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Piloto

Un entidad caminaba por aquel campo con olor a soledad, sangre y muerte. Triste de ver que algunos eventos son inevitables en los mundos alternos, el apogeo de la Segunda Guerra Mundial inundaba de ansias de poder a las potencias Europeas. 

Caminando entre cuerpos destrozados por granadas, armas de alto calibre o explosiones de los tanques. Pisaba con cuidado de no dañar honores de guerra o pisar patrias que luchaban por motivos que consideraban justos.

Miró fijamente aquella bandera alemana nazi, manchada de polvo y sangre seca.

"Incluso un Alpha y Omega no puede evitar tanta masacre, o simplemente no tengo poder sobre esta realidad" se dijo así mismo mientras desaparecía del lugar dejando un cráter en el lugar en que estaba.

Mientras volaba observando el frente alemán pelear contra el frente soviético en la famosa operación barba roja. Si su memoria no le fallaba, lo que viene después es la batalla de Stalingrado con la victoria de la Rusia Soviética. Miraba desde el cielo, sentado entre las nubes como los hombres luchaban entre sí en una muestra de patriotismo.

"¿Por qué no pueden simplemente llegar a un acuerdo?" Se preguntó sin esperar una respuesta, a pesar de ser omnipotente y omnipresente no comprende la mente humana en su totalidad "solo espero que las cosas sean diferente con estos dioses..."

..........

Cuando la Biblia fue escrita, él leyó cada verso de la misma notando diferencias entre la que él conocía y la que estaba leyendo. La diferencia radica en que fue nombrado en esta versión, algo que solo debería pasar en el Islam, aunque fue algo paradójico que no lo relacionasen como alguien sombrío sino como un protector de los niños.

Gracias a eso supo el porque su poder seguía vigente, era el patrón de los niños. Por ello acudía cuando ellos rezaban y lo necesitaban, gustosamente los ayudaba en lo que consideraba correcto no solo por ser su deber, sino también porque la promesa que hizo antes de que la Guerra Santa fuese desencadenada aquel atardecer.

Miro el reloj de manecillas en su muñeca notando que eran las 11:30 de la mañana, su percepción del tiempo le decía que habían pasado miles de años desde que llegó a este mundo. Donde los papeles se invertían, donde un Alpha y Omega no existía; siendo solo una entidad metafísica al igual que los demás.

Había notado que en las últimas semanas una tormenta intermitente estaba cernida sobre Nueva York, sus instintos les gritaban que estuviese atento a futuros acontecimientos inesperados. Incluso su percepción del tiempo le impedía ver más allá de una semana de unas pocas personas, mientras que de otras podía ver incluso su muerte.

De pronto, desde la cima de uno de tanto edificios vio un auto bus amarillo, podía sentir cuatro presencias dentro de el. Dos de ellas las conocía con exactitud, pues a uno de ellos se lo había topado cuando llevo unos niños a un campamento especializado para ellos, el otro pues...

Las cosas no salieron muy buenas, esa arpía le había hecho pasar un mal momento cuando visitó el Inframundo de este mundo, sin contar la larga historia que tuvo que contar a Hades para no tener altercados con él.

Decidió seguirlo por pura curiosidad, no era usual ver cuatro presencias sobresalientes en un lugar lleno de humanos. Vio que se dirigían a un museo, el metropolitano de arte grecorromano, otra diferencia que señalaba que estaba en un mundo diferente. Entro como un visitante más.

Vestido con gabardina blanca con bordes dorados, un bombín negro al igual que su chaleco, pantalón y zapatos. Su bastón de madera pintada de un brillante negro y un diamante en el agarre, era fácilmente sobresaliente por sus ojos con heterocromía parcial, entre rojo y dorado.

Caminó por el lugar, su presencia inconscientemente daba una sensación de calidez a las personas buenas, pero una de muerte a las malas, razón por la que algunos varios se fueron con miedo. Observó como el grupo de estudiantes, resguardado por un hombre aparentemente paralítico y una mujer sin gracia, estaban viendo un grabado en piedra de un suceso que presenció con sus propios ojos.

Se acercó al grupo en silencio sólo siendo notado por el hombre paralítico y la mujer se tenso al verlo.

"¿Excursión escolar, Sr. Brunner?" Le preguntó al sorprendido hombre paralítico.

El hombre miró sorprendido ante la presencia inesperada de la entidad, aunque se calmó al recordar que no era peligroso para los niños. Aunque...

Miró por el rabillo de su ojo viendo como la Sra. Dodds se crispaba visiblemente ante su presencia, buscando excusas para escapar o irse a un lugar más o menos alejados de él.

"Sr. Sariel, un gusto volver a verlo" dijo el señor Brunner con una sonrisa amigable.

"Lo mismo digo ¿Apreciando el arte de la justica?" Dijo Sariel viendo los tallados.

"Se podría decir, el joven Percy estaba tratando de explicar el cómo este conocimiento se aplica en la vida diaria" Dijo en una clara indirecta de ayuda mientras señalaba a un niño del grupo.

Sariel vio al niño en concreto notando los rasgos característicos del mar, cabello negro desordenado y ojos azul verdoso. Suspiró sabiendo la razón de la extraña tormenta de las últimas semanas.

Miró discretamente por encima de su cabeza notando los datos que estaban escritos en hebreo antiguo.

Perseo "Percy" Jackson
Semidios
18 de Agosto 1993- 23 de Marzo de 2056
Hijo de Poseidón y Sally Jackson
Si pecado cometido
Maldecido por Apolo

*Un hijo de Poseidón, el diosecillo de los petardos debe estar paranoico por su presencia* pensó con una risa mental mientras seguía analizando al niño.

Percy notando que lo estaban viendo fijamente se movió incómodo, cosa que fue notado por su amigo Grover Underwood que trato de hacerlo recapacitar de su incomodidad. Pero también fue testigo de lo que su amigo sentía cuando la mirada analítica cayó sobre él.

Grover Underwood
Sátiro
 5 de Junio 1978- 27 de Mayo 2147
*********
Lujuria
*********

*Un sátiro, vaya, parece que este chico si que es perseguido por el loco de los petardos* Pensó con algo de gracia.

Curiosamente podía ver su fecha de fallecimiento, pero no ver su vida por completo, algo que no podía comprender. Tal vez es porque su destino lo controla él propio chico

"Percy, estoy esperando" dijo el Sr. Brunner para sacarlo de su incomodidad.

" Oh, mmm..." Sin embargo, él no pudo encontrar la forma en que se podría aplicar.

"Chico, debes entender que el significado de esa escena es simbolico; un mal padre siendo ajusticiado por sus propios hijos, que sobrevivieron a su trato. La justicia les llega a todos, tarde o temprano, tal vez incluso el dato te podría ayudar a llevar una vida más sana mentalmente" dijo Sariel antes de marcharse dejando pensando a todos incluido al Sr. Brunner y una aliviada Sra. Dodds.

"Muchachos, creo que será mejor que vayan a la cafetería a buscar una merienda. Después continuaremos" dijo el Sr. Brunner retirándose por donde se fue Sariel; la cafetería.

Él estaba sentado en una de tantas mesas del lugar, con lo que parecía una tarta de chocolate y un café humeante mientras leía un periódico que tenía como primera plana "Cambios Climáticos en New York".

Deslizó las ruedas hacia la mesa captando la atención de Sariel que bajó el periódico para verlo.

"¿Por qué está aquí Señor?" Pregunto interrogante ante su presencia.

"Quirón, sabes muy bien que cualquier disputa entre dioses termina siendo mi problema cuando afecta a los humanos y más a los niños" Dijo Sariel tomando un sorbo del café caliente.

"Lo sé, pero ¿Por qué Manhattan exactamente?"

"Porque aquí es el epicentro de toda la catástrofe que afecta a parte del país. Ya sé la razón de todo con sólo una mirada, el hecho de que no hayan rayos mayores a 40,000 voltios es un indicio de la causa" respondió tranquilamente dejando el café sobre la mesa.

"Una mirada... Percy... ¿acaso él?" Pregunto preocupado por el niño.

"No estoy en posición para asegurar nada, pero parece que toda esta catástrofe gira entorno al chico y la ausencia del Master Bolt. El lanza petardos está loco" con esas palabras un trueno retumba en los cielos iluminando la ciudad. "Como sea, el chico es inocente, su registro de vida no marca el robo como pecado. Así que si cualquiera de los 11 diocesillos que le haga daño se las verá conmigo"

"Supongo que milenios enteros de niños e incluso semidioses acudiendo a usted lo hace susceptible a ellos" dijo Quirón aliviado de sus palabras.

Ni era secreto que muchos semidioses rezaban a alguien que no era un Olímpico. Lo que los molestaba en gran medida a excepción de unos cuentos, cuando se les preguntaba a algún semidios sobre la persona que los ayudaba sólo decían "no lo vi bien, a lo mucho un resplandor dorado".

"Creo que deberías cuidar al chico, se meterá en problemas en breve" dijo con un gesto para que se volteara.

Al hacerlo vio como una masa de agua emerge de una fuente para atraer a una niña que agredía verbalmente al duo de semidios y sátiro. Suspiro al ver la Sr. Dodds captar la atención del chico a pesar de los intentos del sátiro por culparse a si mismo.

"Entregarle la espada de la joven Hespéride, la necesitará" dijo Sariel acabando su almuerzo y levantándose mientras dejaba 10 dólares de propina.

El Sr. Brunner por su lado suspiró y se retiró a la sala de exhibición de armas. Donde vio a un Percy aterrorizado por la vista que le ofrecía la Furia frente a él.

"¡Percy!" Exclamó el Quirón tirando lo un bolígrafo al chico que por instinto lo atrapó y accidentalmente destapó revelando una espada mediana.

..........

En otra parte del país, en los bosques de Oregón. Sariel caminaba tranquilo lejos del clima tormentoso que azotaba el otro extremo del país.

Su destino ahora mismo era una pequeña cabaña ubicada en un pequeño claro rodeado de frondosos árboles. Entro en ella sólo para ver una cama pequeña pero cómoda, un silla de madera y una mesa.

Una chimenea con unos pocos troncos secos listos para ser encendidos en fuego. En la repisa de la chimenea estaban fotos de Sariel y una mujer castaña con ojos que parecían arder en fuego.

Cerca de la cama había una mesita que tenía figuras de maderas de 3 personas con 6 pares de alas extendidas.

Suspiro y se fue a sentar en la silla mientras recostaba sus codos sobre la mesa y hundía su cara en sus manos.

Se sentía frustrado por lo que se había convertido, su reputación como Divisor del Cielo se desvaneció cuando llegó a esa realidad. Su dominio sobre la muerte seguía siendo igual, pero no podía hacer algo sin alertar a los dioses que rigen sobre ella. No es un Overlord como lo solía ser su parte Alpha y apenas era conocido como Lord entre su pequeño grupo de conocidos.

Pasan milenios y su poder no aumenta ni baja, los humanos creen en el como Dios Bíblico. Una entidad que rivalizan con primordiales.

Pensativo en lo que vendrá después de hoy, cerró los ojos para pensar con claridad.

Señor, por favor, escucha mi súplica.
Salva a mi hija...

En su mente, llegó una oración de una madre en sollozos. Trago duro mientras escuchaba atentamente.

Cuidarla de la maldad de este mundo, protegerla de todo mal. Sé su guía en su camino.

Te lo suplico...

Con esas palabras fue suficiente para levantarse de su silla y salir de la cabaña. No necesitaba indagar en dirección cuando podía sentir la angustia y dolor de la mujer.

Desplegó sus alas obteniendo 4.5 metros de envergadura y aleteo con fuerza creando corrientes de viento. En segundos ya estaba saliendo del Estado de Washintong con rumbo a Denver.

Según sus cálculos estaría llegando en 3 minutos, esperaba que la mujer este bien al igual que su hija.

Sintió como el cielo se empezaba a poner agresivo con su presencia. Relámpagos lo comenzaban a rodear con el objetivo de hacerle daño, lástima que ya tenía experiencia con su fallecido hermano.

Tal cual hoja sin rumbo, se movió entre las nubes esquivando rayos tras rayo. En cierto punto uno lo impacto, no le hizo daño pero la molestia estaba presente.

Alzó vuelo más allá de las nubes para ver el sol de la tarde. Con un aplauso dispersó las nubes en un radio de kilómetros, su vuelvo fue en picada cuando noto que estaba sobre el lugar de la oración a su persona.

Sin dudarlo atravesó el techo de la casa de dos piso aterrizando en la cocina mientras una cortina de humo se hacía presente.

"¡¿Quién está ahí?!" Escucho una voz masculina.

Caminó sin miedo por el polvo cuando escuchó el sonido de un arma disparando. Un leve piquete sintió en su pecho, la bala cayó al piso aboyada. Su vista se centró en el hombre frente a él, sus manos manchadas en sangre lo hizo detenerse.

"¿Quien eres?" Le pregunto el hombre armado.

"Soy un simple protector" dijo para decapitar al hombre con un movimiento de mano y con un chasquido lo hizo polvo "Del polvo vienes y al polvo volveras"

Dijo para caminar tranquilamente por la casa notando muebles rotos y salpicaduras de sangre en las paredes, detuvo al notar el cuerpo inerte de una mujer en medio de la sala, noto que las cortinas estaban cerradas.

Tres rosas nacían de su pecho, un nudo se hizo en su garante ante tal crimen y sacrilegio cometido. Se acercó al cuerpo para extender su mano sobre el mismo, una niebla celeste salió de el para formar una esfera del tamaño de una canica, a los lados de la canica se formaron bordes de oro junto a una pequeña cadena del mismo material.

Con delicadeza tomo la cadena entre sus manos y se fue a la segunda planta, más específicamente a una habitación al fondo a la derecha, la puerta estaba cerrada con seguro cuando llegó. Pero la abrió como sino lo tuviera.

Al ver dentro todo estaba ordenado, el sollozo de una niña le llamó la atención, vio unos pies bajo la cama, resignado se fue a sentar en la silla del escritorio rosa a esperar que la niña salga por su voluntad.

No tuvo que esperar mucho, pues la niña salió al poco tiempo. Miro por la habitación hasta lo vio, retrocedió un poco con miedo aún a pesar de sentir la calidez.

Sariel sonrió con calidez y dijo.

"Felicia, no temas más, ya estas a salvo" dijo con calma a la niña.

"¿Dónde está Mami?" Le pregunto con miedo.

"Está aqui" le respondió para atenderle el collar con la perla azul.

"Pero es un collar" dijo con duda acercándose poco a poco.

"Fue la última voluntad de tu madre, estar contigo en las buenas y en las malas; aún después de la muerte" dijo Sariel mientras le colocaba el collar a la niña.

"¿mamá...?" Pregunto con la voz temblorosa.

"También quiso que estuvieras segura, te llevaré a un grupo de chicas que te cuidara y protegerá como si fueras su hermana" dijo Sariel mientras se levantaba.

"¿Mami estará conmigo?" Pregunto ella viendo el collar.

"Al dormir, podrás verla" dijo Sariel extendiendo su mano a la niña para que la tomará.

"¿A donde iremos, Señor?" Le preguntó.

"Con tu nueva familia" dijo Sariel antes de que sombras los cubriera asustando a Felicia.

"¿Qué está pasando?" Pregunto con temor.

"Calma, sólo estamos llegando a nuestro destino" dijo en el instante que las sombras se dispersaron para ver un bosque.

"¿Cómo llegamos aquí?" Se pregunto.

"Es algo que las entidades como yo podemos hacer, estamos cerca del grupo. Pero antes que nada, recuerda que todos los hombres son diferentes, algunos son mejores y otros peores que tu padre. Ahora, cuando necesites ayuda o te sientas en un peligro en el que tu cuidadora y hermanas no puedan lidiar, reza a mi nombre" dijo Sariel dando una sonrisa mientras la veía.

"¿Cuál es su nombre?" Le preguntó con duda.

"Tengo muchos nombres, pero en el que tengo preferencia es Saint Azrael Archangel" dijo mientras guiaba a la niña, pronto llegaron a un grupo de niñas que armaba un campamento.

Todas ellas vestían de plata y estaban armadas, la atención de todas ellas se centró en él. Algunas preparaban arcos y otras se asustaba al verlo, un pequeño grupo sonrió.

"¿Qué hace un macho cerca?¿Y más cerca de una niña?" Pregunto una joven que parecía ser la mayor del grupo, llevaba un diadema en su cabeza y le apuntaba con una flecha.

"Calma, sólo quiero hablar con vuestra señora sobre un tema" dijo alzando las manos en señal de rendición.

Todas ellas sólo tensaron más las cuerdas de sus arcos ante la declaración de Azrael. Él se hizo a un lado dejando que Felicia se mostrará mejor y darle un gesto para que avanzará a ellas.

"Lo último que quiso su madre era un lugar para estar a salvo, sólo pido que la acepten como una de ustedes. Con su permiso paso a retirarme" dijo para retroceder lentamente.

Se dio la vuelta una vez estuvo a unos metros y desapareció en sombras para volver a su cabaña.

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