Patriotas.
Las estrellas brillaban en lo más alto del cielo, junto a su gran madre la bella y plateada Luna que brindaba desde lo lejos su más hermoso esplendor, el brillo se reflejaba entonces en aquellos bellos ojos de color verde olivo que tanto amaba.
Sonaba a cliché toda aquella situación contada por una voz de presentador en su cabeza, pero era la mismísima verdad, el Omega entre sus brazos era aquello que más quería en el mundo y por más extraño que sonase, el mismo mundo se había encargado de separar.
-Tranquilo, mi querida alma enamorada -susurraba con amor y ternura aquella plateada belleza.
-Quiero estar con él -suplicó con un hilo de voz que pudo ser escuchado por aquel magnífico ser.
-Pronto.
Por arte de magia el brillo se la luna se intensificó y aquella pobre alma enamorada, por fin pudo descansar en paz.
🌙
-¡Noticias de último minuto! -un muchacho iba montado en su bicicleta gritando y entregando el periódico a algunos habitantes de aquella colonia por la que pasaba -¡Estados Unidos se unirá a la guerra!
La gente recogía los periódicos y leía más a detalle lo que sucedería con lo que era, la entrada de los Estados Unidos a la aclamada "La gran guerra", todos estaban asustados pero aún así eran más las ansias de poder ayudar y derrotar a aquellos que eran tan malos como para atacar y hundir un barco lleno de civiles inocentes.
6 de abril de 1917.
La fecha que quedaría marcada para un millón de soldados cambiaformas estadounidenses. La fecha que quedaría marcada en la historia, pero sobretodo en el corazón de un par de almas que aún no tenían la dicha de reencontrarse todavía.
En el estado de Houston, una carta llegó a puertas de la casa de la familia Jhon, era la convocatoria para el único hijo de la familia para asistir al campo de batalla y como siempre, la Omega del hogar suplicó a su hijo no hacerlo y que mejor se quedará resguardado en la seguridad del hogar.
-No vayas -suplico aquella bella mujer con lágrimas saliendo de sus ojos negros.
-Debo servir y cuidar de los nuestros, madre -dijo con convicción en su voz -. La guerra está a la vuelta de la esquina y mejor hacer algo ahora a que llegue hasta aquí y les pase algo a los niños.
La señora Jhon lo sabía, la guerra era algo que estaba a un pie de distancia, pero habían otros jóvenes que irían a pelear y a luchar por la patria ¿Por qué precisamente debía ser su hijo?
-¡Eres mi hijo y tu deber es estar con tu madre!
-Soy el comandante de la honorable fuerza de aviación de este país que ahora se está enfrentando a un gigante que quiere aplastarnos, no te prometo volver madre, pero prometo que estaré contigo hasta el final.
Con un abrazo y un beso madre e hijo se despidieron, con un sentimiento amargo en la boca de sus estómagos y un alfa que estaba orgulloso y a la vez con miedo de no volver a ver a su único y querido hijo.
Se sabía que era deber de alfas dar la vida en el campo de batalla por su gente y sus fieles creencias y los Omegas debían quedarse en casa a proteger a los que quedaban, así funcionaba ¿Cierto?
Jeremy Parker, un Omega de conejo que después de un duro entrenamiento para dejar un poco de lado los miedos que su animal interior impusiera en su cuerpo humano, logró ser un enfermero de alto calibre, posicionandose así como el teniente en jefe de la unidad de enfermeros que asistiría y estaría junto a las tropas en primera línea.
-Debes regresar sano y salvo, mí pequeño conejito -susurro la señora Parker en el oído de su hijo.
-Vamos a esperarte con ansias, hijo.
Y como todo alfa trato de verse lo más serio y orgulloso que pudiera, emanar la fortaleza que los Omegas en la habitación no poseían en ese momento; sin embargo, ver a su único y querido hijo con el uniforme verde típico de un soldado y con el casco que llevaba una cruz roja, revelando su posición de enfermero, hicieron que su débil corazón se disparará y comenzará a latir en una melodía de silencioso llanto que no quería dar a conocer.
-Regresare -Jeremy se acercó a su padre alfa y le abrazo fuertemente, tratando de encontrar un poco de paz en el aroma de este -. No lo prometo, porque el futuro es incierto, pero algo me dice que regresare a ustedes.
Con un nuevo abrazo toda la familia Parker se despidió y entre lágrimas dijeron el último adiós a su valiente conejito guerrero, dejándole marchar hacia su inminente destino.
Todos los que fueron convocados se reunieron en un punto específico para luego partir en autobús ya con su entrenamiento completo de 2 meses, hacia el campo de batalla en donde sólo les esperaba balas, bombas, desesperación y muerte.
Los Franceses aceptaron gustosos la ayuda de sus nuevos aliados los Estado Unidos, después de haber estado perdiendo, la ayuda de estos les venía como anillo al dedo, sobretodo por los pilotos y aquellos que conducían los grandes tanques, ya que los cambiaformas Águilas eran excelentes en eso por su buena vista y su disciplina.
-Presentate soldado -pidió un aliviado general de las fuerzas de Francia.
-Soy Min Jhon, comandante de las fuerzas aéreas de Estados Unidos y vengo a servir estando a sus órdenes señor.
-Comandante -el típico saludo de un soldado a otro, fue la muestra de respeto ante ambas personas -. Vienen en un gran momento, estamos siendo arrinconados y profanados.
Una risa nerviosa por parte de todos los presentes resonó en todo el lugar, el aroma amargo a nervios con un poco de esperanza, hizo que en Min naciera una fuerza descomunal de deseo por servir y ganar aquella guerra.
-Justo en el punto decisivo.
Después de casi 3 largos años en guerra, deseaban poder descansar en las íntimas paredes de sus hogares, cansados de tanto luchar e ir teniendo miles de bajas e ir dejando a miles de familias sin un padre o un hijo que pueda regresar.
-Vamos a ganar -Min Jhon dijo.
Con las palabras llenas de convicción del comandante aéreo, en todos brilló de nuevo la esperanza y eligieron creer que así sería.
Mientras tanto, Jeremy Parker estaba nervioso, muy nervioso en la carpa en donde residía la Unidad de los doctores y enfermeros/as.
¡Estaba rodeado de desconocidos y entre ellos la mayoría eran depredadores alfa que le miraban con mucha atención!
-Relájate -recibió una gran palmada en su espalda haciendo que inmediatamente los tremendos nervios que se cargaba, fueran huyendo despavoridos -. Mi nombre es Jin y estoy a tu cargo.
Con la cálida sonrisa que recibió de ese joven y tierno Omega, supo que había estado muriéndose del miedo por culpa de su animal interior, exponiendo un poco- demasiado, de su aroma a miedo y nervios.
¡Era el jefe!
¡Es el jefe!
No puede darse el lujo de verse débil ante sus subordinados, porque aunque fuera sólo un teniente en jefe de la unidad de enfermeros, era el único que poseía un título así entre todos aquellos que estaban presente. Ganando un poco de valentía y fuerza, se enderezo y comenzó a caminar echándole un vistazo a todos los instrumentos médicos y al personal que tendría a cargo.
-Bien -dijo y en un abrir y cerrar de ojos, todos estaban formados en dos líneas a sus costados -. Mi nombre es Jeremy Parker y soy el encargado de este personal que ha venido a servir para cuidar y proteger la vida de los soldados que están afuera dando la vida por sus seres queridos, y su patria.
Todos asintieron a su teniente en jefe haciéndole saber a este que se encontraban ahí por la misma razón y que todos darían lo mejor de sí mismos para curar a los heridos que llegasen.
-Bienvenido.
-¡A trabajar se ha dicho!
Y todos manos a la obra siguieron a su teniente hacia la carpa en donde el olor a sangre, dolor, lágrimas y desesperación emanaba, para encontrarse con un panorama desalentador: Había demasiados heridos, la mayoría de ellos vivirían con un golpe de suerte. Heridos de bala habían por montones, muchos de ellos con disparos en sus brazos y muslos, otros con heridas de granada, estos eran difíciles que pasarán la noche, pues a algunos debían amputarle algún miembro de su cuerpo debido al estado de las heridas y otros heridos de bomba, que tal vez no habían estado en el lugar de esta pero aún así habían recibido impacto y estaban parcialmente sordos.
Los gritos y gemidos de dolor eran suficientes motivos para que el corazón de Jeremy comenzará a latir con una fuerza descomunal en su pecho, no de miedo claro, era de una rebosante convicción y ansias de ayudar a esas personas, de salvarles y su animal interior estaba de acuerdo a pesar de el miedo que le recorría su rabito.
-¡Enfermero, necesitamos plasma!
Todos estaban ocupados y el se encontraba aún en un pequeño shock viendo como muchos morían y otros solo atinaban a llorar y gritar mientras les amputaban una pierna o un brazo, o el caso de algunos hombres a los que les estaban amputando ambos.
-Ya voy.
Corrió hasta un cajón con el título de "Plasma" escrito en un papel blanco con letra grande, escogió una botella con un líquido gris y rápidamente fue hacia el doctor para asistirle.
🌙
Min Jhon pasaba por la carpa en donde estaba ubicada la enfermería, despues de una larga jornada de planear una táctica de ataque aéreo con sus superiores, de ahí donde escuchaba salir gritos y gemidos de dolor, junto a los aromas de la sangre, ansiedad y el miedo. Los aromas de muchos Omegas enfermeros/as, pero entre ellos había uno que era especial y que quería descubrir, sin pensarlo, sus piernas le desviaron del camino y le llevaron dentro de la carpa, esperaba que el olor a cardamomo y menta no fuera de alguno de los que estaban en camilla siendo atendidos.
Caminó y caminó, hasta llegar al final de la carpa y al no encontrar lo que quería, con frustración iba de salida, cuando chocó con un pequeño hombrecito que a pesar de tener sus facciones tensas en una mueca de nerviosismo, sus ojos de color verde olivo declaraban lo contrario, una gran fortaleza y calidez que le descolocaron un poco al ver el panorama deprimente.
-Disculpa, estas en mí camino.
La tierna vocecita de aquel hombre le hizo latir el corazón en el pecho de una forma tan acelerada y tonta. Se hizo a un lado, con las mejillas calientes y latiendo por igual como su corazón.
-Perdón.
Siguió con la mirada a aquel pequeño Omega que ayudaba a los doctores y a veces hacia cosas por si mismo y lo notó.
El aroma que antes buscaba estaba en ese chico y quería tenerlo cerca, para si mismo pero se guardó sus pensamientos para sí.
-Tú, el soldado de ahí -habló uno de los médicos con las manos llenas de sangre del paciente que estaba curando -. Alcanzame algunas vendas limpias.
Desgraciadamente Min sólo seguía mirando al Omega y a donde este se dirigía con su sexy caminar, moviendo su trasero de forma anímica cuando lo hacía, estaba idiotizado, tanto que no prestó mucha atención. Cuando escuchó el grito del médico de nuevo, asustado se propuso encontrar las vendas ya que todos estaban ocupados con la gran cantidad de heridos que habían.
-¿Estas son las vendas? -se pregunto aún aturdido por el hermoso aroma y perfecto rostro del Omega, viendo en una caja algo que parecia estar escrito en Frances, pero fue tarde, ya que unas finas manos, más pequeñas que las suyas y gorditas le quitaron la caja -. ¡Oye, yo iba a llevarlas, son mías!
-Que yo pudiera notar, estas vendas no poseen dueño a parte de los heridos que van a ocupar las, no es culpa mía que dudes tanto en actuar -aquella hermosa voz suave dijo duras palabras que le golpearon como una cachetada dejándole la cara en el piso.
Min se regaño mentalmente por estar todo el tiempo pensando en los bonitos ojos verde oliva del precioso Omega con cuerpo delicioso que se movía al caminar como si fuera a llevarlo directo al infierno con su sensual manera de mover los pies.
-¿Puedo ayudar en algo? -pregunto con una voz suave que removió algo dentro de aquel Omega.
-Claro, necesitamos personal que nos alcance algunos materiales para las operaciones -dijo Jeremy comenzando a colocarse algunos guantes para que su piel no hiciera contacto con la sangre -, desgraciadamente muchos enfermeros murieron está tarde en batalla.
-Lo sé -asintió, sintiendo un poco de lástima por aquellos que murieron
-. Acabo de salir de una reunión y se me fue informado.
Jeremy asintió, el era una persona que hablaba hasta por los codos pero en ese momento estaba comportándose tímidamente, como si se tratase de un niño pequeño que se avergüenza hasta de lo mínimo.
Ese día trabajaron juntos y el alfa fue ganándose poco a poco la confianza del Omega, al cual se le fue imposible no caer rendido ante la intensa y ¿amorosa? Mirada color verde esmeralda de aquel comandante de las fuerzas aéreas, que durante el día volaba en su avión designado y con valor se dedicaba a destruir a los contrarios y por las noches iba a la unidad de enfermeros para ayudar a los heridos que llegasen después de un largo día de combate; pero ese día fue muy diferente y el comandante no apareció por la noche como lo había estado haciendo desde hace 2 meses que llevaban en la zona cero.
-¿Usted es Jeremy? -entró un soldado de piel color canela un poco demacrada y profundos ojos negros.
-Sí -confirmó.
-Venga conmigo, mi comandante desea verlo.
Al escuchar aquello Jeremy se asustó demasiado.
¿Le había pasado algo malo a Min?
No podría vivir con algo así después de haber decodificado sus sentimientos por aquel comandante, cambiaforma águila.
Jeremy tembloroso, entró a la carpa del comandante la cual estaba sola y sin nadie alrededor.
-Min Jhon -soltó el nombre de entre sus carnosos labios rojos, cuando al entrar temblorosamente a la carpa el aroma a tierra mojada y mango impacto en su rostro, golpeandolo como su fuera un puñetazo.
-Omega -llamó este en la penumbra de la habitación iluminada vanalmente con una pequeña lámpara -. Te necesito, cariño.
Jeremy camino irguiendose en el camino que llevaba hacia la cama improvisada, en donde Min estaba acostado, desnudo y con pequeñas y perladas gotas de sudor recorriendo su frente, mejillas sonrojadas, torso y piernas, ya que este se encontraba desnudo haciendo un vaivén con una mano sobre su pene erecto y con la otra tocando la base, en donde se encontraba el nudo y los tensos testículos que guardaban en su interior aquella sustancia que ahora Jeremy deseaba tener llenandolo por dentro.
-Alfa -con necesidad Jeremy fue acercándose rápidamente a la cama improvisada y se sentó a horcadas encima de este.
-Estas aquí -la dulzura en la voz del alfa era sublime, y acercó sus manos para tomar entre ellas el bonito rostro del Omega -. Te deseo.
Jeremy asintió y se bajó del regazo del alfa para quitarse la ropa rápidamente y volver al sitio que antes ocupaba, sin penetrarse.
-Voy a hacerte sentir mucho placer -declaró Jeremy mientras tomaba el pene erecto del alfa entre sus manos y comenzaba a mover su mano suavemente de arriba hacia abajo.
-¡Ah! -un gemido ronco salió de la garganta del alfa, disfrutando del suave toque del Omega en su pene.
Jeremy siguió con el vaivén de su mano, pero eso no era suficiente para él y viceversa, ambos querían tomar todo del otro así que sintiéndose preparado, posicionó el pene de su alfa y lo inserto en su entrada, sentándose de manera rápida en el.
-Mmm... alfa, eres demasiado grande, lo adoro -dijo al sentir el placer de estar siendo llenado por el pene de ese alfa que tanto deseaba.
-Estas tan apretado, cariño -el alfa con manos inquietas, tomó las caderas del Omega y comenzó a balancerlo creando una fricción placentera entre ambas pieles unidas -¡Demonios! Eres tan bueno -con sus grandes manos el alfa se aseguró de poseer cada milímetro de la piel del hermoso Omega que ahora mecia frenéticamente las caderas en su erección.
Jeremy quería más, mucho más de ese maravilloso placer, no era solamente eso porque sabía que había algo más que los unía en ese momento, con suaves y delicadas manos, delineo cada músculo del alfa y amó en demasía sentir como este también le acariciaba con mucho cariño.
Min Jhon pensaba en como era su vida, porque sabía que antes no deseaba estar con un Omega y tener familia, pues deseaba sólo hacerse cargo de su puesto en la armada, pero teniendo en ese momento al Omega entre sus brazos, amandole y deseandole tanto como lo hacía él, comenzaba a pensar mejor en las cosas.
Y mientras el Omega saltaba en su pene aún erecto y él embestía para lograr un mayor placer, se separó un poco del cuello, pues se encontraba fascinado con el aroma de este y le beso tiernamente.
-Mmm -gimió Jeremy entre el beso, sintiendo algo más que sólo puro y crudo placer.
-Sé mi pareja -propuso entre medio de un suave gruñido de placer, acompañado de un gemido.
-S-sí -siseo Jeremy cuando el pene contrario rozó una parte interior de él, que le hizo ver un millón de estrellas fugaces -. Qui-quiero ser tuyo, sólo para tí.
La calentura del momento bajó un poco y pronto ya no era una burbuja de placer la que los rodeaba, sino una donde sus aromas eran uno sólo al igual que sus almas que siempre han estado dispuestas a amarse y los latidos de sus corazones unidos, eran una melodía de gozo que nunca, jamás de los jamases, se cansarían de escuchar.
Con las últimas penetraciones de parte del alfa y sentones del Omega después de unos minutos, mientras sentían el orgasmo golpear fuertemente en sus partes bajas, Min sacó a relucir sus brillantes colmillos y Jeremy hizo a un lado su cuello para corresponder a su alfa y recibir la mordida que crearía la marca, aquella que decía ahora eran pareja y que estarían unidos en alma y corazón hasta el fin de sus días.
Jeremy se dejó caer suavemente abrazando al sexy cuerpo de su ahora alfa, mientras este lamía la marca para sanarla.
-Te adoro.
Dijeron al unísono, embobados en los suaves latidos de sus corazones unidos y el cantar de sus almas que desde hace 2 largos meses que se conocieron en aquella carpa de enfermería, querían unirse y ser una sola.
-¿No te meteras en problemas por hacer este tipo de cosas?
-¿Amar a mi Omega y hacerlo mío? -pregunto un poco divertido Min Jhon haciendo un breve silencio -. Probablemente.
Ambos rieron por un corto periodo de tiempo y luego pasaron a besos y caricias inocentes y amorosas en la piel suave contraria.
En sus mentesinundadas de pensamientos sobre ellos mismos, unas imágenes aparecieron de repente haciendo que ambos se perdieran en la dulce mirada del contrario.
En un estanque de agua cristalina, dos personas que parecían ser pareja estaban uniéndo sus vidas por medio de una marca y luego otras imágenes que pasaron tan rápido que no pudieron siquiera ver.
La vida y el destino son cosas muy misteriosas, con ese pensamiento siguieron repartiéndose sus tan maravillosas caricias y besos que tanto disfrutaban en aquel día de celo del alfa que pasaban como pareja, deseaban que así fuera por mucho tiempo; sin embargo, fuera de aquella carpa en donde se encontraban rodeados de amor y falsa seguridad, yacia el campo de batalla y los cuerpos sin alma de aliados y contrarios a los suyos.
Sus encuentros sexuales siguieron por unos meses, hasta que fue estrictamente necesario que Jeremy fuera al campo de batalla justo al frente para tratar de salvar a aquellos que fueran heridos en el frente de batalla, y Min Jhon volará por los aires con el avión designado a el por los altos mandos.
Una espesa nube de sangre, dolor, gritos y partes humanas volando por los aires, el pequeño Omega corría con rifle en mano disparando a los del bando contrario cuando era posible, y ayudando a los que eran heridos de bala.
Min Jhon podía sentir la adrenalina por el palpitar del corazón de su amado Jeremy, de seguro estaba tan ocupado en tierra como él en el cielo, buscando derribar los aviones enemigos y que estos no le derribaran a él.
-Rojo 1, llevas ceros a las 10 -le aviso uno de sus camaradas por el radio de contacto.
Min dio una vuelta y logró escapar por un poco, sin embargo el avión enemigo había disparado antes y le había causado un derrame de aceite dentro de la cabina.
El temor comenzó a inundar el cuerpo de Min, deseaba poder vivir y regresar a casa, quería formar una familia con su amado Jeremy y sobretodo presentarlo a sus padres para que le conociesen, estaba cien por ciento seguro de que ellos amarian a su Omega. Lucho entonces por estabilizar el avión aunque no podía ver nada, gracias a la fuga de aceite, cuando estaba a punto de aterrizar ya que estaba volando un poco bajo y con enormes llamas y humo negro saliendo de sus avión, en su campo de visión apareció algo que hizo gritar a su águila y gruñir a su lobo interior: "Arrinconado contra las trincheras varios de los aliados que portaban en el mismo uniforme de el estaban de rodillas preparándose para su inminente destino, ser masacrados por los alemanes.
Con su corazón latiendo al mil por ciento, decidió su estrategia, su vida estaba perdida desde que el impacto de bala había dado contra la válvula del aceite y se había incendiado, así que haciendo uso de su aguda vista de águila, disparó a todo aquel que desde la distancia viera que no portaba el uniforme aliado.
-Lo siento, mamá y papá -susurró para sí, aunque claramente estaba siendo escuchado por todos sus camaradas por el radio -. Lo siento mi amado Jeremy, al parecer no podré regresar a casa junto a ti y formar nuestra ansiada familia.
Siguió disparando y se alegro de ver como salvaba a los suyos de la muerte y se sorprendió de ver por un instante el rostro de su amado Jeremy entre aquellos que estaban a punto de ser masacrados y sonrió de alivio.
Al menos uno de los 2 podría vivir.
Una gran explosión cerca de las trincheras enemigas se escuchó y vio en un buen rango de visión.
Al parecer un avión de los aliados se había estrellado contra las trincheras enemigas y había logrado que toda la fuerza militar aliada penetrara y ganará campo de batalla que antes pertenecía a los nazis.
Unos minutos después la armada alemana anunció el cece al fuego y se dio a conocer que la victoria era para la gran fuerza aliada. Todos celebraban a su manera, sin embargo el corazón de Jeremy Parker se encontraba latiendo con lentitud, extendiéndose por sus venas el gran vacío que estaba comenzando a sentir, para luego dar comienzo a un dolor que jamás sería capaz de olvidar. El dolor de perder a un ser amado.
Jeremy se encontraba siendo abrazado por Jin, quien trataba de brindarle consuelo pero no lograba nada.
-¿Qué pasa? -la preocupación notoria en su voz, hizo que Jeremy le viera con una mirada desgarradora para luego soltar una respuesta que no se esperaba.
-E-el soldado que iba en el avión que se estrelló -hizo una pequeña pausa, sentía perfectamente como su corazón parecía querer salirsele del pecho, pero reunió un poco de valentía y siguió -. E-era mi amado Min Jhon.
Luego de soltar esas palabras, lloró en los brazos de aquel Omega como nunca antes lo había hecho, Jin nunca había visto a alguien llorar con tanto dolor por otra persona y entonces se dio cuenta de la marca que iba desapareciendo poco a poco, hasta quedar solamente una pequeña cicatriz.
Cuando los alemanes retrocedieron, los aliados de Francia, Inglaterra y Estados Unidos fueron hacia el lugar en donde el avión aliado se había estrellado, en búsqueda del cuerpo de aquel alfa que había destruido la mayoría de trincheras enemigas y salvado a casi 100 personas de ser masacradas, encontrando así el cuerpo calcinado y sin vida del valiente Min Jhon, al que se le podía reconocer apenas una imperceptible sonrisa.
Después de haber recogido los cuerpos o parte de estos que habían quedado de sus soldados con mismo uniforme que los suyos, los aliados por fin después de 4 años de ardiente lucha, abordaron un avión que los llevaría a sus respectivos hogares por país.
Los familiares cercanos de cada soldado cambiaforma que había ido a luchar a la guerra, se encontraban en el aeropuerto en donde aterrizaría el avión que llevaría a sus valientes y luchadores hijos, esposos, primos y sobrinos, esperando que todos regresarán a salvo, lo que desafortunadamente no fue así.
La familia Jhon se encontraba ahí esperando por su querido y único hijo, esperando verlo bajar del avión con una sonrisa de esas que dejaban ver sus blancos dientes y sus rosadas encillas, cuando vieron bajar a un alfa y a este con cuidado bajar una caja, junto a otros alfas más y seguido de ellos, alguien con las características del pequeño prometido de Min, quien les había contado de Jeremy por medio de cartas, este iba con lágrimas en los ojos.
-¿Eres Jeremy? -preguntaron los Jhon acercándose rápidamente a este.
-S-sí -tartamudeo, afirmando su respuesta.
-¿Nuestro hijo?
Jeremy sólo pudo asentir mientras señalaba la caja de color madera en la que iba el cuerpo de Min Jhon, junto a la honorable bandera de los Estados Unidos.
-El fue muy va-valiente hasta el final y una gran pareja, gra-gracias por haber creado a tan maravilloso ser.
Jeremy Sabía que sus palabras no aliviarian los gritos y el llanto de dolor por parte de los padres de su amado fallecido, pero en su conciencia reconocía que un gran guerrero fue el primer y más grande amor de su vida.
Una ceremonia al pasa un mes se llevó a cabo en honor a aquellos que lucharon y murieron en el campo de batalla, en donde se conmemoró su valentía y acciones heroicas por su patria, varios ascensos fueron dados aquel día, en donde el comandante Min Jhon fue ascendido a general de las fuerzas de aviación y Jeremy Parker paso de ser teniente en jefe a ser comandante de las fuerzas de enfermería en todo el país.
-Estamos orgullosos de tí, mi conejito -dijo la madre de Jeremy con pequeñas lágrimas en los ojos.
A la distancia Jeremy y su familia pudieron darse cuenta de lo orgullosos y contentos que estaban los padres de Min Jhon a pesar de que lloraban aún por la vida de su amado hijo, pues este también había sido condecorado con la medalla de valentía y honor concedido por el presidente del país.
A paso lento se acercaron para brindar su más sentido pésame a la familia, ganándose de ellos palabras llenas de sinceridad y amor por su hijo y la patria.
-Nuestro querido Min lucho con mucha valentía para proteger a los suyos, me siento triste porque me hará mucha falta su típica sonrisa de todos los días, pero no podemos hacer nada más que sólo estar orgullosos de él.
-Min fue un muchacho muy gentil a pesar de parecer un matón, ¿Quién iba a pensar que encontraría un hermoso tesoro en tan sangriento campo de batalla? Estamos felices porque tuvo la dicha de poder conocer a su destino antes de morir.
Habían expresado los orgullosos padres de aquel joven soldado que había dado su vida por sus camaradas.
Unos meses pasaron y con el la primavera llegó y junto a él, el recuerdo de Min Jhon en la tierra floreció tal y como lo haría una hermosa flor, mientras la noche llegaba y las estrellas junto a la hermosa madre luna le daban la bienvenida al mundo con su hermoso resplandor intensificandose y brindando su bendición a aquel pequeño ser á la vez que dejaba descansar a un alma enamorada que antes penaba.
-¡Es un niño! -anuncio el doctor haciendo que los padres de Jeremy y los de Min, saltarán de emoción.
-Doctor, regrese, la hemorragia no se detiene y el pulso del enfermero Parker está muy débil -anuncio Jin, quien había sido elegido para el parto por Jeremy, quien confiaba su vida al que se había vuelto su mejor amigo.
Y como era de esperarse, Jeremy murió después de haber conocido y cargado a su bebé por primera y última vez, mientras una sonrisa se marcaba en sus delicados labios rojos.
🌙
-Prometí algo que si se cumplió.
Una voz conocida le dio la bienvenida a Jeremy en un espacio en blanco, que pronto se fue marcando con diferentes flores y animales de todo tipo y con un montón de personas con sonrisas en sus rostros, demostrando lo felices que estaban por tenerle con ellos en aquel mundo donde ya no existía la guerra y se respiraba el aire puro de la paz.
Al parpadear una vez, Jeremy pudo ser capaz de ver una brillante y hermosa sonrisa de dientes blancos y rosadita encilla.
-Pensé que no te volvería a ver -las lágrimas en los ojos de Jeremy se deslizaban como un torrente de lluvia que no pararía -. Tenemos un hijo.
-Lo sé, te ví hacer un excelente trabajo al traerlo al mundo.
-¿No lo volveremos a ver?
-No, pero cuidaremos de el desde aquí en donde nuestra querida madre luna nos permitirá verlo crecer.
Jeremy y Min se unieron por fin en un abrazo, celebrado por aquellas personas de traje plateado y grandes y calidad sonrisas.
-¡Bienvenidos!
Ese día se celebró el ingreso de dos grandes patriotas uniéndose a los que les habían predececido en aquella guerra mundial que se había llevado con ella el alma de millones de hombres sin importar su género (alfa y Omega) y su amor al mismo tiempo.
-Prometí que se reencontrarian, pero aún no pueden ser felices - murmuró la belleza plateada con mucha frustración y con sus hermosos ojos de color gris llenos de lágrimas -. ¿Qué debo hacer para que mis queridas almas puedan amar con libertad?
-Tal vez -conocía aquella voz, se encargaba de torturarla día y noche desde el inicio de los tiempos -... No deberías crear las en primer lugar.
-Se que lograrán la felicidad -no tuvo duda alguna al decir aquello, después de todo ella los había creado con todo el amor de su corazón -. Porque los creé con mucho amor y dedicación, son mis preciosas almas.
-Suerte entonces con su camino.
Y así como llegó, el dueño de aquella voz se fue dejando a la diosa luna con una sensación de desazón en su corazón.
Fin.
🌙
NOTA.
Lamento mucho no haber publicado este os antes, la inspiración era poca y se me complico escribir ya que nunca he escrito una guerra en alguna de mis historias XD
Bueno aquí les dejo la adivinanza:
"Tengo un alma
Nueve sueños
Ocho mentes y
Un amor.
¿Qué edad tengo?"
Espero lo hayan disfrutado al final me llegó mucha inspiración Lol y lamentó si hay cosas muy fantasiosas a pesar del tema que se trato.
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