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Sesion Fotográfica

- ¿Te encuentras mejor? Cami me conto lo que te paso – Elena frota mi cabello como si fuera un perro – que terrible esta la situación del mundo, tanto maleante suelto en las calles.

- ¿De qué hablas? - ¿Qué tienen que ver los maleantes? Su primo no parecía un maleante, ¿o tal vez lo era…?

- Pues ese desgraciado que te ataco en la calle – ahora soy empujada en su pecho para recibir un abrazo de oso por parte de una mujer a la que supero en estatura, y a la que al parecer no superare en fuerza. – tienes que tener más cuidado Aleyda, cosas peores les han pasado a chicas como tú en la calle.

- Pero si…

- Si, es horrible – Cami se une a nuestro abrazo, ¿Qué le habrá contado está loca a Elena? Es demasiado cansado desmentirla, así que le seguiré la corriente. – mi heroico primo tuvo que rescatarla y luego cual damisela en apuros nuestra Aleyda se desmayo.

Resoplo. Sí, claro, como no. Elena se separa y empieza a darme directrices de cómo debo actuar en la sesión de fotos, asiento a todo lo que dice, pero no entiendo una palabra de lo que dice. Estoy más tensa que un arco, esto va a salir en un desastre, nunca he sido lo que se dice fotogénica y si hablamos de una sesión profesional… bueno, digamos que ni siquiera sé lo que eso implica, solo espero que no conlleve desnudos o trajes de baño.

Nos vamos al estudio que está en el canal, pero en el séptimo piso, son los minutos más largos de mi vida, no quiero ser una quejumbrosa, pero esto realmente no estaba en el contrato, o bueno si, pero no quiero hacerlo. Seré el hazmerreír de propios y extraños. Entramos en el estudio y soy recibida por un sinfín de mujeres altas, delgadas, voluptuosas, hermosas. Dios, y aquí voy yo, la mujer con menos gracia en el mundo, esto es un error.

- Aleyda no – me amonesta Cami, de repente presintiendo mi estado de ánimo – no importa que estas mujeres sean más hermosas que tu.

- Qué buena eres para levantarme el amino, gracias – replico con ironía.

- Es la verdad. Pero para que te sientas mejor, te diré que tú también eres hermosa y hay mujeres más feas que tu, así que alégrate y da gracias a Dios de que te hiciera muy bella.

- Tienes una forma tan extrañamente retorcida de animarme y es aterradoramente eficaz – tiene razón, no soy la mujer más hermosa del planeta y ciertamente no compito con estas mujeres, pero aun así soy bella y este es mi momento.

- Esa soy yo, la mejor amiga del mundo y toda tuya -. Se engancha a mi brazo y me arrastra tras ella – ahora vamos a dejar a todos estos con la boca abierta derrochando todo tu encanto.

Quiero decirle que no poseo más gracia que un pato, pero me contengo, no quiero más de su charla motivacional. Afortunadamente es una fotógrafa la encargada de mi sesión y eso ya me quita un peso de encima. Elena se detiene a hablar con ella un rato, mientras Cami se dedica a señalar los defectos de las modelos; que es muy alta, muy flaca o tiene labios muy gruesos, seguro hechos de colágeno (según Cami) a mi me parecen bastante deslumbrantes, por lo que me mantengo a bastante distancia. Cuando la fotógrafa y Elena se acercan a nosotras inmediatamente la poca calma que había encontrado se esfuma.

- Hola, tú debes ser Aleyda – la fotógrafa le tiende la mano a Cami – yo soy Celeste.

- ¿Por qué crees que soy Aleyda? – Cami ni siquiera le devuelve el saludo.

- Bueno… por el nombre del programa…

- ¿Parezco de 40? – el rostro de Cami se empieza a enrojecer - ¿tengo cara de desesperada? ¿tengo cara de verme necesitada de acudir a una treta televisiva para encontrar un hombre?  Sin ofender – se apresura a añadir lanzándome una mirada de disculpa. Vaya, que agradecida me siento de que recordara que me estaba insultando, cuando, si estoy aquí, es culpa suya.

- Bueno… - se gira hacia Elena – no me habías dicho que tuviera tan mal carácter, suficiente tengo con las modelos.

- Sí, bueno, no necesitaba advertirte que la amiga de Aleyda tuviera un temperamento al rojo vivo, ya que no trabajaras con ella. – Elena le lanza una mirada molesta a Cami y ella sin inmutarse se cruza de brazos.

- Ella me insulto primero, es como si me hubiera preguntado cuantos meses de embarazo tengo – sus ojos se estrechan – en cuyo caso lo piensen, son líquidos que retengo después de mi embarazo. – sin decir nada más se aleja y le arrebata una silla a una de las modelos, el problema es que la modelo estaba a punto de sentarse y no se percato de que Cami se la quito y cayó sobre su trasero, hago una mueca y escucho suspirar a las dos mujeres frente a mí.

- Entonces tú eres Aleyda. – ahora me tiende la mano a mí.

- Sí, soy yo, un gusto conocerte.

- Igualmente – me mira fijamente y me pone más nerviosa de lo que ya estoy  - no quiero ser grosera, pero si pensé que tu amiga era la mujer del programa, era porque tu no pareces de cuarenta, te ves más joven años – se gira hacia Elena - ¿estamos engañando al público?

- No, claro que no. Ella tiene 40, recién cumplidos – Elena le frunce el ceño a Celeste – y tu sabes que yo nunca engaño al público.

- Era una simple duda, sabes que odio este tipo de programas, son denigrantes para la población femenina – se giro hacia mi – sin ofender. – vaya, otra que se olvidaba que me ofendía. La historia de mi vida.

- Tranquila, para empezar no estaría aquí si no fuera por la insistencia de un par de amigas locas – suspiro mirando a Cami, que les lanza miradas venenosas a todas las modelos que se quedaron en un rincón encogidas de miedo – a mí tampoco me gustan estos programas, pero no puedo quejarme de tener cuarenta citas con cuarenta hombres diferentes.

- Eso no te lo discutiré – sonrió – bueno, aclarada tu identidad, vamos a trabajar.

Cuando yo pensaba que el día en el Spa había sido horrible, es que aun no había pasado por la mano de los asistentes de Celeste, estos parecían pulpos con cientos de manos que aparecían por cualquier parte, tenía que estar atenta, o saldría de allí sin mi queridísima Virginia. Al final y dos horas después de tanto tortura, estaba lista para la sesión de fotos, era la primera vez que me veía tan hermosa en toda mi vida, tal vez esto no saldría tan mal después de todo.

En total serian cuatro cambios, este constaba de un vestido rojo de manga larga que se ceñía a mi menuda figura, llegaba por encima de la rodilla, era hermoso y de una tela suave. En las primeras fotografías me sentía torpe y rígida, no lograba relajarme, hasta que Cami empezó a contar chistes y todos reían, incluso las modelos se aventuraron a salir de su rincón y me daban uno que otro consejo para soltarme.
En fin, entre todos los allí presentes logre sacar mi verdadera personalidad  y disfrutar el hacer poses y sonreír a la cámara, no era tan horripilante después de todo, no cuando habían muchas personas dispuestas a ayudar.

El segundo cambio fue de un pantalón formal de talle alto y un top de manga larga con unos zapatos altos que me hacía ver más alta, este me gusto mucho y pensaba comprar algo parecido para mi guardarropa. El tercer atuendo constaba de una minifalda negra de cuero, unas botas hasta el muslo y una blusa negra también, sin magas y transparencias en la parte del ombligo, este me hacía sentir una verdadera chica mala.

El cuarto cambio era  un vestido de noche color blanco de mangas largas y la espalda descubierta, tenía unos detalles de pedrería en la cintura y que llegaba a arrastrarse en el suelo, se parecía peligrosamente a un vestido de novia y era absolutamente perfecto. Casi derrame lagrimas por verme con ese vestido tan hermoso y que quizá sería la única vez que me vería en uno igual.

Cuando acabamos hice una pregunta que me pareció de lo más normal, pero que los demás tomaron de broma.

- ¿Podemos hacer otra sesión? – mi declaración fue seguida de un estruendo de carcajadas, a mi no me pareció gracioso, yo halaba enserio.

Que gente mas poco profesional vine a encontrarme en este canal, son todos una bola de zánganos irresponsables.

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