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3. Jurassic Park




—Chanyeol, ¿qué estás haciendo? ¿acaso te estás comiendo las galletas que hice para tu gato? —Luhan se quejaba por el teléfono al oírlo mascar algo crujiente.

—...No. De todas formas, ¿por qué las haces con forma de gato? Es como si estuvieras haciendo a un gato comer a otro gato o algo así, es extraño y eso que yo no sé nada de gatos... ¿Estoy diciendo demasiado "gato"? —Chanyeol miraba la galleta con las orejitas bien moldeadas sabor vainilla, pensando si comer otra más o no.

—Como sea, no son para ti. Y si quieres te podría hacer unas con forma de humano, pero no he encontrado moldes así, pensé que sería lindo —El pastelero volvió a sus sentidos después de hacer una pausa, recordando por qué había llamado en primer lugar: —¿Cómo está, ha comido?

—Poco. Sigue lloriqueando y además se acabó la leche, ¿de verdad el hermano es tan importante?

—No lo sé, ¡Chanyeol deja de comerte sus galletas! —Luhan suspiró y esta vez habló más brusco: —¡Y ve al supermercado a comprar algo para el pobre gatito!

Así que ahí estaba, con Baekhyun enrollado a su brazo y las orejas hacia atrás, con miedo de pasar por la puerta corrediza automática del supermercado de la otra cuadra un domingo por la mañana. Había sido todo un lío sacarlo por fin de casa porque estaba demasiado "triste", Chanyeol incluso tuvo que acariciarlo detrás de la oreja y ponerlo a ronronear para convencerlo y tiernamente arrastrarlo hasta el lugar del brazo.

Resultó no ser tan complicado el hecho de salir a la calle con él, ya que no trataba de escaparse o correr y por suerte no se habían topado con ningún perro, lo había comprobado el día anterior cuando fueron al veterinario y después a la cafetería; pero esta vez era distinto porque no tenía ganas de salir, y ahora no quería entrar al local por miedo a que la puerta cerrara justo cuando él estaba entrando.

—No hace nada, ¿ves? —Le explicaba Chanyeol poniéndose en medio mientras él lo tiraba del brazo para que retrocediera, creyendo que la puerta le haría daño. La poca gente que había  comenzaba a mirarlos raro y el humano empezaba a incomodarse por tener una "mascota" tan malcriada, así que lo hizo tonto haciéndole cosquillas en la panza mientras avanzaban, Baekhyun resistiéndose para ronronear hasta que por fin entraron—. No hacía nada, yo gané.

El gato arrugó la nariz y se le adelantó, distraído por la variedad de cosas que había entre los pasillos, todos diferentes. Chanyeol tuvo que apurar el paso para alcanzarlo y evitar que se tragara una hoja de lechuga, tomándolo él esta vez del brazo y acariciando su cabello para que se quedara tranquilo.

—Cuando haces eso me dan ganas de... Purr purrr purr— Aflojó dejando ir su ronroneo, apoyando la cabeza tenuemente en el hombro de su dueño temporal, que sonreía como estúpido por tanta dulzura.

Aún así no quería encariñarse demasiado, sabía que era sólo eso: temporal. Junmyeon podía tardar en encontrar un dueño interesado, más si ahora sabía que Baekhyun era una especie de chico-gato "defectuoso" y mucho más costoso, pero eventualmente lo haría. Podía tardar meses, pero se iría.

Estaban en medio del pasillo de la leche tratando de escoger una más o menos decente en sabor y que el chico-gato no enfermara al probarla, Chanyeol intentaba recordar de qué tipo le habían dado los chicos en la cafetería el día anterior, pero no se decidía. Estaba en eso, cuando vio dar la vuelta a nadie más que a Kyungsoo quien cantaba alegre las canciocitas que ponía el supermercado junto a un gato un tanto más alto que él.

Baekhyun se quedó mirando también y cuando reconoció bien ése par de orejitas negras no dudó en correr hacia ellas, abrazando a Jongin, que estaba igual o peor de emocionado. Kyungsoo lo traía sujeto por una correa atada a su collar, pero al ver que un gatito que venía acompañado de Chanyeol se acercaba y se saludaran como si se conocieran lo soltó, dejando que los gatos estuvieran en paz por un rato.

—No me digas que...

—Junmyeon —Respondió Kyungsoo. Chanyeol asintió, era obvio. Mientras Baekhyun lloriqueaba la noche anterior por la posible pérdida de su hermano, él hablaba con el veterinario por teléfono, preguntándole dónde había puesto a dicho chico-gato con las características de Jongin. Pero el desmemoriado no recordaba, confundiéndose por tantos gatos que había tenido que entregar ese día en distintas casas.

—Es el hermano de tu gato —Señaló el más alto mientras los dos observaban al par de felinos riendo aunque Jongin quería llorar, se le notaba en los ojos —Ehm, si no te molesta que pregunte, ¿por qué lo llevas con una correa?

—Es un poco difícil sacarlo, ayer traté de que fuéramos a dar un paseo para que se tranquilizara, ha estado muy sensible porque extraña a ¿Jongdae y Baekhyun...?

—Baekhyun es mi gato y Jongdae es el nuevo de Luhan —Aclaró Chanyeol antes de dejarlo continuar, sorprendiéndose porque él mismo dijo que era su gato.

—Ah, bueno, bueno. La cosa es que salimos así nada más y de la nada salió corriendo y casi lo arrolla un auto, además de ser perseguido por unos perros y tener que pagarle a una vecina porque rompió un par de gnomos de su jardín, ya sabes, los de adorno.

Terminaron haciendo las compras los cuatro juntos, Kyungsoo —como todo el mundo— sabía mucho más de felinos que Chanyeol, y le ayudó un poco a escoger lo más adecuado para alguien como Baekhyun. Él sí se iba a quedar con Jongin definitivamente, iría en estos días a firmar los papeles de adopción para hacer legal el asunto; le agradaba ese gato negro, era dulce, lo ayudaba a limpiar y (lo más importante para el humano) le gustaba su comida, disfrutaba de su espagueti y le pedía una segunda porción.

Chanyeol sintió curiosidad por este hecho, pensando que él también podía darle comidas así a Baekhyun y Kyungsoo le explicó que no era del todo "correcto" alimentarlo así, pero Jongin no parecía tener problema, es más, le agradaba incluso más que su comida para gato habitual. A veces no había que hacerle caso al pie de la letra a los doctores, concluyó.

Al mismo tiempo en que los dos jóvenes conversaban de ello, los hermanos no paraban de hablar, pero de otras cosas. Jongin de verdad lo había echado mucho de menos, haciendo escándalos de proporciones colosales, sin embargo ahora, al saber que estaba bien entendía que así debían ser las cosas: él tenía a su dueño ahora, que lo quería y lo dejaba dormir sus catorce o dieciséis horas diarias; y Baekhyun tenía el suyo. Además los dos tipos vivían más o menos cerca, aproximadamente a unos quince minutos caminando y podrían verse y podían reunirse con Jongdae también.

Pero había algo que incomodaba al gato temporal de Chanyeol igual como lo había hecho con Jongdae el día anterior: todos parecían ya tener un collar y una casa permanente, pero su estadía en ese barrio era aún pasajera. No le quiso decir eso a ninguno de sus hermanos para no preocuparles.


* * * * * * * * * * * * * * * * * *


—Wow, ¡compramos comida para meses! —Comentó Chanyeol contento mientras terminaba de guardar en la despensa los víveres con Baekhyun mirándolo un tanto desanimado desde el sillón de la sala.

—Sí, supongo.

—¿No estás feliz? ¿qué pasa? —Preguntó preocupado una vez había terminado su tarea, sentándose junto a él.

—¿Por qué yo no tengo un collar aún?

—Baekhyun, Junmyeon dijo que esto sería temporal y...

—¡Pero tus amigos se van a quedar con mis hermanos! ¿por qué yo no me puedo quedar contigo? —Le reclamó el gato agachando las orejas y separándose  de él.

Chanyeol no sabía qué responderle en verdad. No podía ir y decirle "bueno, lo que pasa es que no sirvo para tener mascotas porque a veces se me olvida hasta pagar las cuentas y me quedo sin luz, además de no tener tanto dinero como mis amigos, no saber nada de gatos y no tener ganas de tener uno", porque ésa era la verdad, pero creía que podía herir sus sentimientos. Luhan y Minseok tenían una cafetería que hacía millones (según él), que no los hacía millonarios en sí, pero tenían mucho más que él; y Kyungsoo estaba un puesto más arriba en la empresa y ganaba un porcentaje más o menos importante de dinero.

Claro que podían darse el gusto de mantener felinos, él, en cambio, podía darse el gusto de irse de vacaciones por unos días una vez al año. Prefirió explicarle sólo la parte del dinero, pero no lo convenció tampoco:

—¿Y esta casa? Si no tienes tanto dinero, ¿cómo la compraste?

—Mis padres me ayudaron a pagarla.

—Entonces pídele dinero a tus padres para que me puedas tener —Dijo resuelto.

—No es tan fácil... —Chanyeol reía por su forma sencilla de resolver las cosas.

Terminó distrayéndole como siempre: acariciando por detrás de su oreja, además de encender la televisión y de  a poco se fue olvidando del tema, abstraído en las caricias y en el movimiento de la pantalla, sacudiendo la cola levemente. Sin darse cuenta se durmió toda la tarde en el sofá y despertó sin nadie a su lado, con el cielo iluminado de estrellas.

Antes de comenzar a buscar a su dueño provisional metió la nariz en la despensa, sacando varias galletas de las que Luhan había horneado y un vaso de leche que fue tomando por el camino. Encontró a Chanyeol ordenando su ropa con el cabello húmedo en medio de su dormitorio, y mientras masticaba una galleta le dijo:

—Ni pienses que usarás esa cosa para secar tu cabello. Es maligna, no me agrada, hace mucho ruido y me da miedo.

—Te ves lindo cuando hablas y comes a la vez —Baekhyun arrugó la nariz como respuesta para lucir menos tierno, pero logró lo contrario—. Aww, no hagas eso, ven aquí —Lo sentó sobre la cama mientras él encendía su laptop para ver una película en netflix juntos antes de dormir, pero el chico-gato parecía no estar interesado por el momento en nada más que en su comida.

Una vez que terminó, Chanyeol le pidió que se metiera en la cama para estar más cómodos y fue a lavarse los dientes, no sin antes pedirle que escogiera una película a su gusto. Gran idea, dejar a un gato que no tiene idea cómo usar una computadora o siquiera sabe qué tipo de películas le gustaban, el dueño temporal de seguro era brillante. Baekhyun apretaba teclas por jugar y movía el cursor, entretenido, hasta que sin querer presionó en una película: Jurassic Park.

Cuando el más alto estuvo de vuelta, encontró al gato con la cola engrifada viendo la pantalla, asustado. Chanyeol se dio una palmada en la frente antes de acercarse y darse cuenta de que estaba viendo la película de los dinosaurios. Sin querer comenzó a reírse.

—Hay algo ahí... Creo que es un perro porque-

—Es un dinosaurio, dios, ¿puedes dejar de ser tan adorable? —Preguntó apagando la luz, dejando la habitación en umbra salvo por la luz del portátil para después meterse a la cama junto a él.

Baekhyun estuvo el par de horas pegado a la pantalla, derritiéndose por el suspenso y miedo cuando salían los animales gigantes o lloriqueando cuando devoraban a alguien, casi llorando al final. En cambio, Chanyeol estuvo en todo momento observándolo a él, todas sus reacciones, la forma en que movía las orejas, agrandaba los ojos o erizaba su cola. Era fascinantemente encantador.

El chico-gato se quedó con ganas de ver más películas, pero el dueño apagó su laptop dispuesto a dormir porque debía despertarse temprano por la mañana. Eso sí, antes le enseñó cómo encenderla y entrar a netflix para que mirara todo lo que quisiera él solo, aunque no podía asegurar que hubiese entendido.

—Mañana tengo que ir al trabajo, ¿estarás bien solo? —Preguntó antes de cerrar los ojos.

—Sí, estaré bien —Se acomodó un poco, abrazando una almohada mientras Chanyeol le daba la espalda y después de meditar por unos segundos, volvió a hablar: —Chanyeol, si  yo fuera un chico-gato normal, ¿te quedarías conmigo?

—No cambiaría nada. No pienses más en eso y durmamos ¿si? —Parecía hablar entre sueños y Baekhyun prefirió dejarlo tranquilo y suavemente se giró hacia el otro lado, quedando espalda con espalda. No tenía nada de sueño y se quedó reflexionando, imaginando cualquier cosa abrazado a la almohada con los ojos cerrados, preguntándose si el cabello de su dueño se habría secado del todo porque en ningún momento uso el secador para no atemorizarlo.

Estaba a punto de quedarse dormido cuando él se dio la vuelta, probablemente soñando, y lo abrazó por atrás con aprensión. El gato podía sentir su respiración chocar contra su oreja, haciéndole cosquillas y no tenía idea por qué, pero sus mejillas se tornaron rosadas y su ronroneo delicado no demoró en aparecer. Sintiéndose confianzudo, enrolló su cola suave entre sus piernas, maravillado por el contacto.

Le gustaba. No quería que lo separaran de él.





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N.A: ¡Gracias por leer! ❀❀❀

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