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「Capítulo 5」

❝ ¡Festival! ❞

Al salir del vestidor, Yoongi pudo escuchar los pequeños gritos ahogados de sus amigas, quienes se emocionaron con tan solo verle vestido de esa forma. Y justo cuando estuvieron por gritar algo, Yoongi habló.

—Juro que como griten siquiera una letra, las ignoraré por el resto del día.

Él trataba de conservar la calma y demostrar seriedad, pero estaba realmente avergonzado.

—Te ves lindo, Gi —dijo Dahyun tratando de no gritar de la emoción—. Te ves muy adorable; te queda bien. Nuestra foquita ártica evolucionó hasta una bella esquimal.

—Siento que acabo de perder lo que me quedaba de dignidad. —Se quejó tras un suspiro, Yoongi solo deseaba desaparecer—. Solo espero que ninguno de mis familiares me ve...

Quiso gritar apenas recordó que sus primos asistirían sin falta, al igual que Mina. Y Taehyung había prometido pasar en su tiempo libre.

—¿Que pasa Yoongi? —preguntó Jennie al ver su estado de inminente pánico.

—Vendrá mi familia —respondió en un susurro tratando de no arrancarse los pelos de la peluca—. ¿Y ahora qué hago? Conociendo a mis primos seguramente me tomarán fotos, luego las pondrán en un ridículo álbum y lo adorarán como un tesoro nacional.

—No creo que pueda ser tan malo —murmuró Jennie tratando de calmar a su amigo, pero al ver la reacción de las demás entendió que no podría defenderlos esta vez.

Yoongi trató de pensar en algo que le salvase de esa situación, pero no había nada que no ameritara empeorar la situación. Finalmente se rindió y aceptó aquel destino, y como si el mundo quisiera probarlo, ambos hermanos aparecieron.

Y como creyó, primero ambos se rieron, luego le comenzaron a tomar fotos, por último, se pusieron a la defensiva con cualquier chico que lo viera, a pesar de que todos sus compañeros eran betas, ya que los alfas estaban en su propia clase, como Taehyung.

Sus compañeras tuvieron que sacarlos casi a patadas para poder terminar con los últimos preparativos del lugar y abrirlo al público. Cosa que Hansol y Yuta no tomaron muy bien, pero aceptaron luego de un tiempo.

El café comenzó bastante bien, ya que el salón siguió llenándose a medida que pasaba el tiempo. Algunos clientes pedían sacarse fotos, y aunque Yoongi no quería ya que se consideraba ridículo en ese disfraz, no le quedaba de otra.

Debía admitir que los halagos de las clientas lo alegraban, aunque las sugerentes miradas de algunos hombres lo incomodaban y arruinaban su buen humor, el cual por obvias razones debía ocultar tras una sonrisa.

En uno de esos momentos, le tocó atender a una chica algo mayor que él, aunque llevaba un aspecto bastante anticuado a comparación de cómo sus amigas se vestían usualmente.

—Bienvenida al café CGB, ¿que desea ordenar? —preguntó tratando de sonar más dulce de lo usual, fijando su mirada en la pequeña libreta de pedidos.

—Quisiera un té helado y un cupcake —dijo la chica de forma amable.

Enseguida tomó la orden y fue a buscarla. Al volver dejó su pedido en la mesa y decidió a esperar a que lo volvieran a llamar o pedir algo, sin darle demasiada importancia a la chica a unos pasos de él.

—Realmente te ves muy bien, Yoongi-chan —dijo ella, sorprendiendo bastante al mencionado.

Esa voz se le hacía reconocida. Además, pocas personas lo llamaban así, y él no tenía una placa con su nombre para que ella lo llamara de esa forma, y tampoco sus compañeros lo habían llamado recientemente como para que lo hubiese oído. Volteó a verla y su sorpresa aumento aún más al descubrir de quien se trataba.

—¿Mina? ¿Qué haces vestida así?

—¿Que? ¿Me queda mal? Así solía vestirme en mi juventud.

—Eso es obvio, ya nadie usa ese tipo de ropa, peor ese tipo de gafas.

—¿Me estas tratando de vieja? Soy más joven que tu tío. —Se quejó la mayor.

—Lo sé, por tres años. Pero a él sus propios hijos ya lo consideran viejo desde hace cinco.

—Ash, que importa —dijo ya rendida—. Vine así porque es la única manera de poder disfrutar del festival tranquilamente, sin que nadie me reconozca como cabeza de la familia Kim.

—¿Cabeza? ¿No que tu esposo es la cabeza? —preguntó confundido.

—¿Quién te dijo tal mentira? —preguntó desconcertada—. Mi apellido es Kim, mi esposo al casarse conmigo se cambió el apellido a Kim. Él se encarga de la sede principal, yo me encargo de las sedes internacionales desde casa. Cuando me necesitan por ahí suelo viajar, aunque no lo hago desde hace meses. Mi esposo es el propietario minoritario de la empresa, ya que al casarnos su empresa familiar y la nuestra se fusionaron.

—Ya veo, siempre creí que él... No importa, solo tengo una duda ¿Como es que resultó que quedaste como cabeza y él cedió a tu apellido?

—Mi voz es más fuerte —respondió tras darle un sorbo a su té helado—. Aun así, no quería someterlo completamente, por eso compartimos decisiones, pero últimamente estuvimos en desacuerdo sobre nuestros hijos... —Al darse cuenta de lo que estaba diciendo, guardó silencio y buscó otro tema de conversación—... Seguramente Taehyung se sorprenderá al verte, se quedará embobado.

—Me sorprende que te lo tomes tan bien, yo aún no pude decirle a mi tío.

—A mí me hace feliz saber que estén juntos. Desde mucho antes de que ustedes se conocieran para que fueran pareja, aunque claro, nunca habría obligado a mi hijo a quererte. Me alegra que lo hagan por ustedes mismos, y creo que Kihyunie lo hará también —dijo felizmente—. Por cierto, seguramente también te guste ver a Taehyung, se ve muy guapo ahora mismo, aunque ya de por si es guapo, sacó el lado bueno de su padre y del mío.

«Se nota que es su madre», pensó al escucharla.

—¿Saldrán hoy? —preguntó Mina sonriente, aunque ya sabía la respuesta.

—Puede que sí. Dijo que se daría una vuelta por aquí en el descanso.

—Por cómo es él debe estar contando los minutos —murmuró sonriendo—. Aunque también debe estar rogando que su sufrimiento termine.

Taehyung, por otro lado, tenía doble participación, en su curso y su club, pero, como el festival duraba dos días, participaría un día en cada uno. El primer día se encargaría del club y el segundo en el curso, ya que los clubes solo harían algo el primer día.

En el club decidieron hacer algo bastante identificado con su deporte, decidieron basarse en una historia muy conocida con arqueros. No era ni nada más ni nada menos que la historia de Robín Hood, y justamente a Taehyung le toco el personaje principal.

Igualmente, no harían una obra, sino que harían una actividad interactiva, donde los visitantes podrían hacer las típicas competencias de tiro con arco, solo que intervenido con Robín Hood. Como él estaba disfrazado del protagonista, todos los niños que iban ahí querían que él les enseñara el tiro con arco, así que básicamente se la pasó de niñero toda la mañana, y no podemos decir que todos los niños se comportaron como angelitos.

—Taehyung. Ya puedes tomarte tu descanso —dijo su capitán, pero al ver lo destrozado que estaba se preocupó—. ¿Estás bien?

—Última vez que acepto esto —dijo con tono cansado—. La próxima vez, seré el extra que nadie quiere.

—Bien, por tu arduo trabajo en esta mañana, te daré una hora más de descanso.

—Que amable querido capitán —dijo sarcásticamente—. Nos vemos en dos horas.

Taehyung tomó sus cosas y sin más, salió del salón para ir a buscar a Yoongi. Pero, fue detenido por una de sus amigas.

—¿Vas por el omega? —preguntó Yonsung, quien fue elegida para disfrazarse de Lady Marian.

—No le llames así. Tiene un nombre —dijo con un tono levemente molesto.

—Sabes lo que tu padre piensa —comentó sin darle importancia lo que había dicho.

—¿Desde cuándo le haces caso a mi padre? Se supone que eres mi acompañante, no la de él. Además, si tuvieras que hacerle caso a alguno de mis padres, sería a mi madre, y ella no está en contra.

—¿Y crees que tu padre cederá? Yo no te digo esto porque siga sus indicaciones, me preocupo por ti, no quiero que salgas herido.

—Realmente no nos conoces. Puede que él no ceda en sus decisiones, pero yo tampoco. Lamento preocuparte, sé que no soy de confianza en estas cosas, pero esta vez es diferente, no dejare ir a Yoongi por nada del mundo. No puedo abandonar lo que amo.

Sonrió al escuchar sus palabras, Taehyung había cambiado demasiado en menos de año y medio, pero de a poco volvía a comportarse como antes. Aún estaba preocupada por él, pero sabía que, si se interponía, sería en vano.

—No importa cuánto trate de frenarte, tú siempre insistes. Por ahora te dejaré, pero cuando las cosas comiencen a complicarse entre ambos, volveré a entrometerme.

No dijo nada ante eso, solamente asintió y se fue hacía el salón de Yoongi. Podía ver que había bastante personas, pues su salón era uno de los más cercanos a la entrada, aunque no entendía porque era tan popular considerando los salones de su alrededor.

Al leer el cartel pudo comprender un poco más la razón, aunque deseaba que fuese una broma o estar confundido, pues Yoongi le había dicho que participaría como mesero, y hasta el momento el omega no demostró interés en cosas como esa. Cuando entró al salón reafirmó su temor, un café gender bender con cosplay. Buscó a Yoongi con la mirada, algo un poco difícil al ver a tantas personas con peluca y vestuario extravagante, pero ahí estaba su omega.

Se quedó como la primera vez que lo vio, estático. Se veía completamente diferente, tardó en reconocerlo, pero Yoongi destacaba entre sus compañeros, nadie era tan pálido como el, sin importar cuantos kilos de maquillaje se pusiera encima.

Se veía muy bonito en ese disfraz de esquimal, por un momento lo confundió con una chica, pero estaba claro que no lo era, ya lo había comprobado unos días atrás en su cita.

Yoongi volteó su mirada hacía él, y al instante se sonrojó. Le hizo una seña de que lo esperara afuera, y cuando él salió, Yoongi fue directamente a pedir su tiempo libre.

Nunca en la vida le había importado el cambiarse de ropa para alguna razón importante, pero ahora deseaba poder quitarse ese ridículo disfraz. Tomó sus cosas y se dirigió afuera, encontrándose con Taehyung, que al parecer estaba en la misma situación.

—¿Que se supone que eres? —preguntó Yoongi confundido al ver al alfa, no sabía si clasificarlo como campesino medieval, guerrero o quien sabe qué.

—Mi club está haciendo una actividad recreativa, y todos nos vestimos como personajes de Robín Hood. A mí me tocó ser Robín. Aunque suena bastante importante, no soy más que una simple niñera con un gran título.

—Debiste trabajar muy duro.

—Igualmente no me desagradan los niños, después de todo tengo una madre y hermana muy aniñadas, y un sobrino hiperactivo.

—¿Sobrino? Por lo que sé tu hermana no tiene hijos —preguntó Yoongi confundido.

—No es sobrino en sí, es primo de parte materna, pero él me confunde con un tío por la diferencia de edad, por lo que me acostumbré a que me llame así.

—No sabía que tenías un tío, pensé que Mina era hija única —comentó Yoongi—. También me sorprende que Mina nunca me lo haya mencionado.

—Es porque él se separó de la familia hace tiempo, pero aun así nos contactamos seguido. Él es apenas unos años mayor que yo, solo seis o siete años. De pequeño solía decirle hermano, pues era casi como un ídolo para mí, quería ser tan genial como él, incluso sigo creyendo que es genial.

—Ya veo. Debes quererlo mucho —respondió Yoongi, no sabía que decir, era la primera vez que escuchaba a Taehyung hablar así de alguien.

—Si, él es quien me enseño todo sobre tiro con arco, es muy bueno en ello, deberías verlo —dijo bastante feliz, entonces Yoongi recordó a quién se refería—. Seguramente hoy vendrá al festival, quisiera que lo conozcas.

—Si estas bien con eso... —respondió nervioso, Taehyung quería presentarle a alguien muy importante en su vida, era algo increíble para él. Pero también deseaba hacer lo mismo, solo que no sabía cómo, pero no le costaba nada intentarlo—. Tae...Taehyung. Yo también quiero presentarte a mis amigas.

—¿Estás bien con eso? No necesitas presionarte, puedo esperar a que estés listo.

—Quiero hacerlo.

—¿Seguro? —preguntó y Yoongi asintió—. Está bien. Dime cuando quieras y lo haré.

—¿Te parece esta tarde? Al terminar el festival.

—Claro, pero ya que es tan pronto, debes hacerme un favor —dijo deteniéndose al instante, tomando la mano del albino—. Mañana, quiero que salgamos justamente como hoy, pero debes usar tu disfraz.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó indignado

—Porque realmente te ves muy bonito, una vez que tengo la oportunidad de verte así, no puedo desperdiciarla —respondió mientras le besaba la mano, haciendo que se sonrojara más de lo que ya estaba—. Tranquilo que yo usaré un disfraz también, porque estoy seguro que querrás que lo conserve. Y para que sepas, mañana me encargaré de las actividades del curso, por lo que usaré uno nuevo

—Engreído —murmuro Yoongi entre dientes. Pero no podía evitar pensar en lo que se disfrazaría el día siguiente.


Luego de haberse cambiado, comenzaron a pasear por toda la feria. Habían parado por varios de los salones, y varios estudiante se habían detenido a verlos, la estrella del club de arquería junto al omega albino era algo extraño de ver. Pero, más que nada ver a Yoongi con un alfa sin compañía de su guarda espaldas personal; Soyeon.

Les parecía absurdo que Taehyung, que desde que entró a la preparatoria tuvo varias parejas y apenas estaba en segundo año, estuviera saliendo con uno de los omegas más lindos y codiciados de la escuela.

Ya era un saber común que, para siquiera poder acercarte al albino, debías conseguir el visto bueno de Jeon Soyeon, algo que era prácticamente imposible.

¿Entonces cómo era posible que alguien como él lograra convencer a la alfa? ¿Habían peleado con su voz de alfa y resulto victorioso? ¿Salían en secreto? ¿Yoongi era la ofrenda de paz entre ambos alfas? Nadie estaba seguro.

Varios rumores comenzaron a extenderse, algunos no muy favorables, otros bastante cercanos a la verdadera historia, pero nadie consideró la idea de que fueran pareja destinada. Al momento en que se tomaron de las manos, entrelazando sus dedos, en una de las exposiciones, los rumores fueron resueltos; ambos estaban saliendo.

Ninguno de los dos les prestaba atención a los rumores, o más bien no se daban cuenta del revuelo que estaban causando, se encargaban de disfrutar su cita como si nada pasara, viviendo en su propia nube, que pronto se esfumó.

—Ah, así que aquí estabas Yoongi-chan —dijo Mina al verlos llegar al club de Taehyung, sin poder evitar sonreír al ver las manos entrelazadas de ambos adolescentes, se veían tiernos juntos.

—¿Qué haces aquí, mamá? —preguntó Taehyung extrañado de verla en su club, pues a ella no le fascinaba mucho aquel deporte.

—Hum ¿Como que qué hago? Paso tiempo de caridad con mi hermanito —respondió como si fuera lo más obvio del mundo. A Taehyung se le iluminó la cara y tomó la mano de Yoongi fuertemente.

—Ven, debo presentarte a alguien. —Sin decir nada más ambos entraron.

Dentro del club todos estaban callados, mirando solamente a un visitante en posición de tiro. Hacía ya un par de minutos que había estado ahí disparando flechas certeras, y aquella última no fue la excepción.

Quedaron fascinados cuando vieron su décima flecha clavada en el centro de la diana, y los murmullos no se hicieron esperar.

—Fue una buena racha, lástima que no tenga más tiempo para continuar —dijo algo apenado mientras en sus manos cargaba a un niño. —Este pequeño de aquí ya quiere ir a ver a su tío.

—No es necesario que camines demasiado para encontrarlo —dijo Taehyung haciéndose ver.

—Ah, así que ahí estás —dijo con una sonrisa mientras se le acercaba.

—¡Tío! —exclamó el niño al verlo y pronto comenzó a abalanzarse para estar sobre sus brazos—. ¡Tío! ¡Tío!

—Ya, tranquilo Haruto, te lastimarás si sigues así —decía su padre mientras trataba de pasarlo debidamente a su sobrino—. Dios, siempre se emociona de más cuando te ve, a ti y a Hyejin, no sé cómo es que tiene tanta energía.

—¿No decías que a su edad yo era parecido? —preguntó Taehyung mientras acariciaba la cabeza del niño—Solía ser igual de enérgico que él.

—Si, lo eras. Solías treparte en cada cosa que veías, y de cada una de ellas te caías ¡Que tiempos! Pero luego dejaste ese lado tan salvaje tuyo, para pasar a ser un robot.

—Perdóname haber perdido tanto expresionismo —dijo sin ninguna expresión en su rostro, aunque lo hizo a propósito.

—Como sea, será mejor que salgamos a dar unas vueltas, tu madre ya debe de tener cara de perro por haber esperado tanto afuera.

—Claro, vamos.

—Oh, ¿quién eres tú?

—Te lo presento en el camino —dijo mientras subía a su primo por encima de sus hombros, lo que al pequeño le fascinaba.


—Así que son pareja destinada, quién lo diría. Pensé que esas cosas no existían —dijo inspeccionando a Yoongi con la mirada muy de cerca.

—Tío, lo incomodas —murmuró Taehyung alejando la cara de su tío de la de su pareja.

—Perdona, es que aún es difícil creerlo. Mucho gusto Yoongi, me llamo Haruki.

—Mucho gusto, Haruki.

Al pronunciar su nombre se pudo dar cuenta de algo. Él y su hijo llevaban nombres que tenían que ver con flores o con la primavera, era bastante curioso.

—Ahora que te veo bien, te pareces a alguien que conozco.

—Puede que conozcas a mi tío, Min Kihyun.

—El padre de los mellizos milagrosos —agregó Mina—. O mejor dicho, tu psicólogo de cuando eras prepuberto.

—Oh, ¿Kihyun es tu tío? Recuerdo cuando me quejaba de mis dificultades y él me contó como era su día a día, me había cansado de solo escucharlo. Tu tío es todo un hombre.

—No sé si debería agradecerte por el cumplido o fingir que no escuche nada —comentó el albino entre risas.

—Realmente aprecio a tu tío. Me ayudó bastante cuando yo tenía tu edad, siempre le decía a Yu y Han que tienen un gran padre, y ahora puedo decírtelo a ti.

—¿Yu y Han?

—Yuta y Hansol fueron mis compañeros de preparatoria.

—¡¿Qué?! ¡Está bromeando! —gritó el omega completamente sorprendido.

Nunca lo habría imaginado, Haruki se veía muy maduro. Pero si lo pensaba bien, Taehyung había dicho que él era 6 años mayor a ambos, y coincidía perfectamente con la diferencia de edad de ellos y los mellizos. Tras pensarlo pudo recordar levemente a un chico que iba con ellos a la escuela y que rara vez estaba en su casa, nunca hubiese creído que aquel chico era el tío de Taehyung. Pensarlo le perturbaba demasiado.

—Claro, nos llevábamos bastante bien en esos tiempos, aunque luego dejamos de vernos ya que ellos comenzaron con sus carreras y yo... bueno, es una larga historia, pero el resultado fue ese hermoso pequeño de ahí —dijo apuntando a Haruto, el cual seguía en los hombros de Taehyung—. Nunca hubiese creído que terminarías siendo la pareja de mi querido sobrinito. Yu y Han hablaban muy bien de ti, aunque es extraño que no nos encontráramos tan frecuente.

—Ya me acordé de ti, wow, rara vez salía de mi habitación, pero yo si te vi algunas veces, cambiaste mucho.

—Si, la paternidad me cambió —dijo mientras tomaba a su hijo, el cual ya se estaba durmiendo—. Espero podamos cruzarnos de nuevo muy pronto, por ahora debo llevarme a este pequeño a dormir. Si no lo hace ahora, terminará siendo un dolor en el trasero, es todo un terremoto.

—Entiendo, nos vemos pronto —dijo igualmente feliz.

—Y tu Taehyung, no lo arruines, por fin consigues a un chico decente —dijo Haruki mientras le daba un pequeño golpe en la cabeza a su sobrino.

—Entiendo, no era necesario el golpe. —Se quejó sobándose el lugar de impacto.

Solamente Haruki se rió y se fue junto a Haruto y Mina, mientras que Taehyung y Yoongi los saludaron desde donde estaban.

—Si que tu familia es bastante animada. Haruto no se parece mucho a tu tío, su madre debe ser hermosa para que Haruto sea así de lindo.

—No lo sabemos —dijo el castaño, lo que extrañó a Yoongi. Taehyung pudo notarlo y prefirió explicarse—Haruki era el típico busca problemas en su adolescencia, aunque tiene un gran corazón. Por aquella actitud es que se separó de la familia y se fue a vivir solo. Al parecer una de sus tantas parejas le dijo que estaba embarazada y le exigió dinero para abortarlo. Haruki se negó y le rogó que le dejara tener ese niño. Le explicó a mi madre todo lo sucedido y ella lo ayudó monetariamente. Tuvo que convencer a esa mujer con dinero para llevar a cabo el embarazo. Apenas nació Haruto ella se fue y Haruki dejó todos sus malos vicios para convertirse en el padre que es ahora. Mis abuelos le hicieron una prueba de ADN para confirmar que fuera hijo de Haruki y salió positiva.

—Es increíble. Ojalá todos los alfas fueran como tu tío. Aun cuando no buscan ser padres se hacen cargo. Haruki es increíble.

—Si, lo es.

Ambos siguieron con su vuelta por el festival. El descanso de Taehyung se estaba acabando, y por ello decidió ir al último puesto que deseaba pasar. Al llegar ahí, Yoongi se puso más pálido de lo que ya era.

—Ca... ¿Casa embrujada? —preguntó Yoongi.

—¿Qué pasa? ¿Te da miedo? —preguntó Taehyung confundido, esas cosas no daban miedo en un festival, pero Yoongi temblaba como una hoja al viento.

—No... No es que me den miedo los fantasmas y todo eso, sino que... las arañas —respondió nervioso.

—¿Tanto así le temes? —preguntó curioso, no es que fuese absurdo, pero le sorprendía que fuese a tal punto—. ¿Que pasó para que les temieras?

—Pues...—Estuvo a punto de contarle la razón de su fobia, pero en eso escucho las voces de sus primos, por lo que rápidamente tomó la mano de Taehyung y sin pensarlo se metió en la casa embrujada.

—¿Por qué...? ¿No estabas demasiado asustado? —preguntó sorprendido.

—Escuche a mis primos, si nos ven juntos... —respondió en voz baja.

—¿Eso es malo?

El tono en la voz de Taehyung le hizo sentir mal.

—Son algo especiales... y demasiado exagerados, ya viste como actuó Yuta en nuestra primera cita y ni siquiera sabía que lo era —susurró apenado—. Estoy seguro que si te presento ahora, harían un escándalo. Por eso será mejor que lo haga una vez estemos en un lugar más tranquilo. No quisiera arruinar el festival por algo así.

—No te preocupes —suspiró aliviado—. Pensé que te habías metido aquí porque te avergonzabas o algo así. Pero ahora estoy más tranquilo.

Al escuchar eso se sorprendió ¿Estar avergonzado de él? Debía ser todo lo contrario. Taehyung era un alfa puro de una buena familia, con talento, varios amigos, muchos pretendientes y un buen futuro asegurado. Quien debería estar avergonzado es él por andar con un omega de media clase, huérfano y sin ningún atributo.

—No es así, es todo lo contrario. Nunca te escondería por estar avergonzado de ti, eres mucho más de lo que podría pedir. ¿Porque llegarías a dudar con algo como eso? Nunca te escondería porque me avergüence, si así fuera no estaría aquí contigo. Créeme, esto lo...—Yoongi dejó de hablar al sentir algo en su hombro, al voltearse vio a una araña y pegó un grito al cielo.

—Yoongi ¿Qué pasa? —preguntó Taehyung preocupado al verlo de cuclillas.

—Había... Había una araña... sobre mi —respondió temblando casi al punto de llorar.

—Tranquilo, no es real, es solo de juguete —dijo tomándola y mostrándosela, pero solo hizo que se escondiera aún más.

—Quítala —dijo más asustado, ya escapándole algunas lágrimas.

—¿Tanto le temes a las arañas? —preguntó curioso, nunca habría pensado que sería capaz de ponerse así.

—No, solo estoy sudando por los ojos y estoy temblando porque tengo frío —respondió sarcástico, Taehyung no se lo tomó bien, pero no dijo nada ya que debía suponer que se pondría así al verla.

—¿Por qué les temes tanto? —preguntó sentándose a su lado, posando una de sus manos sobre su hombro. El toque hizo que Yoongi se estremeciera, pero al ver que se trataba de su pareja se calmó un poco. Tomó aire para calmarse aún más y lo miró.

—Cuando tenía 7 años, mis primos me hicieron ver con ellos una película donde había una araña gigante que se comía todo lo que veía. Esa misma noche mientras dormía una araña se subió sobre mí y mordió mi muñeca. Tuve inflamación y fiebre alta por una par de días, pero estaba tan asustado por la película y la fiebre, que sentí que iba a morir, siempre que veo una araña recuerdo lo que pasó aquella vez. Ya que soy alérgico...

—¿Realmente es solo por eso?

—¿A qué te refieres con "solo eso"? —preguntó molesto, ya que creyó que Taehyung trataba a su temor como una estupidez.

—No, no me refiero a... Mira, quiero decir, cuando le tememos a algo es porque nos recuerda a algo peor. Sentías que morirías, pero ¿no había algo más en ese tiempo que también te asustara?

Yoongi se quedó callado. Nunca se había puesto a pensar en algo así. En ese momento recordó cuando estaba enfermo, con cinco o seis años. Sus padres se habían quedado con él toda la noche. Su madre le cantaba para tranquilizarlo mientras que su padre le acariciaba la cabeza. Recordó que, a pesar del dolor él se había sentido muy a gusto junto a ellos, y que cuando tuvo ese accidente con la araña, sus padres no podrían volver a cuidarlo como aquella vez.

Sin darse cuenta y desde ese día reconoció la muerte de sus padres.

Taehyung se sorprendió al verlo, había comenzado a llorar, pero esta vez estaba completamente quieto y en silencio, como una estatua. Toco su mejilla para hacerlo reaccionar y ahí comenzó a llorar aún más

—Ellos ya no estarían ahí para mí... nunca más. Mis padres nunca más volverían —respondió secándose las lágrimas, cosa inútil porque rápidamente volvían a aparecer más—. Me di cuenta que me habían dejado solo.

—No estás solo —contestó Taehyung al abrazarlo—. Tienes a tu tío, a tus primos, a tus amigas, a mi madre. Me tienes a mí. Aun si ellos te dejaron, nosotros estamos aquí para ti.

Tenía razón, su familia siempre estuvo ahí para él, al igual que sus amigas. Aun si sus padres no estaban, él no estaba solo, nunca lo estuvo, pero su falta no dejaba de doler. Abrazó igualmente a Taehyung y continuó llorando en sus brazos, aunque esta vez estaba más aliviado.

—Oye, ¿qué hacemos con esa escena dramática? —preguntó avergonzado uno de los encargados de la casa embrujada al escuchar toda la conversación.

—No interrumpas, se irán pronto —respondió su compañero igualmente avergonzado.

Un par de minutos después, al salir del salón y ya completamente tranquilo, Yoongi se encontró con algo que no deseaba enfrentar en ese momento.

—Así que Yoongi, ¿qué pasó ahí adentro? —preguntó Yuta con su típica sonrisa de cuando estaba molesto—. Escuchamos un grito, y sabíamos que eras tu porque te vimos entrar con alguien. ¿Podrías decirnos quién era y qué hacían ahí?

—Puedo explicarlo —dijo nervioso por la expresión de Yuta y Hansol detrás de él, pero no daba tanto miedo como su hermano—. Verán, yo... —En ese momento salió Taehyung del salón, haciendo que Yuta cambiase la expresión a una más seria.

—Oh, tu "amigo" —comentó mirándolo seriamente—. Tienes su olor...

—Bueno...

—No has respondido mi pregunta.

Yoongi se había puesto nervioso, estaba decidido a contarles la verdad a sus primos, pero no esperaba hacerlo tan pronto. No podía estar en una situación más incomoda.

—Ah, ¡ahí está! —dijo Soyeon mientras se acercaba a Yoongi—. Las chicas dijeron que ibas a contarnos algo, y ya que estamos libres venimos... ¿Qué está pasando? —preguntó al ver la situación.

Estaba completamente equivocado, sí podía estar en una peor situación. Pero ya no tenía de otra, debía hablar antes de que empeoraran las cosas. Inhaló profundamente, tomó la mano de Taehyung, quien estaba visiblemente incómodo.

—Hansol, Yuta, chicas. Taehyung y yo somos pareja destinada —dijo de una vez por todas.

—¿Qué? ¿Tu pareja destinada? —preguntó Jennie completamente sorprendida—. Espera, yo te conozco, eres el chico del cuarto de materiales del club de arte. Así que por eso estaban ahí juntos, ya me parecía extraño que Yoongi estuviese tan a gusto con un alfa en un lugar tan pequeño.

—¿Qué cosa? —preguntó Yuta molesto, imaginándose lo peor.

—En realidad estaba buscando materiales que me habían pedido para mi clase, que me encontrase con Yoongi fue pura casualidad —dijo Taehyung hacia Jennie, alegre de haber sido presentado ante las personas más importantes del albino.

—Que sean pareja explica varias cosas —dijo Wheein sonriendo—. Dahyun, gané, paga.

—Pero... ¿qué? ¿Apostaron sobre mí? —preguntó Yoongi sorprendido de la tranquilidad, de sus amigas y también por la apuesta.

—No es divertido jugar contigo —dijo Dahyun en un puchero mientras entregaba un par de billetes a Wheein—. Última vez que lo hago.

—Perdona, Gi, pero eres demasiado predecible. Se notaba que escondías algo. Aunque también es tu culpa por no haberlo contado antes —dijo Wheein mientras guardaba el dinero.

—¿No están enojadas?

—Yo de por sí ya lo sabía, no dije nada ya que tu no querías hacerlo aún —dijo Soyeon, omitiendo que Yoongi mismo se lo contó y como se dio cuenta.

—Bueno, en mi caso no lo sabía, pero entiendo que no lo dijeras. Por eso que no me molesta, me hubiese molestado haberlo sabido de alguien más que tu —dijo Jennie.

—Dahyun también lo suponía, pero es débil ante las apuestas y me aproveché de ella.

—Y no puedo creer que haya caído —Decía deprimida—. La próxima dilo antes de que comience a apostar Yoongi, me heriste monetariamente.

—Tu, deja de pensar en el dinero —se quejó Wheein mientras golpeaba su cabeza para hacerla reaccionar—. De cualquier forma, me alegra ver que hayas encontrado a alguien, siempre parecías estar en contra y comenzaba a preocuparme, pero me alegra que pudieras darte una oportunidad.

—Yo también, por ello estoy muy feliz, además de saber que realmente existen las parejas destinadas. Felicidades Yoongi —dijo Jennie con una sonrisa de oreja a oreja.

—Sabes lo que creo de esto, no hace falta que lo repita —dijo Soyeon.

—Yo solo diré que no les pagaré el regalo de su boda, me van a dejar pobre a este paso —dijo Dahyun.

Yoongi no pudo evitar alegrarse, al final no tenía nada que temer de sus amigas, se lo habían tomado muy bien.

—Oye, no se te olvide que estamos aquí —dijo Yuta aún molesto—. Será mejor que esto lo hablemos en casa, y a ti... —tomó el hombro de Taehyung, mirándolo de manera desafiante—... ni se te ocurra escaparte de esta.


Nos vemos el martes con el siguiente capítulo. <3

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