Es increíblemente lo rápido que vuelan las noticias, en especial las que se refieren a mí y la humillación. Realmente no sé porque me sorprende tanto las cosas que suceden en mi vida, es verdad que todo lo que sucede en ella es de película, pero aun así es solo mi cotidianidad.

- ¿Tan desesperada estas peque? - la cara de inocencia que tiene mi abuela no me engaña de lo que en realidad esconde su maquiavélico cerebro - es cierto que tus partes de chica están oxidadas, pero no necesitas prostituirte...

- ¡Bita! - estoy tan escandalizada por sus palabras que no le hago caso a todo el revuelo que sus palabras levantan en la gente que está en la casa de mis papás - aunque no lo creas, no susurras cuando crees que lo haces, y por favor ya deja de hablar de mis partes de chica.

- Está bien peque - mi abuela se queda callada por un momento... que no dura lo que yo desearía - pero si estas prostituyéndote ¿no?

- Es imposible luchar contigo Bita, no estoy prostituyéndome, es un programa donde se encargaran de encontrarme novio - me masajeo las sienes, mi abuela siempre tiene el poder innato de hacer que me den jaquecas - o al menos citas, y no estoy desesperada solo quería... experimentar.

Porque será que hay ideas que cuando se te ocurren son demasiado buenas, demasiado brillantes, pero una vez salen de los recovecos de tu mente, te das cuenta que son la cosa más estúpida pensada y expresada de la vida. Allá en la oficina de Elena y envalentonada por mi orgullo herido, fue demasiado fácil tomar la decisión, pero ahora mismo me veo y me escucho exactamente como creí que sería en un inicio. Una mujer ridícula que solo está haciendo más el ridículo.

- ¿Sabes que bita? - me pongo de pie - escuchando esta disparatada idea en voz alta vengo a darme cuenta que estoy tonta y que jamás hare algo tan degradante, ahora mismo voy y lo arreglo.

Con una velocidad aterradoramente rápida mi abuela se pone de pie y alcanza su sombrilla y me impide el paso con ella.

- Ni se te ocurra - ya no hay ganas de jugar por su parte - es la primera vez en mucho tiempo que haces algo por ti, sea loco o no, no lo dejaras solo por ser cobarde.

- ¿Porque de repente soy cobarde y muchas otras cosas para la gente? - estoy enfadada, es como si todos se hubieran puesto de acuerdo para hacerme sentir mal el día de hoy. - esto es una tontería y por un arranque de ira pasajera me deje llevar y estoy en esto.

- No siempre fuiste cobarde, de un tiempo para acá es que te has vuelto así - muy regiamente mi abuela toma asiento nuevamente - además conseguirás poner en función lo que Dios te dio.

Gruño exasperada, voy a morir virgen, tanto disgusto un día de estos me cobrara factura. Aunque viéndole el lado positivo medicamente no soy virgen, así que al menos me ahorrare la vergüenza en mi forma fantasmal, ya que nadie sabrá mi verdad más terrible. Benditos sean los hímenes que no sobreviven a 40 años de vaginas desusadas. Eso pone una sonrisa psicópata en mi cara, ¿Quién se ríe de algo así?

- ¿En que estas pensando pequeña loca? - de repente tengo la cara de mi abuela frente a la mía, demasiado cerca de mi gusto.

- No estoy pensando en nada - trato de alejarme de ella, pero mientras más me alejo, ella me sigue - abuela, espacio personal.

- Hum - sigue viéndome y mi incomodidad se vuelve temor - tienes un moquito en la nariz, deja yo te lo saco. - me sacudo como un perro recién bañado, Dios mío juro que siento como un par de cabellos de mi cabeza se vuelven canas, necesitare un buen tinte.

- Ya lo hago yo bita - me pongo de pie y corro hacia el baño para verificar si es cierto lo del moco, me veo al espejo y para mi mala suerte es cierto, es uno bastante grande que asoma por la puerta. Puaj, que asco.

¿Qué fue lo tan terrible que mis antepasados cometieron para que yo tenga que cargar con tanta mala suerte en mi vida? Debió de ser demasiado terrible, quizá mi antepasado fue Hitler o alguien de la inquisición o si no, no me lo explico. No es la típica mala suerte, es peor aún, muy raramente algo me sale bien y el resto del tiempo todo sale mal y solo empeora. O quizá es un demonio que no tiene nada mejor que hacer, y ha decidido que su nuevo pasatiempo favorito es joderme la vida. Quién sabe, estoy abierta a sugerencias.

Me quedo un rato mas en el baño porque sinceramente no quiero estar con toda la gente congregada alla afuera con el único propósito de felicitarme por mi nuevo proyecto; prostituirme en televisión, según mi abuela.

Veo mi cara en el espejo y lo único que logro vislumbrar se reduce a una palabra: "patética", no hay otra forma de llamarlo, salgo del baño decidida a marcharme de allí y encerrarme en mi cuarto, es cierto que es al lado, pero al menos estare sola con mis pensamientos.

Tomo mis cosas y sin dejar que mi mamá diga nada me despido y de lejos lanzo un beso para mi abuela, pero claro ella no se queda callada. El día que eso suceda sera un verdadero milagro.

- Ven mañana para que te enseñe un par de trucos para usar tus partes de niña - ya no la veo y sigo mi camino, pero aun así alcanzo a escuchar sus ultimas palabras - aunque pueda que necesitemos aceite para desoxidarlas... Paula, ¿tenemos aceite...?

Cierro la puerta y con ello la voz de mi abuela, pero las carcajadas de burla de casi todo mi vecindario perduraran en mi mente hasta el día de mi muerte.

Miserable no alcanza a expresar mi sentir en este momento, regresar a mi apartamento si es que puedo llamarle de esa forma, solo me deprime horrores, creo que esa es la razón de que soporte a mi excéntrica familia, con ellos al menos no me siento sola, pero aquí solo el abrir la puerta y es como si de dentro saliera aire frio que me cala hasta los huesos.

Aunque de dientes para afuera pueda decir que no necesito una pareja o no quiero una, lo cierto es que lo que en realidad quiero decir es que no quiero a cualquier tipo o tener que estar con lo de besar sapos para encontrar al elegido. Lo que en realidad quiero es que aparezca mi alma gemela y saber realmente que es compartir mi tiempo y vida con la persona correcta, con la persona que a pesar de mis defectos va a quererme, que a pesar de los suyos lo voy a amar.

Pero es como si una parte de mi ya se dio por vencida, se ha resignado ante el hecho de que no aparecerá y por eso ya no me interesa ni siquiera maquillarme ¿para que? ¿con que propósito? No hay ninguno, asi que simplemente amo lo poco que realmente me apasiona que es dar clases y ver películas absurdamente romanticas, de esas que destilan azúcar por todos lados.

Y solo existo el resto del tiempo, ni siquiera me baño los fines de semana, con eso creo que lo digo todo. Parece que no tengo un verdadero impulso para vivir, pero por sorpresivo que parezca este absurdo programa de televisión me provoca estremecimientos de euforia, leves pero están allí.

No voy a adarle la espalda totalmente, al fin y al cabo ya acepte hacerlo, pero esta vez tratare de abrir los ojos y darle una oportunidad sin poner peros. No quiero volver a sintir esta soledad que me embarga cada vez que llego a casa.

Lo he decidió, encontrare un novio.