Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

「Capítulo 2」

❝ No hagas que me arrepienta.❞

—Yoongi-chan ¿Te encuentras bien? —preguntó Hansol apenas entró al salón donde este se encontraba, siendo seguido por su padre—. No puede ser, se suponía que estabas tomando los supresores.

—Han... llegaron... —decía Yoongi entre jadeos de dolor. Estaba tratando de controlar el tono de su voz al estar junto a Mina, pero ya se le estaba haciendo difícil no largarse a llorar.

Por suerte ella llamó a su familia casi de inmediato, claramente Yuta no pudo ir por ser un alfa soltero, ya que podía correr el riesgo de que él también enloqueciese por sus feromonas y cometiese un grave error al marcarlo, aun siendo su primo.

—Hice lo que pude. Hasta le di sus píldoras para calmarlo, pero nada... —dijo Mina angustiada al borde de las lágrimas—. Es muy fuerte. No sabía qué hacer.

—No te preocupes Mina, gracias por haber llamado, y por haber cuidado de Yoongi hasta que llegara —dijo su tío mientras le tomaba las manos a Mina—. No sé qué hubiese sido de él sin tu ayuda.

Mina asintió, aun preocupada.

Luego de eso, Hansol tomó a Yoongi entre sus brazos y lo saco de la casa, a lo que el omega se abrazó a él de manera desesperada. No había ningún rastro de feromonas, algo obvio siendo él un beta, pero Yoongi necesitaba sentir un olor que le calmara, o mínimo un contacto de otro tipo que aliviara su dolor. Lo recostaron en los asientos traseros del auto y condujeron lo más rápido posible para llegar cuanto antes al departamento.

Apenas llegaron, Yoongi se encerró en su cuarto, y no dudo con comenzar la rutina que llevaba a cabo en cada uno de sus celos, pero a diferencia de las anteriores veces, ahora tenía un rostro cual imaginar.

«Ese chico... El hijo de Mina»

Pensó en su encuentro, en sus ojos, su cabello, su rostro, excitándose aún más de solo recordarlo. Pero el dolor lo hizo apoyarse en la pared y deslizarse hasta el suelo.

Él realmente era el hijo de Mina, eran muy parecidos, claro que Taehyung tenía un cuerpo mucho más masculino y era más alto que ella, y no negaba que era demasiado apuesto.

«Taehyung es su nombre... Taehyung es mi destino»

Recordó aquella clase de educación sexual que dieron en su escuela el mismo día que harían el examen para saber su género secundario. Tras explicar las características de cada casta, salió el tema de las parejas destinadas. Un alfa y un omega que están destinados a estar juntos, raras veces un alfa y un beta. Se reconocerían por su olfato, pues les llamará la atención el aroma, más que el del resto. Y cuando ambos conecten sus miradas, sabrán que deben estar juntos, porque ambos entrarán en celo. El propio destino les dará la oportunidad para que ambos se unan y el omega sea marcado.

Aun le resultaba difícil de creer que él hubiese encontrado a su pareja destinada, era una probabilidad tan baja que muchos morían sin haberla conocido siquiera, y él, con apenas diecisiete ya había encontrado a su alfa.

Pero no había nada romántico, en ello. Solo había dolor. Cada parte de su cuerpo le rogaba que se uniera con aquel chico, que lo reclame como suyo. Lo deseaba tanto, que su cuerpo dolía. Solo podía tocarse pensando que lo hacía aquel alfa, pero no podía engañarse a sí mismo, no tenía su olor y estaba completamente solo, por lo que muchos sentimientos encontrados se hicieron presentes.

Deseo, felicidad, amor, soledad, vacío, frustración... miedo.

Su cabeza le estaba jugando una broma de mal gusto, deseaba que el mundo se detuviera al menos cinco segundos para poder acomodar sus pensamientos. Ya no quería sentir todo eso por un chico que apenas había conocido ese mismo día.

En un intento de levantarse del suelo para dirigirse a su cama, golpeó el mueble que estaba junto a él y algunas cosas cayeron, entre ellas el regalo de sus primos. Yoongi miró aquella bolsa y a algunos de los objetos sobresalientes de ella. Quería negarse ante la idea que llegó a su cabeza, pero el momento en el que se encontraba, le nublaba la cordura. No podía creer lo que estaba a punto de hacer, y si le preguntaban, negaría lo que pasó.

—Solo por esta vez —dijo y se aproximó a la bolsa.

Taehyung, por otro lado, luego de mucho tiempo logró calmar su celo. Pero se sentía exhausto, sucio, y vacío. Pensar que alguien como él tenía que estar haciendo esas cosas pensando en un chico que apenas acababa de conocer, le hacía sentir como si fuese un alfa primitivo.

Aun podía recordar a aquel omega, su cabello blanco como la nieve, esos ojos azules, piel pálida, que con solo cruzar sus ojos se convirtió en roja intensa. Como sus labios temblaban mientras trataba de respirar correctamente, el aroma de sus feromonas aumentando con cada segundo que pasaba... No entendía como mantuvo la cordura en ese momento, podía ser a causa de su madre, o a causa de la perfecta vista que estaba teniendo. Tenía que admitirlo, ese omega no era para nada feo, al contrario, era uno de los omegas más hermoso que había visto desde que se presentó como alfa.

«¿Él es mi pareja? Es... ¿Cómo puede ser el?», se preguntaba bastante frustrado y confundido.

Estaba seguro que jamás se cruzaría con su pareja destinada, ya que esta se había mudado muy lejos, que, para ser específicos, no era ese chico de cabello blanco. Estaba jodido, muy jodido, y era consciente de ello. ¿Qué debería hacer? ¿Aceptarlo y ver cómo podría dañarlo en el futuro? ¿Rechazarlo y ver como de a poco él y su alfa morían por el rechazo? Ninguna de las dos era una opción convincente.

—Taehyung, hijo... ¿Puedo pasar? —preguntó su madre desde el otro lado de la puerta, sacándolo de sus pensamientos.

Antes de siquiera contestar, se fijó en su apariencia. Si bien en su cabeza se desataba una feroz guerra, eso no ameritaba que su madre viera que estuvo masturbándose mientras pensaba en su compañero de shogi, aún no había llegado a ese punto y esperaba nunca hacerlo.

Se subió los pantalones y acomodo un poco su camisa, trato de limpiarse todo rastro de fluidos con alguna prenda de ropa cercana, luego se encargaría de lavarla. Una vez estuvo en aceptables condiciones, deslizó la puerta, permitiéndole el paso a su progenitora.

—¿Estas bien? Lamento haberte echado de la sala hace un rato —murmuró ella, acariciando cariñosamente su mejilla y peinando un poco el alborotado cabello de su hijo.

—Está bien, era para protegerlo —dijo tratando de actuar tan calmado como lo era usualmente, no quería preocupar a su madre, no hasta estar seguro de lo que pasaba—. ¿Cómo está él?

—Tranquilo, él está bien. Su familia vino a recogerlo, ya deben estar en su casa para estas horas.

—Qué suerte que no le paso nada malo —susurró aliviado, sin saber si era por pura preocupación o por el lado posesivo de su alfa, aliviándose de que nadie toco a su omega.

—Hijo, dime —preguntó Mina susurante, luego de un silencio—. ¿Qué te pasó por la cabeza cuando viste a Yoongi?

—No creo que esa deba ser una conversación que debería tener un hijo hormonal con su madre —rió suavemente al pensar en la reacción de su madre al saber todo lo que le hizo en su mente, pero al ver su ceño fruncido, carraspeó—. No voy a negarte que me excité, sus feromonas eran muy fuertes... Pero esta vez fue diferente, sentí algo único, mi alfa me exigía que lo reclamara, pero no sé porqué me quede en blanco al verlo. Sabiendo como actúo durante mi celo, no entiendo como no hice nada, ni como logré escucharte y salir de ahí.

—Es normal en un alfa querer reclamar a un omega en celo. Es cierto que me extraña que no reaccionaras, pero me alivia que no haya pasado nada malo o algo por lo cual arrepentirse —dijo la mujer sonriendo. Se preocupó al ver en ese estado a su primogénito, pero Yoongi estaba a salvo y era lo único que importaba—. ¿Tienes hambre? Pronto servirán la cena.

—No, estoy bien. Prefiero darme un baño e irme a dormir, si ya estaba cansado por el entrenamiento, esto terminó de agotarme —dijo para dirigirse al baño que tenía en su habitación.

—Está bien. Entonces desde ya buenas noches —respondió su madre—. Nos vemos mañana.

Una vez su madre salió de la habitación, él se encerró en el baño. Encendió la ducha y no le importó que el agua estuviese fría, más bien lo agradecía, le bajaría lo que le restaba de calentura. Aprovecho la ducha para aclarar su mente, su madre podía decir que era algo normal lo que sentía al ver a aquel chico, pero él tampoco explicó correctamente lo que sintió, eso no era todo, sabía en el fondo que era algo más serio.

—Esto no puede ser un simple calor, es algo más. Estoy seguro que él lo es.


Ya a la mañana siguiente, Yoongi se sentía mejor, tras aplicarse uno de sus supresores pudo seguir con su rutina, algo que sólo le aclaraba sus dudas.

Se sentía avergonzado por haber tenido que usar lo que sus primos le habían regalado para poder calmarse, nunca en su vida aceptaría que uno de sus regalos había sido útil.

—Buenos días, Yoongi —dijo Jennie al encontrárselo fuera de la escuela, con su característica gran sonrisa—. ¿Cómo terminaste tu cumpleaños?

—Buenos días, Jennie, podría decir que bien —respondió tratando de actuar lo más normal posible, y al ver la expresión de horror en su mejor amiga, supo que su plan fracasó.

—¡Mi dios! Tienes unas ojeras enormes. Sé que ayer fue tu cumpleaños, pero no era necesario trasnocharse ¿A qué hora te dormiste?

—Tranquila, dormí lo suficiente —mintió, no pegó un ojo en toda la noche, su celo lo mantuvo despierto hasta el amanecer, y pensar en cierto alfa tampoco ayudó—. Un periodo de sueño lo es.

—¡¿A eso le llamas suficiente?! —preguntó exaltada—. Más te vale que al llegar a tu casa te vayas a dormir inmediatamente. No es bueno para tu salud que duermas tan poco. Recuerda que son al menos 8 horas de sueño.

—Está bien, "mamá" —soltó con sarcasmo, no pensaba esperar a volver a su casa, la idea de dormir algún periodo de clases en la enfermería sonaba demasiado tentador como para ignorarlo.

Al llegar al salón se encontró con sus demás amigas, y al igual que con Jennie tuvo que dar la misma explicación, aunque pronto se desviaron de tema. No podía decirles lo que realmente había pasado, después de todo no estaba seguro de que haría con aquel alfa, además de que no estaba cien por ciento seguro de si él era su pareja destinada.

Mientras tanto, en la sección de alfas, Taehyung seguía buscando una solución... Estaba confundido con lo que sentía. Una parte de él realmente creía que se trataba de su pareja destinada y otra parte buscaba otra respuesta, cualquier otra menos esa.

De todas formas, él creía haber encontrado a su destino tiempo atrás... pero con Yoongi fue completamente diferente.

—Buenas, Taehyung —saludó Seokjin, uno de sus amigos, pero fue ignorado—. Taehyung... ¿Sigues ahí? ¿Aló? Tierra llamando a Taehyung. —Pasaba su mano delante su cara, chasqueaba sus dedos, pero no conseguía reacción alguna—. Pero ¿qué te pasa amigo? ¿Acaso estas planificando un nuevo entrenamiento de arquería o qué?

—Seguramente le llegó la estupidez del amor —respondió Hoseok mientras se les acercaba.

—¿Amor? —preguntó Taehyung en blanco, no creía haber sido descubierto tan pronto, él no era un libro abierto.

—¡¿Qué?! ¿A él sí le respondes y a mí no? ¿Yo que me doy la molestia de saludarte? —preguntó exaltado Seokjin.

—Te ves igual de estúpido que protagonista de telenovela al enterarse de que está enamorado —respondió Hoseok, de igual forma ignorando el drama de su amigo—. Ni siquiera yo me veo así.

—Y eso que tu novia es tu pareja destinada —agregó Seokjin mientras se sentaba y apoyaba en el pupitre—. Recuerdo que cuando lo dijiste no actuabas tan estúpido, te veías estúpido, pero no como Taehyung.

—No quiero escuchar eso viniendo de ti —dijo Hoseok.

—Tómalo como un cumplido —siguió Seokjin, guiñándole un ojo.

—Si esos cumplidos les das a tus conquistas pues sí que se conforman con muy poco.

—Hey, Hobi, ¿cómo te das cuenta cuando estas frente a tu pareja destinada? —preguntó Taehyung, aprovechando la a anterior mención del tema.

—Hmm, ¿cómo explicarlo? Simplemente... lo sabes... La primera vez que mi novia y yo nos vimos, a ambos se nos adelantó el celo. Fue muy incómodo, y no fue solo esa vez. Se repitió hasta que ambos nos acostumbramos a las feromonas del otro —dijo avergonzado al recordarlo—. Pero era extraño, me sentía tan cómodo con ella a pesar de no conocerla. Deseaba reclamarla, no solo marcarla, sino que deseaba todo de ella, quería estar siempre a su lado, además de que sin importar con cuanto omega me cruzara, nadie se le comparaba. Y pues al irnos conociendo nos enamoramos.

—Suena demasiado a una historia sacada de un libro —comentó Seokjin—. Siéntete afortunado, esas cosas le pasan a uno en un millón.

—¿Por qué lo preguntabas, Taehyung? —pregunto Hoseok con curiosidad.

Ver a su amigo interesado en esos temas no era común, de lo que hablaba siempre era: arquería, comida, y estudios. Desde que se presentó como alfa, no se había interesado en otra cosa. Es cierto que tuvo una considerable cantidad de parejas, pero nunca demostró estar realmente interesado. El mismo Taehyung era consciente de su comportamiento con sus exes, y por eso mismo sabía que lo que sentía por aquel omega era mucho más profundo, o más bien, que estaba atraído a él.

Por ello, dejó de buscar más razones que no fuesen lo más evidente y simplemente aceptó su destino. Aceptó a Yoongi.

—Porque creo que encontré a mi pareja destinada... —respondió.

La cara de ambos amigos era un poema.

—Taehyung, somos amigos desde pequeños, y sé que bromeamos demasiado, pero si esta es una broma, es demasiado cruel, hasta para ti —dijo Hoseok completamente anonadado, tratando de buscar la razón más lógica.

—Si Tae, sé que siempre te molesto con eso, pero no es necesario que inventes algo así para que deje de hacerlo. Con que me detengas ya me basta.

—¿Alguna vez bromearía con algo así? —respondió serio.

—¡Oh, por la luna! —gritaron los dos a la vez, sorprendiendo a los demás alumnos de su salón.

—No puede ser, Taehyung ya ha madurado —murmuró Seokjin emocionado—. Que rápido creció nuestro alfa.

—No entiendo a qué te refieres con eso —desafió Taehyung con molestia, recibiendo una nerviosa risa de su amigo como respuesta.

—¿Es verdad? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cómo? —preguntó Hoseok, sorprendido.

—Lo es, o al menos eso creo... Fue en mi casa, ayer, mi madre me presento a su compañero de Shogi, y pues entramos en celo... Pero me hizo sentir demás cosas, todo lo que dijiste.

—¿Se te paró? —preguntó Seokjin, como si su pregunta fuese lo más natural del mundo. Claramente no paso mucho tiempo hasta recibir un golpe en la cabeza.

—Arruinas la atmósfera. —Se quejaron los dos. Pero una vez dicho eso volvieron a la conversación central.

—Entonces ¿sabes su nombre? ¿Tiene nuestra edad? ¿Sabes a que escuela asiste?

—Usaba el uniforme de nuestra escuela. Mi madre dijo que éramos de la misma edad también.

—Entonces debe de asistir a las clases regulares. Tienes suerte, no será difícil encontrarlo.

—Si, lástima que hay cientos de estudiantes regulares este año ¿Cómo lo encontraremos tan rápido?

—¡Jeon! —respondió Hoseok al instante—. Jeon, ella tiene amigos betas y omegas, si le decimos sus características puede que lo haya visto o sepa dónde encontrarlo.

Voltearon a ver a la susodicha, hablando con varias de sus compañeras. Casi la arrastraron hacia una esquina para preguntarle sobre el omega. Soyeon no ocultó su sorpresa al ver al trío de amigos frente a ella, los cuales no dudaron en explicarle toda la situación.

—¿Así que quieren que yo les ayude a encontrar la dudosa pareja destinada de Kim? —preguntó molesta, parecía una mala broma—. ¿Por qué debería? No es que te odie Kim, pero no somos amigos.

—Vamos, Jeon. Es solo un favor —rogaba Seokjin, la poca dignidad que tenía ya estaba por los suelos—. Simplemente te diremos como es y debes decirnos si lo conoces o en dónde podemos encontrarlo.

Estaba dudando, no presentía nada bueno venir de ello, pero al ver a otro alfa rogando le era irresistible. No podía negarse con tal petición.

—Pues bien, los ayudare a encontrar al chico —dijo sonriendo satisfecha—. Tienen suerte, no hay tantos omegas en esta escuela, al menos hay cuatro en nuestro año, y otros diez si contamos a los de primero y último. Así que... ¿cómo es?

—Es un chico de altura promedio, alrededor del metro setenta más o menos. Es delgado, tiene ojos azules, cabello albino, piel pálida y su nombre... es Yoongi —respondió Taehyung.

—¿Yoongi? —preguntó la chica sorprendida—. No puede ser.

—Espera ¿Hablas de Min? ¿Min Yoongi? ¿Por qué no empezaste por ahí? —preguntó Seokjin sorprendido—. Ese es uno de los omegas que varios alfas le tienen en la mira por su aspecto, es hermoso, pero, por el olor de cierta alfa nadie se atreve a acercarse.

—Esa alfa soy yo, tarado —dijo la chica molesta—. Yoongi es mi amigo y no puedo dejar que se le acerquen alfas como tú, con malas intenciones. Así que, Kim, si realmente eres su pareja, debes decírmelo ahora.

—Es enserio, él es mi pareja destinada.

—Espero no mientas.


—Bueno, quédate aquí —murmuró la chica, deteniéndolo en el pasillo de las clases regulares—. Ya es raro que un alfa que no sea yo este por estos lados, lo sería aún más si ambos entramos al salón y en búsqueda de un omega. Dudó que quieras estar en boca de todos. Yo buscare a Yoongi y lo traeré aquí.

—Está bien. Gracias Soyeon.

—No. Es raro que me llamen por mi nombre, todos suelen llamarme por mi apellido, mis amigos son la excepción.

—Simplemente creí que sería mejor llamarte así. Después de todo, nos conocemos hace años por nuestros padres y con esto nos volveremos más cercanos.

—No somos amigos, pero no me desagrada la idea de volvernos cercanos —sonrió y entró al salón, ahí le esperaban sus amigas, después de todo estaban en la hora del almuerzo—. Buenas.

—Buenas, Soyeon —respondieron todas a la vez.

—Llegaste más rápido de lo normal, ¿y tú almuerzo? —preguntó Jennie.

—Ah, me lo dejé en el salón. Ahora tengo un asunto más importante que atender.

—Para dejar el almuerzo de lado debe ser algo muy importante —dijo Wheein recordando lo amante de la comida que es su amiga.

—Si, es muy importante —respondió, tratando de no molestarse—. Yoongi, necesito que vengas conmigo.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntaba cansado, no veía la hora de almorzar para después ir a dormir a la enfermería, pero su amiga no pensaba colaborar con su plan.

—Vamos, lo descubrirás cuando lo veas. —Levantó a Yoongi de su asiento y se lo llevó a rastras.

—¡Mi almuerzo!

—No lo necesitas a donde vamos.

Taehyung pudo ver todo desde la ventana, y claramente debían ser muy buenos amigos para que lo arrastrase, así como si fuese lo más normal del mundo. En su escuela los alfas tenían prohibido hostigar a los omegas, a menos a que estos quisieran una suspensión. Por eso todos se mantenían a raya, tenían permitido pasear por los pasillos regulares, así como betas y omegas podían pasear por los pasillos de alfas, pero preferían no cruzar los límites.

Una vez fuera del salón, Soyeon hizo que Yoongi caminara por su propia voluntad, recibiendo una queja del albino, pero cuando este vio a Taehyung parado frente a él, sus piernas comenzaron a temblar.

—Tú. —Fue lo único que salió de él. La calentura volvía a recorrer su cuerpo, y comenzaba a entrar en pánico, no quería entrar en celo en pleno pasillo, pero para su suerte su amiga le aplicó un supresor.

—No queremos que esto se convierta en un escándalo —dijo al sacarle la jeringa que había clavado en el brazo. Ser amiga de omegas ya la tenía preparada para situaciones como esa llevar un estuche con diferentes tipos de supresores era lo mínimo que podía hacer para ayudarlos. Le lanzó una cápsula a Taehyung y continuó—: Será mejor que vayan a un lugar más privado y hablen del tema, yo iré a por mí almuerzo y luego con las chicas. Tranquilo, no les diré sobre esto, tu cara ya grita que no se los dijiste.

Yoongi asintió, tomo valor y se llevó a Taehyung del lugar, ignorando las miradas curiosas que recibían de otros estudiantes. Era consciente de lo extraña que era la situación, no todos los días veías a un omega albino arrastrando a un alfa pura sangre a quien sabe dónde.

Siguieron su trayecto hasta llegar a uno de los salones vacíos. Toda la valentía de Yoongi pareció esfumarse al hacerse un ovillo en el suelo, aun si le habían aplicado uno de los inhibidores más efectivos, el estar con Taehyung ralentizaba el proceso. Estaba asustado, no sabía si sus feromonas eran lo demasiado fuertes como para tentar al alfa o solo eran suposiciones suyas, y Taehyung pudo notarlo.

—No hace falta que hagas eso, no te atacaré —dijo Taehyung tratando de sonar amable, aunque por la seriedad del momento, sonó bastante monótono.

—Perdona, pero prefiero estar así —respondió Yoongi y se acomodó en la pared.

Un silencio se instaló entre ambos, tenían bastantes cosas para decirse, pero no sabían por dónde empezar, razón por la cual, ninguno se atrevía a hablar. De haber un reloj presente, seguramente se escucharía el correr de los segundos. Por lo que, al sentir que desperdiciaron bastante tiempo estando en silencio, Taehyung decidió hablar.

—Ayer cuando te vi, sentí algo extraño... demasiadas cosas juntas. Aun no estoy seguro, puede que sea solo yo, pero creo que tú eres mi pareja destinada...

—También lo creo —susurró Yoongi—. Es la primera vez que me pasaba algo como eso. Y que este pasando ahora mismo, estando a tu lado, me lo confirma.

—Entiendo... ¿Y ahora que haremos? —preguntó Taehyung. Ya tenía algo planeado, pero quería saber que pensaba el omega.

—No lo sé. Todo está revuelto dentro de mí. No sé si "te amo" o si es solo mi omega el que lo hace. No te conozco, pero te necesito a mi lado, sin ti me siento solo, aunque nunca estuvimos juntos. No sé qué me pasa. Esto es una mierda... —musitó con lágrimas en sus ojos

Estaba asustado, y, sobre todo, frustrado. Odiaba perder el control de las cosas, odiaba entrar en celo cada vez que veía a ese alfa, y por sobre todo odiaba esa sensación de soledad que quedaba cuando se aleja a de él.

—Lo entiendo, no tengo idea de dónde mierda sacaron que es hermoso encontrar a tu pareja destinada, porque desde que te encontré solo estoy confundido. Sin conocerte ya estaba pensando en ti, toda la noche me pasé pensando sobre ambos. No le veo el lado bonito del que todos hablan. Es grotesco en mi opinión —dijo Taehyung mientras se sentaba al lado de Yoongi, este, aun abrazándose a sí mismo.

Se veía vulnerable, y eso no le gustaba a su alfa, este le gritaba que protegiera a su omega, que lo mimara hasta que deje de llorar, que lo consuele, lo abracé, lo besé, que haga algo físico, pero no podía. Su lado racional sabía que era incorrecto, aquel chico estaba asustado, podía notarlo, por sus ojeras dedujo que no durmió, seguramente por todo esto de las parejas destinadas.

Se odiaba, porque a pesar de saber que aquel chico no estaba bien, deseaba consolarle aún cuando sabía que no podía. Si el destino tuviera una forma humana, le arrancaría la cabeza por hacer que su pareja destinada este llorando de esa forma, y por hacerlo cambiar de planes con solo mirarlo, odiaba que el destino tuviera tanta razón en unirlos, pero jamás lo aceptaría, o al menos no haría las cosas como el destino mandaba.

—Pero no puedo ir contra ello. Y ahora que te veo, no puedo dejarte ir. Yo quiero conocerte, quiero que pasemos tiempo juntos, quiero salir contigo, y que a la hora de marcarte sea por elección propia, no porque así lo dicto el destino. Quiero que me elijas como tu pareja para toda la vida porque me amas, no porque no tenías opción. —Yoongi volteó a mirarlo, y vio en sus ojos que hablaba completamente enserio, un leve sonrojo se hizo presente en sus mejillas, esa era la confesión más linda que había recibido, aun cuando no sabía si realmente contaba como una.

—Lo dices como si ya estuvieras enamorado de mí —dijo sonriendo mientras se secaba las lágrimas. Ya Taehyung no sabía si lo que le produjo ese vuelco en su corazón fue su alfa o él mismo—. Entonces intentémoslo, prometo que solo cuando me enamore de ti, te dejaré marcarme.

Maldito destino, Yoongi era su tipo, el destino había hecho una buena jugada y hasta ahora se llevaba todos los puntos. Solo por ese instante se dejó llevar por su alfa, y estando a pocos centímetros de unir sus labios con los del omega se detuvo.

—No, no ahora —susurró más para su alfa que para el omega, mirando a los aguados ojos azules frente a él—. Será mejor que esto pase una vez que me digas que te gusto, vayamos paso a paso —Yoongi se sonrojó hasta las orejas, tener tan cerca al castaño lo había puesto nervioso, nunca estuvo así de cerca con un alfa, no sabía cómo actuar o a donde mirar, y que su omega deseara acortar la distancia no ayudaba—. Prefiero esperar a que estés listo, no quiero que me odies por algo como esto —Se separó de él y se levantó, automáticamente le extendió una mano para ayudarlo a levantarse, más el omega desvió la mirada.

—Si es solo una vez, no me molestaría... —dijo completamente nervioso. Aunque no lo quisiera admitir, también tenía ganas de besarlo y comprobar cómo se sentía—... No me molestaría que hagas eso.

Taehyung lo miro un poco confundido, no entendía si lo decía enserio o se estaba dejando llevar por el momento. Por lo que lentamente volvió a agacharse hasta quedar a la altura del omega.

—¿Seguro? No tienes que sentirte presionado, hablaba enserio cuando dije que podía esperar —dijo tratando de conectar miradas con el albino, cosa que no podía lograr porque este siempre la desviaba a otra dirección.

—Seguro. Yo también quiero besarte y poder saber lo que se siente... —dijo mientras gradualmente su voz se volvía más baja, algo que enterneció al alfa.

—Está bien. Pero recuerda... —dijo mientras pasaba una de sus manos por la mejilla de Yoongi para que este lo mirase, acercándose hasta quedar a tan solo a centímetros de aquellos labios que lo tentaban desde la noche anterior—... que te di la opción de esperar a esto.

Sin más terminó de acercarse y acopló sus labios a los del albino, besándolo de forma delicada. Era diferente a cualquier otro beso que ya había tenido, podía sentir que él era diferente, todo lo que le provocaba con el simple roce de sus labios. Eran muy suaves, tenían el tamaño ideal, como si hubieran sido creados para que él los besara, por más cursi que sonara eso.

No quería dejarlo ir, le gustaba aquella sensación que le brindaba, a pesar de ser un beso tan simple y puro. Deseaba pasar al siguiente nivel, jugar con su lengua e invadir aquella cavidad, aunque no sabía si eso estaba en sus límites, por lo que se conformó con solo mover sus labios hasta que se quedara satisfecho. Pero el sentir como Yoongi apretaba sus brazos, advirtiéndole que se estaba quedando sin aire, hizo que se separara.

—¿Estás bien? —preguntó al verlo tratando de recobrar el aire, sin dudas era un inexperto.

—Sí... solo dame un poco tiempo —murmuró mientras respiraba profundo

—¿Lo odiaste? —preguntó una vez el omega se veía mejor, recibiendo negaciones con su cabeza.

—No. Pero fue raro. No pensé que se sentiría así.

—Para mí también, no era igual a los anteriores. Esta debe ser la diferencia con la pareja destinada.

—¿Anteriores? —preguntó Yoongi confundido, y el alfa afirmó sus sospechas, aunque eso no evito su sorpresa.

—No me digas que fue tu primer beso...

—Si... lo fue —susurró completamente avergonzado—. Nunca tuve pareja; no podía besar a alguien así porque sí.

—Hmm, eso me hace feliz, fui tu primer beso —dijo con una leve sonrisa, Yoongi se le quedó mirando, aquel alfa se veía bastante lindo cuando sonreía—. Pero que lástima que nunca puedas compararlos y ver la diferencia que existe entre ambos.

—No es como si quisiera saberla —respondió sonrojado, recibiendo leves carcajadas del alfa.

—Si que eres lindo —dijo entre risas, recibiendo un leve golpe del omega.

Volvió a hacerse un silencio entre ambos, ahora si no sabían de qué hablar tras haber aclarado sus dudas. Aun así, dudaban de necesitar decir algo, parecía ser más interesante mirarse el uno al otro, recordar sus facciones, sus peinados, su color de ojos, o la forma de sus labios. Sin darse cuenta la campana del fin del almuerzo terminó y anunciando que debían volver a sus respectivos salones.

—Entonces me voy —dijo Yoongi y se dispuso a irse, pero Taehyung lo tomo de la mano antes de que se fuera—. ¿Qué pasa?

—Te acompaño hasta tu pasillo —respondió y comenzó a caminar.

—¿No llegarás tarde?

—El siguiente período es educación física, y los que participan de algún club deportivo no tienen la obligación de estar en la clase, los créditos del club se encargan de cubrir los de la clase.

—Ya veo. Que suerte tienes.

Aun lo sostenía de la mano, le avergonzaba bastante que lo hiciera, apenas hace poco lo había conocido formalmente y ya se tomaban de las manos. Pero, aun así, no le molestaba en lo absoluto el calor que le estaba proporcionando, más bien, le gustaba.

—El sábado... —musitó Taehyung, quitando completamente a Yoongi de sus pensamientos—. ¿Tienes planes?

—No. Suelo estar libre, excepto cuando Mina me llama para que juguemos shogi juntos.

—Entonces... ¿quieres que salgamos ese día? —preguntó deteniéndose a mitad del pasillo, por suerte nadie circulaba esa zona.

—¿Salir? Te refieres como a una... ¿cita? —preguntó y los colores se le subieron a la cabeza—. ¿Está bien para ti?

—Creo que sería una buena manera de conocernos, además es para que nos vayamos acostumbrando.

—¿Acostumbrarnos a qué? —preguntó Yoongi confundido.

—Pues, es obvio —respondió Taehyung notándose en él un leve sonrojo—. Ya que planeó tener una relación formal contigo es normal que salgamos usualmente. Yo quiero ir enserio contigo y hacer lo que una pareja común haría.

Le había sorprendido esa parte de él, Mina siempre describía a su hijo como una persona cerrada y demasiado reservada, la cual no es de relacionarse mucho con los demás, descartando a sus amigos que lo conocen desde la infancia, pero él ahora estaba proponiéndole algo completamente diferente. Le agradaba saber que él no era así, y que podrían tener una buena relación, aunque fuese sólo una amistad.

—Está bien. Podemos salir el sábado, pero con la condición... de que volvamos antes del anochecer —respondió nervioso.

—Está bien. Pasaré por ti a las dos, ¿qué te parece?

—En realidad, prefiero pasar por tu casa, así puedo hablar con tu madre de lo sucedido ayer, porque siento que en plena cita me llamará para jugar al shogi —respondió al recordar cómo se había puesto Mina el día anterior, seguro estaba preocupada por él.

—Está bien. Entonces te esperaré, más te vale no olvidarlo.

—No lo haré.

Ya al finalizar la jornada de clases, Yoongi se encontró a Soyeon esperándolo en la salida. Ya suponía que haría eso, sabía que debería explicarle todo sobre Taehyung, eso si quería que mantuviese su confidencialidad. Sin más ambos se fueron a un café por la ciudad para poder hablar más tranquilos, ya que ella creía que las cosas importantes no se podían tratar con el estómago vacío.

—Entonces, ¿me dirás cómo es eso de que Kim Taehyung descubrió que eres su pareja destinada? —preguntó y luego le dio un gran mordisco a su sándwich.

Estaba nervioso, no sabía cómo explicárselo, nunca había pasado por algo parecido, si fuese una pareja normal estaría más tranquilo, pero al ser la pareja destinada no sabía por dónde empezar.

—Pues; Bueno... Verás... —Trataba de buscar las palabras exactas para no exaltar a su amiga, más no encontraba ninguna adecuada, a lo que la alfa lo miró, sonando lo más amable posible.

—Yoongi, sabes que no te juzgaré. No debes tener miedo, debe ser raro pasar por esto, no es muy común, por eso quiero que me cuentes lo que pasa, tus preocupaciones, tus sentimientos, todo. Quiero poder apoyarte. —Tomó sus manos y enlazó sus dedos, tratando de darle a entender que lo escucharía todo lo que necesitara.

Yoongi tomó un gran respiro para calmarse, un acto inútil pues su voz se quebró apenas comenzó a relatar todo lo sucedido.

—Fue tan extraño, había ido con Mina, y al presentarme su hijo, lo sentí, todos mis sentimientos se encontraron, sin mencionar que mis feromonas se duplicaron y se adelantó mi celo. Tuve miedo, de que en ese momento él intentara marcarme; alguien que no conozco; con quién me amarraría por el resto de mi vida, no quería que fuese así —dijo y sus lágrimas comenzaron a salir—. Pero al ser mi pareja y estar en celo, deseaba que lo hiciera, un con todo lo que vendría después. Pero por suerte Mina lo sacó antes de que pudiese hacer algo, y pude calmarme una vez estuve en mí habitación. No pude dormir al pensar en lo que pasaría desde ahora, en cómo debería verlo a él, a Mina, en cómo debería vivir ahora sabiendo que lo encontré. No lo conozco, y pensar que en el futuro deberé estar con él es muy extraño, porque no me imaginaba eso para mí...

—Tranquilo. No es como que debas estar con él en este momento —dijo Soyeon—. Además, no creo que él quiera ir tan rápido.

—No, por suerte no lo quiere así. —asintió más calmado, secando sus lágrimas con una servilleta—. Quiere que primero nos conozcamos, quiere ir lento.

—¿Ves? No tienes que tener miedo. Él no es un mal chico, tienes suerte de que él sea tu pareja. No es que Kim me caiga bien, pero no me desagrada —dijo y soltó sus manos para después apoyarse sobre ellas—. Además, estoy feliz de que consiguieras pareja, no será ahora, pero aun así estoy feliz.

Dejaron hasta ahí la conversación y luego cada uno se fue a casa. Estaba preocupada, aun cuando le había dicho que estaba feliz de que hubiese encontrado a su pareja, pero el cómo estarían juntos era lo que la mantenía al filo del asiento. Ella conocía el pasado de ambos, y sabía que el pasado de cada uno se interpondría en algún momento, solo esperaba que su amigo no saliera lastimado y que el alfa no terminara de romperse.

—Kim, más vale que no tires abajo todos mis esfuerzos. No hagas que me arrepienta.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro