~{Prólogo}~
La noche era hermosa y acogedora, una brisa de aire fresco entro por la ventana del cuarto de un pequeño enfriando el ambiente; fuera de la ventana, el ruido de los árboles complementaban el sonido de la fauna silvestre ubicada en el bosque aledaño a la propiedad y la luna brillaba misteriosamente sobre un cúmulo de nubes en el cielo en una escena digna para retratar, dentro de la habitación decorada con algunos juguetes y fotos se podría ver como un padre y su hijo charlaban animadamente a pesar de la hora.
-"Yo solamente digo que no deberías escuchar esas cosas a tu edad, te darán pesadillas"- Comenta el padre con una sonrisa burlona.
-"Claro que no, ya soy grande para eso"- Responde el pequeño haciendo un pequeño puchero casi imperceptible.
-"¿Oh enserio?... ¿Entonces no les temes a los terribles demonios?"- insistió el padre nuevamente con aquella sonrisa burlona.
-"Nop, además tú tampoco les temes y si tú no les tienes miedo yo tampoco debo tenerlo... ¿Verdad?"- Comenta rápidamente el pequeño con una sonrisa.
Ante esas palabras el padre piensa un momento, era un buen punto en realidad, Aunque poco sustentado... Los historiadores estudian la historia pero la historia no siempre es buena, la demonología es aún más complicada que eso.
-"Muy bien, te lo contaré entonces... Pero si despiertas a mitad de la noche llorando y tu mamá me regaña será el fin ¿Entendido?"- diría este seriamente mientras que observaba fijamente al pequeño el cual asintió rápidamente -"Muy bien... Por donde empiezo"-.
_El infierno... Un lugar misterioso del que es casi imposible ir por medios convencionales y mucho más difícil volver, pocos lo han logrado según los libros de historia pero quienes aseguran haberlo echo relatan que... El infierno está dividido en círculos, ciudades y sectores enteros construidos uno encima del otro; separados por la magia cada círculo es un mundo completamente diferente al anterior, en total hay 8 circulos, los primeros 7 se les nombra como cada uno de los 7 pecados capitales ósea Pereza, lujuria, envidia, gula, codicia, irá y soberbia respectivamente, el último círculo sin embargo es simplemente apodado como 'El fin de las almas' y corresponde al mismísimo trono en el que se sienta aquel que gobierne el infierno, en este caso y se dice que desde tiempos inmemoriales a estado ocupado por Lucifer, se dice que los demonios son libres de viajar entre círculos a través de su magia cosa imposible para los humanos pero eso no es todo, para aquellos aventureros que fueron capaces de llegar al infierno y encontraron su final en sus tierras les espero un destino peor que la muerte, se encontraron de frente con la nada, si un humano muere en la tierra su alma tiene la posibilidad de subir al cielo o bajar al infierno dependiendo de su número de pecados, sin embargo morir en el infierno destruye completamente el alma borrando está de la existencia para siempre_.
-"Wow... ¿Pero que pasa cuando muere un demonio? ¿Su alma también se destruye?"- pregunto el niño intrigado por la historia que su padre le contaba.
-"No hijo, ellos no tienen almas... Ellos son la propia representación de sus almas"- Responde el padre mientras acaricia el cabello del pequeño.
-"¿A qué te refieres con eso?"- Vuelve a preguntar confundido.
-"Verás, los humanos se dividen en 2 partes fundamentales, cuerpo y alma... Si nuestro cuerpo muere nuestra alma es capaz de seguir existiendo incluso tras fallecer en la tierra, los demonios sin embargo al igual que los ángeles son en sí mismos una encarnación física de sus almas, por eso al igual que las almas mortales ellos no son capaces de morir de forma natural como el cuerpo humano, sin embargo al igual que ocurre con nuestras almas si morimos en el infierno, si ellos son asesinados o destruidos su esencia sera destruida con ellos y de ese mismo modo y jamás podrán volver a existir, serán borrados de la existencia para siempre"- responde nuevamente con tranquilidad.
-"E-Eso es muy cruel... Y triste ¿Y si tienen familia o amigos? ¿Jamás podrán volver a verlos?"- nuevamente pregunto el pequeño de una forma inocente.
Aquella pregunta sorprendió al hombre el cual solo pudo soltar una pequeña carcajada mientras que arropaba un poco más a su hijo para acomodarlo mejor en aquella cama.
-"Supongo que la vida no es justa sin importar tu raza"- comenta con simpleza aquel padre mientras que se ponía de pie -"como sea, ahora deberías ir a dormir"- diría suspirando mientras que caminaba hacia la puerta.
-"¿Tu crees que son reales?"- pregunto aquel pequeño de la nada viéndolo justo en el marco de la puerta antes de irse.
Aquel hombre ante aquella pregunta se quedó totalmente estático un segundos viendo a la nada pensando en alguna respuesta.
-"Yo creo que sí... Pero no creo que sean como muchos los pintan... Ahora duerme"-.
Diría el hombre mientras que se iba finalmente de aquella habitación cerrando la puerta dejando atrás a aquel niño el cual con una pequeña sonrisa en su rostro cerro sus ojos y se dispuso a dormir finalmente, o eso debió haber hecho, sin embargo sus ojos volvieron a abrirse nuevamente pensando en algo Bastante simple...
-"Tengo sed"-dijo para si mismo aquel pequeño decidiendo quedarse un rato más en su cama esperando a que su padre se fuera a dormir para finalmente bajar a buscar un poco de agua.
por otro lado aquel hombre caminaba por los vacíos pasillos de aquella casa con una expresión neutral en su rostro, se detuvo brevemente para asomarse a su habitación viendo a su mujer aún dormida pacíficamente en su cama cosa que lo tranquilizó un poco, sin embargo su destino era otro, este continuo su camino para bajar las escaleras de su casa en dirección al primer piso y posteriormente se dirigió a la puerta del sótano la cual permanecía en todo momento cerrada con llave, dando un último vistazo a su alrededor este finalmente abrió aquella puerta introduciendo la llave por la cerradura y entró en dicho cuarto cerrando nuevamente la puerta a sus espaldas mientras que suspiraba y bajaba hacia el sótano mientras que se dirigía en dirección a un rincón del sótano tomando asiento frente a un gran espejo del cual solo podían destacarse algunos gravados sobre este, finalmente aquel hombre tomando aire y con más decisión pronunció en voz alta.
-"Aperta Inanis"-.
Tras pronunciar dichas palabras aquellos gravados comenzaron a iluminarse de un color morado oscuro mientras que el rostro del hombre permanecía totalmente serio mostrando un fuerte semblante, mientras que miraba a través de aquel espejo algo que comenzaba a materializarse... O mejor dicho a alguien.
-"Ya estabas tardando James~ - sonó de pronto desde aquel espejo en un tono burlón.
-"Acabemos con esto"- diría aquel hombre finalmente
Justo afuera de aquel sótano de pronto y desde debajo de la puerta se pudo notar como una deslumbrante Luz morada iluminaba aquella habitación completamente unos segundos para finalmente desaparecer dejando todo nuevamente sumido en la oscuridad.
De vuelta con aquel pequeño este se habría levantado de su cama con la intención de ir a buscar un poco de agua antes de ir a dormir, sin embargo su camino se vio interrumpido por aquel extraño brillo morado el cual pudo ver desde el piso de arriba por lo que se escondió detrás de una pared cercana mientras que veía fijamente el sótano sin entender lo que había sucedido, sin embargo sus preguntas no hicieron más que incrementar cuando de aquel sótano salió su padre con lo que parecía ser un extraño libro en su mano y una especie de collar, aquel hombre tras salir del sótano comenzó a prepararse para irse a algún lado casi corriendo de un lugar al otro al parecer agarrando varias cosas que el pequeño no pudo ver correctamente desde su posición, de la nada aquel hombre se quedó completamente quieto antes de voltear hacia las escaleras momento en el que el niño volvió a ocultarse mientras que se tapaba la boca para evitar hacer cualquier ruido
-"Lo siento"-
Entre tantas palabras que pudo escuchar en ese momento aquellas fueron las últimas que entendio aquel niño con claridad seguidas del sonido de la puerta principal abriéndose y volviéndose a cerrar, el pequeño sin saber muy bien que estaba pasando y sin tener más ganas de beber agua corrió hacia su cuarto por aquel pasillo y se lanzó hacia su cama ocultándose con las sábanas mientras que cerraba sus ojos con fuerza esperando que al día siguiente todo estuviera bien, Lastimosamente no fue ese el caso.
James barneld desapareció completamente de la fas de la tierra y nunca más se supo de él...
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El sol brillaba cálidamente permitiendo que sus rayos se asomaran por la ventana de un salón de clases en la prestigiosa universidad de New Wellston, vestido con unas botas color negro, un jean grises, una camiseta también de color gris con estampado de un par de cuernos negros y finalmente una chaqueta de cuero negra podemos ver como lee pacíficamente ya un adulto T/N de 21 años un libro titulado 'demonología tomo VII' sin embargo su concentración se vería interrumpida por algunos susurros en su espalda los cuales no pasaron desapercibidos para el.
-"Allí está el fenómeno leyendo esos libros de nuevo"- diría uno.
-"Seguramente forme parte de alguna secta o algo similar"- se escucho decir a otro.
-"Escuché que su padre era un sectario que desapareció hace años huyendo tras sacrificar una mujer al diablo"- sonó una tercera voz.
Pese a ignorar los 2 primeros comentarios el tercero realmente provocó que su agarre se apretara más en aquel libro por lo que tratando de calmarse este se puso de pie y rápidamente guardo sus cosas dirigiendo una breve mirada hacia los 3 alumnos ubicados en su espalda los cuales hicieron poco para disimular sus miradas sobre el, T/N irritado tan solo decidió guardar sus cosas en su mochila y salir de aquel salón, las clases habían terminado hace ya una hora, sin embargo este había decidido quedarse en el salón un rato más para poder leer en soledad hasta que aquellas 3 personas entraron al salón con la intención de comer y escuchar música, no eran de su misma carrera pero aquel salón era de una materia en común y con tal de dejar todo ordenado al salir el profesor les permitía a sus alumnos quedarse tras finalizar las clases, este camino con el ceño fruncido hacia la salida mientras que veía a sus alrededores, ya le faltaban solo unos meses para graduarse en su carrera por lo que no tenía que seguirse preocupando de aguantar aquellos comentarios, llegando a la salida su teléfono comenzó a sonar por lo que este algo curioso lo saco de su bolsillo solo para ver la palabra 'Madre' en la pantalla por lo que este no perdió más tiempo y contesto la llamada.
-"Madre... Que sorpresa que me llames a esta hora"- diría con una sonrisa sin dejar de caminar.
-"¿Acaso no puedo saber de mi hijo?"- diría animadamente la mujer al otro lado de la línea.
-"Lo que tú digas, tienes suerte... Justo iba saliendo de la universidad"-
-"Oh ya veo... ¿Y qué tal tu día?"- Pregunta la mujer, algunos sonidos al otro lado de la línea indica que estaba haciendo algo, seguramente cocinando mientras hablaba por teléfono.
-"Tan bien cómo se puede estar supongo... ¿Que cocinas?"- pregunto este intrigado por aquel sonido.
-"Oh, solo estoy haciendo una sopa... Estoy algo resfriada y sin mi hijo en casa ya no tengo a nadie que me cuide"- diría en en tono exagerado la mujer antes de que algunas risas se escucharán detrás de la línea.
-"Me mude hace ya un año mamá... Además sabes cuidarte a ti misma perfectamente"- Diría este de una forma algo cortante.
-"Auch, deberías ser más compasivo con tu pobre madre ¿sabes?- insiste la mujer.
-"Si si lo que digas mamá... ¿Y qué tal está Geral?"- pregunta este en un tono algo desinteresado.
-"Oh está bien, ahora mismo trabaja pero seguramente llegue en un par de horas, Dijo que pasaría por una farmacia a comprarme unas pastillas"-
-"Ya veo, mándale saludos de mi parte al anciano"- comenta este en un tono burlón mientras que sigue su camino.
-"Ya te e dicho muchas veces que no le digas así...- comenta entre risas la mujer.
Geral era actualmente el marido de su madre y por lo tanto su padrastro, un hombre 10 años mayor que su madre, sin embargo era una buena persona, le enseñó mucho y lo apoyo tanto a él como a su madre después de que su padre había desaparecido.
-"Como sea, dentro de poco seguramente vaya a visitarte cuando me gradué, no te tienes que preocupar tanto por mi"- Diría el este guardándose la otra mano en el bolsillo.
-"Es verdad, ya estás cerca de graduarte... Estoy tan orgullosa de ti, después de que bueno... Perdimos a tu padre, realmente me preocupaba tu futuro, sin embargo has salido adelante"-
-"Si..."- diría este casi sin ganas.
Luego de pasar más de 3 años buscándolo su madre se había rendido completamente en aquella misión para encontrar a su ex esposo dándolo finalmente por muerto, algo que el hasta el día de hoy se rehusaba a creer.
-"Cómo sea debo colgar, no te haría daño llamarme de vez en cuando ¿Sabes?-
-"Está bien mamá, te llamaré luego, cuídate"-
Tras aquella pequeña charla este colgó el teléfono y lo volvió a guardar en su bolsillo viendo a la nada unos segundos antes de finalmente seguir su camino en total silencio hasta llegar finalmente a su casa, una hermosa casa de 2 pisos bastante espaciosa... Y algo vacía para una sola persona en su opinión, aquella casa la había comprado el por sugerencia de su madre ya que según ella el estaba creciendo y necesitaba espacio para cuando finalmente tuviera una familia, quizás en ese momento aquella silenciosa casa cobrará algo de vida pero en ese instante de su vida era tan solo un amargo recordatorio de lo solo que estaba, siempre había sido alguien solitario por muchos factores así que no podía decir que tenía a alguien a quien invitar a su casa, abriendo la puerta tras insertar la llave en esta T/N entro en aquella enorme casa solo para cerrar la puerta a sus espaldas, sin embargo las palabras de su madre aún no abandonaban su memoria, 'despues de que perdimos a tu padre'.
-"Tch..."-
Esas palabras se repetían amargamente en su memoria mientras que subía las escaleras hacia su habitación, a pesar de que su madre se había rendido en aquella búsqueda hace mucho el jamás había dejado de buscar, encontrándose siempre con la misma respuesta... Nada, ninguna pista, ningún indicio de su paradero, absolutamente nada, la tierra parecía haberse tragado su existencia para siempre y el a pesar de aferrarse a ella, a pesar de aferrarse a lo que vio hace tantos años cada vez perdía más y más la esperanza.
-"Quizás... Quizás si este muerto"- Diría este llegando a la puerta de su habitación mientras que tiraba su mochila al suelo sin muchos ánimos.
Sin embargo, tras entrar en su habitación este se percata de algo inusual, su habitación olía a... ¿Humo? Algo preocupado de que su computadora o algún enchufe se estuviera encendiendo en fuego este corre rápidamente buscando la fuente de aquel olor sin encontrar nada inusual que diera alguna señal de alarma... Bueno casi nada inusual.
-"Que de-..."- diría este mientras que su visión se fijaba en su mesita de noche.
Este se acerca a paso lento hasta aquella mesilla de noche en la cual se encontraba una caja de regalo con una pequeña etiqueta, estando lo suficientemente cerca de dicha caja de regalos este finalmente pudo leer lo que decía la etiqueta quedándose completamente sin palabras 'Buscame' .
-"Papá..."- diría casi por instinto finalmente agarrando aquella caja mientras que se sentaba en la cama dejando aquel regalo sobre sus piernas
Sin esperar mucho más el joven quitó con cuidado el listón y el envoltorio encontrándose con una simple caja de cartón, sin embargo tras abrirla su sorpresa fue aún mayor al mismo tiempo que su cabeza comenzaba a revivir aquella noche, aquella última noche en la que había visto a su padre, puesto que dentro de esa caja estaban nada más y nada menos que el libro y aquel extraño collar, los objetos que llevó su padre el día de su desaparición.
-"E-Esto no puede ser posible"- diría completamente incrédulo sacando aquel libro y collar de la caja viendo ambos detenidamente
Sin esperar mucho más comenzó a inspeccionar primero aquel collar, este era de color morado y tenía un grabado algo extraño en el centro, tenía la forma geométrica de un diamante con 4 puntas y parecía brillar en sus manos, dejando el collar de lado su atención ahora fue dirigida hacia el libro el cual al abrirlo se dio la sorpresa que este estaba en una lengua que pese a no saber del todo, gracias a sus estudios conocía muy bien.
- Latín...- dijo para si mismo
El libro venía acompañado de varios apuntes extras como si alguien hubiera tomado notas y las hubiera pegado sobre las páginas anotando y subrayando algunas cosas, también habían algunos dibujos algo arcaicos, algunos de criaturas parecidas a los humanos con con cuernos y cola, otros con aspecto de esqueletos e incluso uno el cual no pudo describir, simplemente parecía una mancha amorfa con una infinidad de extremidades saliendo de su cuerpo, sin embargo su atención se fue hacia una página en específico... La primera, en la que se podía ver un círculo pobremente gravado como si tuviera ondulaciones a su alrededor con un mensaje en latín arriba de este.
-"Introitus in æternam agoniam... Inferis "- diría leyendo aquel texto en voz alta
Quizás no sabía mucho sobre el latín, sin embargo sabía perfectamente la traducción de aquel mensaje ya que usaba palabras muy básicas... 'entrada en la eterna agonía... Inframundo' tras leer aquel mensaje su atención volvería a dirigirse hacia aquel mensaje en la etiqueta 'buscame"... Leer aquel mensaje y volver a centrar su atención en aquel libro le dieron al chico una indicación muy clara, su padre quería que lo buscará dejándolo en una verdadera encrucijada... ¿Que debía hacer?...
-"Papá..."-
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