanal y porque en realidad necesitaba hablar con alguien. La mejor opción era él, ya que su trabajo era escucharme, o eso quería creer.

—Tienes que decirme bien que es lo que sientes para que yo pueda saber y te diga, no me has dicho nada.