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7

Advertencia: este capítulo está algo fuerte, no me vayan a denunciar.

Mientras el demonio se acomodaba en las sillas de la iglesia, un pensamiento oscuro comenzó a formarse en su mente. Su ira se transformó en una emoción más tangible: la oportunidad. Se levantó de un salto, sintiendo cómo la energía pulsaba en su cuerpo. Con un brillo siniestro en los ojos, se dirigió rápidamente al inframundo donde Momo aún se encontraba.

Una vez allí, la encontró sentada en un rincón sombrío, con una expresión de preocupación y confusión en su rostro.

—Momo —la llamó, su voz resonando con una autoridad que no podía ignorar—, tienes una oportunidad dorada. Dahyun está lista para ceder. La convencí de que la única forma de calmar su inquietud era entregándose a la tentación.

Momo lo miró, una mezcla de sorpresa y temor cruzando su rostro. No estaba segura de querer seguir adelante con el plan.

—Pero, Jaehyun, y si ella me ve y... —preguntó, su voz temblando—. ¿Y si me descubre?

El contrario la miró fijamente, su expresión se tornó más intensa.

—No puedes dejar que el miedo te detenga. Si la seduces y la haces ceder, tendrás su alma. Todo esto se acabará y podrás recuperar tu lugar. Ya no tendrás que ser un súcubo despreciado.

Las palabras de Jaehyun resonaron en la mente de Momo. La idea de recuperar su estatus, de ser reconocida y respetada, la atrajo como un imán. Pero también había algo más: un profundo cariño por Dahyun, una conexión de la que nunca había podido deshacerse.

Finalmente, con un suspiro resignado, Momo asintió. Sabía que no podía dejar pasar esta oportunidad.

Esa noche, cuando Dahyun se sumió en el sueño, Momo se coló en su mente. El ambiente oscuro y nebuloso se llenó de la presencia de Momo, quien apareció ante Dahyun con una sonrisa cautivadora.

—Hola, Dahyun —susurró, su voz suave como la brisa nocturna—. No tienes por qué tener miedo. Estoy aquí para ayudarte.

Estaban en la habitación de Dahyun, la escena se sentía tan real, pero Dahyun era consciente de que estaba soñando, sin embargo no podía negar que sentía cierta atracción real hacia Momo. La suave brisa de la noche entraba por la ventana, creando una atmósfera íntima y envolvente.

Momo se colocó sobre ella, ahora ambas acostadas en la cama, Momo mirándola con de una forma intensa y seductora. Se acercó, rozando sus labios con un susurro suave que hizo que Dahyun se estremeciera.

—Voy a hacerte sentir bien —le dijo al oído, su voz era un eco tentador que resonaba en la mente de Dahyun.

Atrapada en esa promesa, Dahyun sintió que su corazón latía con fuerza mientras Momo se acercaba más, la tensión en el aire palpable. No hizo nada para alejarla; de hecho, la invitó a acercarse más, ansiosa por explorar lo que sucedía entre ellas.

Además, estaba siguiendo los consejos del sacerdote.

Momo comenzó a dejar suaves besos sobre los labios de Dahyun, cada uno cargado de un deseo que resonaba en lo profundo de su ser. Luego, bajó lentamente por su cuello, dejando un rastro de calidez y hormigueo. Dahyun se permitió perderse en esos momentos, sintiendo cada caricia como una mezcla de dulzura y pasión que la envolvía por completo.

La habitación, iluminada solo por la tenue luz de la luna, se convirtió en su mundo privado, un refugio donde podían dejar de lado las preocupaciones. Momo siguió besando el cuello de Dahyun, creando una conexión que iba más allá de lo físico; era una mezcla de anhelo y vulnerabilidad que las unía.

Sin embargo, mientras Momo seguía seduciéndola, una pequeña parte de Dahyun comenzaba a cuestionar lo que estaba sucediendo. Sabía que esto era un sueño, pero la intensidad de la experiencia era tan real que no podía simplemente ignorarla. Momo, al notar su titubeo, se detuvo un instante, buscando la mirada de Dahyun.

—¿Estás segura? —preguntó, su voz llena de preocupación.

Sabía que no debía preguntar, que no debía preocuparse por ella, pero no podía dejar de lado el cariño que sentía por Dahyun.

Dahyun, sintiendo la calidez de Momo y el miedo a perder esta conexión, simplemente asintió, dejando que la experiencia la envolviera nuevamente. Sin embargo, en el fondo de su corazón, una duda persistía, una pregunta que ni ella misma podía responder. ¿Era esto lo que realmente quería?

Momo, sintiendo la incertidumbre de Dahyun, se detuvo un momento, consciente de la delgada línea que estaban cruzando. La conexión entre ambas se tornó más intensa, y mientras el sueño avanzaba, Momo sabía que debía tomar una decisión. ¿Seguir adelante o retroceder antes de que fuera demasiado tarde?

Esta no podía ser un súcubo, pensó Dahyun, aún atraída por la calidez de Momo.

Inevitables la tensión que habían estado sintiendo comenzó a disiparse.

Entonces Momo volvió a actuar.

—Sólo relájate. Deja que todo fluya —Momo se acercó lentamente, su mirada llena de promesas y deseos ocultos.

Sí, Dahyun lo estaba dejando fluir, pero Momo parecía titubeante, inquieta.

La conexión que compartían era intensa, eso ninguna podía negarlo, y por un momento, Dahyun se sintió en la necesidad de entregarse a la oscuridad.

Entonces, al notar la vacilación de Momo, Dahyun sintió una oleada de valentía. Sin poder resistirse más, se inclinó hacia adelante y, con una suavidad que parecía desafiar la realidad del sueño, besó a Momo. Fue un beso lleno de deseo y ternura, como si en ese instante pudiera expresar todo lo que sentía por ella.

Momo se quedó momentáneamente sorprendida, pero al sentir los labios de Dahyun sobre los suyos, recordó de golpe su misión. En ese momento, su mente se llenó de imágenes del inframundo, de su degradación y del camino que debía seguir para recuperar su estatus. Sin embargo, la conexión que compartían y el cariño que sentía por Dahyun comenzaron a pesar en su corazón.

Al ver que Dahyun no se apartaba, Momo sintió que la tentación la envolvía por completo. Su deseo por ella se encendió y, después de un breve instante de indecisión, devolvió el beso con la misma intensidad. Las bocas de ambas se unieron en una danza delicada y apasionada, cada caricia haciendo que el mundo alrededor se desvaneciera.

El beso se profundizó, y Momo comenzó a perderse en la calidez de Dahyun, olvidando por un momento su misión y los oscuros planes que la rodeaban. Era un instante perfecto donde solo existía el deseo, la conexión y la vulnerabilidad de sus corazones.

Mientras sus labios se movían al unísono, Momo sintió que la línea entre lo que debía hacer y lo que realmente quería se desdibujaba. Estaba atrapada en ese sueño, en esa burbuja donde la realidad parecía no importar. Pero, al mismo tiempo, una parte de ella sabía que, al ceder completamente, estaría traicionando a Dahyun de una manera que nunca podría perdonarse.

Cuando finalmente se separaron, ambas respiraban entrecortadas, sus miradas encontrándose en un silencio lleno de significado. Dahyun, con su corazón latiendo con fuerza, estaba consciente de la profundidad de lo que acababa de suceder.

—Momo… —susurró, sintiendo la intensidad de la conexión que compartían.

Momo, con el corazón acelerado, sabía que debía tomar una decisión, pero en ese momento, todo lo que quería era permanecer allí, con Dahyun, sin importar las consecuencias que eso pudiera traer.

Sintiendo el peso de la decisión que tenía que tomar, se acercó rápidamente y selló los labios de Dahyun con un beso, sofocando las palabras que estaban a punto de salir de su boca. No quería escuchar nada que pudiera hacerla dudar, que la hiciera arrepentirse de lo que estaba a punto de hacer.

El beso era intenso y desesperado, como si en esos momentos pudiera aferrarse a la conexión que compartían sin pensar en las consecuencias. Dahyun se sorprendió al principio, pero pronto se dejó llevar, dejando que la calidez de Momo la envolviera. Las manos de Momo se deslizaron por la cara de Dahyun, sosteniéndola con ternura mientras sus labios se movían en perfecta armonía.

A medida que se perdían en el beso, Momo luchaba con sus propios sentimientos. La misión que tenía en mente, el objetivo de robar el alma de Dahyun, se desvanecía en la bruma del deseo y la conexión emocional que habían construido a lo largo de los años. ¿Cómo podía lastimar a alguien que había sido su única amiga, la única persona que realmente la había visto y aceptado tal como era?

En medio del beso, Momo sintió que su corazón latía con fuerza, una mezcla de pasión y terror que le decía que estaba a punto de cruzar una línea de no retorno. Pero a pesar de todo, no podía detenerse. En ese instante, la tentación y el deseo eran más poderosos que cualquier otro pensamiento que pudiera asaltarla.

Cuando finalmente se separaron, ambas respiraban pesadamente, y el aire entre ellas estaba cargado de una electricidad palpable. Momo miró a Dahyun a los ojos, sintiendo que la batalla interna entre su deber y sus sentimientos se intensificaba. Pero, al mismo tiempo, no podía negar la conexión profunda que había despertado en ella.

—Dahyun —susurró Momo, su voz un poco temblorosa—. No sé qué hacer...

Dahyun, todavía atrapada en el torbellino de emociones, no podía pensar en otra cosa que no fuera el calor de Momo y lo que acababan de compartir. Era un momento que cambiaría todo, y aunque la confusión la invadía, también había una parte de ella que sabía que quería más.

Dahyun sonrió con calidez tomando una de las manos de Momo entre las suyas.

—Sólo relájate. Deja que todo fluya —repitió las palabras que Momo le había dicho.

Momo, sintiendo una oleada de poder y determinación, tomó el control de la situación. Sus movimientos se volvieron más firmes y seguros, como si la necesidad de actuar sobre sus deseos la empujara a dejar atrás cualquier remordimiento. La presión de la misión, la urgencia de cumplir con su objetivo, la consumía y la guiaba.

Con cada beso y caricia, Momo se apoderaba del cuerpo de Dahyun, desatando una pasión que había permanecido latente durante tanto tiempo. Su piel ardía al contacto, y aunque Momo la trataba con una intensidad casi abrumadora, había una dulzura intrínseca en sus gestos. Era una mezcla de poder y ternura, un equilibrio complicado que Dahyun no podía explicar.

Sin embargo, las órdenes fueron claras, Momo debía lastimar el cuerpo de Dahyun, marcarla, causar dolor en ella.

Entonces cerró los ojos y dejando caer una lágrima Momo rompió la ropa de la más joven y comenzó a dejar rasguños sobre su abdomen y caderas mientras su boca se encargaba de marcar su cuello.

Dahyun no pudo evitar gemir ante eso, confundida entre el dolor y el placer que sentía al ser lastimada por las uñas de Momo, pero complacida con su rodilla frotándose entre sus piernas.

A medida que Momo se movía con más confianza, Dahyun sintió que su corazón latía más rápido, atrapada en una espiral de sensaciones. Era como si Momo estuviera tratando de sellar cada rincón de su ser con su esencia, reclamándola como suya. Pero, incluso en medio de ese momento de deseo, había un atisbo de cariño palpable en cada toque, en cada mirada. Era como si, detrás de la máscara de seducción, control y maldad, Momo aún guardara una parte de cariño por ella.

Dahyun se encontraba atrapada en un torbellino de emociones. La dureza con la que Momo actuaba parecía desafiar la amistad que habían compartido, pero al mismo tiempo, la calidez y la conexión emocional que siempre habían tenido estaban presentes, haciendo que todo fuera confuso y electrizante. Era un dilema del que no podía escapar.

—Momo… —murmuró Dahyun, sintiendo la intensidad del momento. No estaba segura de lo que quería, pero su cuerpo respondía a Momo, deseando más de esa conexión.

Momo la miró fijamente, una mezcla de deseo y vulnerabilidad reflejada en sus ojos. Por un instante, el mundo exterior desapareció, y todo lo que importaba era esa conexión intensa que compartían. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, Momo sabía que estaba cruzando una línea peligrosa. A medida que su deseo crecía, también lo hacía la culpa que empezaba a brotar en su interior, al igual que la sangre de la piel herida de Dahyun, amenazando con desbaratar el delicado equilibrio que había encontrado entre el amor y la traición.

Decidió ignorar ese pensamiento, y aún con lágrimas en los ojos siguió adelante con su tarea, tomando con rudeza el cuerpo de Dahyun y arrancándole gritos de dolor y placer.

Con la intimidad de Dahyun goteando fluidos, Momo finalmente acercó sus dedos al lugar, palpando suavemente su entrada, y sin tomar más tiempo la penetró con fuerza, escuchándola gritar mientras la embestía.

Momo se sintió horrible cuando la vio sangrar, ella no quería hacerle daño, pero debía hacerlo, así que apartó su mirada de la intimidad de Dahyun y siguió embistiéndola con fuerza al mismo tiempo que su otra mano apretaba el cuello de la más joven.

Dahyun tuvo miedo, eso definitivamente no parecía un sueño, el dolor y el miedo que sentía no eran normales, pero se tragó sus ganas de llorar y se dejó tomar al antojo de Momo, sometiéndose completamente ante ella.

A pesar del cariño que Momo podía sentir por Dahyun, su naturaleza maligna seguía presente, y no pudo evitar sentir placer al ver a Dahyun rogar por piedad mientras la follaba con violencia.

Finalmente Dahyun llegó a un orgasmo, sintiendo su intimidad arder ante el maltrato que había recibido, pero el placer había sido innegable.

Finalmente Momo soltó su cuello y sacó sus dedos de su interior, mirando los fluidos de Dahyun resbalar en su mano junto a una hilera de sangre.

Hipnotizada por el brillo de los fluidos y lo arruinada que lucía la joven bajo su cuerpo, Momo llevó sus dedos a la boca de Dahyun y los introdujo sin aviso, obligando a Dahyun a probarse ella misma.

Dahyun lo hizo, obediente y sumisa, sintiendo el sabor de sus propios fluidos y sangre mezclados en los dedos de Momo.

Sin más, Momo desapareció de ahí, dejando a Dahyun completamente sola, lastimada y con la ropa hecha pedazos.

A/N
Opiniones? Lo sé, estuvo algo intenso, pero qué creen que suceda con el alma de Dahyun ahora?

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